ERROR DE PUBLICACIÓN: DENUNCIA ANÓNIMA Y NO COMPROBADA
Buenos Aires, Septiembre de 2011
Carta abierta a la comunidad educativa
Recuento de la situación
Quienes escribimos esta carta somos o fuimos docentes contratados del Colegio D. F. Sarmiento, Nº 2 D. E. 1. Las decisiones tomadas desde fines de 2010 por Roxana Levinsky, rectora del Colegio y directora de los proyectos de que participamos, en las que se trasunta su manera de concebir la educación pública, nos han conducido a un severo conflicto sindical del que queremos dejar constancia.
Desde el año 2007, debido a la iniciativa de Levinsky, se desarrollan en el Colegio varios proyectos de innovación y experimentación educativa que persiguen el objetivo de garantizar la escolaridad de los estudiantes del Colegio, provenientes en su mayoría de la Villa 31 de Retiro. Desde fines de 2009 y durante el año 2010 los proyectos se desarrollaron en tres líneas fundamentales: Agenda Cultural-Recreativa, Curso Integrado y Equipo de Fortalecimiento. Las distintas líneas del proyecto buscan modificar los recorridos didácticos habituales, generando para los alumnos nuevos espacios de contención, reflexión y apropiación del conocimiento a partir de la inclusión de nuevas figuras pedagógicas (ayudantes de clase y otros docentes) en la comunidad escolar.
Varios de quienes hoy nos organizamos sindicalmente como contratados del Colegio empezamos a trabajar en los proyectos en 2010 y otros estamos allí desde 2009. Cuando fuimos contratados se nos convocó a concurrir en la elaboración de una transformación en la escuela, transformación que supondría garantizar mejores condiciones para que los estudiantes se desarrollaran como sujetos autónomos y críticos, capaces de apropiarse del conocimiento disciplinar desde sus propias perspectivas y potencialidades. Entendemos que, allende el objetivo de disminuir las estadísticas de repitencia y deserción, el propósito de los proyectos se vincula con la apuesta por una pedagogía crítica y liberadora, que no vea al estudiante como un recipiente vacío que debe recibir pasivamente un conocimiento predefinido y rígido, sino como un sujeto activo capaz de movilizar su propia curiosidad. Para nosotros ningún estudiante es un objeto a moldear por una enseñanza impuesta verticalmente. Todo sujeto posee siempre una plétora de saberes previos y una herencia cultural, y quien se disponga a educarlo debe reconocerlos y valorarlos, no para refrendarlos condescendientemente sino para encontrar instancias de diálogo que le permitan construir puentes con el saber académico. Encaramos nuestro trabajo, entonces, con la convicción de que la escuela pública debe llegar a todos los estudiantes, no sólo para impartirles enseñanzas, sino para dotarlos de herramientas para que se construyan a sí mismos como sujetos críticos y activos.
Trabajando en los proyectos, sin embargo, empezamos a cuestionarnos algunos aspectos de la lógica con que éstos funcionan. Creemos, en particular, que es inadmisible que la renovación pedagógica ingrese en la escuela de la mano de la precariedad laboral, que habilita prácticas verticalistas y privatistas, incompatibles no sólo con las orientaciones de toda pedagogía crítica, sino también con principios básicos de la educación pública, como la estabilidad en el cargo y la libertad de criterio del trabajador docente. Estas cuestiones nos preocuparon vagamente durante todo el año 2010. En varias de las discusiones que mantuvimos con la rectora del Colegio y coordinadora de los proyectos notamos, en su caracterización de la escuela, un unilateral desprecio por la labor de los docentes no-precarizados (los miembros de la POF o "Planta Orgánica Funcional"). Discutimos repetidamente con ella porque, a nuestro criterio, debíamos articular una propuesta pedagógica con el conjunto de los docentes, mientras que ella sostuvo varias veces que no se podía esperar "nada" de la POF. Al mismo tiempo, en dos ocasiones escuchamos a Roxana Levinsky hacer una sospechosa valoración positiva de la precariedad laboral como garantía de un mejor desempeño educativo y como mecanismo formal para garantizar la innovación y el carácter experimental de los proyectos. Más de una vez dijo que la principal diferencia entre los proyectos y la "escuela tradicional" es "el modo de contratación", sugiriendo que los docentes contratados desempeñaríamos nuestras tareas mejor que los docentes de planta precisamente por estar en una situación precaria.
