Autoras/es: Eduardo Galeano
(Fecha original del artículo: 1987
Amares
Nos amábamos rodando por el espacio y éramos una
bolita de carne sabrosa y salsosa, una sola
bolita caliente que resplandecía y echaba jugosos aromas y
vapores mientras daba vueltas y vueltas por el sueño de Helena y por el espacio infinito y rodando caía, suavemente
caía, hasta que iba a parar al fondo de una gran ensalada.
Allí se
quedaba, aquella bolita que éramos ella y yo; y desde el fondo de
la ensalada vislumbrábamos el cielo. Nos asomábamos a duras penas a
través del tupido follaje de las lechugas, los ramajes del apio y el
bosque del perejil, y alcanzábamos a ver algunas estrellas
que andaban navegando en lo más lejos de la noche.
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