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jueves, 16 de junio de 2011

"La moral sexual 'cultural' y la nerviosidad moderna" de Sigmund Freud. Contextualización y análisis

American Gothic. Grant Wood, 1930
Autoras/es: Stella Maris Torre
No es el que hemos elegido uno de los escritos "top" de Freud. Y además, como todo el resto de su producción, es viejo: en particular, "La moral sexual..."  tiene más de 100 años.
Sin embargo, nos ha interesado hasta el punto de sumergirnos en sus renglones e intentar comprenderlos.
Con algo de sorpresa volvimos a encontrarnos con que lo viejo no es del todo viejo y lo nuevo no es tan novedoso sino que enraíza en algún cuestionamiento, alguna práctica, o alguna teoría que le antecede.
Los invitamos a su lectura y, si es posible, a pensar si algo de lo leído nos remite en cierto sentido a algo de lo vivido por nosotros mismos.
(Fecha original del artículo: Abril 2009)


Presentación:
Este artículo de Freud fue publicado por primera vez en marzo de 1908 en la revista Sexual-Probleme.
Se trata de un examen acerca del antagonismo entre la cultura y la vida pulsional, planteando a la cultura en su conjunto como limitante de los deseos individuales y analizando las consecuencias para el sujeto de la moral imperante en esa época.
Ese antagonismo ya estaba implícito en su teoría acerca de la influencia del período de latencia sobre el desarrollo de la sexualidad humana, ya en sus Tres ensayos de teoría sexual (1905) se refiere al «vínculo de oposición existente entre la cultura y el libre desarrollo de la sexualidad» (AE, 7, pág.221). En gran parte de este artículo se sintetizan los descubrimientos expuestos en aquella obra.
Los escritos posteriores de Freud retoman este tema con frecuencia, en particular: Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa (1912); El porvenir de una ilusión (1927); ¿Por qué la guerra? (1933) y sobre todo, El malestar en la cultura (1930).
Cabe aclarar que con el transcurso del tiempo, Freud fue reelaborando su hipótesis:
Concepto
En sus primeros desarrollos teóricos (como éste)
Más tarde
Pulsiones que entran en conflicto con la cultura
Se refiere exclusivamente a las sexuales.
Aparecerán las pulsiones destructivas
Las restricciones exigidas por la civilización
Se presentan como algo impuesto desde fuera.
Las consideraría como incorporadas filogenéticamente por la especie humana.


