Autoras/es: Stella Maris Torre
(Fecha original del artículo: Septiembre 2002)
(Fecha original del artículo: Septiembre 2002)
Agnes Heller plantea que el arte y la ciencia posibilitan el movimiento que permite el desarrollo humano específico.
Podemos, por ejemplo, leer el poema Madrid -que escribiera el poeta chileno Pablo Neruda en 1936- u observar la reproducción de una obra muy célebre perteneciente al pintor español Pablo Picasso. Se llama Guernica y fue pintada en recuerdo de la destrucción de una aldea vasca en 1937.
Aunque no conozcamos en profundidad el episodio aludido en ambas producciones -la Guerra Civil Española-, como lectores y espectadores, el analizar las obras nos provocará algunas impresiones e ideas.
Aunque no conozcamos en profundidad el episodio aludido en ambas producciones -la Guerra Civil Española-, como lectores y espectadores, el analizar las obras nos provocará algunas impresiones e ideas.
Éstas dependerán de cómo percibamos la imagen y el poema desde la subjetividad de cada unx.
Heller señala la superación de los límites de la particularidad mediante la elevación de la conciencia a partir de motivaciones genéricas:
"Las formas de elevación por encima de la vida cotidiana que producen objetivaciones duraderas son el arte y la ciencia. En este contexto nos remitimos al profundo análisis de Georg Lukács [...] Según este análisis el reflejo artístico [...] rompe con la tendencia espontánea del pensamiento cotidiano, tendencia orientada al yo particular. El arte lo hace porque por su esencia es la autoconciencia y la memoria de la humanidad"
Tenemos posibilidades de asumir una relación consciente con la genericidad a partir del contacto con la obra de arte, teniendo en cuenta las propias impresiones que nos sucita una manifestación artística, por ejemplo, la imagen y el poema antes señalados.
Si bien entre nosotrxs podemos tener impresiones muy diferentes entre sí, el sendido de los conceptos de Heller que se citan en el punto anterior sería más o menos el siguiente: la obra de arte posibilita, más allá de lo puntual, el "encuentro" del hombre, de la mujer, con su género ya que el comportamiento estétido genera una producción (la obra de arte) referida al género humano, sin límites ni fragmentaciones de ningún tipo.
Si bien entre nosotrxs podemos tener impresiones muy diferentes entre sí, el sendido de los conceptos de Heller que se citan en el punto anterior sería más o menos el siguiente: la obra de arte posibilita, más allá de lo puntual, el "encuentro" del hombre, de la mujer, con su género ya que el comportamiento estétido genera una producción (la obra de arte) referida al género humano, sin límites ni fragmentaciones de ningún tipo.
Heller dice que la realización y la contemplación de la obra de arte conducen en forma inmediata y directa a la catarsis. La autora tiene una visión especial sobre este concepto, al cual podemos relacioner con otros dos conceptos fundamentales en su obra: la moral y el regimiento de vida.
A través de las actividades artísticas exponemos nuestros sentimientos más profundos. Podemos afirmar que el arte promueve una catarsis que lo toca en toda su plenitud, como registra Agnes Heller:
"Nos arranca la mediocridad del cotidiano y rompe con el imagen del mundo fetichizado producido por una vida superflua"
Precisamente el "encuentro" del que antes hablábamos es el que Heller denomina catarsis, ese fenómeno que incluye, por cierto, el acto moral. El desarrollo genérico no es posible si no se asume el riesgo propia de las acciones morales que caracterizan las conductas del individuo (regimiento de vida).
No hay comentarios:
Publicar un comentario