Autoras/es: Ana Quiroga
(Fecha original del artículo: Octubre 2012)
Bibliografía
Pichon
Riviere, siendo residente del hospital Borda y a cargo de una sala de
internación, le toca afrontar una huelga de enfermeros, y para
garantizar la supervivencia de la sala, decide afrontar la situación
mediante reuniones masivas, tipo asamblea, a partir de las cuales se
organizaban las tareas cotidianas: distribuir la alimentación, los
medicamentos, los cuidados de los más enfermos, etc. Esta dedicación a
la tarea del grupo, produce un resultado inesperado: muchos pacientes
mejoran poderosamente su estado de salud.
Esto deja
la semilla en Pichón para el desarrollo de sus ideas sobre el Grupo
operativo, o grupo de tarea. Pero partiendo de las ideas del conocido
Psiquiatra argentino, ha logrado sus propios desarrollos teóricos, de
los cuales tomamos estas fichas, que nos hablan del aprendizaje, y de la
interacción humana como proceso motivado. Pichón Riviere, que nos ha
hecho conocido en el mundo con sus ideas, no fue una persona que
documentara sus ideas por si mismo.
La mayoría de
sus obras las conocemos a través de los apuntes que tomaron sus
discípulos, sus alumnos. Así también, José Bleger, del cual tomamos los
capítulos sobre la conducta, del libro "Psicología de la conducta", fue
su alumno, que continuo su propia trayectoria como profesor de
Psicología General en la UBA. EL SUJETO EN EL PROCESO DE CONOCIMIENTO
(MODELOS INTERNOS O MATRICES DE APRENDIZAJE).
La
Psicología Social planteada por Enrique Pichón-Riviere implica y se
fundamenta en una concepción del sujeto, el que es entendido como ser
esencialmente social. Es-decir, emergente, configurado en una
complejísima trama a de vínculos y relaciones sociales. Para Enrique
Pichón-Riviere el hombre se configura en una praxis, en una actividad
transformadora, en una relación dialéctica mutuamente modificante con él
mundo. Relación destinada a satisfacer sus necesidades.
E1
carácter fundante de esta relación de transformación reciproca define
al sujeto de la praxis como sujeto esencialmente cognoscente y sitúa en
primer plano el análisis de los procesos de aprendizaje. Estos son
caracterizados por Enrique Pichón-Riviere como apropiación instrumental
de la realidad para transformarla", y son identifica dos -en tanto forma
de la relación sujeto-mundo- con la salud mental. Si el aprendizaje es
función esencial, constitutiva de nuestra subjetividad podemos afirmar
que no sólo somos en cada aquí y ahora, e1 punto de llegada, la sintaxis
de una historia vincular y social.
Somos también
el "punto de llegada" de una trayectoria de aprendizajes. Trayectoria en
la que hemos ido construyendo un modelo interno o matriz de encuentro
con lo real. Historia en la que hemos ido "aprendiendo a aprender". En
tanto proceso, el aprendizaje tiene una historicidad, con continuidades v
discontinuidad. Esto quiere decir que existe una relación, no lineal
sino dialéctica, entre las formas como aprendimos a respirar, a mamar, a
discriminar yo-no yo, a jugar, a trabajar, cómo aprendimos la ciencia,
la historia, etcétera.
Esta relación estaría dada
por el hecho de que ante cada contacto con el objeto de conocimiento,
ante cada exigencia adaptativa, hemos ido elaborando, afianzando o
modificando un modelo, una actitud de encuentro con el objeto, un estilo
de aprendizaje que se constituye como nuestra modalidad cotidiana dé
relación con la realidad, con nosotros mismos y con los otros.
En
cada experiencia hay un aprendizaje explícito que se objetiva y
condensa en un contenido o en una habilidad; aprendemos la fecha de la
Independencia, a multiplicar, a andar en bicicleta. Pero la experiencia
en la que se desarrolla ese aprendizaje deja mía huella, se inscribe en
nosotros afianzando o inaugurando una modalidad de ser-en-el-mundo, de
interpretar lo real, de ser-el-mundo para nosotros. Esto es un
aprendizaje implícito, profundo, estructurante. Un "aprender a aprender"
como forma de constituimos en sujetos de conocimiento.
Cuando
decimos que "aprendemos a aprender", estamos señalando que aprendemos a
"organizar y significar" nuestras experiencias, sensaciones, emociones,
pensamientos Construimos así hábitos de aprendizaje, maneras de
percibir secuencias de conducta. Cada acto de conocimiento es el eslabón
de una cadena, fase de un proceso en el que vamos configurando una
actitud de aprendizaje, es decir, modalidades relativamente estables y
organizadas de pensamiento, sentimiento y acción frente al objeto de
conocimiento y un acto de aprender.