Contextualización
El contexto es muy significativo para analizar cabalmente una obra. Freud (1856-1939) vivió prácticamente toda su vida en Viena, capital - bajo la hegemonía de los Habsburgo- del gran y multiétnico Imperio Austro-Húngaro[1], la cual contaba con un importante gheto judío. La Viena de su tiempo (fines del siglo XIX y principios del XX) era una ciudad caracterizada por:
1.     Usina cultural. A pesar de su alcance y de sus logros clínicos, el psicoanálisis fue sólo un capítulo de un movimiento intelectual más vasto cuyo centro-foco fue Viena. A este movimiento podemos describirlo como el de una revolución del lenguaje que transformó de modo radical la filosofía, la psicología, la estética, el arte, la música y la literatura. La revolución del lenguaje es, junto con la física nuclear y la biología molecular, una de las tres fuerzas motrices del pensamiento occidental contemporáneo.
a.     Habitaban en ella personalidades revolucionarias como el propio Freud, los compositores Mahler y Schönberg así como los artistas plásticos Kkoshka y Klimt, el filósofo Wittgenstein
b.     En el Círculo de Viena (1922-1936) se echaron los cimientos analíticos y lógicos de lo que desde entonces se llamará la filosofía analítica, del lenguaje y lógica semántica.
c.     Hablar de la génesis del psicoanálisis y del positivismo lógico, de la música dodecafónica o de la revolución lingüística, es hablar de la irrupción, trágica y abrupta, del genio judío en la Europa moderna.
2.     Injusticia social
a.     desigualdades de género y origen
                                          i.    las mujeres recibían por su trabajo la mitad del salario de los hombres
                                         ii.    los inmigrantes luchaban por salir del arrabal y el gueto
b.     prostitución. Hacia 1880, los archivos de la ciudad señalan la existencia de 2 mil prostitutas en el centro de la ciudad. Después de la catástrofe de la Primera Guerra Mundial, el año de 1918, los archivos señalan más de 28 mil.
c.     explotación sexual. Las sirvientas eran los objetos sexuales de sus patrones de la clase media y alta. La misoginia era la altanería hegemónica de los caballeros vieneses.
d.     racismo: En un ambiente antijudío hostil y en ocasiones peligroso, en esa época el alcalde Karl Lueger comandó un gobierno antisemita en Viena (1897-1910), configurándose como el fundador del antisemitismo moderno del que bebió Adolf Hitler.
3.     Rápida e intensa transición política, caracterizada por el ascenso y caída del liberalismo burgués.
a.     La burguesía había triunfado política y económicamente en la segunda mitad del siglo XIX.
                                          i.    Según la constitución, el Estado era liberal. Ante la ley, todos los ciudadanos eran iguales, pero no todos eran igualmente ciudadanos.
                                         ii.    Existía un parlamento que casi siempre estaba cerrado; pero había una ley para los estados de emergencia con cuya ayuda se salía de apuros sin parlamento, y cada vez que volvía de nuevo a reinar la conformidad con el absolutismo, ordenaba la corona que se continuara gobernando democráticamente. Entre otras vicisitudes se dieron las luchas nacionales.
b.     Pero el liberalismo austríaco fue incapaz de organizar el poder, desde el principio tuvieron que compartirlo con la aristocracia y la burocracia imperial y bien pronto aparecieron nuevos grupos sociales reclamaron su participación: socialcristianos antisemitas y pangermanos, socialistas y nacionalistas eslavos.
4.     Burguesía mezcla de la herencia burguesa racionalista moralista, con la tradición sensual hedonista de la aristocracia.
a.     La tradicional confianza liberal en la racionalidad, la virtud moral y el progresa, se compatibiliza en la burguesía vienesa con los sentimientos y el arte, no ya como manifestación expresiva y ornamento sino como esencia y fuente de valores.
b.     participa de los valores de la cultura liberal del resto de Europa:
                                          i.    en lo moral, era victoriana: formal y represiva
                                         ii.    políticamente se cubría con el imperio de la ley, tanto en lo referido a los derechos individuales como al orden social
                                        iii.    en lo intelectual, estaban la disciplina del autodominio y la confianza en el progreso científico.
c.     Pero a diferencia de la otra burguesía europea, la de Viena lo logró destruir la aristocracia, ni fusionarse con ella.
                                          i.    esta aristrocracía tenía un peculiar carácter estético y hasta sensual, distinto del tono moral, filosófico y científico de la aristocracia alemana. Es por esta vía estética por donde trata la burguesía vienesa de asimilarse, aun estando de entrada su cultura legalista y puritana alejada de la sensualidad aristocrática.
                                         ii.    Esta asimilación se dio por la arquitectura, la literatura y las artes escénicas (teatro, música y baile).
5.     Hipocresía y cinismo de la vida erótica como centro de una corrupción más universal (Kraus). Los favores sexuales se ofrecieron e intercambiaron no sólo en el burdel y en el ático de la criada, sino también en el palacio, en el salón art nouveau y en los salones intelectuales, en las salas de consulta de los eminentes profesores, de los médicos, abogados y jueces.
6.     Neurosis:
a.     obsesividad y la anorexia de la familia imperial, en especial la emperatriz Isabel y su hijo Rodolfo.
b.     histeria. la enfermedad mental era la asignatura pendiente de la medicina del Siglo XIX, tanto en  lo que se refería al conocimiento como al tratamiento. Los médicos más ilustrados de aquel entonces asumían que la histeria y los malestares relacionados con ella tenían una causa física, tal como un daño nervioso o una lesión en el cerebro.
En este contexto:
·         Fantasías de incesto, fantasías de asesinato, formas inaceptables de rivalidad, odios reprimidos, afrontar el hecho de que un niño pudiera tener apetitos sexuales por alguno de sus padres era algo demasiado radical para aquel tiempo.
·         No es sorprendente que las ideas de Freud fueran recibidas con burlas […] había mucha envidia y resentimiento contra sus teorías.
·         El objetivo de Freud era extender el psicoanálisis por el mundo, darle forma de movimiento internacional. Pero su mayor temor era que el antisemitismo pudiera cruzarse en el camino. De hecho fue tachada de ciencia judía y ciertamente sólo los judíos mostraron algún interés por Freud a principios de siglo XX.
·         A pesar del escándalo que provocaban sus teorías, ya a partir de 1900 se empezó a formar un grupo de investigadores y alumnos alrededor de él -que en 1908 se denominó Sociedad Psicoanalítica de Viena-, cuya vida estaría marcada por las rupturas y los cismas, en especial los de Adler y Jung.
·         En 1914 comienza la Primera Guerra Mundial, que lo afecta personal y profesionalmente
·         Cuando Hitler llegó al poder en 1933, los peores temores de Freud acerca de las oscuras fuerzas del inconsciente rehicieron realidad. Aquello era una psicosis llevada al extremo y a escala masiva. Como era de esperar, los libros de Freud estuvieron entre los primeros que Hitler ordenó quemar.
·         El 13 de marzo 1938 Alemania anexionó Austria y Hitler entró en Viena. A pesar del peligro, F. se negó a marcharse. Al día siguiente, grupos de nazis saquearon su consultorio. Una semana después, la GESTAPO visitó a Anna Freud, su hija, y la retuvo durante un día en su cuartel general. Freud entonces se decidió a marcharse a Londres.
·         Al hacer la crónica de su salida, los periódicos de Viena se referían al trabajo de Freud como una especialidad pornográfica y judía.
·         Las cuatro hermanas de Freud no pudieron salir: murieron en campos de concentración.
·         Para entonces sus ideas sobre los sueños, la sexualidad y el inconciente habían calado en la sociedad occidental. Aún así, Freud se sentía insatisfecho y descontento. El psicoanálisis era todavía algo controvertido, rechazado por muchos como una verdadera ciencia.
·         El 23 de septiembre de 1939, Freud murió de una dosis letal de morfina.


