(Fecha original del artículo: Noviembre 2012)
El
pasado 25 se intentó llevar a cabo la Evaluación de Calidad Educativa
en las escuelas Primarias de la Ciudad de Buenos Aires. Recibió un
fuerte rechazo del conjunto de los docentes.
A pesar de los intentos del gobierno de minimizar la jornada sosteniendo que "no se trataba más que de una encuesta anónima", el dispositivo recibió un fuerte rechazo previo y en las mismas jornadas institucionales.
La
evaluación forma parte de un proyecto más amplio del gobierno,
consistente en atar el salario docente al resultado de la evaluación
(salario por mérito) y establecer un régimen de inestabilidad laboral
permanente a partir de la revalidación de la titularidad en los cargos.
Abundaron
preguntas en relación a la formación académica de los docentes, la
capacitación "extra horario", el rendimiento de los estudiantes en
relación con las distintas áreas, y el presentismo docente, entre
otros.
Es
el último punto pendiente que reclaman el Banco Mundial y el FMI en la
implementación de una privatización del sistema de educación estatal,
que entra en plena consonancia con lo exigido por la Ley de Educación
Nacional.
Desde
Tribuna Docente denunciamos las intenciones del Gobierno llamando a
las escuelas a rechazar de plano la Evaluación y transformar las
jornadas en grandes asambleas por escuelas. Esto se llevó a cabo en
innumerables escuelas y distritos.
Ademys llamó también al rechazo de lleno de la Evaluación, mientras que la UTE se debatió en inconsistencias llamando a "libertad de conciencia", a realizar algunas partes, a boicotearla, y finalmente a no realizarla desde un "Así no" (¿De qué forma sí?). El "Así No" de UTE va en consonancia con las políticas del gobierno nacional: no pueden oponerse a la evaluación docente porque es una estrategia de largo plazo del gobierno nacional.
La
posición de la dirección de la UTE generó confusión en un amplio
sector de la docencia, que, sin embargo, se dio a la discusión en cada
lugar de trabajo acerca de las condiciones laborales imperantes.
Como un primer balance de lo sucedido consideramos que el rotundo rechazo de la Evaluación, y por ende, el fracaso de la implementación de la misma como una herramienta estadística para justificar la política privatista y ajustadora de Bulrich, es el puntapié inicial de una creciente organización que debe abrir el debate en cada escuela.
Se ha anunciado que el paso a seguir es la implementación de la evaluación en la escuela Media, en medio de la reforma que implica la implementación plena de la Ley de Educación Nacional. Llamamos a los docentes de las escuelas Medias a rechazarla de lleno y organizar asambleas para elaborar un plan de lucha por las reivindicaciones del conjunto de los trabajadores de la educación y las necesidades particulares de cada escuela.
- Ninguna evaluación de calidad educativa.
- No al pago por mérito.
- Salario mínimo igual a la canasta familiar.
- No al impuesto al salario.
- 82 por ciento móvil para los jubilados.
- Derogación de la Ley Nacional de Educación.
- Renacionalización del Sistema de educación estatal.
Tribuna Docente
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