En Pizarras y Pizarrones hemos desarrollado un trabajo de campo cuyo objetivo es analizar las preferencias en lecto-escritura de nuestros lectores, así como las nuevas formas de enseñanza y aprendizaje. Les hemos pedido su colaboración para completar una pequeña encuesta anónima que como máximo les insumiría 10 minutos. Agradecemos su participación! La encuesta cerró el 31-08-17 y en unos pocos días publicaremos sus resultados...

lunes, 5 de marzo de 2012

JUGAR Y JUGARSE... I- JUGAR Y JUGARSE (Mariano Algava) 1-

Autoras/es: Sistematización del Equipo de Educación Popular “Pañuelos en Rebeldía”, Realizada por Mariano Algava. Ilustraciones del libro: Emilio Saad. Coordinación Editorial: Claudia Korol. Tapa: Beto Palavecino. Ediciones América Libre.

(Fecha original: Octubre 2006)
1- Las técnicas participativas en La educación popular
El objetivo de esta sistematización, trasciende el hecho de recapitular una cantidad de técnicas que fuimos reelaborando y creando en la dinámica de los grupos y en la coyuntura específica. De allí partimos, para aportar una experiencia más al debate y a las herramientas que junto a los movimientos en lucha vamos construyendo. Aquí hacemos una mirada hacia atrás en un aspecto de nuestra tarea de cinco años de trabajo en la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, y en otros ámbitos junto a los movimientos populares, como equipo de educación popular “pañuelos en Rebeldía” con el deseo de que sea parte de la continuidad de las luchas por la liberación. Aspiramos humildemente a que se constituya en un arma tanto contra la cultura del miedo, como contra la cultura “progre” que toma nuestras palabras, nuestras técnicas para sostener procesos populistas, tecnicistas, etc. de adoctrinamiento al sistema.
Esta sistematización, reúne tanto las técnicas que hemos utilizado, algunos datos coyunturales que les dan sentido histórico, como también la vivencia y las reflexiones de los grupos que las han “jugado”. Es una mirada al mundo íntimo de estos grupos que son los protagonistas de los procesos y los constructores de este conocimiento.
Siempre que hablamos de técnicas participativas, ante la gran demanda que hay de ellas, y las diferentes experiencias “tecnicistas”, nos vemos en la necesidad de aclarar que lugar ocupan éstas en el proceso de Educación Popular desde una perspectiva liberadora.
Partimos de entender que se puede hacer Educación popular sin técnicas participativas.
Las técnicas en si, no son la educación popular. No lo es trabajar en grupo, en círculo, ni siquiera lo es generar espacios de participación.
Ahora, todas estas instancias, son partes muy importantes de los procesos de ed. popular, ya que a través de ellas nos ponemos en juego, nos largamos a la aventura del “hacer”juntos. Ponemos el cuerpo, intercambiamos, nos conocemos, nos reímos, aprendemos, festejamos, jugamos y todo esto tiene una implicancia fundamental en la concepción liberadora y el proyecto político de la ed. Popular.
Las técnicas son muy solicitadas por los múltiples proyectos sociales de alivio de la pobreza, por las ONG, por planes de gobierno e inclusive por espacios llamados de educación popular, que mantienen un discurso respecto a la participación y a la transformación, pero que en la práctica son experiencias que apuntan a crear hábitos, a la capacitación técnica, y solo buscan resultados para la subsistencia en el sistema, sin indagar en las causas de la desigualdad. Son proyectos que acentúan los aspectos instrumentales, de gestión, etc, que utilizan elementos de la ed. Popular, pero están despolitizados, o peor aún, su intencionalidad política es mantener la situación tal como está. Claro que esta intencionalidad no se explicita, y se invisibiliza. La utilización de las técnicas participativas en estos proyectos resulta una refinada manipulación de las personas, son propuestas, dinamiqueras, “divertidas”.1
De allí, la necesidad de diferenciar el papel que juegan las técnicas y “el juego”, en nuestra experiencia.
La educación popular se define desde el desarrollo de un proyecto político de construcción de poder popular. Es una acción cultural para la libertad. Es una pedagogía de la reinvención del poder. Esto implica la reinvención de la producción, delos vínculos, de la educación, del lenguaje, de la alegría, de la fiesta y de la cultura. La transformación cultural se da antes y se dará durante la constitución de la nueva sociedad en términos de transformaciones económicas. En nuestros encuentros ensayamos y aprendemos nuevas formas de hacer y pronunciar el mundo, a través del cuerpo, las representaciones, las frases, los dibujos, las esculturas, las canciones, los juegos. Hacemos visibles y le ponemos contenidos reales a nuestros sueños emancipatorios.
Las técnicas participativas que utilizamos en nuestros procesos de educación popular, distan de ser meros entretenimientos, están sostenidas desde una coherencia con la concepción, con la opción política, y con el objetivo de hacernos protagonistas de la historia. Rescatan la verdadera dimensión que tiene el cuerpo en el proceso del aprender-enseñar, devuelven el protagonismo, operativizan los debates, mejora las condiciones grupales, generan confianza, construyen la dimensión lúdica del aprender.
También las técnicas que utilizamos tienen el sentido de divertir, ya que esto es muy bueno, y la alegría es parte fundamental de esta lucha. Todo esto es parte de los objetivos, a la vez que es camino, para la construcción de la nueva sociedad, que se va instaurando en esta marcha alegre, y que en este andar, nos transforma. Este camino no excluye a la lucha activa en la calle, en las organizaciones, es parte de ella, es su dimensión cultural, es parte de la dialéctica de la construcción de hombres y mujeres nuevas.
El proyecto político es el que sostiene, y del cual se generan, las técnicas participativas, el juego y la alegría, ya que estas son parte del mismo. En otras experiencias son las técnicas las que sostienen, desde la hipocresía y la “falsa generosidad”2, un proyecto político, nunca explicitado.
Nuestra alegría es por jugar, pero también es por luchar, por ganar la batalla contra la inmovilidad del sistema, contra la fragmentación, la exclusión y la discriminación.
No se trata de saber alternar momentos de “diversión” con momentos de aburrimiento, donde los “momentos de aburrimiento” serían los del aprendizaje de “lo importante” y los momentos divertidos, los de poco valor formativo, que solo están para sostener los anteriores.
Se trata de desafiar esta lógica y comprender que para los que luchamos día a día, lo importante es ser felices, protagonistas y libres todo el tiempo, esto es, aprender a poner el cuerpo en la lucha, es pasar por las tripas los debates, comprender desde la integridad como es la postura del otro compañero o compañera, es la participación real, la de las manos en la arcilla y los pies en el barro, la de “enchastrarnos” de los temas que nos preocupan, la de movilizarnos, no solo externamente, sino la movilización que nos hace temblar las piernas, que reta a nuestras matrices de aprendizaje, la participación que “se lanza”, “se juega”, y en “el hacer” reflexiona, y nos deja pensando, teorizando.
El humor, el dramatismo, la sorpresa, son elementos que enriquecen este vínculo con la realidad y el debate sobre ella. Esta calidad de participación involucra formarse con los otros y las otras y en el mismo espacio-tiempo, morir de risa, emocionarse, concentrarse, estudiar, producir, fabricándonos permanentemente nuevos hombres y mujeres.

