Autoras/es: ANRed
Por RedAcción - LP, Sábado
15
de septiembre de 2012
El sistema educativo privado del país trasandino es regulado por el
mercado y basado en el endeudamiento. Durante los años ´80 en el
contexto de la dictadura militar se dio una transformación estructural
en la que se instauró un nuevo sistema de incentivos, estableciendo un
esquema de subsidios que otorgó un rol subsidiario al Estado.
En 1990 se promulga la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) como culminación del proceso de privatización de la educación. La misma pretendió revolver los problemas educativos bajo la lógica del mercado en una clara aplicación de los principios neoliberales. El Estado deja de ser el principal ejecutor y garante de la educación pública introduciéndose la figura del sostenedor privado, el cual lucra con este esquema y decide quien se educa. La educación entonces es planteada como un servicio prestado, cuando en realidad es un derecho que queda subordinado a la libertad de empresa.
Esta estructura educativa tiene un modelo de financiamiento donde los subsidios brindados por el Estado son iguales tanto para las instituciones privadas como publicas, lo que genera una competencia desleal y obliga a los ciudadanos a endeudarse para costear una educación de calidad. Tal modelo genera mecanismos selectivos que desencadenan exclusión y segmentación.
Todo el sistema se rige bajo una lógica de empresa, de estandarización mercantil, sin tener en cuenta que no se están fabricando objetos, sino que la comunidad educativa se conforma por sujetos activos, de acción y reflexión.
En continuidad con esta visión educativa que impera en Chile desde la dictadura militar, el actual ministro de educación Harald Bayer viene defendiendo la libertad de empresa en ese ámbito desde sus funciones como experto dentro del equipo del ex-ministro Lavin, quién a su vez viene del campo de la ingeniería y que durante su gestión se limitó a emprender proyectos de infraestructura con sus respectivas ganancias.
A pesar de la rebelión de los pingüinos en el 2006 y la promulgación de la Ley General de Educación en el 2009, hoy persisten las protestas estudiantiles que ponen de relieve las profundas desigualdades que aún imperan en el país. El reclamo sigue siendo el mismo y la principal consigna es un cambio en la estructura del sistema educativo.
Los estudiantes se han movilizado por el fin del sistema privado y basado en el endeudamiento, por la democratización de los espacios universitarios y la restructuración del sistema de becas. Lo han hecho además en conjunto con los trabajadores del cobre, con el fin de solicitar que parte de las ganancias del sector sean destinadas a la educación. Los reclamos no han variado desde el 2006 cuando se transmitían consignas tales como "El cobre por el cielo, la educación por el suelo", en una directa crítica a las políticas presupuestarias que destinan las ganancias hacia el sistema financiero e ignoran las demandas de la población.
En el mes de agosto, se produjo la primera huelga general desde la presidencia de Pinochet, lo que generó una dura respuesta por parte del gobierno nacional que reprimió la manifestación dejando un muerto.
La lucha persiste en estos días, a pesar de que el presidente Piñera minimice las movilizaciones y no se tomen medidas concretas para suplir las demandas. Los estudiantes secundarios son grandes protagonistas en el conflicto, estando fuertemente politizados y organizados y conformando el gran motor de la lucha que se esta llevando a cabo.
Por otra parte, en Argentina se conmemoró el aniversario del golpe de Estado en Chile con la actividad "Por los que ayer lucharon, hoy construyen y mañana unidos vencerán", en la cual se presentó un recorrido histórico de los movimientos populares de Chile en su lucha y resistencia a la dictadura. Se realizaron intervenciones artísticas y un homenaje a Oscar Huaravilo quien dejó Chile durante el gobierno de Gabriel González Videla. Convocaron al acto la Organización de Derechos Humanos de Chilenos en Argentina, GUACHO (Grupo Unificado de Acción Colectiva Horizontal Organizado), Nación Pueblo Mapuche, Asamblea de Exiliados por la Educación de Mercado y la Asamblea de estudiantes Colombianos en Argentina.
También se realizó una marcha el miércoles 12, desde el obelisco hasta el consulado chileno, con el fin de manifestar solidaridad y apoyo a la lucha emprendida por los estudiantes en defensa de una educación pública y gratuita.
