La postura del párroco Diego Kessler en un controvertido tema

Autoras/es: Redacción Nuevo Día Digital 

Contraciciendo la nota que publicáramos en Un cura argentino se niega a dar la comunión a una..., el sacerdote en cuestión señaló:

“Si el resto de los chicos Down recibieron la comunión, ¿por qué no la va a recibir Catalina?”
Fue la categórica frase del sacerdote, quien dejó en claro que fue mal interpretado por un matrimonio que lo acusó de discriminar a su hija por padecer síndrome de Down. “En cinco años, sólo en uno no hubo chicos Down para recibir su comunión, sólo señalé que deben tener un tratamiento especial”, afirmó el Padre Diego en una entrevista exclusiva brindada a Nuevo Día.

(Fecha original del artículo: Junio de 2013)

Un intenso debate mantiene en ciernes a la comunidad de Coronel Suárez, en los últimos días, a partir de la controversia que se generó entre los padres de Catalina Recuna y Amparo Arroquy, dos niñas que padecen Síndrome de Down y que están recibiendo catequesis, y el párroco Diego Kessler, al abordarse la posibilidad o no que tienen estas niñas de tomar la primera comunión.

Desde el sector de los padres se sostiene que el sacerdote dispuso, como requisito para que ambas niñas puedan tomar la primera comunión, que superen una evaluación especial. No obstante, en una entrevista exclusiva concedida a Nuevo Día, Diego Kessler señaló que el único objetivo que se persigue es cerciorarse de que las niñas, que tienen 11 años de edad, entienden el significado del sacramento de la comunión, tal como exige el Código de Derecho Canónico de la Iglesia.

En este marco, el párroco fue contundente, ya que expresó que “en los cinco años que llevó en la Parroquia ‘Nuestra Señora del Carmen’ han recibido la comunión muchos chicos especiales, por lo cual no veo la razón por la cual Catalina y Amparo no la reciban, sólo pedí que debíamos hacer una evaluación especial”.

El Padre Diego sabe que ‘Catalina’ es quizás una hija de todo Coronel Suárez, porque al nacer se convirtió en una especie de ícono para los suarenses y su ternura y bondad genera empatía y quizás no deja reflexionar sobre la cuestión de fondo, que es lo importante en esta cuestión y en razón de ello es que Nuevo Día fue al encuentro del sacerdote.

El párroco Diego Kessler comenzó a relatar lo que ocurrió en aquella reunión de catequesis a la que fue especialmente invitado, para tratar diversos temas, no éste en particular… que en definitiva terminó absorbiendo todo el encuentro.

En este sentido, el sacerdote dijo que “frente a todas las preguntas que surgieron y que fuí a contestar, preguntas muy simple como por ejemplo ¿Por qué es difícil leer la Biblia? ¿Por qué hay que confesarse? ¿Por qué hay que ir a misa en domingo?, entre otras, surge la pregunta de una señora en relación a si le iba a dar la comunión a la hija. En ese momento utilicé una palabra casi mágica, que es la que anda dando vueltas por todos lados y evidentemente se mal entendió, que es la palabra ‘evaluar’”.

“Esta reunión acontece a poco tiempo de comenzada la catequesis; es decir, se iniciaron en febrero – marzo, entre los paros y la Semana Santa, estimo que sólo habían transcurrido dos meses de catequesis, que dura dos años. Si me hubiese preguntado cualquier otra persona de otro chico que recibe la catequesis habitual, le hubiera contestado exactamente lo mismo… ‘tenemos que evaluar después si el chico alcanzó los conocimientos mínimos’”, afirmó Diego.

Indicó, seguidamente, que “es evidente, en el caso de un chico especial la evaluación es especial, para esto me anoticié en el último tiempo acerca de la Junta Catequística Arquidiocesana, la Junta Nacional de Catequesis, me puse en contacto con una señora que está a cargo de la Junta Catequística Arquidiocesana de Córdoba, la directora, para que me dijeran si hay algún directorio especial, para catequesis especial, sobre criterios, motivos, situaciones y demás, pero me dijo que no hay y que cada caso se trata en particular”.