1 La hipocresía, las máscaras, que implican el uso de las técnicas en nombre de la participación, quedan expuestas ante este análisis de Beatriz Díaz,(coord.. de investigación de FLACSO-Cuba) sobre la política del Banco Mundial en la década del 90: “En 1990 el BM dedicó su informe anual al tema de la pobreza. En 1994 publicó un libro sobre participación. En conferencias se expresaba „una misión del BM es combatir la pobreza en alianza estratégica con las ONG. Mientras tanto, las reformas económicas propugnadas por el BM y el FMI, han causado el empobrecimiento de millones de personas. Con la lógica de minimizar los costos de la fuerza de trabajo. Bajo un sistema que genera sobreproducción, las corporaciones internacionales, solo pueden expandir sus mercados, destruyendo la base productiva interna de países en desarrollo, así la pobreza generada es un insumo en el lado de la oferta.
Los programas de alivio de la pobreza son instrumentales a los objetivos de los intereses que el BM y el FMI representan. Estos programas, se convirtieron en condición, para los acuerdos por préstamos del BM. El Estado se retira y varias ONG financiadas por programas de ayuda internacional gradualmente asumen estas tareas y programas.” Es en estas ONG y sus búsquedas de participación donde podemos observar la multiplicación del uso de las técnicas, en nombre de la participación.

2 El poder de los opresores, cuando pretende suavizarse, ante la debilidad de los oprimidos, se expresa, casi siempre como una falsa generosidad. Los opresores, falsamente generosos, tienen la necesidad de que la situación de injusticia permanezca, a fin de que su “generosidad” continúe teniendo la posibilidad de realizarse. El “orden” social injusto es la fuente generadora, permanente, de esta “generosidad” que se nutre de la muerte, del desaliento y de la miseria. Jamás puede entender este tipo de “generosidad”, que la verdadera generosidad, radica en la lucha por la desaparición de las razones que alimentan el falso amor.” Paulo Freire, pedagogía del Oprimido, ed. Tierra Nueva, Montevideo, 1970

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