El mundo se nos
presenta como multiplicidad de objetos y estímulos, como una secuencia
ininterrumpida de experiencias y acontecimientos. Pero el sujeto
introduce una organización en esa multiplicidad. Se incluye en esa
secuencia y se orienta en ella de determinada manera. Con esto
afirmamos. que conocimiento estructurado en el sujeto una determinada
organización. La representación del mundo, el prisma cognitivo es una
estructuración elaborada e incorporada implícitamente en el proceso de
aprendizaje. Es, a la vez, su efecto y su condición de posibilidad. Ese
modelo interno es una organización personal y social. De él resulta que
los. hechos de la realidad, múltiples y heterogéneos, sean 1)
seleccionados, 2) percibidos, 3) articulados y 4) interpretados de
determinada forma por el sujeto. Definimos como matriz o modelo interno
de aprendizaje a la modalidad con la que cada sujeto organiza y
significa el universo de su experiencia, su universo de conocimiento.
Esta
matriz o modelo es una estructura compleja y contradictoria con una
infraestructura biológica. Esta socialmente determinada e incluye no
sólo aspectos conceptuales, sino también emocionales, afectivos y
esquemas de acción. Este modelo, construido en nuestra trayectoria de
aprendizajes, sintetiza en cada aquí y ahora nuestras potencialidades y
nuevos obstáculos. Estas matrices no constituyen una estructura cerrada,
sino una gestalt-gestaltung, una estructura en movimiento, susceptible
de modificación, a excepción de los más extremos grados de patología.
Sin embargo, esa matriz subyacente según la cual organizamos y
encodificamos nuestra experiencia, no consiste sólo en una forma de la
relación sujeto-mundo, sino que incluye también un sistema de
representaciones que interpreta ese encuentro, una hipótesis acerca, de
quienes somos nosotros aprendiendo, que lugar y qué tarea nos cabe en
esa relación de conocimiento.
Qué es lo permitido,
qué es trasgresión. Esta interpretación implica una concepción del
conocimiento, una concepción del sujeto, una concepción del poder. Por
ejemplo, pensar que la realidad es, en si inabordable, incognoscible o
inmodificable, es una forma posible de interpretar la relación sujeto
mundo, el acto de aprender. Vivir y pensar el acto de conocimiento como
un proceso con alternativas, con progresivos acercamientos al objeto,
significar ese acto como un movimiento de transformación recíproca entre
sujeto y objeto es otra interpretación. Todas ellas remiten a modelos
del aprender. Cuando un sujeto reclama lugar para su palabra y su
experiencia en el aprendizaje revela un aspecto de su modelo interno, en
el que adjudica al sujeto una función activa, protagónica.
Cuando
alguien por el contrario acepta la palabra del otro, investido de
autoridad y lo hace acriticamente negando su propia experiencia, mas aún
significándola como desconocimiento, está poniendo en juego una
modalidad de aprender. ¿Cuál es nuestra relación con esos modelos
internos de aprendizaje? Subyacen al acto de conocer y muchos de sus
aspectos no acceden a 1a conciencia. Por eso insistimos en su carácter
implícito. De allí que casi siempre los actuemos sin problematizarlos. Y
con esto se revela otro rasgo de esta matriz ¿Por qué? Porque podemos
haber aprendido a aprender sin problematizar las formas de nuestro
encuentro con lo real, "naturalizándolas". Es decir, sin interrogar nos
hasta donde nuestras experiencias de aprendizaje y los modelos
configurados en ellas favorecen o por el contrario, limitan la
Apropiación de lo real,
En nuestra cultura y en
función de las relaciones sociales dominantes, no se suele incluir como
parte del proceso formativo la problematización de los modelos de
aprendizaje. Por el contrario se los legitima, desde un sistema de
relaciones sociales, como "la única" forma válida de aprender, ¿Cuándo
se introduce la ruptura, la problematización? Cuando una situación de
crisis personal o social introduce discontinuidades, quiebra la
coherencia interna de esa estructura, moviliza la forma hasta allí
vigente de la relación sujeto-mundo y la pone y nos pone en cuestión.
La
crisis rompe la "familiaridad encubridora" con nuestros modelos
internos de aprendizaje y vinculo. Se abre entonces un espacio para
revisar nuestras matrices de aprendizaje. El aprender y la relación con
el otro se transforman así en objeto de interrogante, inaugurándose
desde una reflexión crítica la posibilidad de nuevas furnias de
"aprender a aprender" de constituimos en sujetos del conocimiento.
