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lunes, 21 de octubre de 2013

Cuentos de animales: La avicularia

Autoras/es: Ema Wolf, con comentario de ANDREA IRIART URRUTY
¡Qué animales!... Ema Wolf. En este libro,como en otros, Ema mira y mira animales y nosotros la miramos a Ema y los animales que nos presenta que a su vez nos miran ¡y cómo nos miran! con sus ocho ojos amontonados de manera bizca la avicularia es una araña super mirona ademas de ser bastante fea, peluda,enorme tiene una quijada fuerte con la que tritura bocados como pollitos y hasta pajaritos!de ahí su nombre, avicularia. Nos lanzamos ha realizarla con alambres, con latas y aceros pero también nos animamos ha escribir una miniatura que sale de una cajita de fósforos, nuestra versión "casera"de la araña. Gracias Ema por esos animales tan inspiradores!
(Fecha original del artículo: 1999)
La avicularia
Atención las personas impresionables que anden por las selvas amazónicas, especialmente en Brasil.
La 
avicularia x 2 dos veces avicularia– es una araña enorme, corpachona, negra, peluda, fiera con ocho ojos amontonados, mirada bizca y patas de gorila. Las patas terminan en una felpa color naranja, de modo que parece calzada con escarpines.
Al ser tan grande es también más fea por aquello de que lo feo si grande
mucho más feo. Y aunque es cierto que cada tanto cambia de piel y rejuvenece eso no la vuelve más linda. A esta altura ni un lifting podría mejorarla.
Es tal su aspecto que las mismas arañas domésticas escapan ante la avicularia
como ante un monstruo horripilante. Pero es mansa, de buen carácter, no pica a las personas –a menos que esa persona le insista demasiado– y su mordedura no es peligrosa. Hace muchos años un naturalista vio en Brasil a unos chicos indios que paseaban un arañón de estos atado a una piolita como si fuera un perro pekinés. La avicularia no teje telas aéreas para capturar las presas sino que teje para construir su guarida. Fabrica una especie de tubo de seda vertical entre las grietas y cortezas desprendidas de los árboles.
Allí vive. Durante el día permanece
oculta. Para comenzar sus cacerías espera la llegada de la noche, lo cual es una suerte porque así se la ve menos.
Es obvio que semejante cuerpo no
se alimenta solo con mosquitas. La avicularia –de ahí su nombre– es capaz de comerse un pájaro o un pollito. Bocado son para ella los insectos corpulentos, las ranas crocantes, las lagartijas, los ratones y también sus parientes, las arañas normales. Todo eso lo tritura con sus quijadas de hierro, después hace un provechito y se derrumba en largas digestiones.
El problema con la avicularia entonces es que nadie quiere topársela cara a
cara y quien la vio una vez no puede evitar el disgusto de recordarla el resto de su vida. Problema para los demás, claro, no para ella, que está perfectamente satisfecha con su figura aunque sabe bien del espanto que provoca.
Algunas avicularias tratan de sacar provecho de ese espanto cobrando una
especie de peaje por no aparecer.
Si uno va caminando por la selva amazónica y ve junto a un árbol una latita
con monedas, no pregunte nada, ponga también su moneda y aléjese de inmediato, especialmente si es cardíaco. Así evitará que la avicularia se le
aparezca de pronto golpeándose el pecho y aullando como Tarzán.
No se le podía ocurrir nada peor a la animal.



Ema Wolf, en: ¡Qué animales!, Buenos Aires, Sudamericana, 1999.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

es muy bueno leanlo todos:)

Unknown dijo...


Me ayudan!!?