Basta de rabia a la diversidad sexual en La Plata

Autoras/es: ANRed Géneros-La Plata

(Fecha original del artículo: Febrero 2013)

El pasado sábado 16 de febrero, militantes y autoconvocados se movilizaron para decir "Basta a la homolesbotransbofia", a una semana de los hechos de violencia hacía Rodrigo y Marinita, los jóvenes que fueron golpeados en Plaza Italia la madrugada del sábado 9 de febrero 

Por ANRed- E (redaccion@anred.org)

Visibilización en contra del odio hacia putos, tortas, trans, travas
A partir de las 16 horas la plaza se empezó a colmar de gente, movilizados por un hecho que logro convocar para luchar en contra del odio que se viene desatando hacía la comunidad LGTTTBIQP, después de una asamblea donde entre todos se decidieron las consignas con las cuales se iba a manifestar para pedir "Basta" a los crímenes de odio, que cada vez son más reiterados en la ciudad de La Plata. "Acá nos pegan por putos,tortas, trans y travas, ¿hasta cuando?"decían los carteles, que reclamaban que se pare con la violencia.

La fuente se llenó de espuma de colores en una intervención para mostrar de manera simbólica la rabia, y pedir que de una buena vez se termine con el odio, también se repartió un volante donde se resumían los hechos que sucedieron el pasado sábado 10 de febrero donde al grito de "Te vamos a matar por puto", "Te vamos a matar por torta" golpearon a Rodrigo y Marinita. La reunión donde se decidió entre muchos realizar este evento fue el día anterior, donde la idea de motorizar la movilización surgió de manera espontanea y con cartones, afiches, pintura, detergente y muchos colores decir basta a la violencia. Pero ello no termina aquí, porque se van a seguir juntando para trabajar entre todos para luchar contra el sistema patriarcal y defender la diversidad.

 Exigimos una Ley de protección para erradicar la violencia contra las personas LGTTTBIQ
 Exigimos la implementación de un Programa Nacional de atención a víctimas de violencia por orientación sexual e identidad de género
 Exigimos la elaboración de un protocolo de actuación para las fuerzas de seguridad ante situaciones de discriminación o violencia
 Relevamiento de delitos y crímenes motivados por orientación sexual e identidad de género
 Exigimos la implementación efectiva de la Ley de Educación sexual integral
 Exigimos el esclarecimiento y justicia por la Pepa Gaitán, y la Moma

Reproducimos el volante que se repartió en la movilización:
El pasado domingo 10 de febrero, en Plaza Italia, Rodrigo y Marina fueron agredidos por cinco hombres con palos, cadenas y botellazos al grito de “yo a los putos les pego”. Durante la golpiza dejaban en claro su odio a los putos: “yo mato a los putos” “puto de mierda”.
A pesar de los gritos pidiendo ayuda, un llamado a la policía, el pedido a algún patovica para que intermediara o incluso clamar a un taxi que los llevará al hospital, no sucedió nada. La indiferencia y el “no te metas” ganó otra vez la partida.
¿Por qué esta golpiza es un acto de homolesbotransfobia?
La homolesbotransfobia es el odio a los gays, lesbianas y a las personas trans. Este odio se basa en la necesidad de eliminar a aquellas sexualidades que atentan contra los privilegios de la heterosexualidad obligatoria.
En la compleja trama de relaciones de nuestra sociedad, los putos renuncian a los privilegios del varón, por lo que son ubicados dentro del universo de lo “femenino”, de lo abyecto, con lo cual se hacen acreedores de la violencia opresiva que se reserva a las mujeres, e incluso le representan al homofóbico una amenaza a su propia hombría y privilegios. Al violentar al puto, estos hombres le “enseñan” a no mancillar la categoría del varón, lo ponen en “su lugar”, en la subordinación. Pero, sobre todo, estos actos de violencia homofóbica exteriorizan el deseo gay reprimido en muchos “machitos bien hombres”.
La lesbiana representa directamente una amenaza a su jerarquía, ya que no hay forma de que entre en su mundo de varón y de heterosexual. La lesbiana atenta contra el exclusivo poder que detenta el varón sobre la mujer como objeto de placer y de deseo, se presenta fuera de su alcance. Así, el fin último de la violencia es excluyente, es decir, eliminarlas, o correrlas de esa identidad. Para esto ¿cuáles serán las formas más efectivas? Asesinarlas, o “educarlas” en la heterosexualidad, a través de las amenazas, la invisibilidad, el abuso y las violaciones.
Las personas trans y travestis condensan en su identidad, ante el terror de los hombres, la prueba viva y orgullosa de que el modelo dicotómico varón-mujer es irrisorio, endeble y asequible de extinguirse. Pero no por esto quedan fuera del deseo del macho patriarcal, deseo que es negado cada vez que lxs golpean y lxs matan.
Es decir, las sexualidades no normativas son toleradas y fuente de gozo en lo privado, “al servicio” del varón tirano. Pero generan extrema violencia cuando caminan a la luz del día.
Este odio se gesta y se reafirma, de hecho, en nuestras casas, como una forma de violencia aparentemente sutil que está siempre presente en nuestros imaginarios y que no parece abiertamente conflictiva: la reafirmación en las casas y escuelas del modelo impuesto de nena/mujer/débil/ sensible y de nene/hombre/agresivo/inteligente (ambos heterosexuales).
Para generar un cambio consistente en la sociedad, que revierta –con prioridad- la violencia física y, más profundamente, la violencia simbólica y cultural, es urgente una revolución en las plazas, en las casas y en las camas: vivamos en el compromiso de eliminar en las casas y escuelas juegos y juguetes sexistas; buscar alternativas frente a los estereotipos y performatividades que se esperan de lxs niñxs; eliminar la heterosexualidad obligatoria en los procesos de escolarización; derrocar el sistema patriarcal y las relaciones asimétricas sexistas en los hogares; educar en el respeto hacia lo diferente; eliminar los agravios homolesbotransfóbicos de nuestro idioma.

¡BASTA DE ODIO HACIA LESBIANAS, PERSONAS TRANS Y PUTOS!

¡BASTA DE HETEROSEXUALIDAD OBLIGATORIA!

¡BASTA DE PEGARNOS POR LO QUE SOMOS!

¡LOS CRÍMENES DE ODIO TIENEN QUE PARAR YA!

¡SI VES UN ACTO DE VIOLENCIA Y NO ACTUÁS, NO SOS TESTIGO, SOS CÓMPLICE!

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