Publicado por: Jofi
El
ganador del Premio Nobel de Medicina Richard J. Roberts denuncia la
forma en la que operan las grandes farmacéuticas dentro del sistema
capitalista, anteponiendo los beneficios económicos a la salud y
deteniendo el avance científico en la cura de enfermedades porque curar
no es tan rentable como la cronicidad.
(Fecha original del artículo: Marzo 2013)
Ahí va el escándalo... -muy valiente este Premio Nóbel de Medicina-. Qué lástima que esto no salga en los noticiarios de todas las cadenas para que la reaccione en masa... es de vergüenza...
Premio Nóbel de Medicina: Las Farmacéuticas bloquean las medicinas que curan porque no son rentables impidiendo su distribución
El ganador del Premio Nobel de Medicina Richard J. Roberts denuncia la forma en la que operan las grandes farmacéuticas dentro del sistema capitalista, anteponiendo los beneficios económicos a la salud y deteniendo el avance científico en la cura de enfermedades porque curar no es tan rentable como la cronicidad.
Premio Nóbel de Medicina: Las Farmacéuticas bloquean las medicinas que curan porque no son rentables impidiendo su distribución
El ganador del Premio Nobel de Medicina Richard J. Roberts denuncia la forma en la que operan las grandes farmacéuticas dentro del sistema capitalista, anteponiendo los beneficios económicos a la salud y deteniendo el avance científico en la cura de enfermedades porque curar no es tan rentable como la cronicidad.
Hace unos días se publicó una nota sobre datos revelados que
muestran que las grandes compañías farmacéuticas en Estados Unidos
gastan cientos de millones de dólares al año pagando a doctores para
que éstos promuevan sus medicamentos. Para complementar reproducimos
esta entrevista con el Premio Nobel de Medicina Richard J. Roberts
quien señala que los fármacos que curan no son rentables y por eso no
son desarrollados por las farmacéuticas que en cambio sí desarrollan
medicamentos cronificadores que sean consumidos de forma serializada.
Esto, señala Roberts, también hace que algunos fármacos que podrían
curar del todo una enfermedad no sean investigados. Y se pregunta hasta
qué punto es válido y ético que la industria de la salud se rija por
los mismos valores y principios que el mercado capitalista, los cuales
llegan a parecerse mucho a los de la mafia. La entrevista originalmente
fue publicada por el diario español La Vanguardia:
¿La investigación se puede planificar?
- Si yo fuera ministro de Sanidad o el responsable de Ciencia y
Tecnología, buscaría a gente entusiasta con proyectos interesantes; les
daría el dinero justo para que no pudieran hacer nada más que
investigar y les dejaría trabajar diez años para sorprendernos.
- Parece una buena política.
- Se suele creer que, para llegar muy lejos, tienes que apoyar la
investigación básica; pero si quieres resultados más inmediatos y
rentables, debes apostar por la aplicada…
- ¿Y no es así?
- A
menudo, los descubrimientos más rentables se han hecho a partir de
preguntas muy básicas. Así nació la gigantesca y billonaria industria
biotech estadounidense para la que trabajo.
- ¿Cómo nació?
- La
biotecnología surgió cuando gente apasionada se empezó a preguntar si
podría clonar genes y empezó a estudiarlos y a intentar purificarlos.
- Toda una aventura.
- Sí, pero nadie esperaba hacerse rico con esas preguntas. Era difícil
obtener fondos para investigar las respuestas hasta que Nixon lanzó la
guerra contra el cáncer en 1971.
- ¿Fue científicamente productiva?
- Permitió, con una enorme cantidad de fondos públicos, mucha
investigación, como la mía, que no servía directamente contra el cáncer,
pero fue útil para entender los mecanismos que permiten la vida.
- ¿Qué descubrió usted?
- Phillip Allen Sharp y yo fuimos premiados por el descubrimiento de
los intrones en el ADN eucariótico y el mecanismo de gen splicing
(empalme de genes).
- ¿Para qué sirvió?
- Ese descubrimiento permitió entender cómo funciona el ADN y, sin embargo, sólo tiene una relación indirecta con el cáncer.
- ¿Qué modelo de investigación le parece más eficaz, el estadounidense o el europeo?
- Es obvio que el estadounidense, en el que toma parte activa el
capital privado, es mucho más eficiente. Tómese por ejemplo el
espectacular avance de la industria informática, donde es el dinero
privado el que financia la investigación básica y aplicada, pero
respecto a la industria de la salud… Tengo mis reservas.
- Le escucho.
- La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su
rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las
empresas no siempre es bueno para las personas.
- Explíquese.
- La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital…
- Como cualquier otra industria.
- Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra
salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres
humanos.
- Pero si son rentables, investigarán mejor.
- Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.
- Por ejemplo…
- He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes
de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que
hubieran acabado por completo con una enfermedad…
- ¿Y por qué dejan de investigar?
- Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle
a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente,
es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del
todo, sino que hacen crónica la enfermedad y le hacen experimentar una
mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.
- Es una grave acusación.
- Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de
investigación no para curar sino sólo para convertir en crónicas
dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los
que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir
el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo
que le digo.
- Hay dividendos que matan.
- Por eso le decía que
la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como
un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto
de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de
abusos.
- ¿Un ejemplo de esos abusos?
- Se han dejado de
investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del
todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los
microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la
tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y
ha matado este año pasado a un millón de personas.
- ¿No me habla usted del Tercer Mundo?
- Ése es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades
tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían
rentables. Pero yo le estoy hablando de nuestro Primer Mundo: la
medicina que cura del todo no es rentable y por eso no investigan en
ella.
- ¿Los políticos no intervienen?
- No se haga ilusiones:
en nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes
capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus
chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.
- De todo habrá.
- Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos –
y sé de lo que hablo- dependen descaradamente de esas multinacionales
farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras…
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