Nuestras sospechas se confirmaron cuando Levinsky decidió, a fines de 2010, no renovar el contrato de nuestro compañero Mariano Repossi, coordinador de una de las líneas del proyecto. También averiguamos, por contactos personales, que no era la primera vez que Levinsky despedía arbitrariamente a algún docente de "sus" proyectos. En el año 2008 despidió, en distintos momentos, a todos los miembros del Equipo de Fortalecimiento TT, armando luego un nuevo Equipo completo (lo que da cuenta de un accionar sistemático y premeditado y no de un exabrupto personal). Preocupados tanto por su situación laboral como por las perspectivas de trabajo en el Colegio en el clima de miedo que entonces se instalaba, nos acercamos a UTE para iniciar acciones sindicales. Siendo aproximadamente la mitad de la planta transitoria del Colegio elegimos delegados y comenzamos a organizarnos para garantizar que el compañero despedido no perdiera su fuente de trabajo. En ese momento concurrimos al sindicato 14 docentes, habiendo en ese momento en el Colegio un total de 25 contratados, más 3 docentes sin contrato y convocados informalmente por Levinsky.
Al comenzar el año lectivo, los avances de Levinsky sobre nuestra situación laboral crecieron. Primero, solicitó a los compañeros del Curso Integrado que renunciaran a sus horas, anunciando que el proyecto en que trabajaban dejó de existir. Ella pretendía usar las horas de esos docentes para emplearlas en un nuevo proyecto. La decisión de terminar el proyecto, tanto como la de despedir a su coordinador, fue tomada unilateralmente por Roxana Levinsky, sin consensuarla y ni siquiera informarla oportunamente al resto de los docentes implicados y aún cuando el Ministerio de Educación renovó los contratos de todos para el año 2011. Levinsky decidió, ignorando a los trabajadores, reestructurar significativamente una de las líneas del proyecto, intentando ampararse para ello en la precariedad laboral.
Finalmente, después de que los compañeros del Curso Integrado pasaran dos meses en la biblioteca del Colegio sin funciones asignadas y que los mismos compañeros presentaran no uno sino tres proyectos de trabajo por escrito, Levinsky decidió ofrecerles un traslado a otro Programa. Si bien el traslado significa para esos compañeros la posibilidad de recibir funciones, superando la situación humillante e irregular que padecían entonces, al asistir al Colegio sin hacer nada; también sabemos que esta propuesta fue una medida más de Levinsky para fragmentarnos y aislarnos, lo que le permitirá a fin de año echar sin mayores dificultades a los pocos disidentes que quedemos en el Equipo de Fortalecimiento del Turno Tarde.
En otra de las líneas del proyecto, el Equipo de Fortalecimiento, los docentes fuimos presionados para comenzar a trabajar el primero de febrero, quince días antes de la culminación de la licencia vacacional estipulada estatutariamente. Al mismo tiempo, y también debido a las exigencias de Roxana Levinsky y las desinformaciones sobre lo irregular de esta situación, los miembros del Equipo de Fortalecimiento trabajamos siempre 30 horas cátedra semanales (hasta que algunos nos organizamos para dejar de hacerlo), cuando cobramos sólo por 15 horas cátedra. Esta situación se volvió crítica cuando Levinsky exigió a nuestra compañera Valeria García que renunciara a alguno de sus cargos por una presunta (y falaz) incompatibilidad horaria, ya que ella es también docente de Lengua y Literatura del turno tarde del Colegio. Esta acumulación de situaciones irregulares, violentas y abusivas, todas ellas posibilitadas por la precariedad laboral que nos afecta como docentes contratados, se suma a una serie de increpaciones y reclamos ridículos, como la exigencia informal de que quienes tomamos una licencia consigamos voluntarios que nos reemplacen ya que, como contratados, no podemos disponer de suplentes (esta exigencia ridícula llegó al paroxismo cuando Levinsky increpó a una compañera por no haber buscado un voluntario que la reemplazara cuando tomó una licencia por maternidad).