Desarrollo argumental:

I. Freud comienza su artículo con una referencia a la “Etica sexual” (1907) del filósofo Christian von Ehrenfels, que establece una distinción entre dos tipos de moral sexual: la natural y la cultural

a. Dos morales sexuales:
Moral sexual
Permite a los seres humanos
Se da una oposición entre
«natural»
conservación en estado de salud y aptitud vital
patrimonio constitutivo
«cultural».
trabajo cultural intenso y productivo
patrimonio cultural

b. La moral sexual “cultural”occidental de principios del Siglo XX:
Si bien es idónea para promover la cultura, entraña una serie de perjuicios
Características
Efectos dañinos
prohibir todo comercio sexual fuera del matrimonio monogámico
el endiosamiento de la monogamia paraliza el factor de la selección viril a través del cual podría obtenerse un mejoramiento de la constitución {heredada}, puesto que en los pueblos de cultura la selección vital es rebajada a un mínimo por obra de consideraciones humanitarias y de higiene.
Por un lado, transferir a la vida sexual del varón requisitos que son propios de la mujer
una sociedad que admite esa doble moral induce a sus miembros a ocultar la verdad, a embellecer falazmente las cosas, a engañarse a sí mismos y a los demás.
Por otro lado, las faltas del varón son penadas con menor rigor, y así de hecho se le consiente una doble moral.

II. Ya en el segundo párrafo introduce Freud su IDEA CENTRAL: “bajo el imperio de una moral sexual cultural pueden menoscabarse tanto la salud como la aptitud vital de los individuos, y finalmente este daño puede alcanzar un grado tan alto que corre peligro también la meta cultural última.”

III. A los perjuicios que Von Ehrenfels imputa a la moral sexual cultural, Freud añade lo que denomina “nerviosidad moderna”: “la que se difunde con rapidez en la sociedad de nuestros días y cuya promoción es reconducible a aquella moral”.

a. Freud destaca que los propios neurólogos han proclamado expresamente el nexo entre la «nerviosidad creciente» y la vida cultural moderna, buscando los fundamentos de tal relación en las enormes exigencias que ésta plantea al sistema nervioso.
Estas exigencias serían: fatiga, inquietud, tensión, sobreestimulación, provocados por el progreso técnico, la competencia, la caza de dinero y bienes, la prisa “desenfrenada”, alteraciones que requieren un gran trabajo intelectual y que trasforman con violencia la actividad profesional, la posición en la vida civil y la propiedad.

b. A su vez, critica estos fundamentos por no tener en cuenta la importancia de la vida sexual humana.
Para Freud, en el caso de las enfermedades nerviosas, la influencia perjudicial de la cultura se reduce, en lo esencial, a la restricción nociva de la vida sexual: “Debo reprochar a estas doctrinas -y a muchas otras de parecido tenor-, no que sean erróneas, sino que resulten insuficientes para esclarecer en sus detalles él fenómeno de las perturbaciones nerviosas y descuiden justamente lo más sustantivo de los factores etiológicos eficaces. Si se prescinde de las maneras vagas de «estar enfermo de los nervios» y se consideran las genuinas formas de enfermedad nerviosa, el influjo nocivo de la cultura se reduce en lo esencial a la dañina sofocación de la vida sexual de los pueblos (o estratos) de cultura por obra de la moral sexual «cultural» que en ellos impera.” (p.166)

IV. A partir de sus observaciones psicopatológicas, Freud:

a. Busca la etiología de la nerviosidad sobre todo en las injerencias nocivas sobre la vida sexual , distinguiendo 2 grupos de patologías nerviosas: neurosis propiamente dichas (exógenas) y psiconeurosis (psicógenas, influencia hereditaria), aclarando que el valor de tal distingo no disminuye por el hecho de que en la mayoría de las personas neuróticas puedan observarse perturbaciones de las dos clases.
Tipo
Síntomas corporales o anímicos
Influencia hereditaria
Causación
Neurosis propiamente dichas (neurastenia)
parecen ser de naturaleza tóxica: su comportamiento es parecido al que sobreviene a raíz del aflujo hipertrófico o la privación de ciertos venenos nerviosos.
No es necesaria
factor sexual como el esencial: pueden ser producidas por ciertos influjos nocivos para la vida sexual, correspondiendo la forma de enfermedad contraída a la índole de aquellos, de suerte que con mucha frecuencia uno puede inferir hacia atrás, desde el cuadro clínico, la particular etiología sexual.
Psiconeurosis (histeria, neurosis obsesiva, etc.)
son psicógenos, dependen de la acción eficaz de unos complejos de representaciones (reprimidas) inconcientes.
Es más sustantiva
Determinable mediante el psicoanálisis, que nos ha permitido conocer tales complejos inconcientes, mostrándonos que poseen contenido sexual; brotan de las necesidades sexuales de unos seres humanos insatisfechos y figuran una suerte de satisfacción sustitutiva.

b. Sitúa el problema del incremento de la nerviosidad en un contexto más amplio, de modo que el estudio de la subjetividad pone en evidencia el campo de las tensiones sociales.

·         Nuestra cultura, dice Freud, se construye fundamentalmente sobre la base de la inhibición de las pulsiones; además de las necesidades de la vida, los sentimientos familiares derivados del erotismo han llevado a los individuos a esa renuncia, realizada de manera progresiva en el curso del desarrollo de la civilización: “En términos universales, nuestra cultura se edifica sobre la sofocación de pulsiones. Cada individuo ha cedido un fragmento de su patrimonio, de la plenitud de sus poderes, de las inclinaciones agresivas y vindicativas de su personalidad; de estos aportes ha nacido el patrimonio cultural común de bienes materiales e ideales. Además del apremio de la vida, fueron sin duda los sentimientos familiares derivados del erotismo los que movieron al individuo a esa renuncia. Y esta última fue progresiva en el curso del desarrollo cultural; la religión sancionó cada uno de sus progresos; cada fragmento de satisfacción pulsional a que se renunciaba era sacrificado a la divinidad, y el patrimonio común así adquirido se declaró «sagrado». Quien, a consecuencia de su indoblegable constitución, no pueda acompañar esa sofocación de lo pulsional enfrentará a la sociedad como «criminal», como «outlaw» {«fuera de la ley»}, toda vez que su posición social y sus sobresalientes aptitudes no le permitan imponérsele en calidad de grande hombre, de «héroe»”. (p. 167-168)