¿Como
se configuran esos modelos de relación con la realidad que nos
contiene, estas estructuras miomas tan intensamente ligadas a nuestra
identidad en tanto condensan nuestra experiencia y nuestra historia?
Estas matrices surgen por la interacción de varios favores, por lo que
decimos que están multideterminadas. Se constituyen en los distintos
ámbitos en los que sea desarrolla nuestra experiencia del aprender y
resultan también de la modalidad particular con que esas experiencias se
inscriben en nosotros.
El proceso de aprendizaje
tienen como horizonte las relaciones sociales, en las que destacamos el
lugar fundante que ocupan las relaciones productivas, en tanto sostén de
la estructura social. Las formas dominantes en esas relaciones las
formas de propiedad vigentes en ellas y el sistema de representaciones
que las legitiman conforman e interpenetran todas las instituciones
Sociales, reproduciéndose con modalidades específicas en cada una de
ellas. De allí que la experiencia de los sujetos en e ámbito escolar,
familiar, laboral, en su cotidianidad toda esté ligada a las formas de
las relaciones productivas y determinada en última instancia por ellas.
Cada
sistema social organiza materialmente la experiencia de los Sujetos que
lo integran. ¿Y esto por qué? Porque todo sistema de relaciona sociales
necesita, para garantizar su existencia y desarrollo gestar el tipo de
sujeto apto para sostener esas relaciones y realizarlas, Sujetos cuyas
actitudes visión del mundo, formas de sensibilidad, modelos de
aprendizaje y método de pensamiento sean funcionales a ese sistema
social. En esta configuración ocupa un lugar fundante el proceso
educativo en todas sus formas e instancias, en tanto socializador.
En
lo que hace a las matrices de aprendizaje, la mayor plasticidad y
riqueza de esos modelos internos que se tiendan ajustar socialmente en
cada sujeto, así como su mayor rigidez y estereotipia, están
determinados por las formas de las relaciones sociales, por la
concepción del hombre y el mundo y del conocimiento para que estas
relaciones se sostengan y legitimen, por las formas de conciencia social
que en ese sistema han desarrollado y por nos interesa hegemónicos en
esa estructura. Nos hemos preguntado por los distintos ámbitos en los
que se estructuran y determinan nuestros modelos internos o matrices de
aprendizaje.
Si la vida es una secuencia
ininterrumpida de exigencias adaptativas que comienzan con el
nacimiento, la familia es sin duda el ámbito determinante de nuestros
primeros y más significativos aprendizaje de nuestro aprender a
aprender. En ese escenario vincular el sujeto de la necesidad se
transforma en el sujeto de la representación, del lenguaje, de las
normas, de la ideólogo En el interior de grupo familiar y por efecto de
la función materna, función yoica, o de sostén del ser del bebe, éste
alcanza, en un diálogo piel a piel, mirada a mirada, cuerpo a cuerpo la
integración de su yo y la discriminación del mundo, los procesos de
simbolización y pensamiento.
En ese ámbito empieza a
ser reconocido el lugar fundante del otro en el aprendizaje. Ese otro
que descifra la necesidad del bebé y la satisface, proporcionándole la
posibilidad de aprendizajes irreemplazables. En ese proceso
interaccional se da, con características que dependen de cada sujeto y
de cada contexto vincular-social, el pasaje de la dependencia a la
autonomía, de la indiferenciación a la identidad. Las necesidades del
sujeto son el fundamento de un proceso de exploración de lo real en
busca de la fuente -de gratificación. Ese proceso es el aprendizaje.
Podemos hablar entonces de la operación, desde la primera infancia, de
un "impulso de saber" o "impulso epistémico" que tiene por instrumento y
primer objeto el propio cuerpo y el cuerpo del otro extendiéndose luego
al mundo circundante.
En el ejercicio de esa
función integradora y de sostén, como portadores de un orden social que
los determina, la madre y la familia, ofrecerán a ese impulso las
respuestas socialmente disponibles. Esto es, reconocerán o desconocerán
las necesidades del niño, legalizarán unas y descalificarán otras
significando así su experiencia y sus procesos de aprendizaje. Se
fijarán así matrices o modelos internos mas permisivos y favorecedores
del encuentro sujeto-realidad, o más represivos y empobrecedores de esta
relación.
