Autoras/es: Ramiro Barreiro
Como soñaron los caciques Sayhueque, Yankamil y Mariano Rosas, las
autoridades de esa casa de estudios creen que todavía es posible una
Argentina pluricultural. Entre los profesores habrá descendientes y
líderes indígenas
La Universidad Nacional de Tres de Febrero presentó la nueva carrera de Especialización en Estudios Indoamericanos, una iniciativa que busca rescatar la participación de los pueblos originarios en la construcción de nuestra sociedad. Será una especialización de la Maestría en Diversidad Cultural que funciona hace una década y parte de los docentes son del Consejo Académico de Líderes Indígenas.
Los cacíques Sayhueque, Yankamil y Mariano Rosas buscaron lo mismo que Manuel Belgrano, José de San Martín, Juan José Castelli, Mariano Moreno o Manuel Dorrego: una Argentina pluricultural.
La Untref cree que todavía se está a tiempo de ello y, por eso, inauguró la Especialización en Estudios Indoamericanos, un proyecto que por diversas razones se postergó un tiempo y que surge para completar el panorama de estudios afroamericanos, árabes e islámicos, otras de las especializaciones.
Así lo contó a Tiempo Argentino el docente e investigador Carlos Martínez Sarasola, coordinador de la carrera.
"Los pueblos originarios fueron negados, y su importancia y protagonismo recién se vieron en el siglo XX", opinó Sarasola, y estableció el año 1992 como una bisagra, con el recuerdo del V centenario de la conquista de América. "Ahí surge una conciencia a nivel continental de que los pueblos indígenas tienen que dar un paso adelante como parte de estas sociedades", analizó.
Martínez Sarasola es, además, autor de La Argentina de los caciques o el país que no fue, un libro publicado recientemente en el que intenta demostrar que "los caciques de La Pampa y la Patagonia planteaban un mundo de integración y convivencia, de coexistencia con los blancos, algo que fue ocultado por la historia oficial".
Al describir los contenidos del posgrado, el especialista consideró que "lo novedoso de la propuesta es que trata el tema indígena desde un punto de vista no tradicional". Y detalló que la carrera tiene "una mirada mucho más amplia que abarca temáticas que comúnmente no se tratan y que busca esos puentes de los pueblos indígenas con el resto de los componentes de la sociedad argentina y americana".
Entre esas temáticas, el posgrado ofrecido por la Untref aborda temas como la espiritualidad, la cosmovisión, las medicinas naturales y la conexión con lo sagrado.
Es desde la cosmovisión indígena que la carrera también buscará rediscutir el concepto de las fronteras, que fue construido desde una visión eurocentrista por la generación del '80 y a partir de la Conquista del Desierto. Martínez Sarasola contó que "el mundo de la frontera en aquella época era un mundo de integración a través del comercio. Obviamente, el proyecto agroexportador arrasó con todo eso como una locomotora y en esa clave también hay que entender al gaucho como un mestizo que andaba entre los mundos y que también sufrió la persecución."
"La idea es formar personas que en sus diferentes ámbitos puedan incorporar estos saberes y estimular la aceptación de esa área de la diversidad cultural que no forma parte actualmente de la percepción colectiva de argentinidad", expresó Hamurabi Noufouri, uno de los directores de la carrera. El docente añadió que "en este momento, la noción de argentinidad todavía se encuentra reducida a patrones que corresponden al relato mitrista y sarmientino, es decir, eurocentristas. La tarea –continuó– es reeducar a los académicos que ya vienen con una predisposición negativa e invisibilizadora, hay que sensibilizarlos, darles herramientas, capacitarlos y hacer que se pregunten sus propios supuestos."
"Queremos rescatar lo que está vivo actualmente", indicó a Tiempo Luis Eduardo Pincén, lonko de la comunidad Vicente Catrunao Pincén y tataranieto del cacique. Luis también será docente de la carrera e intentará explicar "el tema de cosmovisión indígena".