·         La pulsión sexual[2] es desplazable:
o   pone grandes magnitudes de energía al servicio del trabajo cultural, y esto se debe a su particular capacidad de “desplazamiento”: la peculiaridad de poder cambiar su meta sin perder mayoritariamente su intensidad: “A esta facultad de permutar la meta sexual originaria por otra, ya no sexual, pero psíquicamente emparentada con ella, se le llama la facultad para la sublimación”. (p. 168)
§  La sublimación es el “desvío de las fuerzas pulsionales sexuales desde sus metas específicas hasta metas culturales más elevadas” (p.173)
§  pero también pueden producirse tenaces fijaciones que la vuelven no valorizable y en ocasiones degenera en «anormalidades».
o   El destino del desplazamiento depende de la organización congénita, y la porción sublimable depende de las influencias sociales.
La intensidad originaria de la pulsión sexual es probablemente de diversa magnitud en los diferentes individuos
la organización congénita decidirá cuánto de la pulsión sexual ha de resultar sublimable y valorizable en el individuo;
el monto apto para la sublimación es variable.
las influencias de la vida y el influjo intelectual del aparato anímico consiguen llevar a la sublimación una porción más vasta.
o   Este proceso de desplazamiento no puede continuarse indefinidamente. Una cierta medida individualmente variable de satisfacción sexual directa parece indispensable para la mayoría de las organizaciones, y la denegación de esta medida se castiga con fenómenos patológicos (nocivos en lo funcional y displacenteros en lo subjetivo).
o   A las mujeres, “en su condición de portadoras genuinas de los intereses sexuales del ser humano”, les es concedido en menor grado el don de sublimar la pulsíón, y les basta el lactante, pero no el hijo crecido, como sustituto del objeto sexual ([pág. 45])

·         Gran parte de las fuerzas aprovechables para el trabajo cultural (sublimación) se obtienen a partir de la inhibición o coerción de los componentes perversos de la sexualidad, propios de la sexualidad infantil, cuyo estudio demuestra que la pulsión sexual humana no tiene originariamente como fin la reproducción, sino la consecución de placer.
o   Sintetiza sus consideraciones sobre el desarrollo de la pulsión sexual efectuadas en Tres ensayos de teoría sexual (1905:179):
Pulsión sexual
Infancia
Pubertad
estadio
Autoerotismo. “la educación tiene la tarea de limitarlo, porque la permanencia en él haría que la pulsión sexual no se pudiera gobernar ni valorizar en el futuro”[3]
Amor de objeto
fin
tiene por meta el placer
al servicio de la reproducción
zonas erógenas
autónomas
subordinadas al primado (unión) de los genitales
o   En el curso de este desarrollo, una parte de la excitación sexual brindada por el cuerpo propio es inhibida por inutilizable para la función reproductora, y en los casos favorables se la conduce a la sublimación. De tal suerte, las fuerzas valorizables para el trabajo cultural se consiguen en buena medida por la sofocación de los elementos llamados perversos de la excitación sexual.