“En la reunión quise darle un tratamiento un poco en particular, para poder analizar con más tranquilidad cada caso, ya que asistieron unas 25 o 30 personas y no quería que se polarizara, que fue lo que finalmente ocurrió, pero de ahí a decir que le negué la comunión hay un abismo”, sentenció Diego Kessler.

“Recorran la historia”

“No es así, directamente”, resaltó el párroco y agregó que “basta simplemente recorrer un poco el tiempo, la historia de mi actividad parroquial en esta ciudad y ciertamente he tenido muchísimos aciertos y equivocaciones, lo cual quedará librado a quien lo entienda o lo registre, pero saber qué es lo que pienso lo pueden saber porque hace cuatro años y medio que celebro la misa a la 8 de la mañana y sale por los medios de comunicación, razón por la cual es casi imposible que después de ese tiempo de escuchar a una persona no sepa qué y cómo piensa o para qué lado piensa; en segundo lugar, creo que ha sido un solo año en el cual no ha habido algún chico especial tomando la comunión, no por nada en particular sino simplemente porque no hubo. No hubo chicos para prepararse para la comunión”.

“Bastaría con preguntarle a las catequistas de la Escuela Especial cómo se ha tratado a los chicos, cómo han venido a confesarse”, indicó Kessler, quien refirió que “están diciendo que ‘son como angelitos’, sí… pero un mínimo grado de conciencia tienen, entonces saben si le pegan a alguien, si les cayó mal algo, hay un mínimo grado… entonces para respetarlo, para darle la dignidad que tienen, para enaltecerlos, lejos de denigrarlo u otra cosa, es que se le da un tratamiento especial”.

Criterios mínimos 

Seguidamente, el sacerdote Diego Kessler dijo que “hay una página en internet que eswww.pasoapaso.com.ve que toma los criterios de la Diócesis de Concepción del Uruguay y de España, que son los criterios mínimos que tienen que tener el chico como para que acceda a la comunión y que no son ni más ni menos que tres y yo sólo les cite uno, lo cual ha generado más polvareda aún. Que dice, la revista no yo, citando un decreto que habla de la comunión de los niños, que proviene de quien hizo la sistematización de la catequesis, que fue Pío X, que se llama ‘Quan singulari’, que hace hincapié en la distinción de lo que es el pan común, el de la mesa, con la comunión… y en razón de ello, entonces, bastaría solamente que el chico exprese un deseo grande de decir: ‘Lo voy a recibir a Jesús’, bastaría con que supiera eso…”.

“Es decir, puede ser una limitación personal el hecho que cuando me hicieron una pregunta atrás de la otra no pude expresar con claridad esto”, sentenció el cura y avanzó en el concepto diciendo que se requiere “una mínima disposición de conocimiento (al tomar la comunión) y también en la confesión, pero evidentemente después de citar estos tres pasos la misma página hace hincapié en el esfuerzo de los padres y de los catequistas para que el niño pueda adquirir el máximo de conocimiento posible”.

“Es decir, a dos meses (de iniciada la catequesis) a un chico con capacidades diferentes no puedo decir: ‘es incapaz’ o ‘ya está’, porque lejos de discriminarlo tengo que darle la misma oportunidad que al resto de los chicos porque si le digo ‘ya está’, en realidad, lo que hago es discriminar al resto por contrapartida”, afirmó Kessler.

“Entonces, con el criterio de los padres, un caso es tan discriminatorio como el otro”, refirió el sacerdote, quien añadió que “para no citarlo en público quería tratarlo más en privado, pero la situación superó esta posibilidad”.

- ¿Lo sorprendió el nivel de agresividad de los padres?

- Sí, realmente, pero cada uno sabe cómo va respondiendo en la vida y no estoy acostumbrado a actuar de esa manera.

- ¿Es producto de la misma sociedad en la que vivimos?