En 1990 se promulga la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) como culminación del proceso de privatización de la educación. La misma pretendió revolver los problemas educativos bajo la lógica del mercado en una clara aplicación de los principios neoliberales. El Estado deja de ser el principal ejecutor y garante de la educación pública introduciéndose la figura del sostenedor privado, el cual lucra con este esquema y decide quien se educa. La educación entonces es planteada como un servicio prestado, cuando en realidad es un derecho que queda subordinado a la libertad de empresa.
Esta estructura educativa tiene un modelo de financiamiento donde los subsidios brindados por el Estado son iguales tanto para las instituciones privadas como publicas, lo que genera una competencia desleal y obliga a los ciudadanos a endeudarse para costear una educación de calidad. Tal modelo genera mecanismos selectivos que desencadenan exclusión y segmentación.
Todo el sistema se rige bajo una lógica de empresa, de estandarización mercantil, sin tener en cuenta que no se están fabricando objetos, sino que la comunidad educativa se conforma por sujetos activos, de acción y reflexión.
En continuidad con esta visión educativa que impera en Chile desde la dictadura militar, el actual ministro de educación Harald Bayer viene defendiendo la libertad de empresa en ese ámbito desde sus funciones como experto dentro del equipo del ex-ministro Lavin, quién a su vez viene del campo de la ingeniería y que durante su gestión se limitó a emprender proyectos de infraestructura con sus respectivas ganancias.
A pesar de la rebelión de los pingüinos en el 2006 y la promulgación de la Ley General de Educación en el 2009, hoy persisten las protestas estudiantiles que ponen de relieve las profundas desigualdades que aún imperan en el país. El reclamo sigue siendo el mismo y la principal consigna es un cambio en la estructura del sistema educativo.
Los estudiantes se han movilizado por el fin del sistema privado y basado en el endeudamiento, por la democratización de los espacios universitarios y la restructuración del sistema de becas. Lo han hecho además en conjunto con los trabajadores del cobre, con el fin de solicitar que parte de las ganancias del sector sean destinadas a la educación. Los reclamos no han variado desde el 2006 cuando se transmitían consignas tales como "El cobre por el cielo, la educación por el suelo", en una directa crítica a las políticas presupuestarias que destinan las ganancias hacia el sistema financiero e ignoran las demandas de la población.
En el mes de agosto, se produjo la primera huelga general desde la presidencia de Pinochet, lo que generó una dura respuesta por parte del gobierno nacional que reprimió la manifestación dejando un muerto.
La lucha persiste en estos días, a pesar de que el presidente Piñera minimice las movilizaciones y no se tomen medidas concretas para suplir las demandas. Los estudiantes secundarios son grandes protagonistas en el conflicto, estando fuertemente politizados y organizados y conformando el gran motor de la lucha que se esta llevando a cabo.
Por otra parte, en Argentina se conmemoró el aniversario del golpe de Estado en Chile con la actividad "Por los que ayer lucharon, hoy construyen y mañana unidos vencerán", en la cual se presentó un recorrido histórico de los movimientos populares de Chile en su lucha y resistencia a la dictadura. Se realizaron intervenciones artísticas y un homenaje a Oscar Huaravilo quien dejó Chile durante el gobierno de Gabriel González Videla. Convocaron al acto la Organización de Derechos Humanos de Chilenos en Argentina, GUACHO (Grupo Unificado de Acción Colectiva Horizontal Organizado), Nación Pueblo Mapuche, Asamblea de Exiliados por la Educación de Mercado y la Asamblea de estudiantes Colombianos en Argentina.
También se realizó una marcha el miércoles 12, desde el obelisco hasta el consulado chileno, con el fin de manifestar solidaridad y apoyo a la lucha emprendida por los estudiantes en defensa de una educación pública y gratuita.
A 39 años de la muerte de Salvador Allende
“Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo"
Pasaron casi cuatro décadas desde su muerte y sus ideales aún permanecen vivos. Salvador Allende fue médico, ministro de salud, diputado y presidente de Chile hasta 1973 cuando decidió terminar con su vida ante la caída de su gobierno popular en manos de la dictadura más dura que sufrió su querido país.
