Autoras/es: Stella Maris Torre
Martinet pone de relieve un concepto ausente en Saussurre: la comunicación. Comunicarse es transmitir mensajes. Jakobson se centra en el lenguaje como medio para comunicar, viendo que mediante la función poética, se va a tender a la ejecución de tal objetivo.
Martinet pone de relieve un concepto ausente en Saussurre: la comunicación. Comunicarse es transmitir mensajes.
Reconoce que no puede eludirse que haya una relación entre lengua y pensamiento, pero a Martinet no le interesa resolverla, dejando abierta la cuestión. A él lo que le importa es la comunicación, siendo la función de la lengua hacerle comprender al otro mi experiencia, restringiendo así su campo de estudio.
Martinet juega con 2 términos: lenguaje y lengua:
Lenguaje, como capacidad natural de los humanos para articular sonidos. Esta capacidad también la tienen los animales. Pero Martinet ve que en el caso humano hay una articulación de esos sonidos y en el animal no. Entonces conceptúa al lenguaje como emisión de sonidos linealmente articulados para expresarnos.
A esta capacidad de articular hay que sumarle la de construir una Lengua como sistema de signos, valores, diferencias (en esto coincide con Sausurre), es decir como un código. Pero también hay otros códigos banderas, semáforos, que no son lenguas. Cualquier código es un sistema de signos, todos estos tienen la función de comunicar, entonces busca la diferencia entre un código lingüístico y uno no lingüístico.
Martinet busca la especificidad del lenguaje humano. Partiendo del lenguaje articulado, trabajando con la oración, encuentra la particularidad en la doble articulación: en monemas y en fonemas.
Como decíamos antes, según Martinet para definir lengua no basta decir que es un sistema de signos que se rige por la arbitrariedad, sino que es un sistema de signos doblemente articulado. Esto la diferencia de los otros códigos. La doble articulación se da en:
* Monemas, unidades significativas. Tienen significado propio, aunque cambiante según el contexto. Son los signos de Saussurre, en que se articulan los enunciados. Con un finito número de monemas puedo construir una serie infinita de mensajes.
* Fonemas, unidades distintivas. Constituyen la unidad lingüística mínima. Son los sonidos en que se articulan los monemas. No tienen significado, sino valor fonológico, lo que conlleva la propiedad de distinguir significados por conmutación. Según Martinet, Cumplen con el principio de economía en mucho mayor grado que los momemas: con un número finito de fonemas puedo construir una serie infinita de monemas.
En resumen, trabajando a nivel código, Martinet trata de unir las oposiciones de Saussurre, intentando lograrlo con el criterio de doble articulación.
Jakobson tiene una postura decididamente funcionalista, centrándose en el lenguaje como medio para comunicar, y viendo que mediante la función poética, se va a tender a la ejecución de tal objetivo.
Plantea la relación entre la literatura, la poética y el arte verbal puro, haciendo un intento de articulación pues no debemos provocar una binalidad entre la literatura y la lingüística, no sacar a la poesía de lo que es la lengua.
También nos dice Jakobson que diacronía y sincronía también estarían relacionadas, ya que todo estudio sincrónico tiende a fijar un sistema y a retener elementos de otros sistemas ya dados.
La lingüística saussuriana era sincrónica, dejaba el tiempo afuera, analizaba la lengua en un estadio determinado, para poder hablar de sistema. Pero Jakobson señala que en literatura, los clásicos tienen una perdurabilidad, una conservación. Y también dice que esto mismo pasa en la lengua con los signos, habiendo estructuras que perduran y cumplen determinada función. Por eso mismo es que es pertinente distinguir pero no oponer la literatura del arte verbal ni lo diacrónico de lo sicrónico.
Señala también Jakobson que en la literatura se producen fenómenos pansemióticos que son traducibles en sistemas diferentes, por ejemplo. la Ilíada puede pasar al comic, que es otros sistema semiótico
Todo lo dicho hasta ahora, lo toma como punto de partida para adentrarse en el terreno de la comunicación.
Jakobson se ocupa específicamente de lo poético ya que parece el alejamiento máximo entre el lenguaje y el objeto, intentando demostrar que se puede dar una referencia solo al signo pero no al objeto.
El esquema de la comunicación según Jakobson está constituido por los siguientes elementos: emisor, destinatario, referente o contexto, canal o contacto, código y mensaje. La situación que se establece es la siguiente: el emisor envía un mensaje al destinatario. Aquello de lo que se está hablando constituye el referente, el canal es el medio por el cual se realiza la comunicación y, finalmente, el código debe ser común a ambos participantes del proceso para poder entenderse. Las funciones del lenguaje se concentran en cada uno de estos elementos de la comunicación.
A partir de las diversas funciones de la comunicación verbal: referencial, emotiva, poética, conativa, fática, metalingüística. Jakobson se centra en la poética, resaltando en ésta la proyección del principio de equivalencia del eje de selección al eje de combinación, es decir, cuando el paradigma, la equivalencia, aparece en el sintagma, como por ejemplo, en I like Ike. Nota también que esto que ocurre en la literatura, ocurre en el discurso cotidiano, con lo cual el funcionalismo intenta demostrar la separación entre el mensaje y el objeto concreto.
1 comentario:
Realmente interesante. Gracias por la información.
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