Snowden admitió públicamente la semana pasada ser el responsable de lo que podría ser la filtración más importante de documentos secretos del gobierno en la historia de EEUU. El ex funcionario de la CIA y analista de la empresa privada de consultoría de inteligencia Booz Allen Hamilton habló con Glenn Greenwald, del periódico The Guardian; con la cineasta independiente Laura Poitras y con Barton Gellman, del Washington Post. Snowden les proporcionó pruebas fehacientes de que el gobierno de EEUU, principalmente a través de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), está llevando a cabo un amplio programa de vigilancia y espionaje a nivel mundial y, lo que es quizá más controvertido, de prácticamente todos los ciudadanos estadounidenses, por fuera de las atribuciones constitucionales.
- Ex-empleado de la CIA, Edward Snowden, fue quien filtró a la prensa programa "Prisma" de espionaje de la NSA
Jay Carney declaró: “Necesitamos alcanzar un equilibrio adecuado entre la seguridad nacional y la protección de la privacidad. Al asumir la presidencia el (Presidente Obama) evaluó, y su equipo evaluó, los programas existentes y en algunos casos mejoraron la vigilancia. Y él considera que con la vigilancia actual y la aplicación actual de los programas, ese equilibrio se logra adecuadamente, se ha logrado adecuadamente, pero es totalmente legítimo dar un debate sobre el asunto”.
Andrew Stepanian declaró: “Creo que muchos de nosotros estamos alentando hoy a las personas a que, sin importar en qué parte de Estados Unidos se encuentren, sin importar en qué ciudad, comiencen a realizar sus propias manifestaciones juntos bajo el lema ‘Apoyo a Edward Snowden’. Y sin importar el tamaño de la manifestación, que alienten a las personas que tienen alrededor a celebrar a Edward Snowden y lo que hizo en forma totalmente desinteresada por los estadounidenses, y que lleven este debate más allá para evitar que sea demonizado, por los medios o por el gobierno, y que hablen de que lo que hizo lo hizo al servicio de la población”.
Una petición de indulto para Edward Snowden publicada en el sitio de la Casa Blanca ha recibido más de 43.000 firmas hasta el momento.
11-06-13 Blackwater digital: cómo la NSA le da a los contratistas privados el control del estado vigilador
Mientras el Departamento de Justicia se prepara para presentar cargos contra Edward Snowden, empleado de la empresa Booz Allen Hamilton, por haber filtrado documentos clasificados relacionados a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), en EE.UU. todas las miradas están puestas en el papel de las empresas privadas de inteligencia. A pesar de que era un empleado contratado que había trabajado en la oficina de la NSA en Hawai menos de tres meses, Snowden afirma que él tenía capacidad para espiar a casi cualquier persona del país. "Yo, sentado en mi escritorio, sin duda tenía la capacidad de intervenir la línea telefónica de cualquier persona, desde la suya o la de su contadora hasta la de un juez federal o incluso del presidente, si tenía su correo electrónico personal", le dijo Snowden al periódico The Guardian. En la década pasada, el sector de la inteligencia estadounidense confió cada vez más en la pericia técnica de empresas privadas, como Booz Allen, SAIC, Narsus —subsidiaria de Boeing— y Northrop Grumman. En la actualidad, cerca del 70 por ciento del presupuesto nacional para inteligencia se gasta en el sector privado. El ex director de la NSA Michael V. Hayden describió estas empresas como “un Blackwater digital” [en referencia a la empresa privada de seguridad]. Hablamos con Tim Shorrock, autor del libro "Spies For Hire: The Secret World of Outsourced Intelligence” (Contratación de espías: el mundo secreto de la subcontratación de los servicios de inteligencia).
Alex Abdo declaró: “Nos hemos dado cuenta de que la verdadera aspiración de la Agencia Nacional de Seguridad es básicamente registrar Internet, llevar un registro de cada vez que alguien dice algo a otra persona en Internet, por teléfono, a través de cualquier medio de comunicación y almacenarlo por tiempo indefinido en una base de datos del gobierno por si en algún momento en el futuro resulta importante. Esa no es la función del gobierno que establece la Constitución. Tiene todas las herramientas necesarias para combatir el terrorismo. No necesita esto”.