Se fijarán así matrices o modelos
internos mas permisivos y favorecedores del encuentro sujeto-realidad, o
más represivos y empobrecedores de esta relación. Profundizar en el
análisis de las matrices de aprendizaje emergentes en la familia,
implicaría una muy larga exposición, por la vastedad del tema. Por
razones que hacen a la pertinencia de este seminario me centraré, en
forma necesariamente sintética en la reflexión acerca de las formas del
aprender que se proponen en el sistema educativo, en una formación
social concreta: la de la Argentina, país dependiente y que desarrolla
su economía bajo un modo de producción capitalista. Este análisis,
apunta a una revisión crítica de la organización social-material de la
experiencia de aprendizaje desarrollada en ese ámbito y de las matrices
de aprendizaje que tienden a estructurarle en experiencias.
El
hilo conductor que seguiré será la indagación del destino social,
institucional y vincular de las necesidades de los sujetos en el ámbito
escolar. Es decir que, necesidades son reconocidas en la Escuela qué
metas y caminos se ofrecen a esas necesidades desde el orden social.
¿Cuáles son desconocidas, descalificadas o castigadas como trasgresión?.
El ingreso a la institución escolar implica para el niño una ruptura
con sus modelos de aprendizaje previos, particularmente los
desarrollados en el ámbito familiar.
La matriz de
aprendizaje y vínculo que ha construido, en el que el cuerpo y el
movimiento -aun cuando hayan sido objeto de represión- se constituían
como instrumento de conocimiento y comunicación, asiento de una
experiencia que permitirá pensar fantasear, preguntar, sacar
conclusiones, queda radicalmente cuestionada al entrar en un sistema en
el que se privilegia la enseñanza sobre el aprendizaje. Inmovilizar un
cuerpo infantil y aislarlo tras un banco escolar es un indicador de la
incompatibilidad crucial que ese sistema educativo tiene con el niño
como sujeto de la necesidad. del deseo y desde allí, de la imaginación,
la creatividad.
Se le exigirá allí que se someta
dócilmente a la acción didáctica, a la palabra sacralizada del macero.
En ese aprender a aprender se realiza un proceso de enajenación allá de
cualquier contenido se aprende a desconocerse en la propia necesidad. El
sujeto entra así en un engranaje que lo Prepara para el hacer del
sistema productivo hacer desliga do de las propias necesidades y
objetivos. La cultura escolar muestra un mundo artificial y aséptico,
sin conflictos y cuando ellos inevitablemente emergen, son intentados en
forma de dilema. Todo es bueno o malo, santo o villano, sin matrices ni
fisuras.
Este enmascaramiento de lo real impide el
desarrollo de un pensamiento dialéctico, a la vez analítico e
integrador, que descubra y analice las contradicciones. E1 vaciamiento
de experiencia, como lo señala Paulo Freire transforma la realidad en
narración. Lo real se hace abstracto, se desvanece en palabras inertes.
Despojada de su riqueza y complejidad, la vida se convierte en un cúmulo
de elementos estáticos y aislados entre sí. Se configura así un
pensamiento metafísico, una visión rigidizante del mundo que no percibe a
la realidad un su movimiento e interconexiones.
El
sistema educativo define al aula como lugar de poder del docente de
modo tal que esto significará para el alumno impotencia y sometimiento.
El vínculo educativo soporta y reproduce una relación social de
dominación, autoritaria y jerárquica. El modelo de aprendizaje que se
construye está destinado así a la acotación de, lo instituido como un
orden natural y auto evidente. Matriz acrítica en la que todo
cuestionamiento es significado como trasgresión. En este sistema, por
las formas que reviste y por las estructuras que se interiorizan, se
aprende a aprender de modo tal que las relaciones humanas se definen en
términos de dominador dominado, disociándose mente-cuerpo, pensamiento y
realidad, teoría y práctica, trabajo manual e intelectual, tarea y
práctica.
En ese mundo jerárquico se pretende a
naturalizar el poder, la arbitrariedad, la pasividad, la dependencia.
Esta visión del sistema educativo seria unilateral si desgajáramos la
experiencia del alumno de aquella que vive el docente en dicho sistema
Plantearíamos un falso dilema docente-alumno si nuestra caracterización
del problema lo redujera a una relación entre los actores del proceso
educativo, relación que; turna la forma de un antagonismo entre victima y
victimario. El aula es el lugar de poder de! docente, quien porta sobre
el alumno una relación de dominación, Pero esto, ¿cómo y desde dónde
esta determinado?.¿Cuál es el lugar del docente en el sistema educativo?
