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viernes, 16 de septiembre de 2011

Noche de los lápices (Material aúlico)

El siguiente material fue realizado en septiembre del 2009 por estudiantes secundarios y docentes del Colectivo de Trabajadores/as de la Educación (SUTEBA) para fomentar la reflexión y el debate en las escuelas
(Fecha original del artículo: Septiembre 2009)


Noche de los lápices

Los hechos

El 16 de septiembre de 1976, 10 estudiantes secundarios de la Plata, son secuestrados y llevados a campos de concentración, donde serán torturados y posteriormente la mayoría de ellos asesinados.  El operativo fue realizado por el Batallón 601 del servicio de Inteligencia del Ejército y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps. Este hecho es recordado como "La noche de los lápices". Aunque no debemos olvidar que durante la ultima dictadura desaparecieron más de 250 jóvenes de entre 13 y 18 años, la mayoría de ellos estudiantes.
Según investigaciones posteriores la policía bonaerense había preparado un operativo de escarmiento para los que habían participado de la campaña por el boleto estudiantil y los centros de estudiantes, considerada por las Fuerzas Armadas como «subversión en las escuelas», y que los adolescentes secuestrados habrían sido asesinados después de ser torturados en distintos centros clandestinos de detención, entre los que se encontraban: Arana, Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5a., 8a., y 9a. de La Plata y 3a. de Valentín Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires.


Participación política de los estudiantes secundarios

Porqué desaparecieron estos estudiantes secundarios? La postura que se instalo durante muchos años consideraba que habían sido secuestrados por la dictadura solo por su participación en la lucha por la implementación del boleto estudiantil secundario (un pasaje de micro con precio menor al normal).

El boleto secundario se había establecido en la Plata en 1975, luego de grandes movilizaciones de los estudiantes secundarios. Con el golpe de estado del 24 de marzo la situación se modifico. El nuevo intendente de la Plata fue el capitán de navío Oscar Macellari y  el general de brigada Ovidio Jesús Antonio Solari asumió como ministro de educación en la provincia de Bs. As. Su objetivo era el fin de la “subversión en la educación”, especialmente en el ámbito secundario. Para el ministro era necesaria una “reorganización” de la educación que se aplicaría por la acción represiva y la disciplina rígida en los establecimientos educativos (con expulsiones y sanciones inapelables por cualquier desobediencia por parte de los alumnos). Basta de libertad, de discusión y debates en las escuelas, era el tiempo de restaurar el orden y la autoridad.
La educación pública no estaba incluida entre las cuestiones prioritarias de la dictadura, se reducía el presupuesto asignado al área y se consideraba alas universidades, a los profesores progresistas, a los dirigentes estudiantiles y a los grupos de investigación, como potenciales focos de “subversión política”. Desde fines de 1975 y luego del golpe, el boleto estudiantil secundario sufrió importantes aumentos (cerca del 200%) y recortes en su uso.

Sin embargo, el motivo de su desaparición no fue sólo haber participado en la lucha por la aplicación del boleto secundario. El verdadero motivo fue su participación en los centro de estudiantes, su militancia. El objetivo del gobierno era escarmentar a estos jóvenes para que desistieran en sus “actitudes subversivas”, esto significaba que se buscaba, por parte del poder militar, individuos pasivos, sin participación colectiva, sin capacidad de crítica, individuos disciplinados. Todos los que no cumplieran con esas características debían ser exterminados.

Las y los estudiantes en esos momentos contaban con una fuerte participación política, los centros de estudiantes se desarrollaban y crecían en muchas escuelas. Las aulas en esa época eran refugio de ideas de transformación y cambio social y el lugar más temido por el poder dominante, que las consideraba un semillero de la subversión, que atentaba contra el orden establecido.

Los estudiantes habían abandonado su lugar pasivo donde solo eran receptores de conocimiento y donde se aceptaba la autoridad sin cuestionarla. En cambio desarrollaban pensamientos críticos, cuestionaban, debatían, participaban políticamente y luchaban por construir otro tipo de sociedad. Una sociedad basada en la solidaridad y no en la explotación de los hombres.

Estos estudiantes que participaban de la vida política de sus escuelas eran parte de una gran fuerza social, de un movimiento social mucho más amplio, que buscaba transformar el país, en él participaban sectores de los trabajadores, universitarios, campesinos, profesionales, artistas, etc. Organizados en centros de estudiantes, en comisiones de fábricas, en asociaciones barriales, en colectivos artísticos, en coordinadoras gremiales, etc.

El objetivo del poder dominante fue destruir esa fuerza social, esa posibilidad de cambio social. Para destruirla persiguieron, torturaron y asesinaron a miles de individuos. Si no entendemos el desarrollo y la importancia que tenían las ideas de construcción de otro tipo de sociedad no podemos entender la magnitud de la represión.

Organizaciones de estudiantes secundarios

UES (unión estudiantes secundarios) JG (Juventud Guevarista) FJC (Federación Juvenil Comunista) GESA (Grupo de Estudiantes socialistas Antiimperialistas) JRR (Juventud Radical revolucionaria). Todos confluyeron en 1974 en la CES (Coordinadora de Estudiantes Secundarios).

El diario La Opinión editó en 1973 un suplemento dedicado al análisis de los fenómenos políticos entre los adolescentes. En dicho suplemento se publicaron los resultados de una encuesta que realizó el periódico entre 252 estudiantes. Se comprobó que el 30.3% de los jóvenes encuestados tenía participación política de algún tipo.

¿Hoy que queda?

Los centros de estudiantes en la actualidad. No todo se perdió luego de la represión de la dictadura. Con el tiempo, lentamente y superando las practicas individualistas y los temores, distintos sectores se volvieron a organizar y luchar por sus derechos y por otro tipo de sociedad. La organización de los estudiantes es un ejemplo.

Por ultimo, consideramos un error ver a la Noche de los Lápices como algo solo del pasado, hoy la lucha continua y la mejor forma de recordar su fuerza y valentía no es haciendo solo un acto, inaugurando un museo o leyendo un discurso una vez al año. La mejor forma de recordarlos es juzgando a todos los responsables de la represión y los asesinatos durante la dictadura y fundamentalmente organizándonos como estudiantes, continuando la lucha por una educación secundaria publica digna, por las mejoras de las condiciones edilicias de nuestras escuelas, que también fueron los suyas y por mayor presupuesto a la educación.

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