·         Con referencia a esta historia de desarrollo de la pulsión sexual Freud diferencia tres estadios culturales con diferente distribución entre libertad y limitación sexual:
PRIMERO
es ajena a las metas de la reproducción
SEGUNDO
de ella es sofocado todo salvo lo que sirve a la reproducción
TERCERO
sólo se admite como meta sexual la reproducción legítima. Este tercer estadio corresponde a la moral sexual «cultural» del presente de Freud
·         SEGUNDO ESTADIO CULTURAL
Reclamo de la cultura: prohíbe todo quehacer sexual llamado perverso y en cambio permite el comercio sexual llamado normal.
Consecuencias:
ü  Para la mayoría de los seres humanos existe un límite más allá del cual su constitución no puede obedecer al reclamo de la cultura.
o   Cierto número de individuos son hechos a un lado como perversos En ellos:
§  el desarrollo de la pulsión sexual no se consuma de manera correcta ni suficiente.
§  estas perturbaciones del desarrollo engendran dos clases de desviaciones nocivas respecto de la sexualidad normal (vale decir, la exigida por la cultura):
·         los diversos géneros de perversos, en quienes una fijación infantil a una meta sexual provisional coartó el primado de la función reproductora,
·         los homosexuales o invertidos, en quienes la meta sexual fue apartada del sexo opuesto.
o   Mientras que otros, que se empeñan en no serlo cuando su constitución los destinaría a ello, son esforzados a la nerviosidad.
ü  El destino de estas personas que son por su constitución desviadas varía según que su pulsión sexual congénita sea de una intensidad absoluta o debilitada.
Pulsión sexual perversa
Desenlaces posibles de las pulsiones perversas(éxitos y fracasos)
Consecuencias para el trabajo cultural (fracasos)
Débil: “[el] carácter complejo y compuesto de la pulsión sexual […]posibilita una plasmación final viable de la vida sexual aun cuando uno o varios componentes de la pulsión hayan sido excluidos del desarrollo. La constitución de […] los homosexuales, se singulariza incluso por una particular aptitud de la pulsión sexual para la sublimación cultural”
Sofocación plena de aquellas inclinaciones que los pondrían en conflicto con el reclamo moral de su estadio de cultura (éxito)
Dilapidación de fuerzas: “tal sofocación de sus pulsiones sexuales los obliga a dilapidar las fuerzas que de lo contrario habrían empleado en el trabajo cultural. En cierto modo están inhibidos en su interior y paralizados hacia afuera. Es válido para ellos lo que luego hemos de repetir acerca de la abstinencia de hombres y mujeres, exigida en el tercer estadio de cultura.”
Intensa: “unas plasmaciones más intensas, sobre todo si son excluyentes, de las perversiones y de la homosexualidad vuelven socialmente ineptos y desdichados a sus portadores, de suerte que aun en los reclamos culturales del segundo estadio es preciso ver una fuente de padecimiento para cierto sector de la humanidad”
No sofocación: satisfacción inalterada
·         perversiones manifiestas (fracaso)
De este modo, las neurosis se presentan como el negativo de las perversiones: existen las mismas inclinaciones perversas, pero en estado de represiòn: “he calificado a las neurosis como el «negativo» de las perversiones porque en ellas, tras la represión, las mociones perversas se exteriorizan desde lo inconciente anímico, y porque contienen, en el estado «reprimido», las mismas inclinaciones que los perversos positivos”
Tienen que soportar las consecuencias de su desviación respecto del nivel cultural
Ineptitud Social
Sofocación frustrada o aparente: bajo el influjo de la educación y de los reclamos sociales se alcanza una sofocación tal que las pulsiones sexuales inhibidas:
·         No se manifiestan en forma directa: no exteriorizándose como tales (éxito)
·         Se manifiestan mediante fenómenos sustitutivos, exteriorizándose de otras maneras igualmente nocivas para el individuo (nerviosidad, en especial psiconeurosis)
“Los neuróticos son aquella clase de seres humanos que en virtud de una organización refractaria sólo han conseguido, bajo el influjo de los reclamos culturales, una sofocación aparente, y en progresivo fracaso, de sus pulsiones, y que por eso sólo con un gran gasto de fuerzas, con un empobrecimiento interior, pueden costear su trabajo de colaboración en las obras de la cultura, o aun de tiempo en tiempo se ven precisados a suspenderlo en calidad de enfermos”
ü  Sin embargo, los desenlaces de las pulsiones sexuales perversas pueden ser diferentes aún con similar herencia, dependiendo si se trata de un varón (perversidad manifiesta) o una mujer (neurosis): “la perversión es a la neurosis como lo positivo a lo negativo. Hartas veces, en una misma familia el hermano es un perverso sexual, en tanto que la hermana, dotada de una pulsión sexual más débil en su calidad de mujer, es una neurótica cuyos síntomas, empero, expresan inclinaciones idénticas a las perversiones del hermano sexualmente más activo; en consonancia con ello, en muchas familias los varones son sanos, pero inmorales en una medida indeseada para la sociedad, mientras que las mujeres son nobles e hiperrefinadas, pero... sufren una grave afección de los nervios”.
Juicio de Freud: Considera injusta la exigencia a todas las personas de idéntica conducta en su vida sexual
“Es una de las manifiestas injusticias sociales que el patrón cultural exija de todas las personas idéntica conducta en su vida sexual, conducta que unas, merced a su organización, hallarán fácil respetar, mientras que impondrá a otras gravísimos sacrificios psíquicos; injusticia esta, por cierto, compensada las más de las veces por la inobservancia de los preceptos morales”
·         TERCER ESTADIO CULTURAL (época de Freud)
Reclamo de la cultura: prohíbe todo quehacer sexual fuera del matrimonio legítimo (restricción que limita aún más la libertad sexual)
Consecuencias: “El número de los fuertes que se opongan al reclamo de la cultura se multiplicará extraordinariamente, y lo mismo el número de los más débiles que en su conflicto entre el esforzar de los influjos culturales y las resistencias de su constitución se refugien ... en la neurosis”. Freud sitúa su análisis en el terreno de la crítica de la moral sexual que le era contemporánea, analizando esta cuestión a través de 3 preguntas:
1) ¿Qué tarea plantea al individuo el reclamo cultural del tercer estadio?
La cultura imponía, a comienzos del siglo XX, la abstinencia sexual
ü  hasta el matrimonio para ambos sexos
ü  durante toda la vida para todos aquellos que no hayan contraído matrimonio legítimo
Freud caracteriza a la abstinencia sexual como:
·         Difícil de cumplir: “dominar una moción tan poderosa como la pulsión sexual por un camino que no sea la satisfacción puede requerir todas las fuerzas de un ser humano”.
·         Posible o imposible dependiendo de la constitución psíquica: “La mayoría de las personas que componen nuestra sociedad no están constitucionalmente a [su] altura”
·         Nociva: el incremento de las neurosis se debe a la mayor limitación sexual.
ü  Sólo una minoría consigue el dominio por sublimación, pero sólo temporalmente y con máxima dificultad en la época juvenil.
ü  Los más se vuelven neuróticos o reciben algún otro daño, tanto si tienen predisposición a la neurosis como si no la tienen.
Quienes en el 2º estadío (limitación sexual atemperada)
Bajo los reclamos del 3º  estadío (“ nuestra” moral sexual cultural)
Fundamentaciòn
Habrían contraído la neurosis
la contrae más pronta e intensamente