Salvador nació en Santiago de Chile un 26 de junio de 1908. Fue un destacado estudiante de medicina y líder estudiantil. De declarada vocación antiimperialista y latinoamericanista llegó a la presidencia el 4 de noviembre de 1970 a través de la “vía socialista chilena”, es decir a través de la vía pacífica y democrática, luego de una larga carrera política y diversos cargos en la función pública.
Fue el primer presidente constitucional socialista-marxista y contó con el apoyo de la Unidad Popular, un diverso colectivo conformado por partidos de izquierda.
Allende se destacó tanto por el intento de establecer un Estado socialista a partir de una vía no armada como por su intento de democratizar la sociedad chilena con proyectos económicos, políticos y sociales más equitativos. En este camino uno de los acontecimientos más destacado de su gobierno fue la nacionalización de los metales: el cobre, el acero y el hierro. Según Allende: “El metal es la riqueza básica del Chile y hasta su nacionalización se encontraba en manos del imperialismo”.
El gobierno de Allende terminó abruptamente a causa del golpe de Estado que Chile sufrió el 11 de septiembre de 1973. El golpe fue encabezado por Augusto Pinochet y participaron las tres ramas de las Fuerzas Armadas, el cuerpo de carabineros, el partido demócrata cristiano y los sectores de la derecha chilena. En él EEUU también tuvo un rol preponderante ya que deseaba evitar que la experiencia chilena y cubana se extendieran por el resto de Latinoamérica, tal cual consta en nuevos documentos desclasificados de la CIA. Estos documentos también son evidencia de la complicidad del gobierno de facto brasilero de Emilio Garrastazú Médici.
Allende dio un último discurso público antes de matarse. El arma que utilizó para poner fin a su vida fue un fusil AK-47, un regalo recibido de manos de Fidel Castro unos años antes.
En su último discurso el presidente socialista pronunció: “Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al gobierno, y que también se ha autodenominado director general de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores que yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza. Podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”.
Escuchar el último discurso de Allende completo:
Pasaron casi cuatro décadas desde su muerte y sus ideales aún permanecen vivos. Salvador Allende fue médico, ministro de salud, diputado y presidente de Chile hasta 1973 cuando decidió terminar con su vida ante la caída de su gobierno popular en manos de la dictadura más dura que sufrió su querido país.
Salvador nació en Santiago de Chile un 26 de junio de 1908. Fue un destacado estudiante de medicina y líder estudiantil. De declarada vocación antiimperialista y latinoamericanista llegó a la presidencia el 4 de noviembre de 1970 a través de la “vía socialista chilena”, es decir a través de la vía pacífica y democrática, luego de una larga carrera política y diversos cargos en la función pública.
Fue el primer presidente constitucional socialista-marxista y contó con el apoyo de la Unidad Popular, un diverso colectivo conformado por partidos de izquierda.
Allende se destacó tanto por el intento de establecer un Estado socialista a partir de una vía no armada como por su intento de democratizar la sociedad chilena con proyectos económicos, políticos y sociales más equitativos. En este camino uno de los acontecimientos más destacado de su gobierno fue la nacionalización de los metales: el cobre, el acero y el hierro. Según Allende: “El metal es la riqueza básica del Chile y hasta su nacionalización se encontraba en manos del imperialismo”.
El gobierno de Allende terminó abruptamente a causa del golpe de Estado que Chile sufrió el 11 de septiembre de 1973. El golpe fue encabezado por Augusto Pinochet y participaron las tres ramas de las Fuerzas Armadas, el cuerpo de carabineros, el partido demócrata cristiano y los sectores de la derecha chilena. En él EEUU también tuvo un rol preponderante ya que deseaba evitar que la experiencia chilena y cubana se extendieran por el resto de Latinoamérica, tal cual consta en nuevos documentos desclasificados de la CIA. Estos documentos también son evidencia de la complicidad del gobierno de facto brasilero de Emilio Garrastazú Médici.
Allende dio un último discurso público antes de matarse. El arma que utilizó para poner fin a su vida fue un fusil AK-47, un regalo recibido de manos de Fidel Castro unos años antes.
En su último discurso el presidente socialista pronunció: “Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al gobierno, y que también se ha autodenominado director general de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores que yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza. Podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”.
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