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miércoles, 16 de noviembre de 2016

Escuchando con el corazón: Hablamos con un bailarín sordo de danza contemporánea

Foto tomada del Facebook de Christian Briceño.
Crédito: Gabriel Ortiz.
ENTREVISTAS
Autoras/es: Juan Sebastián Barriga Ossa
(Fecha original del artículo: Marzo 2016)

Cuando Christian Briceño era niño y se quedaba solo en la casa, para matar el aburrimiento, se ponía a jugar con el equipo de sonido de sus papás. Él es sordo de nacimiento así que no tenía idea qué disco estaba poniendo, pero poco le importaba. La idea era subir el volumen al máximo y sentir las vibraciones de la música recorriendo todo su cuerpo. Desde muy pequeño, a Christian, al igual que muchos colombianos, lo picó el bicho del baile y ese veneno se insertó de forma tan profunda en sus venas que el año pasado fue la primera persona sorda graduada como profesional de danza contemporánea en Colombia.
Christian comenzó a bailar en la iglesia cristiana a la que iba cuando era niño. Allí arrancó la primera etapa de su formación, en la que percibía el sonido de forma visual e imitaba los pasos de baile de la gente. Luego ingresó a la Universidad CENDA para estudiar la carrera de danza contemporánea. “Ahí empecé a percibir el sonido a través de otros sentidos, no solo la parte visual, también la táctil, la vibración”, explica. Pero graduarse fue un proceso complicado. La educación superior en Colombia no estaba preparada para enseñarle danza contemporánea a un estudiante sordo. Cosas tan simples como la gramática con la que escribe, que es la misma que usa con la lengua de señas, o la ausencia de intérpretes, eran un problema a la hora de presentar sus trabajos.
Pero tal vez la prueba más difícil que enfrentó fue pasar un curso de música. El profesor no estaba convencido de que un estudiante sordo estuviera en una clase de música tradicional africana. Christian se sentía relegado: “fue un trabajo doble porque también tuve que convencer al docente”, cuenta. Mientras caminaba aprendió a marcar el ritmo, a marcar los tiempos de las canciones y a contar compases. Cuando presentó su exámen final, lo hizo sólo frente al profesor quien le dijo: “muestre a ver qué fue lo que aprendió”. Él comenzó a marcar el ritmo de la canción y cuando se dio cuenta, el profesor estaba emocionado al ver cómo logró entender los ejercicios.
Nadie pensó que podía terminar la carrera, pero lo logró e inspirado por estas mismas dificultades, en su tesis desarrolló una guía pedagógica para sordos útil para futuros estudiantes. Hoy domina la percepción del sonido y puede reconocer la diferencia que hay entre los ritmos. Él escucha con todo su cuerpo. Puede ver qué ritmo está marcando un percusionista y, gracias a las vibraciones, sabe si está sonando una canción rápida, pesada o lenta. Crea sus propios movimientos e incluso improvisa mientras baila. Además incorpora elementos de la lengua de señas en sus pasos. Así, de forma simbólica y subliminal, le hace guiños a la población sorda que ve sus presentaciones, buscando que ellos se interesen en la danza y el arte.
Foto tomada del Facebook de Christian Briceño.
Actualmente tiene 29 años. Trabaja como docente en ConCuerpos, un grupo de danza contemporánea incluyente para personas sorda y oyentes. Es promotor de la Federación Nacional de Sordos de Colombia. Forma parte de un proyecto llamado Filmedios que es una productora que hace contenido audiovisual para la población sorda. Y también es presentador de televisión. Sentado en una cafetería cercana al Park Way junto a Laura Herrera, quien nos sirvió de intérprete durante nuestra conversación, Christian nos contó acerca del baile, de su relación con el sonido, sus influencias y sus proyectos.

¿Para tí qué representa la danza?
Es como sentir el sabor de uno poder complementarse con el cuerpo y poder expresar muchas cosas. Es sentir la vibración y el ritmo, pero de una manera diferente.
¿En qué parte del cuerpo sientes las vibraciones?
Las siento más que nada en la caja torácica, en el pecho y el estómago. Pero depende de si tengo un parlante de alta frecuencia que me hace vibrar todo el cuerpo. Si digamos tengo un radio, pongo mis manos sobre el parlante y las siento a través de mis palmas.
¿Sientes algo espiritual cuando bailas?
Sí claro. Siento que todo vibra en mí, que algo se despierta por dentro. Siento que es muy importante la concentración que tengo en mi cuerpo y todo el entorno. Yo me miro para saber cómo estoy produciendo los elementos, cómo me relaciono con el exterior, qué quiere transmitir la música, cómo es el espacio y las personas que están a mi lado. Por todo esto debo estar muy consciente de mi cuerpo. Es una manera de expresarme. Mucha gente me dice: "¿usted mo cuadra tan bien los movimientos si no escucha?" Realmente es una cosa que llevo adentro.
¿Qué comentarios has recibido por parte de la población sorda?
La población sorda no tienen mucha educación musical, pero ya hay más motivación. La gente sorda se interesa sobre todo en el estudio de nuestra lengua, la incidencia política y la docencia, pero cada vez hay más curiosidad por el arte. Yo personalmente me tomo esa tarea de motivar a la gente. Lo que pasa es que no hay bases de formación para los niños ni muchos pares que puedan enseñar o abrir estos espacios que generen una identidad cultural en la comunidad sorda.
¿Cómo haces para coordinar tus pasos de baile?
El primer estímulo es visual. Tengo que verlo en otra persona para saber qué tipo de movimiento es y también voy mirando el ritmo predominante. Luego lo guardo en mi memoria. Después lo cuadro en tiempos y voy sintiendo el ritmo y viendo dónde lo marco. En general es una experiencia muy visual y perceptiva del sonido.
¿Cómo haces para bailar cuando estás en una discoteca?
Siempre pregunto qué ritmo está sonando porque en una discoteca no hay mucha técnica, la gente baila más o menos igual todas las cosas. Entonces cuando me dicen: “está sonando salsa”, me libero y bailó sin ver a los otros. Hace poco fuimos a Santa Marta con los compañeros del trabajo y fuimos de rumba al Rodadero. Recuerdo que el piso de la discoteca era de madera y se sentía la vibración super fuerte. Me gustó ir allá porque había grupos afrocolombianos que se la gozan muchísimo y son más amigables. No tienen ningún tipo de recelo en bailar.
¿Qué artistas de danza contemporánea te inspiran?
En Maracaibo, Venezuela, está Deynis Luque quien también es sordo y maneja un programa en la Universidad Zuila, en la que le da clases a niños oyentes. También me gustan Martha Graham y Pina Bausch. Ellas toman algunos elementos de la lengua de señas y los usan en movimientos de sus manejos y expresión facial. Martha trabaja mucho el tema de la postura y los diferente énfasis que se pueden hacer. Pina trabaja la libre expresión y el tema de la creatividad. Por eso me gustan tanto.
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A Christian lo pueden seguir por aquí y ver sus videos por este lado.

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