Entrevista a Nicolás González Varela en torno a la publicación de "Sobre el suicidio de Karl Marx" (y II)
Autoras/es: Salvador López Arnal*
"Para Marx los hombres y mujeres fueron tan importantes como los pensamientos cuando abandonó definitivamente la Filosofía profesoral"
(Fecha original del artículo: s/d)
        Profesor, filósofo, trabajador          incansable, activista, autor de un libro imprescindible –Nietzsche            contra la democracia- y un número ilimitado de artículos          deslumbrantes, Nicolás González Varela es el editor -traductor,          anotador y presentador- del Cuaderno Spinoza de Marx (El          Viejo Topo, Barcelona, 2012) y uno de los marxistas de mayor          erudición y proyección internacional. Su último trabajo es la          edición de un texto del joven Marx.
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Nos habíamos quedado en este            punto. Peuchet, y Marx con él, hablan del patriarcado, de la            tiranía familiar, de la violencia de género en suma. ¿Es el            caso o leo mal, muy mal, y anacrónicamente además?
No, no lees mal en absoluto, estás          en lo correcto. En esta suerte de multidimensionalidad de la          crítica materialista, como valencia científica, multidisciplinar          y antidogmática, reside la originalidad de este Marx          desconocido, a veces, como todo gran clásico, y reducido por la vulgata a          un economista más o a un simple continuador de los utópicos          fantásticos del Renacimiento. O peor: a un legitimador de          determinados estados de partido único. Marx puede hablarnos de          violencia de género, de racismo y xenofobia, de opresión de un          sexo sobre otro, de patriarcado, de cuerpos dominados y, por          supuesto, de la nueva explotación del hombre por el hombre que          nace con el Capital.
¿Se puede afirmar también, con            términos nuestros si quieres, que el texto de Marx es una            aproximación crítica a la vida cotidiana del capitalismo de            aquella época, que lo supuestamente privado también es público            para él? ¿Hay también aportaciones en torno a la temática de            la alienación?
Pensemos que en esa época recién se          estaba conformando la idea de un espacio privado, lo económico,          el bourgeois, separado de lo público (vagamente lo          político burgués, el citoyen), y las consabidas          superestructuras político-jurídicas, por lo que la afirmación de          Marx que todo es político resultaba novedosa y con un fuerte pathos antiburgués.          Aunque hay que decir que ya los socialistas utópicos y          anarquistas habían empezado con una corrosiva crítica a la vida          cotidiana del Bovarismo de las clases dominantes. El          suicidio es el deux ex machina de la tragedia humana, una          irrupción antinatural, pero en el que se pueden analizar los          mecanismos ocultos o invisibles que lo hacen entrar en escena,          tal la idea de Marx. Estos mecanismos no son accidentes          naturales, sino constitutivos a la forma en que se organiza la          sociedad en un momento dado. Al fenómeno general de la          alienación bajo el Capital, que lo llamaremos más técnicamente          como "enajenación" (Marx utiliza indistintamente Entäusserug, Entfremdung y Veräusserung,          que significan un estado de enajenación o extrañamiento) cuya          idea abstracta en lengua alemana es una situación en que un          sujeto se enfrenta a una situación hostil, producto suyo, que          destruye su propósito. Ya en Die heilige Familie de 1844,          inmediatamente anterior al texto sobre el suicidio, Marx          señalaba en el capítulo dedicado a Proudhon que "la Clase          Poseedora (besitzende Klasse) y la Clase del Proletariado          (Klasse des Proletariats) representan la misma Autoenajenación          humana (menschliche Selbstentfremdung). En estos textos se          pueden reconocer cuatro aspectos principales: el hombre está          enajenado de la Naturaleza (en tanto el trabajo es una          interacción con lo inerte para transformarlo); el hombre está          enajenado de sí mismo, de su praxis (de su propia actividad e          intencionalidad); el hombre está enajenado de su "Ser Genérico"          (de su ser en cuanto miembro del género humano); el hombre está          enajenado del hombre (de los otros hombres y mujeres). La Entfremdung del          Capital, que subsume antiguas y pasadas dominaciones, es          totalitaria, abarca aspectos económicos, políticos, ontológicos,          morales, éticos, e incluso estéticos. Estamos viendo, en un          texto tan corto, un sistema in statu nascenti.
¿El comunismo que él propugnaba            en aquellos momentos tenía que tener también un efecto            emancipador en este ámbito?
Por supuesto, el Comunismo,          parafraseo al Marx maduro, es igual al establecimiento del Reino          de la Libertad, que sólo empieza allí donde termina el trabajo          impuesto por la necesidad (de las relaciones de propiedad) y por          la coacción de los fines externos. La Libertad con mayúsculas          consiste en una Humanidad que regule racionalmente su          intercambio con la Naturaleza, la ponga bajo un control común en          vez de dejarse dominar por él como por un Poder ciego, el          Mercado. La condición fundamental es precisamente superar el          estado de necesidad, motor fundamental de las sociedades          capitalistas.
De los cuatro casos de suicidio            contemplados en el escrito, señalas en tu introducción, tres            son protagonizados por mujeres. ¿Por qué? Uno de ellos, si no            recuerdo mal, es un caso de aborto.
Sí, es una selección de Marx que          enfatiza a la mujer como la figura desgraciada en tanto sujeto y          objeto. Básicamente ha tomado un capítulo de las memorias, el          LVIII, "Du suicide et de ses causes". El suicido como          tragedia de la vida íntima no es más que la medida y el síntoma          de una lucha social, siempre flagrante, donde muchos          combatientes se retiran cansados porque se saben siempre          víctimas y porque se rebelan contra el sólo pensamiento de          "prendre un grade au milieu des borreaux", no estar ni un          momento de lado de los verdugos. Marx toma cuatro casos          detallados de los muchos relatados por Peuchet. Tres son jóvenes          mujeres; el otro un hombre ex-guardia real. Primer caso: es          suscitado por la presión familiar, tanto materna como paterna,          por perder la virginidad. Ella se suicida ahogándose en el Sena.          El segundo caso implica abuso conyugal, tiranía marital y          etnicidad, una joven originaria de La Martinica que sufre los          celos sin límites que la llevan a arrojarse al Sena. Marx          compara el maltrato de su marido con la esclavitud, protegida          por el Code civil y los derechos de propiedad. El tercer          caso trata de los derechos de aborto: una joven de dieciocho          años queda preñada del tío de su marido y se presenta a un          médico para que le quite el embarazo bajo el juramento que se          matará. También se ahoga en el Sena. El caso masculino es un          hombre de edad mediana, ex-soldado, que ha perdido su trabajo de          funcionario, no consigue ninguno por su edad madura y su familia          entra en la habitual espiral descendente de pobreza, exclusión y          marginalidad. Un caso que vemos casi todos los días en Europa.          No soporta la carga moral. Se ahorca y en su carta póstuma pide          piedad para su familia desamparada.
¿Crees que en la evolución            política y filosófica de Marx su contacto con la situación            obrera, con el movimiento obrero de la época, con la            emigración, fue importante en su evolución y en la irrupción            de sus ideas?
El ser produce la conciencia, Marx          y su crítica materialista es impensable sin su derrotero de          emigrado político, sin sus lazos multinacionales,          internacionalistas y cosmopolitas, y en esta época su paso por          París, Marx vivía en el este de la ciudad, en el corazón obrero,          y lo más importante es el contacto con los Straubinger,          los así llamados artesanos alemanes influenciados por ideas          owenistas, fourieristas, charbonnieres, saintsimonianas y          por la actividad del sastre Weitling, futuro líder de la "Liga          de los Justos" y autor de la primera profesión de fe comunista.          Precisamente Hess calculaba, en una carta de aquellos años, que          vivían y trabajaban en París alrededor de 85.000 trabajadores          alemanes, casi un 10% de la población, la mayoría sastres y          ebanistas (trabajadores manuales en un 85%, el resto son          periodistas, artistas, etc.). Algunos oficios eran típicamente          alemanes, como el de zapatero: "allemand" en la jerga parisina          llegó a ser sinónimo de cordonnier. Los alemanes, como          todos los emigrantes pobres actuales y pasados, hacían bajar en          su desesperación los salarios medios de los franceses, por lo          que eran muy comunes conflictos y campañas xenófobas. Agentes          secretos prusianos ya andaban tras la pista de sus pasos, te leo          un párrafo de un informe secreto que es delicioso: "En París          comienza a surgir una nueva clase de escritores, artistas y          obreros alemanes, la cual está decidida a provocar el          derrocamiento por el camino de las reformas sociales. Al frente          de dicho partido se encuentran los representantes de la doctrina          hegeliana: Ruge, Marx… Resulta verdaderamente lamentable ver de          qué forma algunos intrigantes engañan a los pobres obreros          alemanes. Pero no sólo intentan arrastrar al comunismo a los          obreros, sino también a jóvenes comerciantes, dependientes… Los          comunistas alemanes se reúnen cada domingo ante la 'Barriere du          Trône', en la sala de un tabernero en la carretera… Se reúnen          normalmente 30, muchas veces 100 0 200 comunistas. Tienen          alquilada la sala. Allí pronuncian discursos en los cuales se          predica abiertamente la muerte del rey, la abolición de todos          los bienes, la eliminación de los ricos, etc. En resumen: la más          horrenda e inaudita locura. Le escribo a toda prisa, con el fin          de que esos Marx, Hess… no continúen arrojando a la gente joven          a la desgracia". El espía prusiano no estaba alejado de la          mutación que se estaba produciendo: el surgimiento de un nuevo          tipo de escritor. Y es que el exilio político acarrea un doble          corte: de un lado re-establece una libertad y una posibilidad de          expresión imposible en Alemania; del otro una muerte simbólica          de todo el pasado in toto. El exilio genera en sus          condiciones materiales un tipo de intelectual que se aproxima al          ideal weberiano de Wertfrei, libre de valores, como dirá          Mannheim, el ideal de intelectual: quinta esencia de un          pensamiento crítico y objetivo. París es la fase de ruptura, de          renovación práctica de la teoría, donde la exterioridad del          exilio se transforma en objetivación de la filosofía bajo laKritik al          idealismo, preámbulo de la Kritik a la ideología. El          proceso genealógico que va de glosar a Epicuro a la idea          comunista de 1845 no podía producirse sin el desgarramiento y la          expatriación del emigrado político. La idea comunista no se          hubiera generado sin esta epistemología del exilio.
Comentas también que el texto fue            pensado para ser leído en público para un potencial auditorio            obrero de la región natal de Engels en Wuppertal, Renania. ¿Se            llegó a leer finalmente? ¿De dónde esa finalidad?
Pensemos que la revista intentaba          aprovechar el creciente interés del público por los problemas          sociales, para crear una medio mensual diríamos          "criptocomunista" que, sin acusar una clara tendencia          izquierdista, ya que ello podría echarla a pique desde el primer          día por la estricta censura, informase regularmente acerca de la          situación de la clase obrera en Alemania, hasta entonces          totalmente ignorada, tanto por la Ciencia como por el público.          La idea de que la revista sea un colector, catalizador, un          "andamio" que asegure niveles de organización necesarios, tanto          para la construcción de una organización como para la generación          de una acción política eficaz sobre la Klasse de los          proletarios, tribuna y Forum a la vez. Aquí encaja a la          perfección la colaboración de Marx sobre el suicidio en clases          representativas de todo el cuerpo social burgués, o sea,          denunciar die soziale Misère und das Bourgeois regime tal          como se declaraba en su política editorial. Era muy          normal en la época que se leyera en voz alta las columnas más          interesantes en los cafés y tabernas más políticas.
Citas también en tu presentación            a la gran Flora Tristán. Como recuerdas, no llegaron a            conocerse ella y Marx. ¿Observas alguna similitud en sus            posiciones?
En La Sagrada Familia, como          dije antes el texto inmediatamente anterior al del suicidio, en          el capítulo IV (escrito por Engels), "Die kritische Kritik" als          die Ruhe des Erkennens oder die "kritische Kritik" als Herr          Edgar", se realiza una defensa a toda la línea de la feminista          comunista Flore Celestine Therèse Henriette Tristán Moscoso          Laisney (¡otra emigrée!) y su libro Union Ouvrière,          impreso en la misma imprenta donde Marx y sus compañeros          editaban sus periódicos. Flora era criticada por los jóvenes          hegelianos, antiguos aliados, ahora llamados "Los libres", como          una "dogmática femenil". Allí, la autora, sentenciaba que el          mejoramiento de la situación de miseria e ignorancia de los          trabajadores es fundamental, porque "todas las desgracias del          Mundo provienen del olvido y el desprecio que hasta hoy se ha          hecho de los derechos naturales e imprescriptibles del ser          mujer". Ella rehusaba mantener la emancipación de los          trabajadores separada de las de las mujeres: "el hombre más          oprimido puede oprimir a otro ser, que es su mujer. La mujer es          la proletaria del mismo proletario". Tristán había muerto a los          41 años, víctima de tifus, y antes de que Marx (o Engels)          pudieran conocerla. Mártir de la opresión de género, maltrato          marital y violencia doméstica (su esposo intentó asesinarla a          tiros: tuvo una bala sin extraer en su pecho hasta su muerte).          Engels y Marx sumaron –la crítica materialista puede ser vista          como un gran palimpsesto de todas las tradiciones          anticapitalistas– lo más sustancial de la visión          feminista-comunista de Tristán.
Marx abre su escrito con unas            palabras muy elogiosas a la "Crítica francesa de la Sociedad".            ¿A quienes, a qué tendencias se está refiriendo?
Exacto, es al mismo tiempo una          crítica velada al atraso y dogmatismo de la doxa comunista            en la propia Alemania. Tanto para Engels como para Marx, el          Comunismo francés, a diferencia del alemán, había nacido          directamente de la situación de la Clase Obrera, el cuerpo real          y punto de partida efectivo de todos los movimientos sociales          del presente, "porque constituye la saliente más encumbrada y          desembozada de nuestra miseria social imperante." El Comunismo          alemán, eminentemente filosófico, tiene una génesis burguesa,          puramente ilustrada, a partir de presupuestos teóricos. Por          ello, la moderna crítica social francesa es superior, por su          origen histórico y determinación por las relaciones de          producción burguesas. Pensemos que cuando Marx llega a París el          Socialismo francés vive su Edad de Oro. Dentro de la etiqueta          "crítica social francesa" está pensando en una miríada de          literatos, autores y sectas, muchas elogiadas en su          correspondencia y en obras anteriores, como Saint-Simon,          Fourier, Proudhon, Leroux, Sand, Laponneraye, Cabet, Dézamy,          Blanqui, Buchez, Tristan, Pecqueur, Consideránt, Louis Blanc,          Lamennais, J. J. Pillot, Vinçard, Gay, Charavay, Teste, etc.          pensemos que existían en ese momento en Francia, por ejemplo,          ¡más de cuatrocientas publicaciones que se reclamaban          fourieristas! Muchas de las publicaciones francesas serán          tomadas como modelo, no sólo en lo teórico sino en el aspecto          formal, por Engels y Marx.
En la edición, en la página 107,            incluyes un curioso texto, un Plan editorial, "Biblioteca con            los mejores escritores socialistas extranjeros". Es un escrito            de Marx de 1845. ¿Para quién ese plan editorial? ¿Qué autores            destacarías entre los seleccionados?
Tiene relación con tu pregunta          anterior. La revista venía acompañada de una "Biblioteca…" en la          que se trataba de difundir a bajo costo esta novísima crítica          social, traducida al alemán. Muchos de los autores que Engels y          Marx admiraban, estudiaban e intentaban conocer, pasan ahora a          una colección de las fuentes para la historia del Comunismo y el          Socialismo o, al menos, la historia en las fuentes y a través de          las fuentes. Complemento esencial al trabajo más táctico y          coyuntural de la revista, ya que serían textos cuyo contenido          efectivo serían hoy en gran parte plenamente utilizable para la          militancia y la construcción organizativa. No conocemos los          autores propuestos por Engels en su totalidad (nombra a clásicos          como Fourier, Morelly, Owen y los saintsimonianos), pero Marx          dejó un plan editorial detallado que incluye obras completas y          compilación de artículos. En él pueden verse autores          individuales, sectas y publicaciones: por ejemplo tenemos a          Jules Gay y Theodore Dézamy, que eran calificados en La            Sagrada familia como "los comunistas franceses más          científicos"; cita publicaciones como La Fraternité del          abogado Richard de Lahautière, inspirada en Babeuf, mencionada          positivamente en La Ideología alemana, autor del cual          Marx poseerá su libro de 1841 De la loi sociale; sectas          como el Cercle Social, organización creada por          intelectuales parisinos en los primeros años de la revolución          francesa, ligados a los enragés (su figura destacada era          Claude Fauchet) o un autor que aparecerá citado en El Capital,          Alexandre Louis Joseph, marqués de Laborde, y su libro De            l'esprit d'association dans tous les intérêts de la communauté de            1818. Un proyecto ambicioso que por falta de un editor confiable          nunca llegó a realizarse. Se cumple aquello que para los          clásicos sin teoría revolucionaria no hay práctica          revolucionaria…
No te canso más. Abres con una            cita de Elias Canetti: "Un filósofo sería aquel para quien los            hombres fueran siempre tan importantes como los pensamientos".            ¿Fue Marx un filósofo en el sentido que apunta Canetti en este            aforismo?
Totalmente. Sabemos que el motto          preferido de Marx era la máxima romana que había escrito el          poeta Terenciao: Homo sum, humani nihil a me alienum puto,          "Hombre soy; nada humano me es ajeno". Glosaría al gran Canetti          diciendo que para Marx los hombres y mujeres fueron tan          importantes como los pensamientos cuando abandonó          definitivamente la Filosofía profesoral.
* Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría

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