La mejor garantía contra la amenaza que al querer alcanzar sexual normal plantean unas disposiciones defectuosas y unas perturbaciones del desarrollo es la satisfacción sexual misma. Cuanto más predispuesto esté alguien a la neurosis, tanto menos soportará la abstinencia; las pulsiones parciales que se han sustraído del desarrollo normal se vuelven más difícilmente inhibibles.
Habrían permanecido sanos
se verán llevados en mayor número a la neurosis.
El valor psíquico de la satisfacción sexual se eleva con su denegación; la libido puede irrumpir por alguna fisura “en el edificio de la vita sexuales” hacia la satisfacción sustitutiva neurótica.
2) ¿Es capaz la satisfacción sexual legítima admitida de ofrecer un resarcimiento aceptable para la renuncia que se impone en lo demás?
El comercio sexual legítimo NO ofrece una compensación aceptable a la limitación anterior al matrimonio: (“El casamiento NO satisface los reclamos de la época de la vida a que corresponde; ni hablar, entonces, de que pudiera resarcir la renuncia anterior”), puesto que:
·         La necesidad de limitar los nacimientos no se acompaña de medios anticonceptivos adecuados
“Nuestra moral sexual cultural limita el comercio sexual aun dentro del matrimonio mismo, pues impone a los cónyuges la compulsión de contentarse con un número de hijos las más de las veces muy pequeño.
o    A consecuencia de este miramiento, durante unos años, únicamente, existe dentro del matrimonio un comercio sexual satisfactorio
o    Pasados esos tres, cuatro 0 cinco años, el matrimonio fracasa en cuanto a su promesa de satisfacer las necesidades sexuales; en efecto, todos los recursos de que hasta hoy se dispone para prevenir la concepción mutilan el goce sexual, perjudican la sensibilidad más fina de las dos partes o aun ejercen un directo efecto patógeno; con la angustia ante las consecuencias del comercio sexual desaparece, primero, la mutua ternura corporal de los esposos, y luego, las más de las veces, la simpatía anímica que estaba destinada a recoger la herencia de la pasión tormentosa de los comienzos.”
·         Con la consiguiente disminución del placer sexual y perjuicio para la salud. Desilusiones del matrimonio: el destino de la mayoría de ellos pasan a ser la “desilusión anímica y la privación corporal”, bajo las cuales:
Ambos cónyuges
Se encuentran nuevamente, “sólo que con una ilusión menos”, ante el mismo problema que antes de casarse “perseverar en el dominio y el desvío de la pulsión sexual”
Los varones
existe para ellos la doble moral sexual “fragmento de libertad sexual que aun el régimen más riguroso le concede”, prueba más evidente de que la misma sociedad que estableció las prescripciones no cree que sea posible observarlas.
Las mujeres
·         contraen neurosis graves y que las perturban toda la vida. “En las actuales condiciones de cultura, el matrimonio hace tiempo que ha dejado de ser la panacea para el sufrimiento neurótico de la mujer; […] al contrario, una muchacha tiene que ser muy sana para «sobrellevarlo»” [45]
·         el remedio para la nerviosidad originada por el matrimonio será la infidelidad conyugal
·         pero este remedio tiene un límite que potencia la neurosis: su educación: cuanto más severa haya sido la crianza de una mujer, cuanto más seriamente se haya sometido al reclamo cultural, tanto más temerá esta salida y, en el conflicto entre sus apetitos y su sentimiento del deber, buscará su amparo otra vez ... en la neurosis. Nada protegerá su virtud de manera más segura que la enfermedad.”
3) ¿Qué proporción guardan los eventuales perjuicios ocasionados por esa renuncia con sus beneficios culturales?
La abstinencia
a.    provoca otros perjuicios además de las neurosis
b.    las neurosis no se suelen apreciar en todo su significado
a.   La abstinencia (prematrimonial o permanente) provoca otros perjuicios además de las neurosis
ü  Al comienzo, la lucha contra la sensualidad es inocua y hasta se convierte en una necesidad si se considera cuán tardíamente los jóvenes de los estamentos cultos logran su autonomía y la posibilidad de ganarse el sustento.
ü  Pero llevada más allá de los 20 años de edad produce otros efectos nocivos, aunque no consistan en la nerviosidad.
1.   Efectos sobre el carácter:
en caso de constituciones favorables
Lo «templa» (en esto coincide con el pensamiento de sentido común de la época)
Pero en la mayoría de los casos la pulsión sexual es refractaria e indócil
Consume su energía disponible, justamente en una época en que el joven necesita de todas sus fuerzas para conquistarse una participación y un lugar en la sociedad. La proporción entre sublimación posible y quehacer sexual necesario varía mucho, desde luego, de un individuo a otro, y aun entre las diversas profesiones.
Un artista abstinente
difícilmente sea posible
es probable que su rendimiento artístico sea poderosamente incitado por su vivenciar sexual
Un erudito abstinente
no es raro que
acaso gane, por la continencia, fuerzas libres para sus estudios
2.   Perjuicios en el terreno erótico:
“La educación cultural sólo aspira a su sofocación temporaria hasta que se contraiga matrimonio, y su propósito es dejarla entonces en libertad para servirse de ella. Pero con la pulsión consiguen más los influjos extremos que los atemperamientos; muy a menudo la sofocación ha ido demasiado lejos, con la indeseada consecuencia de que, luego de libertada, la pulsión sexual muestra un deterioro permanente”. ([45])
En los varones
No suele ser la mejor preparación para el matrimonio: “Las mujeres lo vislumbran y prefieren entre sus pretendientes a quienes ya se han acreditado como hombres ante otras mujeres”.
Frustración a causa de su esposa:
·         sentimientos inseguros sólo le deparan desengaños
·         frigidez limita su propio goce sexual
En las mujeres
la educación cultural prematrimonial se basa en el cultivo de la frigidez, sofocando la sensualidad mediante los más severos recursos:
·         No sólo prohíbe toda relación sexual primando la virginidad
·         Evita la tentación:
·         Manteniéndola ignorante sobre su papel sexual
·         No tolerandole ningún impulso amoroso que no conduzca al matrimonio
Hace fracasar el fin reproductivo del matrimonio: “estas mujeres, que conciben sin placer, muestran luego escasa disposición a parir el fruto con dolor”.
más tarde, los padres le permiten enamorarse y despierta su plena capacidad erótica, pero es incapaz de consumar esa operación psíquica:
·         sus propios sentimientos andan inseguros en el matrimonio: sigue dependiendo de sus padres, cuya autoridad creó en ella la sofocación de lo sexual
·         en su conducta corporal se muestra frígida
La relación con su marido se ha deteriorado hace tiempo y la recompensa por su docilidad previa es la elección entre tres posibilidades: el deseo insatisfecho, la infidelidad o la neurosis.
3.   Efectos sobre lo intelectual: Tesis sobre el carácter arquetípico de la vida sexual para el ejercicio de otras funciones
Esta tesis sostiene que la conducta sexual de una persona es a menudo el modelo de sus otras relaciones con el mundo: “La conducta sexual de un ser humano suele ser arquetípica respecto de todos sus otros modos de reacción en el mundo. Si alguien conquista como hombre enérgicamente su objeto sexual, podemos confiar que mostrará una parecida energía sin miramientos también en la persecución de otras metas. En cambio, quien renuncia, por toda clase de miramientos, a la satisfacción de sus intensas pulsiones sexuales, también en otros campos de la vida se mostrará antes conciliador y resignado que vigoroso en la acción.”
