Autoras/es: Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Serie Cuadernos para el aula. Lengua 4. Nap. EJE: Literatura
(Fecha original del artículo: s/d)
c) Animales enlazados en las palabras
Muchas veces podemos plantear una
actividad de escritura antes de la lectura de algún texto que despliega
mecanismos complejos. Explorar las palabras para que los niños descubran en
ellas otros animales e inventar historias a partir de esas asociaciones, como
propone Gianni Rodari en su Gramática de la fantasía4, puede ser un camino
que los lleve a disfrutar más la lectura de los bichonarios/animalarios que
llegarán luego.
A continuación,
presentamos una serie de actividades para que el docente trabaje este tema con
los chicos.
Esta propuesta
consiste en hallar animales que “se han escondido” en una lista de palabras.
Para ello, los chicos se organizan en grupos y reciben varias tarjetas con
palabras, las desarman hasta encontrar el nombre del animal y, por último, con
la “parte sobrante” de la palabra inventan una nueva, o utilizan la que ha
quedado completa. Finalmente, el maestro puede proponerles que establezcan una
relación entre ambas y que la escriban al modo de una definición de
diccionario. Una lista posible es la siguiente: telaraña – vidrioso –
cuadrilátero – latoso – cocotero – espuma – rayador – pulgada – carretero –
patotero – repollo – llamarada – gansada – gatatumba – lloro – mosquitero –
ocaso – pajarota – palomita – papamoscas – patoso – pavoroso – desganado –
peletero – perramente – pezuña – piojoso – serrana – repulgar – sarnoso –
toronja – vacante – zapato.
Por ejemplo, “palomita” puede dar “paloma”
y luego “lomita”. Al relacionar ambas palabras pueden inventar que se trata de “una
paloma mensajera que lleva cartas a los habitantes de las lomitas”. O “repulgar”,
que puede dar “pulga” y “repulgue”, y puede transformarse en “una pulga golosa
que se esconde en los recovecos de las empanadas”. Obviamente, para reponer el sentido
de alguna de las palabras dadas, es posible recurrir al diccionario.
Una vez que el grupo ha finalizado la tarea, elige una de las palabras –la que
más le ha gustado– y uno de los integrantes lee en voz alta las dos palabras
que encontraron y la breve definición que armaron.
4 En esa obra, Gianni Rodari propone que dos palabras elegidas al
azar y que no guardan ninguna relación entre sí pueden ser el punto de
partida para producir historias. Dice el autor: “En el binomio fantástico, las palabras no se
toman en su significado cotidiano, sino que se las libera de las cadenas verbales de las que
normalmente son parte integrante”.
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