Autoras/es: HÉCTOR LUIS GIULIANO
ADJUNTO UN NUEVO ARTICULO MIO SOBRE "FONDOS BUITRE Y DISCURSO K".
CON PERMISO Y AGRADECIMIENTO POR SU DIFUSIÓN.
CORDIALMENTE.-
HECTOR GIULIANO
BUENOS AIRES, 17.1.2013
(Fecha original del artículo: Enero 2013)
El discurso de la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner en relación al problema de la deuda
pública que vive la Argentina por momentos parece surrealista: según varias de sus
exposiciones recientes[1] los Fondos Buitre (FB)
quieren llevar al país a un nuevo default (con lo cual se quedarían sin cobrar)
pero ella dice que no va a permitir que esto suceda y que le seguirá pagando a
ultranza a los acreedores, como hasta ahora.[2]
En realidad este
planteo – interpretándolo muy benévolamente - querría transmitir dos cosas
diferentes: a) por un lado, que la administración Kirchner está empeñada en cumplir
religiosamente los servicios de deuda con los acreedores privados (especialmente
los que ingresaron en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010) y con los
organismos multilaterales de crédito (OMC, básicamente BID y Banco Mundial), demostrando
su voluntad pagadora de la deuda externa; y b) por otro lado, que está
dispuesta a resistir el pago a los FB, como forma aleccionadora contra los
excesos de la especulación financiera y transformándose ella en algo así como
una “heroína” de la Deuda en lucha contra los FB.
Este comportamiento
implica que el gobierno piensa que la “buena letra” o cumplimiento con la
mayoría de los acreedores performing (los tenedores de deuda regularizada) le
garantizaría o ayudaría para no tener que aceptar los reclamos de los holdouts.
De esta manera, al reiterar
su vocación de pago de los servicios de la deuda, el gobierno alejaría el
fantasma del default y confía así en ser ayudado a rechazar exitosamente las
exigencias de los tenedores de bonos que no entraron en el Megacanje de 2005
(los holdouts) pese a las recientes sentencias desfavorables para la Argentina del
juez Griesa y de la Cámara de Apelaciones de Nueva York.
En este trabajo
vamos a evaluar la realidad de esta tesitura gubernamental.
UNA
TEORIA DEL DEFAULT TECNICO.
La palabra
“default” significa “incumplimiento” y equivale a “cesación de pagos”. Esta condición
de default, desde un punto de vista técnico, se cumple cuando el deudor no paga
en tiempo y forma alguno de los servicios de la deuda contraída (capital y/o
intereses).
Según la presidenta
los FB estarían buscando este default técnico para cobrar los derivados que han
comprado bajo la forma de seguros contra default.
Se trata de los Credit
Default Swaps (CDS) – contratos de Permuta de incumplimiento crediticio – que
son instrumentos de operaciones financieras, muy especulativos por cierto, que
pueden tomar los tenedores de bonos (públicos y privados) para cubrirse frente
a riesgos de no pago por parte del deudor (en este caso, el gobierno
argentino).
Esto es, que el FB
– por ejemplo, el fondo NML Elliot (de Paul Singer) – paralelamente a su pleito
contra nuestro país como holdout reclamante, según el gobierno Kirchner estaría
haciendo “apuestas” más especulativas todavía para lucrar no ya con el pago argentino
sino con el cobro de los CDS.
Y decimos “más
especulativas todavía” porque, por definición, todo FB hace su negocio básico comprando
bonos-basura a una ínfima parte de su valor y canjeándolos luego por un valor
mayor, muy superior al de compra, al reclamarlo al deudor del título.
Esta regla rige
para todos los FB: la mayoría que ya entró en los canjes 2005-2010 y la minoría
que está pleiteando contra la Argentina para recibir el 100 % del valor
nominal, sin quita (a diferencia de los que sí entraron en el canje).
Pero todos son FB,
aunque con diferente grado temeridad. Por ende, cuando la presidenta denuncia a
los FB no se refiere a los FB en general sino sólo a esa minoría de fondos
especulativos – como Dart, NML Elliot y otros – que todavía no han realizado su
negocio especulativo (como ya lo hizo la mayoría), sino que han abierto juicios
contra la Argentina esperando lograr un mayor margen de ganancia adicional.