La decisión de Edward Snowden de filtrar una cantidad de documentos secretos que detallan el programa de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) desató un abanico de reacciones. Entre sus detractores se lo llama “un gran narcisista que merece estar en la cárcel” (Jeffrey Toobin de la revista The New Yorker) y alguien que cometió “un acto de traición” (senadora demócrata Dianne Feinstein, titular del comité de inteligencia del Senado). Para quienes lo apoyan, Snowden es un héroe por haber mostrado que “el uso ciego de máquinas en nombre de la seguridad afecta nuestra propia integridad” (escritor Douglas Rushkoff) y alguien a quien el presidente Obama debería “agradecerle y ofrecerle un trabajo como asesor de la Casa Blanca en el área de tecnología”(Scott McConnell, editor de la revista American Conservative). Presentamos un debate entre dos invitados: Chris Hedges, miembro de la organización Nation Institute y ganador del premio Pulitzer como corresponsal extranjero del periódico The New York Times; y Geoffrey Stone, profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago. Stone trabajó como asesor informal del presidente Obama en 2008, años después de haberlo contratado para que enseñara derecho constitucional.
13-06-13 Snowden en Hong Kong: “Estoy aquí para revelar la criminalidad”
14-06-13 NSA: secretos, espionaje a gran escala y ciberguerra
Mientras el gobierno de EE.UU. promete tomar "las medidas necesarias" para perseguir al denunciante Edward Snowden, hablamos con el periodista James Bamford acerca de la política de expansión de la vigilancia gubernamental secreta y de la guerra cibernética de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés). En su más reciente informe para la revista Wired, Bamford describe el perfil del director de la NSA, el General Keith Alexander, y une los puntos entre el programa PRISM, las escuchas telefónicas y el centro de espionaje masivo de la NSA en Bluffdale, Utah. Dice Bamford acerca de Alexander: "Nunca hubo alguien en los servicios de inteligencia estadounidenses que haya tenido el grado de poder que él tiene, con la cantidad de gente bajo su mando, el alcance de sus órdenes, la extensión de su mandato y la profundidad de su secreto". Autor del libro "The Factory Shadow: The Ultra-Secret NSA from 9/11 to the Eavesdropping on America" (La fábrica en la sombra: la ultrasecreta NSA, desde el 11S hasta el programa de escuchas en Estados Unidos), Bamford ha informado sobre la Agencia de Seguridad Nacional durante los últimos treinta años, después de haber ayudado a exponer su existencia en la década de 1980.
14-06-13 Director de FBI: filtraciones de NSA provocaron un “daño considerable”
Robert Mueller declaró: “con respecto a la persona que admitió haber realizado las filtraciones, es objeto de una investigación penal. Estas revelaciones provocaron un daño considerable a nuestro país y a nuestra seguridad. Estamos tomando todas las medidas necesarias para responsabilizar a esta persona de las filtraciones. Debido a que este es un asunto que está siendo investigado, no podemos comentar públicamente los detalles de la investigación”.
Se cree que Edward Snowden se está ocultando en Hong Kong.
14-06-13 Edward Snowden y el programa de espionaje inconstitucional de Estados Unidos, por Amy Goodman
En mi opinión, no ha habido en la historia estadounidense una filtración más importante que la publicación por parte de Edward Snowden del material de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés), y eso incluye sin duda los Papeles del Pentágono hace 40 años. La revelación de Snowden nos brinda la posibilidad de dar marcha atrás a una parte fundamental de lo que ha equivalido a un “golpe ejecutivo” contra la constitución estadounidense.
Desde el 11-S, se ha producido, al principio en secreto, pero luego de una forma cada vez más abierta, una revocación de la Declaración de Derechos por la que este país luchó hace 200 años. En concreto, la 4ª y la 5ª enmienda de la constitución estadounidense, que protegen a los ciudadanos de las intromisiones injustificadas en sus vidas privadas por parte del Gobierno, han sido prácticamente suspendidas.
El Gobierno afirma que dispone de una orden judicial de acuerdo con la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés), pero esa orden de vigilancia ampliamente anticonstitucional procede de un tribunal secreto, protegido frente a una supervisión real y que obedece casi por completo a las exigencias del Ejecutivo. Como dice Russel Tice, un exanalista de la NSA, “es un tribunal desautorizado que autoriza por sistema”.