Desde esa perspectiva, intentará definir la relación entre los pueblos originarios y la tierra, escindida de la explotación. "Según nuestra concepción, en la tierra existen dueños, explicó, está el del agua, el suelo, las plantas, los animales, el bosque y el mismo hombre. Todos ellos se posicionan en el mismo nivel, a diferencia de la cultura mediterránea, donde el hombre tiene el poder sobre todas las cosas. Para nosotros no es así y, por lo tanto, como hombre, soy hermano del árbol, el agua, el viento y los animales. Somos parte de la tierra y tenemos la obligación de cuidarla porque el hombre es el único que genera el equilibrio."
"La idea con la carrera es que este concepto se meta en otras concepciones y otras maneras del ver el mundo. Entiendo que en esta idea tenemos que unirnos para ampliar la cantidad de personas que entiendan la vida de esta manera y tener una mejor relación con la naturaleza", finalizó. «
Los cacíques Sayhueque, Yankamil y Mariano Rosas buscaron lo mismo que Manuel Belgrano, José de San Martín, Juan José Castelli, Mariano Moreno o Manuel Dorrego: una Argentina pluricultural.
La Untref cree que todavía se está a tiempo de ello y, por eso, inauguró la Especialización en Estudios Indoamericanos, un proyecto que por diversas razones se postergó un tiempo y que surge para completar el panorama de estudios afroamericanos, árabes e islámicos, otras de las especializaciones.
Así lo contó a Tiempo Argentino el docente e investigador Carlos Martínez Sarasola, coordinador de la carrera.
"Los pueblos originarios fueron negados, y su importancia y protagonismo recién se vieron en el siglo XX", opinó Sarasola, y estableció el año 1992 como una bisagra, con el recuerdo del V centenario de la conquista de América. "Ahí surge una conciencia a nivel continental de que los pueblos indígenas tienen que dar un paso adelante como parte de estas sociedades", analizó.
Martínez Sarasola es, además, autor de La Argentina de los caciques o el país que no fue, un libro publicado recientemente en el que intenta demostrar que "los caciques de La Pampa y la Patagonia planteaban un mundo de integración y convivencia, de coexistencia con los blancos, algo que fue ocultado por la historia oficial".
Al describir los contenidos del posgrado, el especialista consideró que "lo novedoso de la propuesta es que trata el tema indígena desde un punto de vista no tradicional". Y detalló que la carrera tiene "una mirada mucho más amplia que abarca temáticas que comúnmente no se tratan y que busca esos puentes de los pueblos indígenas con el resto de los componentes de la sociedad argentina y americana".
Entre esas temáticas, el posgrado ofrecido por la Untref aborda temas como la espiritualidad, la cosmovisión, las medicinas naturales y la conexión con lo sagrado.
Es desde la cosmovisión indígena que la carrera también buscará rediscutir el concepto de las fronteras, que fue construido desde una visión eurocentrista por la generación del '80 y a partir de la Conquista del Desierto. Martínez Sarasola contó que "el mundo de la frontera en aquella época era un mundo de integración a través del comercio. Obviamente, el proyecto agroexportador arrasó con todo eso como una locomotora y en esa clave también hay que entender al gaucho como un mestizo que andaba entre los mundos y que también sufrió la persecución."
"La idea es formar personas que en sus diferentes ámbitos puedan incorporar estos saberes y estimular la aceptación de esa área de la diversidad cultural que no forma parte actualmente de la percepción colectiva de argentinidad", expresó Hamurabi Noufouri, uno de los directores de la carrera. El docente añadió que "en este momento, la noción de argentinidad todavía se encuentra reducida a patrones que corresponden al relato mitrista y sarmientino, es decir, eurocentristas. La tarea –continuó– es reeducar a los académicos que ya vienen con una predisposición negativa e invisibilizadora, hay que sensibilizarlos, darles herramientas, capacitarlos y hacer que se pregunten sus propios supuestos."
"Queremos rescatar lo que está vivo actualmente", indicó a Tiempo Luis Eduardo Pincén, lonko de la comunidad Vicente Catrunao Pincén y tataranieto del cacique. Luis también será docente de la carrera e intentará explicar "el tema de cosmovisión indígena".