Esto es importante
tenerlo presente porque forma parte del discurso incompleto de la
administración Kirchner y, además, porque actúa como distractivo del problema
central que – independientemente del probable juego especulativo de esos FB –
lo concreto es que la Argentina está acumulando sentencias judiciales en su
contra en los tribunales de Nueva York a las cuales, de una u otra forma y
temprano o tarde, tendrá que hacerles frente.
Dicho con otras
palabras: que el problema de estos fallos no reside en discutir sobre las
maniobras o intenciones de los FB sino en el hecho concreto que el juez Griesa
y la Cámara de Apelaciones de Nueva York – en su respaldo – han dictaminado que
los FB reclamantes tienen razón, que ellos tienen derecho a cobrar y la
Argentina la obligación de pagarles, y que lo único que falta es ponerse de
acuerdo en los detalles de la forma de pago e importe de base (que tampoco es
cosa menor) ... y empezar a pagar.
De allí el problema
de la interpretación de la regla del pari passu o tratamiento equitativo de
todos los acreedores[3]
que se le impone a nuestro país y que, por el momento, ha quedado diferido
hasta la audiencia del 27.2.2013; pero que se complica especialmente no sólo
por el arrastre de condiciones pasadas sino también por la existencia de nuevas
cláusulas incorporadas en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005.[4]
CLAVES DEL
MEGACANJE 2005.
El gran engaño que
se ha hecho y se sigue haciendo a la opinión pública es presentar el Megacanje
2005 como un supuesto “éxito” de negociación y consiguiente forma de resolución
de la crisis de deuda argentina cuando, en los hechos, ese megacanje (como
todos los anteriores) ha fracasado y el país está afrontando las consecuencias.
Pero para entender
esto hay que desagregar tres puntos: 1. Cuáles fueron los verdaderos números
del canje, 2. Cuál el perfil de vencimientos resultante, y 3. Cuáles las nuevas
condiciones pactadas.
1. LOS NÚMEROS DEL
MEGACANJE KIRCHNER-LAVAGNA.[5]
Después de la
declaración del default por el gobierno Rodríguez Saá a fines de Diciembre de
2001 nuestro país no efectuó pagos a bonistas por los títulos públicos en su
poder hasta el arreglo de mediados de 2005, al que se llegó sobre la base de la
oferta de Dubai, EAU, hecha a los tenedores de bonos en Setiembre de 2003.
Según los datos
oficiales, el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 abarcó un total de bonos
elegibles por casi 82.000 MD (81.800), de los que aceptaron el canje bonistas
que tenían en su poder unos 62.300, es decir, el 76 % de ese monto.[6]
Contra esos 62.300
MD rescatados, la administración Kirchner emitió bonos nuevos por valor de
35.300 MD, de modo que la quita global promedio fue del 43.3 % (27.000 MD de
quita sobre el principal canjeado); no del 66 % como dijo el gobierno.
Pero esta quita, a
su vez, se compensaba con el compromiso argentino de pagos adicionales a los
acreedores por los Valores Ligados al PBI (VLPBI), creados para este canje y que sumarían unos 31.000 MD.[7]
Los VLPBI se
fijaron como un plus del 48 % sobre valor canjeado - casi la mitad – dado como
“regalo” para mejorar la oferta, de modo que cada bono rescatado de Valor
Nominal (VN) 100 tenía una quita que lo dejaba en 57 pero un adicional por
cupones PBI de 48, que llevaba el nuevo importe a 105; lo que significaba que
el tenedor que aceptaba el Megacanje 2005 lo hacía por un valor constante
superior al de los bonos entregados, no existiendo por lo tanto quita práctica.[8]
Además, una parte
de los intereses devengados – por un total de aproximadamente 12.000 MD – se
capitalizaban por anatocismo durante el decenio 2005-2014, por lo que la tasa
de interés real se incrementaba en proporción al aumento de esos intereses
convertidos en capital.
La tasa de interés
promedio del Megacanje 2005 – equivalente entre las tres opciones dadas (Par,
Descuento y Cuasi-Par) - fue del 8.28 %, una tasa muy elevada en dólares en
relación al mercado internacional (entonces, aproximadamente el doble).
