(Fecha original del artículo: Noviembre 2011)
Texto para la iniciativa APXII, Noviembre 2011
Querida paciente:
Da gusto tener noticias suyas y saber que se encuentra bien. El
cambio de localidad siempre cuesta, pero en todos sitios hay personas y
cosas buenas, como comenta acertadamente.
Nos alegra conocer su mejoría respecto a la artrosis de las
rodillas. Es enfermedad crónica que no cura, pero se puede sobrellevar
con la actividad y con ese andar por la playa, por la orilla del mar,
que tan bien le sienta. No deje de disfrutar de la charla con su amiga
en el caminar matinal, y del baile, del que tanto goza, y que es un bálsamo para la salud del cuerpo y del espíritu.
Contestamos a sus dudas sobre las actividades preventivas que le
proponen en su nuevo centro el médico y la enfermera. Si hemos entendido
bien, le preocupa tanta recomendación, tanto consejo y tanta
intervención. Le "huele mal" como dice literalmente, "a exceso
peligroso".
En parte tiene razón, y usted puede identificarse con muchos
profesionales sanitarios y pacientes que tienen la misma sensación, de
excesos en Medicina tanto en prevención como en diagnósticos y en
tratamientos. Los excesos no son buenos para nada.
Sabemos que le gusta leer, y por eso le recomendamos que vuelva a
disfrutar de las novelas de Mark Twain, que ya nos comentó le
impresionaron en su adolescencia (como a nosotros, especialmente Las
aventuras de Tom Sawyer). Mark Twain vivió tiempos terribles, los de la
erradicación del esclavismo en los EEUU y los de una crisis económica
brutal (le llevó a la bancarrota, a finales del siglo XIX). Fue
novelista y periodista, viajero universal, observador y crítico del
devenir social.
Seguro que usted se identifica con este comentario de Mark Twain
sobre la salud: "Hay gente que se priva de todas las cosas que se pueden
comer, beber o fumar y que por cualquier causa hayan adquirido mala
reputación. Es el precio que pagan por su salud. Y salud es todo lo que
obtienen.
¡Qué extraño! ¡Es como gastarse toda la fortuna en una vaca lechera que no da leche!".
La salud por sí misma no tiene interés. La salud es un valor
importante porque ayuda a disfrutar de la vida. Hay salud mientras hay
vida.
La vida es complicada y por mucho que lo evitemos siempre nos traerá desgracias y sufrimientos.
Con optimismo, con autoestima, con amor, con amistad, con todo eso
que a usted le adorna, pese incluso a las enfermedades, hay salud hasta
en el último suspiro, justo al morir feliz pudiendo decir aquello de
"confieso que he vivido".
La prevención no evita muertes, simplemente las retrasa. Esos días
de más hay que rellenarlos de vida, de disfrute, de optimismo, de
espiritualidad y de compromiso con la familia, los amigos y la sociedad.
Pertenecemos a un tiempo y una población, a una cultura y una
civilización que a veces quiere de más. Nuestras sociedades
occidentales, opulentas y cultas, desean evitar todo riesgo, todo evento
desagradable. La sociedad quiere la ecuación cerrada contra la
incertidumbre y la indeterminación.
En la búsqueda de una quimera, de la juventud eterna, la Medicina
nos invita a invertir todo nuestro tiempo y dinero en prevención, en un
futuro que no se cumplirá y que acabará, inevitablemente, en la muerte.
En la esperanza de un futuro incierto negamos las vivencias de un
presente tangible.
Evitamos el riesgo sin ser conscientes de que la vida en sí es una enfermedad de transmisión sexual que siempre acaba en muerte.
Morimos un poco cada vez que transformamos todo en riesgo y todo en
peligroso, cuando aceptamos las propuestas indecentes de esa prevención
que le ofrecen ahora. Dicen que muere mil veces quien tiene miedo a
morir, y es bien cierto.
El tratamiento que le han ofrecido para la osteoporosis no ha
demostrado su eficacia en mujeres como usted, sin fractura vertebral
alguna. Además, se ha demostrado que puede facilitar unas fracturas
raras, atípicas, incluso con necrosis y destrucción de la mandíbula.
Hizo bien en nohacerse la densitometría, pues es una técnica artificial que no
sirve para pronosticar nada. Usted siga con su vida sana, el placer de
andar y el de comer bien y de todo. Siga tomando el sol al tiempo que
disfruta del aire libre.
Tampoco hace falta que tome el "protector del estómago", y menos
todos los días. Evite los antiinflamatorios y utilícelos sólo por cortos
periodos de tiempo. Los protectores del estómago, como el omeprazol que
le recomendaron, tiene muchos efectos secundarios graves. Entre ellos,
por ejemplo,el aumento de fracturas (¿no es irónico que le ofrezcan para la
osteoporosis un medicamento que produce fracturas atípicas, y además
omeprazol, que también se asocia a más fracturas?) y el aumento de
infecciones graves (por una bacteria que mata normalmente el ácido del
estómago, y que puede provocar diarreas mortales, Clostridium difficile).
Ya sabe que nosotros no le hemos medido nunca el colesterol, pues
es inútil. Da igual la cifra que tenga, siga comiendo huevos fritos
cuando le apetezca, con mesura en el conjunto de su dieta, tan sana. Los
medicamentos para el colesterol son un engaño, salvo que tuviera
problemas coronarios (y no es el caso). Esos medicamentos tienen graves
efectos adversos, desde dolores de músculos a destrucción renal. A usted
no hay porqué hacerle análisis, usted es una persona sana y feliz, y
eso es lo importante.
Respecto a al última pregunta, ha hecho bien en no hacerse la
mamografía. En tres palabras, "la mamografía mata". No mata por sí
misma, aunque irradia las mamas, sino por los errores que llevan a
intervenciones innecesarias. Casi la mitad de las mamas que se operan
por cáncer de mama no tienen un cáncer de mama propiamente dicho. Se operan, y luego se
aplica radioterapia y quimioterapia, tratamientos todos ellos muy
agresivos que provocan daños que no se compensan con ningún beneficio.
Sus mamas son para disfrutarlas, y más ahora con ese "novio nuevo" del
que nos habla.
Su nuevo médico, su nueva enfermera, son probablemente buenas
personas, bien intencionadas. Pero quizá ignoren el concepto de
"prevención cuaternaria" y los "daños de la prevención". Tenga piedad
con ellos y siga respetándolos con cortesía. Quizá le ayude el que sepan
que nosotros hemos sido sus médicos anteriores, y el invitarles a leer cosas que usted ya conoce, de la página www.equipocesca.org
No deje de escribirnos, es un placer saber de su vida y milagros.
Los hijos y nietos, por los que pregunta, siguen bien. Con los problemas de cada día, y las compensaciones continuas.
Nosotros también estamos en el camino, también nos enfrentamos a la
vida en su complejidad, tampoco tenemos certezas. Somos unos simples
médicos e intentamos vivir sin ignorar el sufrimiento, ni lo malo que
nos toca a nosotros y a todos.
Pacientes como usted ayudan a pensar. Reciba un afectuoso saludo de sus médicos
Juan Gérvas y Mercedes Pérez Fernández
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