Desde esa perspectiva, intentará definir la relación entre los pueblos originarios y la tierra, escindida de la explotación. "Según nuestra concepción, en la tierra existen dueños, explicó, está el del agua, el suelo, las plantas, los animales, el bosque y el mismo hombre. Todos ellos se posicionan en el mismo nivel, a diferencia de la cultura mediterránea, donde el hombre tiene el poder sobre todas las cosas. Para nosotros no es así y, por lo tanto, como hombre, soy hermano del árbol, el agua, el viento y los animales. Somos parte de la tierra y tenemos la obligación de cuidarla porque el hombre es el único que genera el equilibrio."
"La idea con la carrera es que este concepto se meta en otras concepciones y otras maneras del ver el mundo. Entiendo que en esta idea tenemos que unirnos para ampliar la cantidad de personas que entiendan la vida de esta manera y tener una mejor relación con la naturaleza", finalizó. «
El plan de estudios
Inserción: Los procesos de inserción de los pueblos indígenas en los Estados y sociedades nacionales y su vinculación con ellos a través de la mirada etnohistórica.
Mestizaje: El aporte y protagonismo de los pueblos indígenas en la construcción de las sociedades nacionales del continente. Los procesos de reetnización y el mestizaje.
Cosmovisiones: Vigencia e incidencia de las cosmovisiones originarias y el actual proceso de convergencias con los nuevos paradigmas científicos occidentales.
Cultura: Mitología, pensamiento y literatura indígena americana. Valor sustantivo de las tradiciones orales como sostén de la identidad indígena. Arte originario, cosmovisión chamánica y hermenéutica del arte visionario. Simbología y diseño de los pueblos.
Mestizaje: El aporte y protagonismo de los pueblos indígenas en la construcción de las sociedades nacionales del continente. Los procesos de reetnización y el mestizaje.
Cosmovisiones: Vigencia e incidencia de las cosmovisiones originarias y el actual proceso de convergencias con los nuevos paradigmas científicos occidentales.
Cultura: Mitología, pensamiento y literatura indígena americana. Valor sustantivo de las tradiciones orales como sostén de la identidad indígena. Arte originario, cosmovisión chamánica y hermenéutica del arte visionario. Simbología y diseño de los pueblos.
"Nuestra lengua es para todos"
Beatriz Pichi Malen tiene ojos de aceituna y orejas de plata. Nació en Los Toldos un año después de que murió Eva. Sin proponérselo, la homenajea con su peinado. La tirantez de sus cabellos la propone más frontal, más intelectual, a pesar de que "por las universidades sólo pasé por la puerta". En la actualidad, la tataranieta del lonko Coliqueo integra el Consejo Académico de Líderes Indígenas que llenará de contenidos el posgrado de la Untref.
–¿Qué sensaciones te despierta la creación de la carrera?
–Me parece importante, porque siempre estuvo dando vuelta desde nosotros entrar a las escuelas y esto va a ser específicamente para los docentes, que son los que adolecen de este conocimiento porque la currícula no lo integra. En el '83 participe de un espacio que se llamaba "El arte junto al maestro". Era un taller que tenía una devolución a fin de año. Lamentablemente, el programa después se cayó.
–¿Existirían culturas originarias si no se hubiese producido la diáspora?
–Nadie puede saber qué hubiese pasado pero, como dice la canción de Víctor Heredia, qué hubiéramos sido si nos hubieran dejado ser. Creo que todos nos hubiéramos enriquecido, tanto una cultura como la otra. En principio, tuvieron la suerte de que la gente que aquí vivía no era agresiva y la economía era otra: los metales servían para curar, por eso necesitaban el oro. No sé cómo sería el mundo hoy, pero soy consciente que lo que quedó de mi cultura, la mapuche, es el respeto hacia la palabra. Esto quiere decir que cuando alguien te dice yo te llamo es porque te va a llamar, si no es un compromiso para perder el tiempo. Lo veo en la gente grande. Si hay que morir por la palabra, hay que hacerlo porque el sonido y el aliento que sacaste para decirlo es lo que vale. Lo único que cambió eso es la profunda influencia del pensamiento evangelista. Hay muchas comunidades que ni siquiera las dejan hablar en su idioma, porque hablar en una lengua es construir la vida de una manera, con un sentimiento.