En el caso de la
deuda reestructurada en pesos – hoy equivalente en total a unos 36.500 MD – se
aceptó una indexación del capital por CER-Coeficiente de Estabilización de
Referencia, que replica el IPC-Índice de Precios Consumidor.[9]
La
manipulación del IPC por parte del INDEC a partir de 2007 se explicaría, en
gran medida, por la necesidad de contener los efectos de la inflación sobre
este tipo de títulos indexados; lo que fue denunciado por los acreedores como
una forma de “default encubierto”.[10]
Con la
suspensión transitoria de la Ley “cerrojo” 26.017 en 2010 – que permitió la
reapertura del canje - los totales acumulados se han amplificado lógicamente en
relación a estos números originales del 2005.
A la fecha, el
93 % de los 82.000 MD de Bonos Elegibles ya habría entrado al canje por bonos
nuevos. Por lo tanto, unos 76.000 MD serían deuda performing o regularizada y
los 6.000 restantes estarían en poder de los holdouts (a los que hay que sumar
por lo menos otros 5.000 MD por intereses acumulados).
En síntesis,
el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 no supuso una disminución real sino un
aumento (un importante aumento) de la deuda pública porque el país salió con
más deuda de la que entró al canje.
Lo que pasa es
que el gobierno no computa la Deuda no Registrada por los tres conceptos citados:
Capitalización de Intereses, Indexación de Deuda en Pesos y Cupones PBI, que en
conjunto pasarían los 50.000 MD.
Y el último concepto
– los VLPBI – ha devenido precisamente uno de los factores de desequilibrio más
graves que provocan el actual déficit fiscal a través del perfil de
vencimientos de la deuda.
2. MEGACANJE Y
PERFIL DE VENCIMIENTOS.
Este punto va a
requerir una explicación más corta que el anterior pero no por ello menos
importante.
Ocurre que los
tiempos de descongestión de los servicios de la deuda que se habrían logrado
como producto del Megacanje 2005 - llevando los vencimientos de capital a 30,
35 y 42 años de plazo – quedaron desdibujados en la práctica financiera por la
existencia de las otras obligaciones citadas pero particularmente por la
influencia del ritmo de crecimiento del PBI argentino en los VLPBI (paradójicamente,
un coeficiente de aumento nominal superior al real debido a la incidencia de
una alta inflación).
Como los pagos de
los VLPBI son proporcionales al aumento del PBI (el 5 % del excedente sobre un
nivel de 3.25 %) y acumulativos desde el año base 2005, las sumas a ser
abonadas han venido incrementándose en forma relevante y, consecuentemente, los
términos de pago se han venido acortando.[11]
Por otra parte, el
aumento de pagos por servicios de capital e intereses y la toma de nueva deuda,
unido al mayor peso de los desembolsos por interés debido al fin de las capitalizaciones y el aumento de
los pagos de VLPBI, han venido determinando un estrangulamiento relativo por la
concentración de los desembolsos y por el aumento de los montos de deuda total.
De hecho, pese al
discurso oficial que habla de un supuesto “des-endeudamiento” la deuda pública
argentina sigue aumentando y lo hace a un ritmo de 11.000-12.000 MD por año.
Los vencimientos de
capital – que se renuevan íntegramente a su vencimiento - y los pagos de
intereses – que se abonan en efectivo, lo mismo que los VLPBI - son crecientes
en el trienio 2013-2015.
Por ende, el
Megacanje 2005-2010 no ha solucionado el problema de la concentración dentro
del perfil de vencimientos de la deuda pública argentina.
3. LAS CONDICIONES
DEL MEGACANJE 2005.
En línea con lo
dicho en los dos puntos anteriores, cabe analizar el agravamiento producido
específicamente por las nuevas condiciones pactadas en la reestructuración
Kirchner-Lavagna de 2005-2010.
Las
principales y más graves cláusulas conexas aceptadas por la actual
administración con el Megacanje 2005 - que afectan y potencian cualquier
derrota legal argentina ante los tribunales de Nueva York – son:
1. Las ya conocidas cláusulas de Prórroga de
Jurisdicción ante Tribunales Extranjeros – tanto para sentencia como para
ejecución – y de Renuncia a oponer la Inmunidad Soberana.
