En Pizarras y Pizarrones hemos desarrollado un trabajo de campo cuyo objetivo es analizar las preferencias en lecto-escritura de nuestros lectores, así como las nuevas formas de enseñanza y aprendizaje. Les hemos pedido su colaboración para completar una pequeña encuesta anónima que como máximo les insumiría 10 minutos. Agradecemos su participación! La encuesta cerró el 31-08-17 y en unos pocos días publicaremos sus resultados...

lunes, 20 de mayo de 2013

¿Por qué cuesta que se naturalice el uso pertinente de TIC en Educación?

Autoras/es: Silvana Cataldo, Ramiro Massaro
(Fecha original del artículo: Abril 2013)

La irrupción de las Nuevas Tecnologías en las aulas, durante las últimas décadas, se produce por diversas causas.  Una de ellas es de tipo cultural: las nuevas tecnologías se instalaron en las actividades cotidianas de las personas, provocando cambios en la manera de relacionarse, de comunicarse, de mirar la realidad. La escuela logró resistir este ingreso por un tiempo, continuando e incluso reforzando en algunos casos los modelos tradicionales de enseñanza y aprendizaje. Fueron las decisiones políticas educativas de los últimos años, con aciertos y desaciertos, las que buscaron actualizar las instituciones planteando la necesidad de incorporar Nuevas Tecnologías en las prácticas educativas.  Las primeras reacciones surgieron tras las presiones y actividades no previstas ni contempladas en las tareas habituales de los docentes.  Los dispositivos finalmente llegaron a las instituciones, mientras que los docentes iban realizando capacitaciones para adaptarse en forma gradual a estas nuevas herramientas.  

El proceso de integración no ha sido lineal ni fácil e incluso se hallaron (en algunos casos, todavía se hallan) algunos impedimentos y, a la vez, algunos resultados interesantes.  Para algunos autores, como Area Moreira (2002), las condiciones que generan resistencia a la inclusión de las TIC en los procesos educativos pueden ser:


- la persistencia del  modelo de institución escolar tradicional, del que ya hemos hablado;


- la organización del curriculum sigue también la concepción tradicional,  organizado según el modelo ilustrado de la cultura del siglo XVIII (es decir, compartimentalizado y secuenciado en materias y disciplinas científicas en orden creciente de dificultad);


- el desarrollo deficitario de la infraestructura y de los recursos tecnológicos en las aulas y centros educativos debido a las limitadas inversiones económicas;


- la escasa capacitación en conocimientos y destrezas tanto tecnológicas como pedagógicas para que el profesorado pueda planificar, desarrollar y evaluar actividades apoyadas en tecnologías no impresas;


- la vigencia en las actividades y prácticas del aula de los modelos tradicionales de enseñanza que privilegian la  transmisión y recepción del conocimiento y de un modelo de cultura libresco, enciclopedista.


Las condiciones actuales de este proceso siguen siendo auspiciosas ya que hoy resulta imprescindible que los docentes y las instituciones educativas atiendan este nuevo escenario minado por la innovación tecnológica y, como consecuencia, empiecen a revisar, cuestionar y reformular sus métodos en función de estos cambios sociales con los que la comunidad, sobre todo los niños y adolescentes, conviven a diario.

Hoy es imposible negar el rol que tienen las nuevas tecnologías en nuestra vida diaria y de qué manera han afectado al mundo y su funcionamiento e incluso a la percepción que hacemos del mismo (la primacía de la imagen por sobre el texto, los nuevos códigos y canales de comunicación y la fragmentación del mundo lineal y secuencial).
Si sumamos la potencialidad de los dispositivos digitales para distribuir la información, para lograr trabajos colaborativos entre estudiantes, la formación de redes entre docentes y la creación de nuevos conocimientos entre otras funcionalidades puede darse un cambio en las propuestas pedagógicas para mejorar la calidad educativa. A pesar de las resistencias, hacia allá vamos...

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