Autoras/es: Stella Maris Torre, basada en textos de M. Foucault[1]
(Fecha original del artículo: Abril de 2006)
(Fecha original del artículo: Abril de 2006)
“Hay que considerar la ontología crítica de nosotros mismos no como una teoría, una doctrina, ni siguiera un cuerpo permanente de saber que se acumula, sino concebirla como una actitud, un ethos, una vía filosófica donde la crítica de lo que somos es a la vez análisis histórico de los límites que se nos plantean y prueba de su franqueamiento posible [...] El trabajo crítico todavía implica la fe en la Ilustración, pienso que sigue necesitando el trabajo sobre nuestros límites, es decir, una labor paciente que le dé forma a la impaciencia de la libertad”
Michel Foucault
Michel Foucault
LA ILUSTRACIÓN COMO ACONTECIMIENTO HISTÓRICO COMPLEJO
Foucault se interesa en el texto de Kant “¿Qué es la ilustración?”[2] señalando los siguientes aspectos:
1. Contemporáneamente a ese texto, aparece publicado en el mismo diario otro de Moses Mendelshon. Con los dos textos el pensamiento alemán y la cultura judía reconocen de que pertenecen a la misma historia, procuran determinar de qué proceso común derivan ambas. Y era tal vez una manera de anunciar la aceptación de un destino común, el cual es sabido a qué drama debía conducir.
2. Pero dentro de la tradición cristiana el texto plantea un problema nuevo. No es la primera vez que el pensamiento filosófico procura reflexionar sobre su propio presente, pero hasta entonces lo había hecho desde 3 abordajes sobre el presente:
- Época del mundo a la que se pertenece (Platón)
- Acontecimiento cuyos signos se perciben (Agustín)
- Aurora de una realización (Vico)
Kant, en cambio, define la ilustración de manera casi integramente negativa, como una “salida”, un “resultado”. No procura comprender el presente a partir de una totalidad o de una consumación futura, sino que busca una diferencia:
- ¿qué diferencia introduce el hoy respecto al ayer?
3. Pueden destacarse algunos rasgos generales del texto, que parecen importantes para comprender cómo planteó Kant la cuestión filosófica del presente:
a. Esa “salida” es un proceso que nos libera del estado de “minoridad” (estado determinado de nuestra voluntad que nos hace aceptar la autoridad de algún otro para conducirnos en los dominios en los que conviene hacer uso de la razón). la ilustración entonces, es definida por modificación de la relación preexistente entre la voluntad, la autoridad y el uso de la razón.
b. Pero esa salida es presentada de manera bastante ambigua:
- Divisa: Hecho, proceso desarrollándose. Rasgo distintivo por el que uno se hace reconocer. Proceso del que los hombres forman parte colectivamente
- Consigna: Tarea, obligación. El hombre mismo es responsable de su estado de minoridad y no podrá salir de él sino mediante un cambio que él mismo operará sobre sí mismo. “Ten el coraje, la audacia de saber”. Acto de coraje que debe efectuar personalmente
c. La ilustración
- ¿es un cambio histórico que concierne a la existencia política y social de todos los hombres sobre la superficie de la tierra? o
- ¿es un cambio que afecta a lo que constituye la humanidad del ser humano?
Kant plantea 2 condiciones esenciales para que el hombre salga de su minoridad:, a la vez espirituales e institucionales, éticas y políticas:
- distinción entre obediencia/razón, y entre uso privado/publico de la razón:
- la humanidad se hará mayor no cuando ya no tenga que obedecer, sino cuando se le diga: “obedezca y podrá razonar tanto como quiera”. Podría pensarse que hasta acá no hay mucha diferencia entre lo que desde el S XVI se entiende por libertad de conciencia: el derecho de pensar como uno quiera, con tal que se obedezca como es debido. Pero allí es donde Kanta hace intervenir otra distinción de manera bastante sorprendente:
- la razón debe ser libre en su uso público y sumiso en su uso privado, lo cual implica lo contrario a lo que comúnmente se llama libertad de conciencia.
- El hombre hace un uso privado de su razón cuando es una “pieza de máquina”, cuando tiene un rol que cumplir en la sociedad y funciones que ejercer, todo lo cual lo hace un segmento particular en la sociedad, se encuentra situado por ello en una posición definida a la que debe aplicar reglas y perseguir fines particulares. Kant no pide que se practique una obedicncia ciega y estúpida, sino que haga de su razón un uso adaptado a esas circunstancias determinadas, sometiendo la razón a esos fines particulares: por lo tanto allí no puede hacer uso libre de la razón.