- Hay un poco de exaltación, sí… Casualmente, ayer (por el jueves) estaba dando clases en el Instituto 160 y les pasaba a los chicos unos videos de Youtube sobre Sócrates y éste terminaba diciéndole a los jueces: ‘Y ahora ustedes jueces tienen la capacidad de poder discernir las cosas que están bien o no, pero les toca a ustedes juzgarlas’. Trayendo el análisis a lo ocurrido, me parecía importante citar aquellos elementos que sean objetivos, que estén más allá de un mero parecer, tener objetividad… no sólo el ‘me parece’, ‘el quiero’ o ‘me gusta’, para darle un mayor realce a la cosa y darle la oportunidad a los 200 chicos que van a recibir la comunión.

“No tiré el Código Canónico sobre la mesa”

Puesto a reflexionar sobre la condición doctrinaria de la Iglesia, el párroco dijo que “es importante decir algo, yo no tiré el Derecho Canónico arriba de la mesa. Sino que cité un mínimo, que dada la situación bastaría simplemente con mirar la realidad. Sólo con eso…”.

- ¿Qué quiere decir?

- Mirar que si el resto de los chicos Down han recibido la comunión, por qué no la va a recibir ella (por Catalina); esta es la realidad. En estos cinco años que estoy en Coronel Suárez, sólo un año no hubo chicos, pero esto es porque no los ha habido para recibir la comunión; en la Escuela Especial se los ha preparado, incluso en el San José y en el Estrada y todos han venido y han recibido la comunión. Estoy hablando de chicos con distintas capacidades. Entonces, no entiendo por qué esta palabra ‘evaluar’ pudo haber sonado como agresiva, cuando lejos de indicar eso estuvo mi intención, quise decir tratar de que el chico pueda ser tenido en cuenta y ser llevado al máximo de su propia capacidad; es decir, no se le va a pedir nada inhumano, no se lo va a someter a un interrogatorio ni se le va a hacer la misma cantidad de preguntas y exigencias que se le realiza a un chico que recibe la catequesis de modo habitual.

- ¿Qué sintió al ver la trascendencia que tuvo el hecho?

- No pensaba que iba a ser así

- ¿Y ahora…, que piensa?

- Espero que puedan entender

- ¿Cuál es su explicación al hecho que el Padre Antonio Vedelini le haya dicho a los padres que le iba a dar la comunión a Catalina?

- No puedo dar una respuesta porque de lo único que puedo hablar es de lo que yo se, del resto de las cosas no. Además, cada uno puede elegir libremente donde prepararse y recibir la comunión y demás. Nunca se le ha negado esta libertad… sólo digo que jamás se le negó la comunión a nadie (en la Parroquia ‘Nuestra Señora del Carmen’) y bastaría que me citen sólo un caso en estos cinco años de alguien al que se le haya negado la comunión. El grupo de catequistas es lo suficientemente grande, la ciudad lo es… y así como sale esto por una red social, uno puede preguntarle a alguien de la cuadra que haya dado catequesis… ahora, hace cinco o diez años, lo que sea, para que de su testimonio. Se llevaron las cosas a un extremo y por ahí no se entendió la palabra ‘evaluar’.

- ¿Lo sorprende el nivel de intolerancia que hay en la sociedad?

- Sí, totalmente. Cada vez es menos la capacidad de reflexión de la gente y en todos los ámbitos. Hace dieciocho años que doy clases y cada año es peor. Pero hay ciertas cosas en las que cuesta mucho establecer un punto de diálogo, cuesta mucho encontrarse y dialogar, por eso insiste tanto el Papa en el diálogo y no solamente en exponer lo que yo digo o me parece, sino encontrar un punto de encuentro de diálogo, para buscar aquello que sea objetivo y común, porque cuando entramos en los pareceres o en los gustos vamos a disentir…

Una de las primeras cosas que dije en el primer Consejo de Pastoral, en febrero de 2008, fue que: ‘A ustedes no les debe importar lo que a mi me gusta o pienso, sino si yo les digo la verdad y si les enseño lo que enseña la Iglesia, ahí júzguenme, pero no por lo que a mi me pueda parecer o sentir, no necesariamente vamos a coincidir en eso’.


Nota de PyP: dejamos el link para que las lectoras y lectores también puedan conocer los comentarios a este artículo, de parte de los vecinos de Coronel Suárez: http://www.nuevodiadigital.com/locales/10940.html