2. La Cláusula del Acreedor más favorecido, que
establece que si nuestro país concediese, después del Megacanje 2005,
condiciones más favorables a otros acreedores, está obligado a concederle las
mismas ventajas a todos los que ya entraron en el canje (que son el 93 % de los
82.000 MD de Bonos Elegibles).
3. La Cláusula Cross Default o de
Incumplimiento Cruzado, que establece que la falta de cumplimiento con un
acreedor se considera automáticamente extendida a todos los acreedores,
generalizando así un nuevo default.
Las dos
citadas en el punto 1 son prácticamente las mismas cláusulas que nuestro país
ha venido suscribiendo en materia de Deuda Externa desde el Proceso Militar
hasta la fecha y que la actual administración ha reproducido en la misma forma.
Las dos
siguientes (2 y 3), en cambio, serían peores aún porque fueron incorporadas por
la administración Kirchner - no constituyen “herencia” recibida de gobiernos
anteriores - y tendrían efectos devastadores en caso de ser aplicadas a partir
de los fallos adversos en Nueva York.
Es aquí donde el
discurso kirchnerista se torna más inconsistente, tanto en las informaciones
oficiales del Ministerio de Economía (MECON) como particularmente en los
discursos de la presidenta.
CRISTINA KIRCHNER Y
EL DISCURSO DE LA FRAGATA.
En los dos
capítulos anteriores hemos tratado de resumir el subtema del default técnico y del
contexto del Megacanje 2005 en que el mismo se inscribe.
Cabe ahora volver
sobre lo planteado al inicio de esta nota, en cuanto analizar la consistencia o
no del discurso presidencial en relación a esta nueva crisis de deuda que vive
el país, pero que el gobierno no reconoce públicamente como tal y en el que
tanto la oposición política como los grandes medios de comunicación (sean
oficialistas u opositores) son cómplices del encubrimiento.
Cuesta un poco
entender la lógica gubernamental frente aseveraciones que no solamente no
coinciden sino que están contrapuestas a la realidad.
Y para fundamentar
esto que decimos vamos a tomar tres ideas-eje que la presidenta Cristina
Kirchner – reiterando, por otra parte, declaraciones suyas anteriores – vuelve
a plantear en su discurso del 9.1.2013 en ocasión del retorno de la fragata
Libertad (citado en la nota 1).
a) DES-ENDEUDAMIENTO
Y DEUDA INTRA-ESTADO.
Dijo allí la
presidenta – por enésima vez – que el país se está des-endeudando cuando ello
no es cierto: la deuda pública sigue aumentando y lo hace a un ritmo de 11.000-12.000
MD por año.
Con un agravante:
que la presidenta enfatiza que “venimos haciendo honor a esa deuda con nuestro
propio trabajo y esfuerzo, sin pedirle un peso a nadie.”
Esta expresión –
aparte de ratificar la “vocación pagadora”[12] de este gobierno – pone
al descubierto una interpretación inaceptable de la Deuda intra-Estado, que
constituye más de la mitad de la deuda pública total (es el 51 % sobre el saldo
de deuda de 194.000 MD al 30.6.2012).
Porque esa deuda,
tomada sistemática y compulsivamente con las agencias del Sector Público –
fundamentalmente ANSES, Banco Central (BCRA) y Banco Nación (BNA) – es deuda
que se pide prestado pero hay que devolver, como cualquier otra deuda:
-
El
dinero del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES no es plata propia
del Estado sino plata de los jubilados administrada por el gobierno. Por ende,
no son fondos que no le han sido prestados al Tesoro, como si esa deuda con el
organismo no existiese, sino dinero que se debe devolver, en tiempo y forma,
para que la ANSES cumpla con sus fines previsionales. Con el agravante que por
prestar ese dinero al gobierno, para que el gobierno a su vez pague deuda con
terceros – es decir, para que el Fisco haga transferencia y no extinción de
obligaciones – la ANSES incumple las actualizaciones jubilatorias legales del
82 % móvil y dilata el cumplimiento de los juicios por reclamos jubilatorios;
mientras desfinancia el fondo de garantía de las prestaciones futuras.