Cuando Roxana Levinsky ideó el rol de ayudante de clase (en el marco del Equipo de Fortalecimiento) lo concibió como un "cargo" que cubriría todo un turno completo. Sin embargo, legalmente nuestro puesto sólo se desarrolla en las mencionadas 15 horas cátedra, ya que así lo estipulan las resoluciones ministeriales correspondientes. Al contratarnos ella no nos informó esta situación, sino que nos dijo que deberíamos trabajar un turno completo y que las 15 horas cátedra de nuestro sueldo eran una formalidad y un mero acuerdo monetario. Gracias al asesoramiento de la abogada de los compañeros del sindicato, sabemos ahora que el rol de Ayudante de Clase está estructurado a partir de horas cátedra y no implica la exigencia de trabajar todo un turno (o mejor, que esa es una exigencia informal de Levinsky que implica una sobreexplotación del ayudante de clase). Asimismo, creemos que la generación de nuevos "cargos" a tiempo completo es sindicalmente regresiva: todos los docentes deberíamos cobrar por hora cátedra (también los preceptores y maestros de Primaria). La existencia de cargos fracciona las condiciones de salarización docente, haciendo que distintas personas cobren sueldos diferentes por trabajar lo mismo, lo que resulta manifiestamente injusto. Tanto por nuestras convicciones reivindicativas como por las presiones de la conducción y las infundadas exigencias hechas contra nuestra compañera Valeria García, 7 ayudantes de clase del Turno Tarde decidimos comenzar a trabajar las 15 horas cátedra que nos corresponden, presentando a tal efecto un aviso escrito a la Rectora.
Ante este tipo de situaciones, Levinsky invoca acuerdos de palabra que ella misma hizo con los trabajadores al momento de contratarlos. Esos acuerdos, creemos, carecen de validez. Roxana Levinsky no es la dueña del Colegio ni de los proyectos, es una funcionaria pública y como tal no tiene derecho a decidir los términos de contratación, que son fijados por el Ministerio. Que ella pretenda invocar cláusulas "informales" para recargar a los docentes con exigencias adicionales da cuenta de un manejo privatista, verticalista y abusivo del ámbito público. A la vez, todos los trabajadores sabemos que, coaccionados económicamente por la necesidad de ganar un salario, aceptamos las condiciones que nuestro empleador nos ofrece cuando tomamos una oferta laboral, pero eso no significa que las consideremos legítimas, menos aún cuando son contrarias a los estatutos vigentes y a las conquistas históricas de la clase trabajadora.
