Compañeros/as de Ciencias de la Educación
Educación Permanente o Educación y participación social: ¿es esa realmente la cuestión?
¿De qué se trata este nuevo intento de volver para atrás con los acuerdos alcanzados en la Reforma del Plan de Estudios?
En la Junta Departamental de la carrera de Ciencias de la Educación hay una discusión en torno a la denominación y a los contenidos de la materia Educación Permanente.
En el largo proceso que conocemos como Reforma del Plan de Estudios se decidió unánimemente la incorporación de Educación Permanente al Ciclo de formación General. Desde los inicios del debate se evidenció la necesidad de que haya una materia que tuviera una visión amplia de lo educativo, que cuestionara la fragmentación educativa, que no eludiera la educación de jóvenes y adultos ni las formas a través de las cuales los trabajadores (ocupados o desocupados) organizan experiencias educativas más allá de la escuela y busca reconocimiento por parte del Estado.
Durante el período 2004-2009 la cátedra de Educación No Formal fue respondiendo a estas demandas, acompañada por una intensa participación estudiantil. Justamente, la superación de la división entre"educación formal" y "educación no formal" se planteó desde una perspectiva renovada como "educación permanente".
La propuesta concreta fue: una materia con "una concepción integral de lo educativo inscripto en un contexto sociohistórico, político y económico determinado, donde se destaca la relación e interacción entre los universos de la escuela y de la educación más allá de la escuela y se reconoce la diversidad de las experiencias educativas con distinto grado de formalización, de las intencionalidades y enfoques y de los sujetos protagonistas".
Entre 2008-2009, en el marco de la reforma del plan de estudios, esta visión integral de la educación no sólo pasó a plasmarse en una materia específica que se llamó Educación permanente, sino que además se convirtó en eje transversal de todo el Plan de Estudios. Es decir, unánimemente los representantes de los tres claustros de la Junta Departamental decidieron que la materia Educación Permanente fuera parte del Ciclo de Formación General en el nuevo Plan de Estudios. Es más, el nombre Educación Permanente fue propuesto por los representantes del Claustro de profesores (misma fuerza política que hoy). Así, en la reunión del 16 de diciembre de 2009, la Junta Departamental aprueba, por votación unánime, Educación Permanente como materia obligatoria del Ciclo de Formación General. Este constituye uno de los acuerdos básicos ya logrados en este proceso de cambio.
Sin embargo, desde el año pasado, profesores, graduados y la minoría de estudiantes vienen impulsando el cambio de nombre de la materia así como la modificación de sus contenidos mínimos. En relación a estos últimos hubo acuerdo en las modificaciones propuestas ya que coincidían con todo lo que había venido proponiendo la Cátedra encabezada por las profesoras María Teresa Sirvent y Sandra Llosa. Esto quedó aclarado en la Junta Ampliada donde se registraron los cambios propuestos a la versión final de los contenidos mínimos de Educación Permanente.
No pasó lo mismo con el nombre. La "mayoría" de profesores y graduados, apoyados por la minoría estudiantil, sostiene ahora que Educación Permanente es una perspectiva y que, por lo tanto, no puede ser el nombre de una materia. Como si se hubieran olvidado que su misma fuerza política fue la que propuso el nombre... Luego da varios intentos fallidos de inventar nombres, terminaron por encontrar uno que consideran más general: Educación y participación social.
Este es el punto central de la discusión actual: ¿Educación Permanente o Educación y participación social? Mismos contenidos mínimos, dos propuestas de nombres. ¿Por qué representantes de profesores y graduados que aprobaron hace cuatro años tanto los contenidos como el nombre de la materia Educación Permanente proponen su modificación? La respuesta es más o menos la de siempre: en lugar de priorizar la discusión teórica y política honesta sobre qué graduado se está formando y qué debe enseñar la carrera para eso, prima la disputa por quien va a dictar esa cátedra no tanto ahora sino en el futuro.
El argumento que se esgrimió para cambiar el nombre fue que Educación permanente era una perpectiva y que, por lo tanto, no permitía dar, por lo menos dos programas con los mismos contenidos mínimos. Esta impostura niega la existencia de diferentes abordajes teórico-metodológicos de Educación permanente. De hecho, su campo conceptual es un campo de lucha entre tendencias que le otorgan sentidos políticos diferentes.
Desde Inédito Viable sostenemos el nombre de Educación Permanente y consideramos que es una buena oportunidad para dar a conocer un debate que nos concierne a todos/as. Consideramos que el nombre Educación Permanente recorta contenidos que permite analizar la educación como un derecho a lo largo de toda la vida. Sin dudas esto implica una visión global de lo educativo y, en consecuencia, tiene el potencial de seguir los procesos educativos que la clase obrera pone en marcha al exigir igualdad en el acceso a una educación científica y de calidad. Abordar los múltiples espacios educativos con diferente grado de formalización permite tomar en cuenta las respuestas que distintos grupos se fueron dando para enfrentar los problemas de acceso, permanencia y egreso, así como el enfrentamiento a la degradación de la calidad educativa
De este modo, lo educativo como totalidad aborda las múltiples experiencias que se dan tanto en la escuela como en otros ámbitos. Permite preguntarse por qué y cómo las políticas públicas y programas estatales, organizaciones no gubernamentales, organizaciones políticas y movimientos sociales, entre otros, ponen en marcha experiencias educativas a lo largo de toda la vida de los sujetos.
En síntesis, paraInédito Viable este nombre es potente porque, como planteó la Cátedra que actualmente da la materia Educación No Formal:
"La materia debería no sólo facilitar el contacto y el conocimiento de la heterogeneidad de las experiencias y prácticas concretas, sino además, desde nuestra perspectiva, estimular el análisis, la reflexión crítica y el compromiso transformador en torno de las principales problemáticas educativas del contexto socio-histórico, económico y político nacional y latinoamericano, que afectan a la realización del derecho a la educación a lo largo de la vida. Las necesidades y demandas educativas de diferentes sujetos y grupos sociales, la cultura popular, los mecanismos de poder y la participación social de los distintos actores, el lugar del Estado, la creación de experiencias educativas transformadoras o alternativas, son cuestiones de relevancia, entre otras, para la comprensión, el análisis y la intervención pedagógica en torno a las problemáticas educativas actuales."
6 años impulsando la organización y participación estudiantil en Cs. de la Educación.
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