Este esta organizado en forma jerárquica y rígidamente le autoritaria,
consagrando tu metodología educativa como valor absoluto, con un sutil
escamoteo de sus fines;
La "sacralización" del
método define todo intento innovado como transgresión y subversión,
inhibiéndose así la capacidad participativa y creativa del maestro, el
que queda confinado a una función de mera transmisión y repetición.
Situado a su vez en un lugar de sometimiento, sus modelos internalizados
y 1a estructura del sistema lo conducen a reeditar esa relación. El
docente es formado para mostrar, lo que sabe y exigir al alumno que éste
a su vez muestre especularmente lo que aprendió.
Se
cesta así una matriz en la que el saber es interpretado como repetición
de la palabra autorizada, con intolerancia al error, la divergencia y
el pensamiento autónomo. Sometido a una estructura jerárquica que lo
excluye de la elaboración de los planes educativos, es obligado a
aceptar-como válido solo lo que coincide con esos contenidos y su propia
exposición repetitiva. Todo el sistema educativo es recorrido por la R
identificación del criterio de verdad con el de autoridad. Él maestro,
como el alumno, es enajenado de su necesidad y su capacidad creativa,
negado como persona pensante a la vez que paradójicamente definido como
depositante de un saber que no le pertenece. La división tajante entre
el que detenta el saber-poder se da en el aula como efecto de su
presencia en otros niveles del sistema.
El maestro
recibe mensajes contradictorios y paralizantes: sabe y no sabe, es todo y
nada. El discurso del Poder le plantea un ideal: el de la madre, el
apóstol que da sacrificadamente, Mensaje éste destinado a que el docente
se desconozca en su necesidad, no se reconozca como trabajador, no
reflexione críticamente, sobre el sistema educativo interiorizándose
sobre verdaderas posibilidades de aprendizaje propias y de sus alumnos.
planteándose nuevas formas de tarea. Esta organización social-material
de la experiencia, de aprendizaje responde a los fines últimos del
sistema educativo en tanto instrumento socializador de una sociedad de
clases fundada en relaciones de explotación, que necesita de sus
integrantes consenso práctico e ideológico.
Hemos
dicho que los modelos de aprendizaje están multideterminados. Esto
implica que no sólo surgen de la articulación de diversos factores, sino
que también son contradictorios, como lo son nuestras distintas
experiencias de aprendizaje. El sistema social que en última instancia
las determina está recorrido por contradicciones que se expresan como
lucha ideológica en la familia, en la escuela, etcétera. Esa lucha es
escenario de nuestro aprender. Por eso nuestros modelos internos no son
homogéneos, no incluyen solo los rasgos queden en ellos determina la
ideología dominante. Desde una praxis desarrollamos nuestra condición de
sujetos cognoscente, capaces de interrogar lo real, de un pensamiento
innovador.
Por eso puede surgir un Paulo Freiré un
Enrique Pichón-Riviére, y por eso sobre todo surgen los miles de hombres
y mujeres que se preguntan que es educar, para que y para quién, que se
cuestionan los modelos de aprendizaje y vinculo vigentes en nuestra
sociedad. Hemos intentado mostrar la existencia y operación de modelos
internos de aprendizaje, subyacentes al acto de conocimiento y que,
construidos en una trayectoria de aprendizajes, determinan formas de
encuentro con la realidad.
La propuesta de Enrique
Pichón-Riviére de aprender a aprender significa esencialmente una
revisión de esos modelos. un proceso de progresivo esclarecimiento
acerca de los mismos. Propone para ello un instrumento, grupal, porque
sólo en un proceso interaccional estos modelos pueden ser confrontados
con otros y así acceder a la conciencia. En tanto ellos hacen a nuestra
identidad, su revisión provocará una intensa movilización emocional que
tiene en el grupo como ámbito y en la técnica de grupo operativo como
instrumento de comprensión e intervención psicológica, una posibilidad
de contención y elaboración.
Esta tarea formativa apunta a redimensionar y resignificar nuestra condición de sujetos del conocimiento.
Bibliografía
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G. Bateson, Pasos hacia una ecología de la mente Ed. CarIos Lohle.
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Ana P, de Quiroga, Matrices dr Aprendizaje. Ficha Ediciones Cinco, 1985.
A. Lapierre, El cuerpo y el inconsciente, Ed. Científica Médica, Barcelona, 1980.
B.
Cousinet, Pedagogía del Aprendizaje, Ed. Miracle. Notas para el
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cargo de Paulo Freiré y Ana P- de Quiroga, realizado en San Pablo,
Brasil, el 21. y 22 de septiembre de 1985.
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