Autoras/es: Amy Goodman
(Fecha original del artículo: Junio 2012)
“Nunca compré a un hombre que no estuviera a la venta”, afirmó
William A. Clark, uno de los llamados “reyes del cobre” de Montana, un
hombre que utilizó su gran fortuna para manipular al gobierno estatal y
literalmente comprar votos para convertirse en senador de Estados
Unidos. Esto sucedió hace más de cien años. La corrupción flagrante de
Clark y de los otros “reyes del cobre” generó un escándalo que dio lugar
en 1912 a la aprobación, por iniciativa ciudadana, de la Ley de Montana
sobre Prácticas Corruptas. El siglo que siguió, caracterizado por las
restricciones al financiamiento de las campañas electorales y los
requisitos de transparencia que evitaban que el dinero de las empresas
influyera en las elecciones, llegó a su fin esta semana cuando la Corte
Suprema de Estados Unidos revirtió la ley de Montana. Cinco magistrados
de la Corte Suprema de Estados Unidos reiteraron: su polémico fallo en
el caso Citizens United, que permite la contribución ilimitada por parte
de las empresas a las campañas electorales, continúa siendo la ley
aplicable en todo el país. La corrupción de Clark contribuyó a que se
aprobara la 17a Enmienda a la Constitución de Estados Unidos. Hoy, casi
un siglo después, podría ser necesario un movimiento popular para
reformar nuevamente la Constitución, esta vez para revocar el fallo de
Citizens United y confirmar, definitiva y legalmente, que las empresas
no son personas.
En el caso “Citizens United contra la Comisión Federal Electoral” la
Corte Suprema de Estados Unidos falló que las empresas pueden destinar
fondos ilimitados a lo que se consideran “gastos independientes” en las
elecciones. Por lo tanto, las empresas, o los turbios Comités de Acción
Política (también llamados 'Súper PAC') que
eligieron financiar, pueden gastar el dinero que deseen en avisos de
campaña negativos, siempre y cuando no estén en coordinación con un
comité de campaña del candidato. El fallo de 2010, aprobado por una
estrecha mayoría de la corte de 5 votos contra 4, alteró profundamente
el escenario electoral, no solo para las elecciones presidenciales, sino
también para las miles de elecciones en todo el país. Según un resumen
del impacto del fallo preparado por la Conferencia Nacional de
Legislaturas Estatales: “Si bien el fallo no afecta directamente a las
leyes estatales, hay 24 estados que actualmente prohíben o limitan el
gasto de empresas y/o sindicatos en las elecciones”.
Montana, un estado con una larga historia de prohibición de los
aportes empresariales a las campañas, fue el único estado que se opuso a
esos cinco magistrados de la Corte Suprema de Estados Unidos. Veintidós
estados, más el Distrito de Columbia, presentaron un escrito en apoyo a
Montana en el que advertían que las elecciones estatales son
diferentes. El documento de apoyo decía: “Los estados, en particular los
estados ricos en recursos que tienen pocos habitantes, como Montana,
enfrentan el riesgo de que empresas que no están domiciliadas en el
estado y que tienen intereses individuales bien definidos dominen el
gasto de la campaña electoral en las elecciones estatales y locales”.
Hoy en día, Montana no se caracteriza por su bipartidismo. El
gobernador demócrata, Brian Schweitzer, afirma que a su pluma se le
agotó la tinta debido a la cantidad de “locos” proyectos de ley
republicanos que ha tenido que vetar desde que asumió el cargo. A falta
de tinta, ahora lleva los proyectos de ley de la legislatura, controlada
por los republicanos, a las escalinatas del Capitolio y los estampa con
un sello rojo marcado a fuego que dice “Veto”. De modo que fue
significativo que, luego de la decisión de la Corte Suprema de esta
semana, Schweitzer y su vicegobernador, John Bohlinger, del Partido
Republicano, se mantuvieran unidos ante el Capitolio con respecto a este
tema.
Bohlinger afirmó: “Los republicanos y los demócratas no siempre
estamos de acuerdo en asuntos de política, pero hay algo en lo que
coincidimos y es que el dinero de las empresas no debería influir en el
resultado de una elección”. A lo que el gobernador Schweitzer agregó:
“Aquí, en Montana, estamos orgullosos de nuestros 100 años de historia
de mantener el dinero de las empresas alejado de nuestras elecciones.
Las empresas no son personas y no deberían controlar a nuestro gobierno.
Montana defendió la democracia, tanto a nivel estatal como en nombre de
Estados Unidos, al luchar para mantener nuestra prohibición al
financiamiento empresarial de las campañas electorales. La Corte Suprema
de Estados Unidos bloqueó nuestra ley estatal porque afirmó que las
corporaciones son personas. Lo creeré cuando Texas ejecute a una”.
John Bonifaz es cofundador y director de Free Speech for People
(Libertad de Expresión para la Gente), que forma parte de una coalición
de grupos que se organizan para promover una reforma constitucional que
especifique que “Los términos gente, persona o personas, tal como son
utilizados en la Constitución vigente, no incluyen a las sociedades
anónimas, ni a las de responsabilidad limitada ni a otro tipo de
entidades”. Bonifaz me dijo: “Ha habido una creciente movilización en
todo el país de personas que piden una reforma para recuperar nuestra
democracia. Cuatro estados (Hawaii, Rhode Island, Vermont, Nuevo México)
están pidiendo una reforma. Otros estados probablemente se sumen pronto
a esa lucha. Montana promueve una iniciativa de reforma que será
sometida a votación en una elección estatal en noviembre. Cientos de
municipalidades de todo el país han pedido una reforma. Más de mil
líderes empresariales se sumaron a ese pedido, y ahora hay una docena de
proyectos de ley en el Congreso de Estados Unidos que solicitan una
reforma y en julio se realizarán audiencias ante el Comité Judicial del
Senado”.
Quizá el único aspecto positivo de la decisión de la Corte Suprema de
enviar a Montana de regreso a la era de los reyes del cobre sea que se
está construyendo un movimiento popular para reafirmar que, cuando se
trata de política, los derechos de la población están por encima del
dinero.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2012 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y
televisión en inglés y en más de 350 en español. Es co-autora del
libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique
Cono Sur.
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