Autoras/es: Claudia Solís Umpierrez
(Fecha original del artículo: Agosto 2011)
El
mestizaje es una de las características más significativas de la
sociedad colonial, en el primer esquema (izq.) nos da una idea de dicho
proceso en Hispanoamérica.
Como los conquistadores y sus
sucesores trajeron los esquemas culturales de la sociedad en que habían
nacido, se perpetuaron normas como el autoritarismo, la jerarquización, el machismo, el sentido burocrático y el concepto de que el trabajo físico era degradante.
Los valores que se desarrollaron en la península Ibérica como en
Hispanoamérica eran adecuados para sociedades en las que predominaban la
minería y la agricultura de plantación. El sistema de trabajo exigía
esclavitud abierta o situaciones próximas a la esclavitud.
Elementos
característicos y necesarios de este sistema de trabajo fueron el
autoritarismo y la jerarquización. Prácticamente sin posibilidades de
movilización social, las clases sociales debían aceptar su posición en
la sociedad. Los sectores sociales se distinguen claramente por su
participación o no, en el trabajo manual. Una reducida élite evade todas
las formas del trabajo físico, en tanto que las clases inferiores deben
participar del trabajo manual para poder sobrevivir. El trabajo físico
se convierte en signo de un status social inferior. De ésta manera la
sociedad quedará integrada esencialmente por dos clases, con una
estrecha élite en la cúspide.
Los sectores sociales más privilegiados de la sociedad hispánica estuvieron representados, no sólo por altos funcionarios del Estado, sino también por españoles y criollos que desarrollaban actividades comerciales vinculadas directamente con la minería y la agricultura de plantaciones y que tenían una relación directa con la metrópolis (España). También, podemos ubicar aquí, aquellos exportadores e importadores al por mayor, esclavistas, así como grandes latifundistas o estancieros.
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