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| "Una lengua es un dialecto con  ejército y armada" Max Weinrich  | 
Autoras/es: Stella Maris Torre 
La   Sociolingüística y la Etnografía del habla. 
La lengua en la sociedad y las variedades lingüísticas.
Lenguas en contacto y comunidades de habla multilingües.
Intereses teóricos y metodológicos de la etnografía del habla.
La lengua en la sociedad y las variedades lingüísticas.
Lenguas en contacto y comunidades de habla multilingües.
Intereses teóricos y metodológicos de la etnografía del habla.
a.              Hymes  concibe la sociolingüística como un área de investigación ubicada entre  la lingüística, por un lado y la antropología y sociología por otro,  siendo la etnografía del habla sería uno de sus enfoques particulares.  Considera además que el interés por la sociolingüística no es sólo  teórico, sino también práctico[1]. Para Hymes la actividad de los lingüistas que corresponde a la etnografía es la "DESCRIPCIÓN LINGÜÍSTICA", cuyo ALCANCE, es decir, la porción del lenguaje que describe, depende del punto de vista teórico del lingüista .  Hymes propone extender "el alcance de las reglas lingüísticas [no sólo  más allá del signo saussuriano, sino también] más allá de las  oraciones[,] a los actos de habla", relacionando "significativamente el  lenguaje con las situaciones". Este enfoque sería compatible con las  metas de Chomsky en cuanto al aspecto creativo del lenguaje, ya que "la  meta de la etnografía del habla es completar el descubrimiento de la  esfera de la creatividad gobernada por reglas y caracterizar las  habilidades de las personas, sin perjuicio de la base biológica  específica". Sin embargo, reforma críticamente algunos de sus conceptos,  en especial los de competencia y desempeño.
Para Hymes, un enfoque adecuado debe distinguir e investigar cuatro aspectos de la competencia: potencial sistemático, adecuación, ocurrencia, posibilidad. Debe  reconocerse no sólo el conocimiento, sino también la habilidad de  instrumentarlo, con respecto a cada una de estas dimensiones, como un  componente de la competencia en el habla. Hay propiedades de actuación  esenciales al rol social del habla, que van más allá del conocimiento y  habilidad referidos a personas particulares. Estas propiedades, en parte  son funciones de la organización social del habla, en parte, emergen en  los hechos reales del habla. Romaine conceptúa la competencia comunicativa establecida por Hymes como saber qué decir en cada momento[2].
En cuanto a las DIRECCIONES que debe tomar la descripción lingüística, Hymes recalca la necesidad de un método descriptivo, un enfoque metodológico,  cuyo análisis se extienda en tres direcciones: a las secuencias del  discurso, a las elecciones entre las formas de habla y hacia la función  estilística.
En  la primera dirección, Hymes reconoce, aparte de nuestra habilidad de  reconocer una oración como gramatical la habilidad para reconocer, en  los textos, una serie de oraciones como discurso. Esta  habilidad depende en gran parte de los rasgos propiamente lingüísticos,  pero gran parte de la coherencia de los textos depende de reglas  abstractas independientes de la forma lingüística específica, en  realidad, del habla.
En  cuanto a la segunda dirección, Hymes afirma que las mismas nociones de  comunidad de habla dependen del estudio etnográfico y comparativo: las  fronteras lingüísticas y comunicativas entre comunidades no pueden ser  definidas sólo por rasgos lingüísticos, debemos tener en cuenta la  historia política del área en cuestión. Frente a lo que interpreta como  una confusión de tres dimensiones (proveniencia del contenido, inteligibilidad mutua, rol funcional) en el concepto usual de lengua, propone desarrollar el enfoque según las siguientes líneas:
•    Habla de la comunidad, definida en términos de alguna forma primaria de habla y de las reglas para su uso. Romaine se refiere a comunidad de habla  como grupo de personas que sin compartir necesariamente la misma lengua  sí comparten una serie de normas y reglas sobre el uso del lenguaje,.  no necesariamente coextensiva con una comunidad lingüística. Los límites  entre las comunidades de habla no son propiamente lingüísticos sino  sociales.
•  Forma de habla,  puede ser adoptado como un término neutral y básico. El número y clases  de formas de habla en un comunidad para Hymes sería una cuestión  empírica:
- Donde sea dudosa la conexión entre variedades, relacionada con un origen común de su reserva de materiales léxicos y gramaticales, Hymes realiza la distinción tradicional entre lenguas y dialectos. Por el contrario, Romaine propone utilizar "variedad" como un término neutro, porque considera que "dialecto" se ha usado generalmente para referirse a las variedades de una lengua que se ven como subordinadas, teniendo también connotaciones históricas: las entidades que etiquetamos no son discretas, sino que cualquier variedad lingüística forma parte de un continuum. Romaine afirma entonces que no se pueden aplicar criterios puramente lingüísticos para decidir si estamos ante una lengua o un dialecto: por un lado, los criterios lingüísticos son arbitrarios y por otro lado, los factores sociales son muy importantes. Asimismo, Romaine señala, frente a otra distinción que realizan algunos lingüistas entre "acento"[3] y "dialecto"[4]( que es imposible hablar de una variedad totalmente desprovista de acento.
