Autoras/es: Eduardo Galeano
(Fecha original del artículo: 1987)
Elogio
de la iniciativa privada


Desde
una vidriera, jesús le había clavado los ojos. Retrocedió y la mirada de jesús
retrocedió con él. Se detuvo y la mirada se detuvo.
Avanzó
y la mirada avanzó.
Esta
señal divina le cambió la vida y lo sacó
de pobre.
Poco
después, Tacovilla voló a Port-au-Prince, y por medio de la embajada de su
país en Haití consiguió una audiencia con el presidente vitalicio Papa Doc
Duvalier.
Llevaba
un gran cuadro bajo el brazo:
-Tengo
algo que mostrarle, Excelencia -dijo.
Era
un retrato del dictador. Los ojos se movían.
-
Papa Doc te mira - explicó Tacovilla.
Papa
Doc asintió con la cabeza.
-No
está mal --dijo, yendo y viniendo ante su propia imagen -. Cuántos puede hacer?
-
Cuánto puede pagar?
- Le
pago lo que sea.
Y
así Haití se llenó de miradas vigilantes y el inquieto periodista se llenó de
dinero.
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