(Fecha original del artículo: 1987)
El crimen perfecto
En Londres, es así: los radiadores devuelven calor a
cambio de las monedas que reciben. Y en pleno invierno estaban unos exiliados
latinoamericanos tiritando de frío, sin una sola moneda para poner a funcionar
la calefacción de su apartamento.
Tenían los ojos clavados en el
radiador, sin parpadear. Parecían devotos ante el tótem, en actitud de
adoración; pero eran unos pobres náufragos meditando la manera de acabar con el
Imperio Británico. Si ponían monedas de lata o cartón, el radiador funcionaría,
pero el recaudador encontraría, luego, las pruebas de la infamia.
Qué hacer?, se preguntaban los
exiliados. El frío los hacía temblar como malaria. Y en eso, uno de ellos lanzó
un grito salvaje, que sacudió los cimientos de la civilización occidental. Y
así nació la moneda de hielo, inventada por un pobre hombre helado.
De inmediato, pusieron manos a la obra.
Hicieron moldes de cera, que reproducían las monedas británicas a la
perfección; después llenaron de agua los moldes y los metieron en el
congelador.
Las monedas de hielo no dejaban
huellas, porque las evaporaba el calor.
Y así, aquel apartamento de Londres se
convirtió en una playa del mar Caribe.
(Fecha original del artículo: 1987)
El crimen perfecto
En Londres, es así: los radiadores devuelven calor a
cambio de las monedas que reciben. Y en pleno invierno estaban unos exiliados
latinoamericanos tiritand o de frío, sin una sola moneda para poner a funcionar
la calefacción de su apartamento.
Tenían los ojos clavados en el
radiador, sin parpadear. Parecían devotos ante el tótem, en actitud de
adoración; pero eran unos pobres náufragos meditando la manera de acabar con el
Imperio Británico. Si ponían monedas de lata o cartón, el radiador funcionaría,
pero el recaudador encontraría, luego, las pruebas de la infamia.
Qué hacer?, se preguntaban los
exiliados. El frío los hacía temblar como malaria. Y en eso, uno de ellos lanzó
un grito salvaje, que sacudió los cimientos de la civilización occidental. Y
así nació la moneda de hielo, inventada por un pobre hombre helado.
De inmediato, pusieron manos a la obra.
Hicieron moldes de cera, que reproducían las monedas británicas a la
perfección; después llenaron de agua los moldes y los metieron en el
congelador.
Las monedas de hielo no dejaban
huellas, porque las evaporaba el calor.
Y así, aquel apartamento de Londres se
convirtió en una playa del mar Caribe.
1 comentario:
ta buenazo
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