Autoras/es: Roberto Carballo
(Fecha original del artículo: Julio 2013)
Aprender a trabajar en grupo nos induce a la entrada en tonos y ritmos diferentes, y también formas, todas ellas, formas, tonos y ritmos necesarios.
- Formas más amables desde uno mismo, pero siempre a partir del otro;
- Tonos entre graves y agudos, sabiendo lo que se dice pero no imponiéndolo, sino convenciendo y razonando, sintiendo con el otro y dando un paso más, gracias precisamente al tono de intercambio e interrelación;
- Ritmos menos apresurados, enloquecidos, sino pausados, pero inevitablemente activos y ciertos. No tenemos tiempo para perder, pero sabemos que la prisa no lleva adonde se pretende llegar, sino sólo a una forma de fracaso. El ritmo de la innovación se asemeja al del grupo: parrece lento, pero no lo es.
• Las formas grupales se expresan a través del otro y para el otro: Respeto y Positividad son los valores inducidos por el grupo y que hay que desarrollar.
• Según escribimos …. Estamos hablando con nosotros mismos y además de construimos y en cierto modo, construimos nuestro pensamiento. Le damos forma y se hace concreto, y el caos interna se dulcifica…
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