- En cambio, el uso de la razón debe ser libre y público cuando uno no razona más que para hacer uso de su razón, cuando una razona en tanto ser razonable, como miembro de una humanidad razonable. Entonces. Hay ilustración no sólo cuando los individuos verían garantizada su libertad personal de pensamiento, sino cuando también hay superposición del uso universal, del uso libre y del uso público de la razón.
d. Hasta ahora se entiende que:
- El uso universal de la razón (fuera de todo fin particular) sea asunto del sujeto mismo en tanto individuo
- La libertad de ese uso pueda ser garantizada de manera puramente negativa por la ausencia de toda persecusión contra él
¿Pero cómo puede garantizar un uso público de esa razón? Se ve que la ilustración no debe ser concebida simplemente como:
- Un proceso general que afecta a toda la humanidad
- Una obligación prescripta a los individuos
Aparece ahora como un problema político, y en todo caso se plantea la cuestión de saber: Cómo el uso de la razón puede tomar la forma pública necesaria, cómo la audacia de saber puede ejercerse en pleno día, mientras que los individuos obedecerán tan exactamente como sea posible. Y para terminar, Kant le propone a Federico II una suerte de contrato: “lo que se podría llamar el contrato del despotismo racional con la libre razón: el uso público y libre de la razón autónoma será la mejor garantía de la obediencia, con la condición sin embargo de que el principio político al cual se hace obedecer sea también conforme a la razón universal.”
LA MODERNIDAD COMO ACTITUD
- Para Foucault, el texto de Kant carece de valor descriptivo sobre la ilustración e histórico para analizar las transformaciones sociales, políticas y culturales producidas a fines del S XVIII
- Pero subraya:
- El vínculo existente entre ese texto y las tres críticas, diciendo que describe a la ilustración como: “el momento en que la humanidad va a hacer uso de propia razón, sin someterse a ninguna autoridad; ahora bien, es precisamente en este momento que la Crítica es necesario, puesto que tiene el rol de definir las condiciones en las que el uso de la razón es legítimo para determinar lo que se puede conocer, lo que hay que hacer y lo que está permitido esperar. Es un uso ilegítimo de la razón el que hace nacer mediante la ilusión el dogmatismo y la heteronomía; en cambio, es cuando el uso legítimo de la razón ha sido claramente definido en sus principios que su autonomía puede ser garantizada.”
- La diferencia entre este texto y los demás textos consagrados a la historia: “En su mayoría, éstos procuran definir la finalidad interna del tiempo y el punto hacia el cual se encamina la historia de la humanidad. Ahora bien, el análisis de la Aufkl¬rung definiendo a ésta como el pasaje de la humanidad a su estado de mayoría de edad, sitúa la actualidad con respecto a ese movimiento de conjnto y sus direcciones fundamentales. Pero al mismo tiempo muestra cómo, en el momento actual, cada uno se siente de alguna manera responsable de ese proceso de conjunto”
- Con lo cual Foucault expone su hipótesis: “ese pequeño texto se halla de algún modo en la bisagra de la reflexión crítica y de la reflexión sobre la historia. [...] la reflexión sobre el ‘hoy’ como diferencia en la historia y como motivo para una tarea filosófica particular me parece que es la novedad de este texto. Y considerándolo así, me parece que se puede reconocer en él un punto de partida: el esbozo de lo que se podría llamar la actitud de modernidad”
- A menudo se habla de la modernidad como de una época o en todo caso como de un conjunto de rasgos característicos de una época: “se la sitúa en un almanaque donde estaría precedida por una premodernidad más o menos ingenua o arcaica y seguida por una enigmática e inquietante ‘post-modernidad’”, lo cual genera el interrogante si la modernidad constituye la continuación de la ilustración y su desarrollo o si hay que ver en ella una ruptura con respecto a los principios fundamentales del S XVIII.
- Remitido al texto de Kant; Foucault se pregunta si no se puede considerar a la modernidad más bien como una actitud antes que como un periodo de la historia: “Con actitud quiero decir un modo de relación con respecto a la actualidad; una elección voluntaria que es efectuada por algunos; por último, una manera de pensar y de sentir, también una manera de actuar y de conducirse que a a la vez indica una pertenencia y se presenta como una tarea. Sin duda, algo como lo que los griegos llamaban un ethos. Por consiguiente, antes que pretender distinguir el ‘período moderno’ de las épocas ‘ore’ o ‘postmoderna’ creo que más valdría indagar cómo la actitud de modernidad, desde que se formó, se encontró en lucha con actitudes de ‘contra-modernidad’”
- Para caracterizar esa actitud de modernidad Foucault toma como ejemplo a Baudelaire por considerarlo una de las conciencias más agudas de la modernidad en el S XIX. Para Baudelaire la actitud de modernidad pasa por una:
- Heroificación irónica del presente
- Juego de la libertad con lo real para su transfiguración
- Elaboración ascética de sí
Que no pueden tener su lugar en la sociedad misma o en el cuerpo político, sino que pueden producirse sólo en el arte.
