Formosa: los pueblos olvidados (Primera entrega)
Autoras/es: ANRed
Autoras/es: ANRed
ANRed
se propone difundir una serie de crónicas
que abordan la situación de despojo,
persecusión y lucha que vive día a día el pueblo wichí de Formosa.
En esta primera entrega: la realidad de las
comunidades, la del abandono social y de la
ausencia estatal. "En elecciones siempre
aparecen, preguntan y prometen colchones,
frazadas, alimentos, pero luego
desaparecen, con nuestros DNI", denuncian los caciques de varias comunidades. Informe e imágenes: Esteban Ruffa para ANRed, desde Formosa.
Así pudimos escuchar desde la propia boca de los caciques de varias comunidades como les roban el DNI para hacerlos votar, y que luego se los entregan sólo si ellos van a buscarlos, sino no los vuelven a ver. Veíamos como algunos esquivaban el tema cuando se les preguntaba sobre sus DNI, si los tenían o no. Muchos cambiaban de tema o no nos respondían.
La falta de agua
Antes el agua recorría el extenso impenetrable a través de un canal que corre al costado de una ruta de tierra y polvo. Ahora ese canal está seco, y muchas comunidades no tienen agua para beber, darle a sus animales, e incluso no tienen agua para hacer los ladrillos de barro con aserrín o para sembrar.
"El agua era desviada por este canal, pero luego dejaron de hacerlo y ahora las comunidades tienen que hacer 10 a 15 km en bicicleta o a pie para poder llenar unos bidones", nos cuenta Agustín Santillán, referente de la comunidad.
A veces están los chanchos orinando, pero a la gente no le queda otra opcion, entonces toman de esa agua, por lo cual los chiquitos se enferman, también los ancianos. El agua escasea siempre: el año pasado no llovió, hay mucha sequía, que se hace notar en el caudal de los ríos, en la falta de agua en los bebederos de los animales, y en la miserable política municipal de excluir a las comunidades wichí de la repartición de agua.
"Acá viene el camión del agua una vez cada quince días", nos cuenta Celestino García, cacique de la comunidad El Pirisalunas, una comunidad de 20 familias, a 27km de la ciudad de Ingeniero Juárez.
La tierra seca se ve hasta el horizonte, producto de una sequía que viene azotando a las comunidades establecidas en el monte. Los animales muertos se ven a cada 100 metros que vamos recorriendo por el camino de tierra.
La falta de herramientas: de las educativas y de las otras
Las necesidades que se pueden encontrar en cada una de las comunidades es enorme: aquellas comunidades que se establecieron hace generaciones cerca del Río Bermejo (a 55km, El Porongal, Media Luna, y a 60km Bolsa Paloma) tienen agua del río (que no nos recomendaron que nosotros la tomemos), pero no tienen herramientas para trabajar la tierra y poder sembrar, y por la lejanía no tienen mas que el alimento que les provee el río a través de la pesca con redes o anzuelo, y la cría de animales. Tampoco pueden hacer las casas con ladrillos de barro, porque no tienen el aserrín, elemento necesario para armar los ladrillos, mezclado con la tierra y agua.
Además, no hay puestos sanitarios cerca de las comunidades, por lo cual si alguien se enferma o hay una mujer embarazada, deben llamar a un "flete" para que los venga a retirar, lo cual demanda demasiado tiempo ya que debe recorrer la distancia entre Juárez y donde están ubicadas las comunidades.
En cuestión de educación formal también hay problemas, ya que muy pocos maestros conocen y saben hablar wichí - muchos niños y niñas sólo hablan ese idioma-, y sólo algunas comunidades cuentan con escuela en las tierras donde están hace años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario