Autoras/es: Eduardo Galeano
(Fecha original del artículo: 1987)
El Estado en América Latina
Hace ya unos años, añares, que el coronel Amen me lo contó.
Resulta que a un soldado le llegó la
orden de cambiar de cuartel. Por un ańo lo mandaron a otro destino, en algún cuartel de frontera, porque el
Superior Gobierno del Uruguay había contraído una de sus periódicas fiebres de
guerra al contrabando.
Al irse, el soldado le dejó su mujer y
otras pertenencias al mejor amigo, para que se las tuviera en custodia.
Al año, volvió. Y se encontró con que el mejor amigo, también soldado, no le
quería entregar la mujer. No había problema en devolver las demás cosas; pero
la mujer, no. El litigio iba a resolverse mediante el veredicto del cuchillo,
en duelo criollo, cuando el coronel Amen paró la mano:
- Que se expliquen - exigió.
- Esa mujer es mía - dijo el ausentado.
- De él? Habrá sido. Pero ya no es -
dijo el otro.
- Razones - dijo el coronel -. Quiero
razones.
Y el usurpador razonó:
- Pero coronel, ¿cómo se la voy a devolver?, con lo que ha sufrido
la pobre!. Si viera cómo la trataba este animal... La trataba, coronel... como
si fuera del Estado!
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