El tiempo
La otra noche, me cuenta Alejandra
Adoum, la madre de Alma se estaba preparando para salir. Alma
la miraba, mientras la madre, sentada ante el espejo, se
pintaba los labios, se dibujaba las cejas y se empolvaba la
cara. Después la madre se probó un vestido, y otro, y se puso un
collar de coral negro, y una peineta en el pelo, y toda ella
irradiaba una luz limpia y perfumada.
Alma no le quitaba los ojos de encima.
- En cambio, yo... - sonrió la madre -
yo daría cualquier cosa por tener cuatro años, como tú.
Aquella noche, al regreso, la madre la
encontró despierta. Alma se abrazó fuerte a sus piernas.
- Me das mucha pena, mamá - dijo,
sollozando.
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