En todo el desarrollo de la lucha sindical abierta, y aún ante estas arbitrariedades ciclópeas de parte de Roxana Levinsky, nos sorprendió que varios compañeros de la Planta Transitoria del colegio no sólo no se interesaron por la lucha que estábamos dando, sino que incluso decidieron escribir una carta dirigida al área de contratados de UTE manifestando su rechazo a nuestro reclamo de estabilidad laboral y respeto de nuestros derechos estatutarios como trabajadores docentes. Creemos que nuestros compañeros se confunden sensiblemente al creer que es posible divorciar la aspiración a transformar la escuela del reclamo sindical por mejores condiciones de contratación y desempeño. Estos compañeros, asimismo, nos reclaman que no los hayamos invitado a la elección de delegados que hicimos en el mes de enero. Creemos que podemos habernos equivocado al realizar una elección siendo sólo aproximadamente la mitad de los precarizados del Colegio. Sin embargo, no lo hicimos con la intención de arrogarnos ilegítimamente una representación sindical, sino únicamente en forma defensiva. Los delegados son legalmente revocables y podemos hacer una nueva elección si el resto de los trabajadores docentes de la PTD está interesado (cualquiera que conozca los derroteros militantes de algunos de nosotros sabe que no estamos fanfarroneando: en más de una instancia hemos impulsado, teórica y prácticamente, procesos de representación gremial con delegados revocables). Pero ante el desquicio y las amenazas de la conducción, entendemos, era preciso tomar algunas posiciones defensivas antes de abrir el juego sindical públicamente. Tomadas estas posiciones, convocamos a todos los compañeros a reunirnos. Ellos, lamentablemente, nunca estuvieron dispuestos a reunirse con nosotros (rechazaron tres veces nuestra invitación), apoyaron sistemáticamente a Roxana Levinsky aun cuando ella ha cometido todas las arbitrariedades que mencionamos (no sabemos, sin embargo, si los compañeros conocen todos estos hechos). Respetamos las decisiones de estos compañeros. Pero en un punto no admitimos su enojo: creemos que un trabajador tiene derecho a no sindicalizarse e incluso (aunque sea lamentable) a defender una línea de construcción sindical favorable a la patronal. Pero ningún trabajador tiene derecho a negarle a otro trabajador que pelee por sus derechos, especialmente cuando éstos están claramente refrendados en los estatutos vigentes y han sido conquistados y sostenidos históricamente por la lucha de nuestro gremio. El reclamo para trabajar 15 horas cátedra, por ejemplo, es amparado por los estatutos vigentes y por lo tanto sería legal y legítimo aun si lo presentara un solo trabajador.
Finalmente, durante este año los trabajadores sindicalizados del EF TT nos vimos excluidos de instancias de pensamiento, evaluación, organización y decisión de la tarea cotidiana y sus objetivos. Se suspendieron las reuniones de equipo y ahora se nos asignan funciones unilateralmente, la mayoría de las veces por e-mail. Además, muchas de esas funciones son imposibles de cumplir durante nuestra responsabilidad horaria. Al mismo tiempo, entendemos que se realizan reuniones con miembros del equipo no sindicalizados. Ante nuestro señalamiento de la incomodidad que esto nos ocasionaba, se argumentó que a las reuniones asistían quienes se entregaban al proyecto "con dedicación" asistiendo más que las horas contractuales, es decir, se explicitó que ante el ejercicio de nuestros derechos se nos ha aislado, se nos ha negado la participación en reuniones de trabajo, se nos ha pedido responder por escrito a cada cuestionamiento y se han hecho injustificadas valoraciones negativas de nuestro trabajo.
Trabajadores Docentes Contratados del Colegio Sarmiento y Organizados en UTE.
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4 comentarios:
Hola, soy Esteban Sueyro de la Comisión Directiva de UTE. Les escribo para contarles que estamos trabajando para solucionar el conflicto de la Ecuela Sarmiento. Lo estamos haciendo tratando de entablar un diálogo que nos permita desarrollar las tareas educativas en la escuela y que ningun trabajador pierda su puesto de trabajo.
La publicación de esta carta, no nos ayuda y más sabiendo que no tiene firma. Le pido si pueden retirarla del Blog. Muchas gracias
Buenas tardes Esteban,
La carta publicada en nuestro blog proviene de una fuente de entera confianza y está firmada por "Trabajadores Docentes Contratados
del Colegio Sarmiento y Organizados en UTE".
Este sitio queda a su entera disposición para publicar la perspectiva de la comisión directiva del gremio acerca del conflicto en dicha institución, que esperamos tenga una rápida y favorable solución para los trabajadores.
Para ello les pedimos se contacten a mdebandera@yahoo.es
Muchas gracias
Somos Delia Sisro y Verónica Fulco, delegada y subdelegada de Contratados de UTE. Solicitamos el mismo espacio otorgado a la Carta abierta (anónima)para publicar la respuesta de 15 trabajadores que representamos a la mayoría.
Aquí dejamos el enlace http://deliasisro.blogspot.com/2011/10/situacion-docentes-contratados-del.html
Respuesta ya publicada!
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