(Fecha original del artículo: 1987)
Nombres/1
A la casa de los nombres
acudían, queriendo llamarse, las personas y los bichos y
las cosas. Los nombres tintineaban, ofreciéndose: prometían
buenos sones y ecos largos. La casa estaba siempre llena de
personas y bichos y cosas probándose nombres. Helena sońó con la casa de los
nombres y allí descubrió a la perrita Pepa Lumpen,
que andaba en busca de un nombre más presentable.
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