Hacía mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna. ¿Sería dulce o salada?
Tan sólo querían probar un pedacito. Por las noches, miraban ansiosos hacia el cielo.
Se estiraban e intentaban cogerla, alargando el cuello, las piernas y los brazos.
(Fecha original del artículo: 2010)
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