-
El
dinero que el gobierno saca del BCRA tampoco le es propio sino prestado y lo
tiene que devolver. Tanto las divisas que se toman de las Reservas
Internacionales (RI) como el dinero que se emite para dar Adelantos al Tesoro –
ambos, para pagar deuda con terceros – no son libres ni gratuitos para el
Estado: las reservas se compran con deuda cuasi-fiscal (Lebac/Nobac) al costo
del 15-16 % de interés anual y la impresión de billetes para financiar el gasto
público por deuda y otros conceptos presiona igualmente sobre la inflación.
Estrictamente hablando, las RI del BCRA (lo mismo que los fondos de la ANSES)
no son del gobierno sino del Estado, para atender las necesidades totales de la
Balanza de Pagos y no sólo o prioritariamente la atención del pago de la Deuda
Externa. Las Letras Intransferibles a 10 años de plazo que la Tesorería le
entrega al BCRA a cambio de sus divisas bajan así la calidad de los activos del
banco porque no hay garantía que esas divisas sean devueltas y ello afecta
entonces su Patrimonio. El BCRA, en realidad, ya no lleva a cabo una Política
de Acumulación sino de Reposición de Reservas, que vive retro-alimentando y
aumentando a costa de mayores deudas y mayor impresión de dinero.
-
El BNA
tiene – según datos al primer cuatrimestre de 2012 – aproximadamente un tercio
o más de su cartera de créditos y títulos prestados al gobierno, con lo que
también desnaturaliza la función esencial – que es dar préstamos al sistema
productivo – y aumenta su riesgo como banco.
En síntesis: no es
cierto que la Argentina se esté des-endeudando y no es cierto que el gobierno
esté pagando sistemáticamente deuda “sin pedirle un peso a nadie”. Se trata de
una peligrosa forma de razonamiento en manos de un gobierno que no tiene
capacidad de repago demostrada.
b) LA DEUDA DEL
GOBIERNO KIRCHNER.
En otro párrafo
destacado del discurso de referencia, la presidenta dijo que “en estos años ...
hemos honrado la deuda que otros contrajeron y que reestructuramos logrando la
quita más importante de la historia ...”.
Esta aseveración
contiene dos inexactitudes flagrantes, a las cuales ya hicimos mención antes (en
este mismo trabajo): 1. No es cierto que la deuda pública que hoy se está
pagando corresponda sólo a obligaciones contraídas por otras administraciones,[13] y 2. No es cierto que se
haya obtenido la quita más grande de la historia argentina porque ni siquiera
se ha obtenido quita neta de la deuda reestructurada en 2005-2010.
Por lo tanto, no es
válido decir que todas las deudas que se pagan no son del actual gobierno
porque sí las hay y en magnitudes relevantes; y tampoco es válido decir que el
Megacanje Kirchner-Lavagna obtuvo la quita más grande de la historia, porque no
la tuvo, con el agravante que tampoco hubo quita neta.
Por último, cabe
observar que la presidenta – como ya es usual en todos sus discursos – enfatiza
el empleo de la palabra “honrar” para referirse a la deuda pública argentina,
una deuda que tiene origen probadamente ilegítimo, que fue contraída a través
de un mecanismo de irregularidades sistemáticas y de corrupción
financiero-política; y que esta administración (como todas las anteriores) no
quiere investigar pese a la evidencia cierta de los delitos así cometidos
contra los intereses del Estado Argentino.
Pese a sus intentos
de diferenciación semántica en otros campos es notable que la presidenta
utilice aquí, en materia de deuda, el mismo concepto neo-liberal tradicional de
“honrar las deudas” que ha presidido la lógica de servidumbre del Sistema de la
Deuda Pública a lo largo de toda la Historia Argentina.
c) LA DEUDA COMO
COSA DEL PASADO.
Una tercera
observación sobre el falso enfoque conceptual que trasluce el discurso de la
presidenta – que es común a la posición general que viene sosteniendo el
oficialismo y a la postura cómplice tanto de los grandes partidos de oposición
con representación parlamentaria como de los grandes medios de comunicación del
establishment – es el de presentar el problema de la deuda como una cosa
superada del pasado.