Por tanto, es una tontería que el presidente diga entonces que existe una supervisión judicial, al igual que también lo es la supuesta función supervisora de los comités de inteligencia en el Congreso. No es la primera vez —como en los temas de las torturas, los secuestros, las detenciones, los asesinatos con drones y los escuadrones de la muerte— que han resultado estar dominados por los organismos a los que supuestamente controlan. También son agujeros negros para la información que los ciudadanos tienen que conocer.
El hecho de que los líderes del Congreso fuesen “informados” sobre este tema y lo consintiesen, sin ningún debate abierto, ninguna audiencia, ningún análisis parlamentario ni tampoco ninguna posibilidad de expresar una disconformidad real, solo demuestra lo deteriorado que está el sistema de controles y equilibrios en este país.
Obviamente, EE UU no es ahora un Estado policial, pero dada la importancia de esta invasión de la privacidad de las personas, tenemos todas las infraestructuras electrónicas y legislativas de un Estado así. Si, por ejemplo, hubiese ahora una guerra que provocase un movimiento antibelicista a gran escala – como el que tuvimos en contra de la guerra en Vietnam – o, lo que es más probable, si sufriésemos un ataque más de la magnitud del 11-S, temo por nuestra democracia. Estos poderes son extremadamente peligrosos. Hay razones legítimas para que exista la confidencialidad, y concretamente para mantener la confidencialidad de las comunicaciones de los servicios de espionaje. Esa es la razón por la cual Bradley Mannning y yo – y ambos teníamos acceso a dicha información de inteligencia con autorizaciones más altas que el alto secreto – decidimos no revelar ninguna información que tuviese esa clasificación. Y esa es la razón por la cual Edward Snowden se ha comprometido a negarse a publicar la mayor parte de la información que podría haber revelado.
Pero lo que no es legal es usar un sistema de confidencialidad para ocultar programas que son a todas luces anticonstitucionales por su alcance y sus posibles abusos. Ni el presidente ni el Congreso en conjunto pueden revocar por sí mismos la 4ª enmienda, y esa es la razón por la cual lo que ha revelado Snowden hasta el momento se mantenía oculto al pueblo estadounidense.
En 1975, el senador Frank Church habló de la Agencia Nacional de Seguridad en estos términos:
“Conozco la capacidad que existe para hacer que la tiranía sea absoluta en EE UU, y debemos hacer que este organismo y todos los organismos que poseen esta tecnología actúen dentro de la ley y bajo una supervisión adecuada para que nunca crucemos ese abismo. Es el abismo del que no hay vuelta atrás”.
La peligrosa perspectiva de la que advertía era que la capacidad de los servicios de espionaje estadounidenses de recabar información —que actualmente no tiene ni punto de comparación con la que existía en la época predigital— “podía volverse en contra del pueblo estadounidense en cualquier momento, y a ningún estadounidense le quedaría ninguna privacidad”.
Eso ha ocurrido ahora. Eso es lo que Snowden ha hecho público, con los documentos oficiales secretos. La NSA, el FBI y la CIA cuentan, con la nueva tecnología digital, con un poder de vigilancia sobre nuestros ciudadanos con el que la Stasi —la antigua policía secreta de la antigua “república democrática” de Alemania del Este— ni siquiera habría podido soñar. Snowden revela que la llamada comunidad de los servicios de espionaje se ha convertido en la Stasi Unida de América.
Por tanto, hemos caído en el abismo del senador Church. La pregunta es ahora si tenía razón o se equivocaba en lo de que no había vuelta atrás, y si eso significa que la democracia real se volverá imposible. Hace una semana, me habría costado argumentar esas conclusiones con respuestas pesimistas.
Pero el hecho de que Edward Snowden haya arriesgado su vida para revelar esta información, inspirando posiblemente a otras personas con unos conocimientos, una conciencia y un patriotismo parecidos a mostrar un valor civil comparable —entre la ciudadanía, en el Congreso y en la propia rama ejecutiva— me hace ver la inesperada posibilidad de encontrar la manera de subir y salir del abismo.
La presión de unos ciudadanos informados sobre el Congreso para que forme un comité de investigación que ponga en claro las revelaciones de Snowden y, espero, de otras personas, nos podría llevar a someter a la NSA y al resto de la comunidad de los servicios de espionaje a una supervisión real, y a controlar y a restablecer la protección de la Declaración de Derechos.