LA ILUSTRACIÓN Y LA MODERNIDAD COMO ACTITUD: CRITICA PERMANENTE DE NUESTRO SER HISTÓRICO (LO QUE HACEMOS, PENSAMOS Y HACEMOS A TRAVÉS DE UNA ONTOLOGÍA HISTÓRICA DE NOSOTROS MISMOS)
- En la ilustración hay un tipo de interrogación filosófica que problematiza a la vez:
- La relación con el presente
- El modo de ser histórico
- La constitución de uno mismo como sujeto autónomo
- De tal manera, el hilo que puede ligarnos a ella no es la fidelidad a unos elementos de doctrina, sino más bien la reactivación permanente de una actitud histórico-crítica, es decir, un ethos filosófico que podría caracterizarse como crítica permanente de nuestro ser histórico, ethos que puede caracterizarse:
a. Negativamente:
1. Escapar del chantaje intelectual y político de estar a favor o en contra de la Aufkl¬rung, intentando hacer el análisis de nosotros mismos en tanto seres históricamente determinados en parte por ella.
2. Escapar del confusionismo histórico y moral que mezcla el humanismo y la Aufkl¬rung, oponiéndole al humanismo, tan a menudo recurrente y siempre dependiente, el principio de una crítica y de una creación permanente de nosotros mismos en nuestra autonomía: es decir, un principio que está en el seno de la conciencia histórica que la ilustración tuvo de sí misma. Deseando así una tensión más que una identidad
b. Positivamente: como una prueba histórico-práctica de los límites que podemos franquear, y por ende como trabajo de nosostros mismos sobre nosotros mismos en tanto seres libres, en un trabajo con generalidad, sistematicidad, su homogeneidad y su apuesta.
1. Actitud límite. La crítica es en verdad el análisis de los límites y la reflexión sobre ellos, por lo cual
- hay que estar en las fronteras (evitando el afuera y el adentro “en lo que nos es dado como universal, necesario, obligatorio, cuál es la parte de lo que es singular, contingente y debido a coacciones arbitrarias”
- ejercerla como investigación histórica a través de los acontecimientos que nos condujeron a constituirnos, a reconocernos como sujetos de lo que hacemos, pensamos decimos, no buscando estructuras formales que tengan un valor universal: “esa crítica no es trascendental y no tiene como fin hacer posible una metafísica: es genealógica en su finalidad y arqueológica en su método [...] no procura hacer posible la metafísica finalmente convertida en ciencia; procura volver a lanzar tan lejos y tan ampliamente como sea posible el trabajo indefinido de la libertad”
2. Actitud experimental. someterse a la prueba de la realidad y de la actualidad, “abandonar todos los proyectos que pretendan ser globales y radicales” :
- Para que no se trate simplemente de la afirmación o del sueño vacío de la libertad
- Para captar los puntos en que el cambio es posible y deseable
- Para determinar la forma precisa que se debe dar a ese cambio
3. ¿No existe el riesgo de dejarse determinar por estructuras más generales cuya conciencia y dominio podemos no poseer?
- “Hay que renunciar a la esperanza de acceder alguna vez a un punto de vista que pudiera brindarnos acceso al conocimiento completo y definitivo de lo que puede constituir nuestros límites históricos”
- Pero esto no quiere decir que el trabajo sea desordenad o y contingente, sino que este tiene su
- Apuesta
- Homogeneidad
- Sistematicidad
- Generalidad
CONCLUSIONES
- Se le puede dar un sentido a la interrogación crítica sobre el presente y sobre nosotros mismos que formuló Kant al reflexionar sobre la ilustración, incluso, “es una manera de filosofar que no dejó de tener importancia ni eficacia desde los dos últimos siglos”
- Hay que considerar la ontología crítica de nosotros mismos no como una teoría, una doctrina, ni siguiera un cuerpo permanente de saber que se acumula, sino “concebirla como una actitud, un ethos, una vía filosófica donde la crítica de lo que somos es a la vez análisis histórico de los límites que se nos plantean y prueba de su franqueamiento posible.”
- Esta actitud filosófica debe traducirse en un trabajo de investigaciones diversas, con coherencia metodológica y coherencia práctica
- “El trabajo crítico todavía implica la fe en la Ilustración, pienso que sigue necesitando el trabajo sobre nuestros límites, es decir, una labor paciente que le dé forma a la impaciencia de la libertad”
[1] Foucault, M. “¿Qué es la ilustración? Conferencia (1984). Argentina. Alción Editora. 1996. pp. 83-111
[2] Introduce Foucault: "En el siglo XVIII se prefería interrogar al público sobre auténticos problemas; es decir, preguntas referidas a temas sobre las cuales aún no se tenían respuestas. No sabría decir si esto era más eficaz, pero en todo caso era más entretenido. Siguiendo esta última costumbre, el periódico alemán Berlinische Monatschrift publicó, en el mes de noviembre de 1784, una respuesta a la pregunta Was ist Aufklärung? El autor de la respuesta era Kant".
[2] Introduce Foucault: "En el siglo XVIII se prefería interrogar al público sobre auténticos problemas; es decir, preguntas referidas a temas sobre las cuales aún no se tenían respuestas. No sabría decir si esto era más eficaz, pero en todo caso era más entretenido. Siguiendo esta última costumbre, el periódico alemán Berlinische Monatschrift publicó, en el mes de noviembre de 1784, una respuesta a la pregunta Was ist Aufklärung? El autor de la respuesta era Kant".
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