–Sin embargo hay muchas palabras o deformaciones que todavía usamos como el che…
–Estoy tratando de averiguar cuál es el origen de esa expresión, no estoy segura de que el che sea de origen mapuche y trato de ser bastante rigurosa con la palabra porque podemos caer en la cuestión de que porque somos originarios somos buenos y dulces pero como en cualquier cultura hay gente buena y gente mala.
Su brújula es el canto. Lo es desde que nació. Su papá la recibió con un canto y su mamá escuchaba sus entonaciones después de "leerle" el cielo y sus constelaciones. En 1991 renunció a su trabajo en Techint para cuidar a su única hija llamada Wychariy Konümün, una conjunción de sentidos en quechua y mapundungún. Tres años después, ganó el Festival de Cosquín y nunca dejó de cantar. Hoy produce su cuarto disco, todos cantados en su idioma originario. Entiende sus canciones como "una manera de ofrecer resistencia y contar que nuestra lengua es para todos los que quieran hablarla". Su creencia mapuche la hizo creer que no eligió cantar sino que el canto se ha colocado en ella. Como decía Atahualpa, "usted detrás del canto". Allá va entonces Beatriz, la que al final entró a la Universidad.
–¿Qué sensaciones te despierta la creación de la carrera?
–Me parece importante, porque siempre estuvo dando vuelta desde nosotros entrar a las escuelas y esto va a ser específicamente para los docentes, que son los que adolecen de este conocimiento porque la currícula no lo integra. En el '83 participe de un espacio que se llamaba "El arte junto al maestro". Era un taller que tenía una devolución a fin de año. Lamentablemente, el programa después se cayó.
–¿Existirían culturas originarias si no se hubiese producido la diáspora?
–Nadie puede saber qué hubiese pasado pero, como dice la canción de Víctor Heredia, qué hubiéramos sido si nos hubieran dejado ser. Creo que todos nos hubiéramos enriquecido, tanto una cultura como la otra. En principio, tuvieron la suerte de que la gente que aquí vivía no era agresiva y la economía era otra: los metales servían para curar, por eso necesitaban el oro. No sé cómo sería el mundo hoy, pero soy consciente que lo que quedó de mi cultura, la mapuche, es el respeto hacia la palabra. Esto quiere decir que cuando alguien te dice yo te llamo es porque te va a llamar, si no es un compromiso para perder el tiempo. Lo veo en la gente grande. Si hay que morir por la palabra, hay que hacerlo porque el sonido y el aliento que sacaste para decirlo es lo que vale. Lo único que cambió eso es la profunda influencia del pensamiento evangelista. Hay muchas comunidades que ni siquiera las dejan hablar en su idioma, porque hablar en una lengua es construir la vida de una manera, con un sentimiento.
–Sin embargo hay muchas palabras o deformaciones que todavía usamos como el che…
–Estoy tratando de averiguar cuál es el origen de esa expresión, no estoy segura de que el che sea de origen mapuche y trato de ser bastante rigurosa con la palabra porque podemos caer en la cuestión de que porque somos originarios somos buenos y dulces pero como en cualquier cultura hay gente buena y gente mala.
Su brújula es el canto. Lo es desde que nació. Su papá la recibió con un canto y su mamá escuchaba sus entonaciones después de "leerle" el cielo y sus constelaciones. En 1991 renunció a su trabajo en Techint para cuidar a su única hija llamada Wychariy Konümün, una conjunción de sentidos en quechua y mapundungún. Tres años después, ganó el Festival de Cosquín y nunca dejó de cantar. Hoy produce su cuarto disco, todos cantados en su idioma originario. Entiende sus canciones como "una manera de ofrecer resistencia y contar que nuestra lengua es para todos los que quieran hablarla". Su creencia mapuche la hizo creer que no eligió cantar sino que el canto se ha colocado en ella. Como decía Atahualpa, "usted detrás del canto". Allá va entonces Beatriz, la que al final entró a la Universidad.
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