Snowden ha hecho lo que ha hecho porque ha reconocido lo que son los programas de vigilancia de la NSA: una actividad peligrosa y anticonstitucional. Esta invasión general de la privacidad de los ciudadanos estadounidenses y extranjeros no contribuye a nuestra seguridad; pone en peligro las mismísimas libertades que estamos tratando de proteger.
Daniel Ellsberg es un antiguo analista del Ejército estadounidense. En 1971 filtró los Papeles del Pentágono a The New York Times. Los documentos contenían un análisis secreto sobre la toma de deciciones del Gobierno estadounidense en relación con la guerra de Vietnam.
Traducción de News Clips.
12-06-13 Todos con Snowden -- ¡No al ciberespionaje!
Este joven de 29 años acaba de
renunciar a toda su vida (a
su novia, a su trabajo, y a su casa) para destapar el escandaloso programa de
ciberespionaje del gobierno de Estados Unidos, bajo el cual han estado
leyendo y grabando nuestros correos, mensajes de Skype y Facebook, y nuestras
llamadas durante años. El programa se conoce como PRISM.
Cuando el soldado estadounidense Bradley Manning reveló información semejante
a WikiLeaks, EE.UU. reaccionó con total brutalidad, encarcelando a Manning en
confinamiento solitario bajo condiciones que la misma ONU denunció como
"crueles, inhumanas y degradantes".
Justo en estos momentos las autoridades y la prensa están decidiendo cómo
manejar este escándalo. Si en las próximas 48 horas, millones de personas
apoyamos a Edward Snowden, enviaremos un poderoso mensaje exigiendo que lo
traten como el valiente denunciante que es, y que la mano dura se
aplique contra PRISM y no contra Edward:
El programa PRISM es realmente perturbador: le da al gobierno de
Estados Unidos acceso ilimitado a todos nuestros correos personales y a
nuestras cuentas de Google, Youtube, Facebook, Skype, Hotmail, Yahoo! y mucho
más. Están registrando millones de nuestros mensajes cada mes y ¡la CIA puede
utilizar esta información (ahora o en el futuro) para procesar, castigar o
extorsionar a cualquier persona, incluyendo a nuestros amigos o familiares!
Edward Snowden quedó horrorizado ante el programa PRISM, una masiva violación
sin precedentes de la privacidad de la gente. Decidió copiar gran parte de
los archivos que conocía y enviarlos al periódico The Guardian para que los
publicaran, y luego escapó a Hong Kong. Su valentía no solo ha sacado a la
luz PRISM en EE.UU., sino que ha desencadenado un efecto dominó por
todo el mundo, destapando una cascada de programas espías similares en
Canadá, Reino Unido y Australia en pocos días. Ahora Edward está atrapado
en Hong Kong, esperando a ser detenido. Una campaña de solidaridad global
puede salvarlo de ser extraditado a EE.UU., y puede impulsar a otros países a
brindarle asilo.
No podemos dejar que EE.UU. le haga a Edward lo mismo que a Bradley
Manning. Apoyémosle ya y actuemos en contra del PRISM:
A veces las acciones de nuestros gobiernos nos dejan sin palabras. Pero
cuando héroes solitarios como Edward Snowden arriesgan sus propias libertades
para sacar a la luz escándalos como éste, nuestra comunidad se ha unido para
exigir un trato justo y mejores condiciones -- y lo hemos conseguido. En el
caso de Bradley Manning, después de reunir una petición de medio millón de
voces y trabajar con otras organizaciones y activistas pidiendo que el
gobierno de Estados Unidos dejara de torturarlo, lo transfirieron a una
prisión de mediana seguridad y lo sacaron del confinamiento solitario. Si
actuamos rápido, podríamos lograr algo incluso mejor para Edward, y ayudarle
en esta lucha que valientemente ha asumido por el bien de todos.
Más Información: A quiénes afecta el escándalo de espionaje en Estados Unidos (BBC Mundo) Alemania pedirá explicación a Obama por escándalo de espionaje (Informador) Primera demanda contra el Gobierno de Obama por el escándalo de espionaje (La República) El escándalo por Prism sigue su curso mientras la indignación crece en internet (ENTER) Edward Snowden: Un espía 'estilo Mortadelo' motivado por su decepción con Obama (El Mundo.es) Glenn Greenwald, el bloguero que ayudó a Edward Snowden a destapar el ciberespionaje global de EEUU (La Información.com) |
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