en los varones
Dificultad intelectual: no ayuda a formar acciones autónomas o pensamientos originales, osados libertadores y reformadores; mucho más a menudo, crea pusilánimes de buen comportamiento que más tarde se sumergirán en la gran masa que suele ir a la zaga de los impulsos que parten de individuos fuertes.
en las mujeres
Inhibición intelectual: prohibición de pensar y desvalorización del conocimiento.
·         La educación priva a las mujeres del interés intelectual en los problemas sexuales y las atemoriza afirmando que su curiosidad es poco femenina y revela una disposición pecaminosa
·         De ese modo, se desalienta en ellas el pensamiento y se desvaloriza el conocimiento, puesto que la prohibición de pensar se extiende más allá de la esfera sexual, tal como les sucede a los hombres con la prohibición religiosa del pensamiento.
La menor capacidad de sublimación de las mujeres no es un atributo esencial de la feminidad sino el producto de presiones culturales que le asignan un lugar y una función específicos. “No creo que la oposición biológica entre trabajo intelectual y actividad genésica explique la «imbecilidad fisiológica» de la mujer, como lo sostuvo Moebius en su tan controvertido libro. Opino, en cambio, que el hecho indudable de la inferioridad intelectual de tantísimas mujeres debe reconducirse a la inhibición de pensar que se requiere para sofocar lo sexual” ([46]).
4.   Efectos de la severidad de las normas culturales y la dificultad para mantener la abstinencia: Fijaciones y perversiones
Conducen a la fijación en la satisfacción masturbatoria o en otras prácticas autoeróticas infantiles en algunos casos (lo cual predispone a las neurosis, conflictos con el ideal educativo y corrupción del carácter) y, en otros, a formas perversas (“éticamente reprobables”) u homosexuales de satisfacción.
Cuando se aborda el problema de la abstinencia, se distingue con escaso rigor entre dos de sus formas:
Continencia de todo quehacer sexual en absoluto
Abstención del comercio sexual con el otro sexo (evitar la unión de los genitales de sexo diferente).lleva a buscar sustitutivos de la satisfacción sexual
Autoerotismo
Masturbación y parecidas satisfacciones que se anudan a las actividades sexuales autoeróticas de la primera infancia.
predisponen hacia formas de neurosis y psicosis que reconocen por condición que la vida sexual involucione hasta sus formas infantiles.
empuja a los jóvenes a los mismos conflictos con el ideal educativo de los que pretendían escapar mediante la abstinencia.
Corrompe el carácter
enseña a alcanzar unas sustantivas metas sin trabajo, por cómodos caminos, en vez de requerir una enérgica tensión de fuerzas; o sea, sigue el principio de lo sexual como arquetipo
en las fantasías que acompañan, el objeto sexual es elevado a un grado de excelencia que no hallable fácilmente en la realidad.
Semiobediencia.
ha aumentado la significación social de las modalidades perversas del comercio entre ambos sexos, en las cuales otras partes del cuerpo asumen el papel de los genitales.
estas prácticas son éticamente reprobables, pues así los vínculos de amor entre dos seres humanos dejan de ser un asunto serio y se los rebaja a la condición de un cómodo juego sin riesgos ni participación anímica.
difusión de la satisfacción homosexual; a todos los que son homosexuales ya por su organización, o devinieron tales en su infancia, se suman todavía el gran número de aquellos a quienes en su madurez el bloqueo de la corriente principal de la libido les dejó expedita la rama colateral homosexual.
5.   Efectos de estas prácticas sobre las parejas casadas
Todas estas prácticas “arruinan de manera radical la preparación para el matrimonio, que, no obstante, de acuerdo con el propósito de la moral sexual cultural, estaba destinado a ser el único heredero de las aspiraciones sexuales”.Disminuyen la potencia sexual del hombre en su vida matrimonial, lo que determina que la mujer permanezca anestésica. De modo que la frigidez no puede entenderse en función de un análisis centrado en el individuo femenino, sino en el contexto de su relación con el hombre, y esta relación, a su vez, es el resultado de los imperativos y estereotipos culturales
En el varón
Es rara la  potencia normal. Todos los varones que a consecuencia de un ejercicio sexual perverso o masturbatorio han acomodado su libido a situaciones y condiciones de satisfacción diversas de las normales desarrollan en el matrimonio una potencia disminuida.
En la mujer
Es frecuente la frigidez. También las mujeres a quienes sólo parecidos expedientes posibilitan conservar su virginidad se muestran en el matrimonio anestésicas para el comercio normal.
Para ambas partes
el matrimonio conlleva resignaciones y la vida en él se limita a anhelar nostalgiosamente la dicha. “Y un matrimonio iniciado con una rebajada capacidad de amar por ambas partes no hace sino caer víctima del proceso de disolución con mayor rapidez todavía que otro. A raíz de la escasa potencia del varón, la mujer no es satisfecha y permanece anestésica aun cuando la predisposición a la frigidez que la educación le instiló habría podido ser superada por un potente vivenciar sexual. Además, una pareja así halla más difícil prevenir la concepción que una pareja sana, pues la debilitada potencia del hombre tolera mal el empleo de recursos preventivos. En semejante desconcierto, pronto el comercio sexual se convierte en la fuente de toda clase de perplejidades, como consecuencia de lo cual se quiebra la base de la vida conyugal”.
6.   Efectos que semejante matrimonio trae para sus hijos.
A primera vista pareciera tratarse de una trasmisión hereditaria; pero considerado más de cerca, se resuelve en el efecto de unas poderosas impresiones de la infancia.
a.    La mujer neurótica, insatisfecha por su marido es hipertierna como madre e hiperangustiada hacia el hijo, sobre quien trasfiere su necesidad de amor; así le despierta una prematura madurez sexual.
b.    La desavenencia entre los padres sobreestimula la vida afectiva del niño, le hace sentir intensamente amor, odio y celos.
c.    La educación severa, que no tolera quehacer alguno de la vida sexual despertada tan temprano, aporta el poder sofocador.
Semejante conflicto a esa edad contiene todo lo que se requiere para la causación de la nerviosidad por toda la vida.
b.   En la apreciación de las neurosis no suele otorgárseles la plenitud de su significado.
·         una neurosis crónica, aunque no cancele totalmente la capacidad para la existencia, representa un grave lastre vital para el individuo. “la neurosis, hasta donde llega y quienquiera que sea el afectado por ella, sabe arruinar el propósito cultural, y así en verdad promueve el trabajo de las fuerzas anímicas sofocadas enemigas de la cultura, de suerte que la sociedad no puede anotarse una ganancia obtenida a costa de sacrificios […] puesto que paga la obediencia a sus abundosos preceptos con el aumento de la nerviosidad.”
·         al limitarse el quehacer sexual en un pueblo sobreviene, en términos generales, un aumento del miedo ante la vida y de la angustia ante la muerte, que perturba la capacidad de goce de los individuos y cancela su disposición a aceptar la muerte en aras de ciertas metas. Ello se exteriorizará en la menor inclinación a concebir hijos, y excluirá a este pueblo o grupo de hombres de una participación en el futuro.