El uso de la falsa
expresión “nos estamos des-endeudando”, el ocultamiento ante la opinión pública
de que la deuda sigue aumentando en todos los ámbitos del Estado, la permanente
referencia a un Megacanje 2005-2010 supuestamente exitoso pero que ha fracasado
en la práctica y cuyos efectos se están aguantando con Deuda Intra-Estado a
costa de desfinanciar a la ANSES, descapitalizar al BCRA y desviar fondos de
sus destinos específicos en las Agencias del Estado, la constante referencia a
una “batalla” contra los FB que están pleiteando contra la Argentina (no a la
mayoría de los FB, que son los que ya entraron haciendo su negocio especulativo
con el Megacanje Kirchner-Lavagna), el cumplimiento escrupuloso de los
servicios de la deuda y la reiterada invocación a seguirla “honrando”, todo
ello constituye la demostración fáctica de una administración adscripta al
Sistema de la Deuda Pública, cualquiera sea lo que se diga en los discursos
“para la galería”.
El oficialismo, en
coincidencia con los principales sectores involucrados en este sistema de la Deuda,
trata de vender la imagen que la Deuda es un problema del pasado, que “la cosa
está ahora bajo control”, que nos estamos “des-endeudando”, que la ilegitimidad
de la deuda está hoy fuera de discusión y que la actual administración no
piensa siquiera plantear el tema ni investigar la deuda, que se soslaya como
condicionante total y absoluto de todo lo que pasa en la Argentina en materia
de Finanzas Públicas y Política Económica.
Notablemente, en
este planteo de fondo coinciden tanto los defensores del gobierno, de discurso populista, como los exponentes del
Neo-liberalismo, tan criticado por las autoridades pero muy respetuoso,
discreto y hasta elogioso de la gestión de deuda del gobierno K.
Es parte del
Gatopardismo de la Deuda: fingir que las cosas cambian para que todo siga
igual.
EN CONCLUSIÓN:
Los jueces
internacionales ya han comenzado a fallar “en serie” contra la Argentina en
materia de deuda y las presiones externas se acentúan sobre el gobierno
Kirchner: fallos de los Tribunales de Nueva York, demandas en el CIADI,
instancias forzosas ante el Tribunal del Mar por el caso de la fragata
Libertad, presiones del lobby de los FB ante el gobierno norteamericano y
presiones de la administración Obama por los reclamos en el CIADI, negociaciones
bajo presión sobre la deuda externa con los países del Club de París,
condicionamientos crecientes de los préstamos por las nuevas deudas de las
Empresas del Estado (con YPF a la cabeza), negociaciones extra-judiciales con
holdouts, aumento de la dependencia financiera de los grandes bancos locales y
uso en gran escala de la Deuda intra-Estado para sostener y seguir aumentando
el sistema del endeudamiento.
El gobierno K trata
de presentar el problema de la deuda como acotado a los FB pero el problema no
son los FB, el problema es la Deuda.
Lic. Héctor L.
GIULIANO
Buenos Aires, 15.1.2013.
Archivo: GIULIANO
ARTICULO 2013 01 15 FB Y DISCURSO K
NOTAS:
[1] Fundamentalmente el discurso del 19.11.2012
en la Convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), en el
Hotel Sheraton de Buenos Aires, y el más reciente del 9.1.2013, cuando el
arribo de la fragata Libertad a Mar del Plata.
[2] Esta posición ya había sido expresamente
sostenida en otro discurso anterior - del 2.11.2012 - donde la presidenta dijo
textualmente: “El negocio (de algunos) es que no paguemos, pero ¿saben qué?.
Les tengo una mala noticia. Vamos a pagar y vamos a pagar en dólares.”
[3] La cuestión del pari passu en cuanto a
interpretación, alcance y modo de aplicación no está muy clara todavía: no
puede saberse si la resolución final del tema será la adaptación de los
holdouts al Megacanje 2005 o si, por el contrario, los FB obtendrían una
victoria absoluta consiguiendo todas sus reivindicaciones de capital,
intereses, punitorios, costas y gastos; con el agravante de su extensión a
todos los acreedores que ya entraron en el canje por la Cláusula del Acreedor
más favorecido.
[4] Ver acápite 3 del punto siguiente, sobre
Megacanje 2005.
[5] Las abreviaturas MD/M$ significan Millones
de Dólares/Pesos respectivamente y las cifras están expresadas siempre con
redondeo.
[6] Quien mejor ha estudiado en detalle estos
números del Megacanje 2005 – en varios de sus trabajos - es Javier Llorens, de
Córdoba, sobre todo en lo tocante a los VLPBI. En relación a las negociaciones
y a las cifras generales al Acuerdo, así como sus condiciones, también puede
consultarse el libro Problemática de la Deuda Pública Argentina – Tomo I, La
Deuda bajo la administración Kirchner (2006) – del autor de esta nota.
[7] Los VLPBI fueron propuestos y desarrollados
por el asesor del Fondo Monetario Internacional (FMI) Eduardo Borensztein como
forma de pagos adicionales en función del crecimiento económico.
Si bien se los
presentó como una novedad en el caso argentino, lo cierto es que la idea de
estos cupones PBI tenía viejos antecedentes: bajo el esquema del Tratado de
Versalles, después de la Primera Guerra Mundial, fue aplicada contra Alemania
con el Plan Dawes de 1924. Entonces se los denominó pagos según Índice de
Prosperidad.
[8] En este aspecto es consistente la sospecha
de Javier Llorens, que sugiere que las actuales presiones de los FB que
quedaron fuera del canje pueden responder a que, viendo los ventajosos
resultados prácticos del mismo desde el punto de vista de los acreedores, ahora
estarían queriendo entrar, aunque forzando las condiciones de ingreso, costas
de juicios y retroactivos.
En esta línea
de interpretación no es descartable que pueda llegarse a un acuerdo intermedio
de partes por el que los FB declinarían sus juicios contra la Argentina
fingiéndose “derrotados”, el gobierno Kirchner adoptaría una nueva posición
exitista como supuesto “vencedor” de los FB y la Argentina podría entonces
retornar a los mercados internacionales de capitales – según la Hoja de Ruta de
Boudou – para volver a endeudarse (que es el objetivo final de todo este
proceso).
[9] La Indexación está formalmente prohibida
por la Ley de Convertibilidad 23.928 pero esta restricción no se aplica a la
deuda financiera por títulos públicos.
[10] Como en la actualidad la gran mayoría de
estos bonos en pesos ajustables por CER está en manos de la ANSES, el efecto de
licuación de deuda por sub-indexación lo sufre el fondo de los jubilados.
[11] El hecho previsible que la Argentina no
logre en 2012 el piso de crecimiento del PBI que dispara el pago de los VLPBI
(todavía no se tienen los resultados oficiales) paradójicamente “beneficia” a
nuestro país porque difiere el pago de estos cupones para el año en curso
(2013) aligerando su peso sobre las finanzas públicas de este ejercicio.
Desde ya, no
se trata de un ahorro neto, porque los VLPBI tendrán que pagarse en el futuro,
hasta reunir los 42.000 MD comprometidos sobre el total de 82.000 de Bonos del
2005, pero se “estira” un poco la efectivización de su desembolso.
Por este
motivo, es engañosa la tipificación que hace el gobierno de los VLPBI como
Deuda Contingente porque, estrictamente hablando, no es deuda contingente o
eventual – ya que su importe total es cierto – sino que lo “contingente” es el
tiempo del desembolso (a menos que se reduzca fuertemente el ritmo de
crecimiento a largo plazo por debajo del 3 % anual del PBI).
[12] La acertada expresión pertenece al ex juez
Salvador M. Lozada.
[13] Es el caso directo de la nueva deuda
pública que se está contrayendo a un ritmo superior a los 10.000 MD anuales, de
los nuevos rubros del Megacanje 2005 – por capitalización de intereses,
indexación de deuda en pesos ajustada por CER, cupones PBI y obligaciones de
recompra anticipada –, de la deuda pública indirecta de empresas del estado,
organismos nacionales y fondos fiduciarios, de la deuda cuasi fiscal del BCRA,
de la deuda de provincias y municipios; y del aumento extra-ordinario de deudas
por juicios contra el Estado con/sin sentencia en firme
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