Autoras/es: Eduardo Galeano
(Fecha original del artículo: 1987)
Divorcios
Un sistema de desvínculos: para que los
callados no se hagan preguntones, para que los opinados no se vuelvan opinadores.
Para que no se junten los solos, ni junte el alma sus pedazos.
El
sistema divorcia la emoción y el pensamiento como divorcia el sexo y el amor,
la vida íntima y la vida pública, el pasado y el presente. Si el pasado no
tiene nada que decir al presente, la historia puede quedarse dormida, sin
molestar, en el ropero donde el sistema guarda sus viejos disfraces.
El
sistema nos vacía la memoria, o nos llena la memoria de basura, y así nos enseña a repetir la historia en lugar de hacerla. Las
tragedias se repiten como farsas, anunciaba la célebre profecía. Pero entre nosotros,
es peor: las tragedias se repiten como tragedias.
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