 
- Donde sea dudosa la mutua inteligibilidad, habría que hablar de códigos, diferenciados en dos dimensiones[5].
 
- Cuando esté en duda el rol funcional, habría que hablar de variedades, y más específicamente para situaciones, de registros. En este sentido, Romaine también profundiza otras variedades lingüísticas manejadas por los sociolingüistas, tales como "registro"[6] y "estilo"[7].
 
La variedad en la selección y el cambio de código tiene para Hymes dos aspectos importantes:
•Identificación de factores relevantes a la comunicación y sus relaciones son los factores fundamentales de la etnografía del habla y de la comunicación, para lo cual Hymes propone el modelo SPEAKING[8].
•Las dimensiones y sentidos que subyacen y explican la selección y cambio de variedades son generales.  Evidencia de esto se la dan los deslizamientos, tanto en la  proveniencia integral del material lingüístico como en cualquier otro  aspecto del habla. Por tanto, ésta es la clase de covariación  forma-significado básica a la etnografía del habla y a la  sociolingüística. Romaine  nos dice que habitualmente los grupos más poderosos de la sociedad están  en condiciones de imponer su lengua a los menos poderosos, pero "la  elección de una lengua u otra no es arbitraria y no todas las  comunidades de habla siguen en esto las mismas reglas. Al hacer la  selección los hablantes realizan lo que podríamos llamar actos de  identidad" (Romaine, 1996:54). En cuanto a los motivos para la elección  en diferentes sociedades, basa su análisis en los siguientes aspectos:  Multilingüismo social:[9], Dominios[10], Diglosia[11]:, Alternancia o mezcla de códigos[12]. Refiere también al desplazamiento y muerte de una lengua  como motivadas principalmente por invasiones o emigraciones, aunque  pueden intervenir múltiples factores. Las elecciones hechas por los  individuos en su vida cotidiana producen su efecto a largo plazo en las  lenguas afectadas. Considera que, aunque diglosia y la alternancia o  mezcla de códigos se han citado como factores que llevan a la muerte de  una lengua, en algunos casos son fuerzas positivas para mantener el  bilingüismo.
En cuanto a la tercera dirección, las funciones del habla,  Hymes subraya la prioridad de una perspectiva funcional, y que para la  etnografía del habla, la función referencial del lenguaje no es la  única, sino que una función del habla igualmente primordial es lo que  Hymes llama la "dirección":  "El habla, incluyendo la estructura lingüística como un recurso  importante, hace de intermediaria entra las personas y su situación.  Debemos comenzar del habla como modo de acción, no del lenguaje como un  mecanismo inmotivado". Esta perspectiva tiene directas consecuencias  para el manejo de fenómenos agrupados bajo el nombre de "estilo". La  estilística es invalorable para la etnografía del habla. Cada lengua  tiene elementos convencionales que son estilísticos así como  referenciales en cuanto a su función, y ambos son interdependientes, lo  que es estilístico en un contexto dado no puede al mismo tiempo ser referencial.
b.              Para  Romaine, las múltiples lenguas del mundo son una rica fuente de datos  sobre la estructura de las categorías conceptuales. En relación con el  planteo del relativismo cultural, Romaine nos advierte que debemos  manejar con cuidado generalizaciones de este tipo porque lo más probable  es que de variaciones léxicas de este tipo no resulten diferencias  conceptuales importantes. La categorización del mundo a través del  lenguaje es una actividad social continua, y tiene también una base  cultural. En fin, las múltiples perspectivas que podemos tener sobre la  realidad: no sólo son producto de hablar diferentes lenguas con  diferentes categorías asociadas a cada una de ellas, sino que son  permanentemente accesibles a todos nosotros, de modo que en cierto  sentido, "toda comunicación es intercultural" (Romaine, 1996:46).
Fishman,  desde la sociología del lenguaje, considera la diferencia entre el  punto de vista de la constricción lingüística y el del reflejo  lingüístico analizando la diferencia entre la variación intercultural y  por la variación interna, y considerando que, si bien la conducta verbal  es un índice de la conducta social, no es más que uno de los índices de  tal conducta. Mientras que los índices son meramente pasivos, la  conducta lingüística es tanto una fuerza activa como reflexiva, se nutre  de la realidad social que refleja y ayuda a reforzarla o a cambiarla de  acuerdo con los valores y objetivos de los interlocutores concretos.  Así, para Fishman ambas vías unidireccionales son desarrollos de una  búsqueda poco natural de variables independientes y causas originales, y  propone apartar el problema de causa-efecto para entrar en un proceso  de diálogo y una interacción entre conducta social y lingüística  entrelazados en forma dinámica.
c.               Como aportes de estas disciplinas, en forma genérica diremos que establecen una  dialéctica entre la gramática y en entorno sociocultural, enfocada hacia  la comunicación, y donde se reconoce que el proceso de transformación  se da en ambos sentidos, y ambos aspectos se influyen mutuamente.