V Conclusión: “Así, es lícito preguntar si nuestra moral sexual «cultural» merece el sacrificio que nos impone, sobre todo si uno no se ha emancipado tanto del hedonismo que ni siquiera admita cierta medida de satisfacción y dicha para el individuo entre las metas de nuestro desarrollo cultural.” (p.181)


[1] Lo que era el Imperio Austrohúngaro se reparte actualmente en trece estados europeos que son en la actualidad las naciones de Austria, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y las regiones de Voivodina en Serbia, Bocas de Kotor en Montenegro, Trentino-Alto Adigio y Trieste en Italia, Transilvania y parte del Bánato en Rumanía, Galitzia en Polonia y Transcarpatia (región Subcarpática) en Ucrania.
[2] Freud aclara que sería mejor decir “las pulsiones sexuales”, pues una indagación analítica enseña que está compuesta por muchas pulsiones parciales
[3] Es interesante contrastar Tres ensayos… y La moral sexual… con respecto al papel de la educación en el desarrollo de la sexualidad, ya que en el primero de estos textos, al hablar de inhibiciones sexuales dice: “En el niño civilizado se tiene la impresión de que el establecimiento de esos diques es obra de la educación, y sin duda alguna ella contribuye en mucho. Pero en realidad este desarrollo es de condicionamiento orgánico, fijado hereditariamente, y llegado el caso puede producirse sin ninguna ayuda de la educación. Esta última se atiene por entero a la esfera de competencia que se le ha asignado cuando se limita a marchar tras lo prefijado orgánicamente, imprimiéndole un cuño algo más ordenado y profundo”

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