Autoras/es: Sistematización del Equipo de Educación Popular “Pañuelos en Rebeldía”, Realizada por Mariano Algava. Ilustraciones del libro: Emilio Saad. Coordinación Editorial: Claudia Korol. Tapa: Beto Palavecino. Ediciones América Libre.
(Fecha original: Octubre 2006)
1- Las técnicas participativas en La educación popular
TÉCNICAS Y PARTICIPACIÓN
Las técnicas colaboran con el aprendizaje subjetivo que implica participar sistemáticamente en la elaboración de producciones grupales.
Producciones que son síntesis de los debates, muchas veces intrincados, de difícil diálogo entre posturas diferentes. Colaboran con la recuperación de los medios de producción de saberes. En definitiva con el aprender a construir “poder” colectivamente. A ir siendo personas naturalmente protagonistas.
Permiten que los saberes previos sean reconocidos y se pongan en juego, que las habilidades personales realicen aportes para el desarrollo grupal. Permiten la interpretación, el análisis y la síntesis. Dando lugar al despliegue de procesos dialécticos.
Las técnicas recogen hechos, situaciones, contenidos, conceptos, valores; reflejan la realidad en sus diversos aspectos, que es "traducida" a un tipo de código (visual, audio-visual, auditivo, vivencial, jugado, etc.) que resulta provocador, generador de la participación y de un proceso colectivo de "decodificación" a través del debate.
Van a facilitar la posibilidad del distanciamiento3 del objeto de estudio, van a permitir miradas diferentes y a romper con el “sentido común”, para problematizarlo críticamente. Por ejemplo, recuerdo en uno de los encuentros en la Universidad popular Madres de Plaza de mayo, que trabajando la relación educación formal, educación popular, se había dado la consigna de pensar e intercambiar en pequeños grupos escenas difíciles o angustiosas de la escuela. Luego se presentaba una escena elegida. La escena de un grupo trataba de una niña que no quería entrar a un lugar y la maestra le insistía, ante la negativa, la maestra pide ayuda a la directora, y cuando la negación continuaba, la maestra la agarraba de un lado y la directora la empujaba del otro, y aumentaba la violencia, en este momento la coordinadora dijo “alto, congelen la imagen” e interrogó a las demás compañeras y compañeros, preguntando “¿si no fuera la escuela, que otra escena podría ser?” y surgieron asociaciones como una represión en la calle, una detención de la policía, un secuestro de los militares, y no recuerdo cuales mas, pero estas asociaciones, daban un sentido a la escena escolar que para muchos , inclusive docentes, fue descubrir la dimensión del sistema dentro de la escuela. Aquí el distanciamiento del objeto de estudio (la ed. Formal), en especial para las personas que están insertas en él, fue fundamental para poder incluir una mirada crítica que enriqueció el debate posterior.
Las técnicas, también aportan humor, ironía, dramatismo, la exageración de algunos aspectos, la sorpresa, el análisis colectivo de textos, y contribuyen con uno de los aprendizajes subjetivos mas importantes, el rompimiento de la dependencia y la puesta en juego de la autonomía en la producción de saberes.
Las técnicas además transforman el espacio, permiten “habitarlo”4, llenarlo de color, de papeles que expresan los debates u otras producciones. Cambiando las disposiciones (de sillas, mesas, etc). La vivencia del aprendizaje y de las técnicas van llenando los espacios de recuerdos, anécdotas, encuentros, penas. La mística se funde con el lugar. Solo allí “somos” el grupo que aprende. El lugar del aprender se vive subjetivamente, se habita. El espacio se politiza. Se humaniza, se vive con intensidad, aún cuando los aspectos exteriores permanezcan sin cambios, este se va transformando dentro de cada uno y cada una, porque se va habitando.
Las técnicas participativas, ponen en marcha, desentumecen, abren a las personas. Los cuerpos sentados, quietos, de brazos cruzados, detrás de carteras, bolsos, o camperas, están como acorazados detrás de muchas capas, prejuicios, miedos, vergüenzas, que obstaculizan los aprendizajes. Solemos hablar del opresor introyectado, pero ¿dónde se aloja este? Muy adentro de uno o de una, puede ser, pero también ahí, a la vista, en el cuerpo, en la postura, hasta en el tono muscular, en la imposibilidad de hacer contacto con un compañero o compañera, de abrazar, de jugar. ¿Cuánto mas fácil sería lograr la ansiada “unidad” con procesos que rescaten el cuerpo, el abrazo, el jugarnos juntos, dejando por un rato las palabras de lado?
No por casualidad las dictaduras imponen el silencio, la quietud, la desaparición de los cuerpos, el desencuentro.¿cuántas dictaduras aún subsisten? ¿cómo sería democratizar estos ámbitos? Utilizar las técnicas participativas, implica desafiar estas quietudes internalizadas, implica hacer hablar al cuerpo, implica implicarse, significa “aparecer” desde una intervención subversiva de las estructuras que nos han impuesto y nos producen una tendencia a la quietud.
Compañeros y compañeras de un movimiento piquetero, luego de hacer una técnica dijeron:
“-Sentí que volví a la infancia”
“-Ponemos el cuerpo, como cuando vamos a las marchas, la sociedad nos impone quedarnos quietos, la dictadura hizo desaparecer cuerpos”
“-Sentí el cuerpo cerca, sentir la presencia del compañero”
Todas estas “justificaciones”, que intentamos darle a las técnicas, son lo “serio” que hay en la “alegría” de las técnicas. No es su efecto, es nuestra participación real, lo que nos enseña. Las técnicas son “provocadoras”, no entretenedoras. Lo serio y lo alegre no son entidades separadas, vivimos en una dialéctica entre estas formas, pero el sistema las dilematiza, jerarquizando una sobre otra. La nueva realidad que estamos construyendo será finalmente seriamente alegre y alegremente seria.
3 “la mejor manera de uno acercarse, es distanciarse del punto de vista de la teoría del conocer” Paulo Freire, en el video “Paulo Freire Constructor de sueños”
4 “El espacio habitado trasciende el espacio geométrico” ha escrito Gastón Bachelard, destacando la vivencia del espacio, la apropiación subjetiva de los ámbitos físicos. (Daniel Calmels, “espacio habitado”, ed.D&B, Bs. As.1997
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