BIBLIOGRAFÍA
• Romaine, S., 1996. El lenguaje en la sociedad, Barcelona, Ariel. Cap. 1: "La lengua en la sociedad y la sociedad en la lengua" y Cap. 2: "Elección de la lengua".
• Hymes, D., 1976 [1966]. "La sociolingüística y la etnografía del habla", en Ardener, E. (ed.) Antropología social y lenguaje, Buenos Aires, Paidós. pp. 115-152.
• Fishman, J., 1988. Sociología del lenguaje. Cap. 8: "La organización sociocultural: constricciones lingüísticas y reflejos lingüísticos".
[1] ."los  problemas de lengua de las naciones en proceso de desarrollo...y los  problemas de educación y relaciones sociales en sociedades altamente  urbanizadas" (Hymes, 1976:116).
[2] ,  con el cual los sociolingüistas se refieren al conocimiento subyacente  que tiene el hablante de las reglas de la gramática (entendida en su más  amplio sentido: fonología, morfología, sintaxis, léxico y semántica)  pero también de las reglas para su uso en circunstancias socialmente  apropiadas. Para esta corriente, entonces, el conocimiento social es  imprescindible para pertenecer a una comunidad de habla.
[3] (forma de pronunciar una variedad)
[4] (diferenciado en los niveles: de pronunciación, sintaxis y vocabulario),
[5]algunas  requieren el aprendizaje de nuevos contenidos lingüísticos, otras el  aprendizaje de operaciones sobre contenidos lingüísticos ya conocidos.  Con el concepto de operaciones, Hymes indica ya una apertura hacia la  etnografía de la comunicación.
[6] (ligada  a los usos y en relación a la situación o contexto, los propósitos, el  tema y contenido del mensaje, y las relaciones entre los participantes)
[7] (ligado  a la noción de registro, puede ser más o menos formal o informal  dependiendo del contexto social, las relaciones entre los participantes,  la clase social, el sexo, la edad, el entorno físico y el tema)
[8] S Situation - Situación: ubicación temporal y espacial o escena definida culturalmente P Participants - Participantes: características E Ends - Finalidades u objetivos: fines a la vista A Act sequences - Secuencias de actos: forma y temas del discurso a medida que se despliega K Key - Clave o tonalidad: tono o modo. I Instrumentalities - Instrumentos: a obtener en términos de canal N Norms - Normas: de interacción y de interpretación G Genre - Género:  
[9] lenguas  o variedades que se pueden elegir en un contexto social determinado. Al  igual que ocurre con lengua y dialecto, lengua madre no es un término  técnico, pero la cuestión de determinar cuál es resulta fundamental,  puesto que de la respuesta depende en qué lengua tiene cada cual derecho  a ser educado y  con frecuencia un grupo étnico es  considerado minoría lingüística sobre la base de su lengua madre. En  esta determinación, Romaine no confía mucho en los censos, porque las  respuestas "pueden estar deformadas por el nacionalismo, la solidaridad  con el grupo o el prestigio" y además ."es habitual en los censos la  falta de especificación sobre el grado de bilingüismo.
[10] :  es una abstracción referida a toda una esfera de actividades en que se  combinan tiempos, lugares y papeles sociales específicos. 
[11] Romaine  refiere a que con frecuencia cada lengua o variedad se especializa en  una determinada función, esta situación recibe el nombre de diglosia..  Estas variedades no sólo se diferencian en rasgos gramaticales,  fonológicos o léxicos, sino también en muchas características sociales:  función, prestigio, tradición literario, adquisición, normalización y  estabilidad. Romaine identifica la Variedad A, considerada por los  hablantes como superior y la Variedad B.Las  sociedades diglósicas están marcadas no sólo por esta compartimentación  de variedades sino también por las restricciones de acceso que se  imponen. Romaine también indica que por analogía se ha extendido el  concepto de diglosia a otras comunidades en que las variedades en  distribución diglósica tienen estatuto de lenguas distintas y además,  que la relación entre bilingüismo individual y diglosia social no tiene  por qué darse necesariamente ni estar en situación de causa efecto.
[12] : se  han visto muchas secuencias que se apoyan en diferente grado en  elementos tomados de más de una lengua, que se combinan en forma  diversa. Muchos lingüistas han resaltado que la mezcla de códigos es una  opción disponible para cualquier miembro bilingüe de una comunidad de  habla de la misma forma que lo es el cambio de estilo o de dialecto para  un hablante monolingüe. En ambos casos, el cambio tiene funciones expresivas y se carga de significado.


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