Autoras/es: Eduardo Galeano
(Fecha original del artículo: 1987)
Nochebuena
Fernando Silva dirige el hospital de niños, en Managua.
En vísperas de Navidad, se quedó
trabajando hasta muy tarde.
Ya estaban sonando los cohetes, y
empezaban los fuegos artificiales a Iluminar el cielo,
cuando Fernando decidió marcharse.
Hizo una última recorrida por las
salas, viendo si todo quedaba en orden, y en eso estaba cuando sintió
que unos pasos lo seguían.
Unos pasos de algodón: se volvió y
descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la
penumbra, lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas
o quizá pedían permiso.
Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano:
- Decíle a... - susurró el niño -. Decíle a alguien, que yo estoy aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario