Autoras/es: Ademys
(Fecha original del artículo: Octubre 2012)
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El
Ministerio de Educación dispuso que el 25 de octubre se realice una
jornada de evaluación en las escuelas públicas de la ciudad. Desde
Ademys nos oponemos al tipo de evaluación que llevarán a cabo y
proponemos en cambio una jornada de debate en donde seamos los maestros
quienes definamos cuáles son los temas a discutir para mejorar la
educación pública.
* Es externa y centralizada
La evaluación que se propone no parte de las problemáticas y
necesidades específicas de cada escuela. No se elabora desde las instituciones
educativas, sino desde lineamientos generales elaborados por técnicos que no
pisan las escuelas ni conocen sus realidades.
No apunta al mejoramiento de la enseñanza y del aprendizaje. Por el
contrario, busca argumentos para justificar la implementación de políticas de
ajuste. Por ejemplo, no hay ninguna pregunta acerca de la capacitación en
servicio, la superpoblación en las aulas, la suficiencia de los equipos de
orientación ni la cantidad de horas que un/a docente debe trabajar por su
salario. Se los consulta fundamentalmente acerca del ausentismo docente y los
conocimientos y habilidades que tienen los maestros. Se pretende indagar
sobre el vínculo con las familias y con instituciones de todo tipo incluso
religiosas.
Consideramos que de esta manera buscan tomar la palabra de los propios
docentes para reforzar su discurso sobre la necesidad de recortar las licencias
y realizar, a corto plazo, evaluaciones de rendimiento. De hecho, pese a decir
que no es una evaluación de desempeño, en la encuesta a los directivos se
pregunta específicamente sobre la valoración de los logros en las distintas
materias de la escuela. En otro ítem, buscan enfrentar a los docentes con las
familias restando responsabilidad al Estado sobre la situación de la educación.
* Busca naturalizar la evaluación de desempeño desde una instancia
política en lugar de los cuerpos de conducción estatutarios
Después del rechazo que generó en el ámbito educativo el planteo que
Bullrich hizo el año pasado de "evaluación docente atada a salario",
el Gobierno cambió la herramienta pero la estrategia es la misma: instalar que
es el gobierno el que está facultado para evaluar nuestro desempeño
reemplazando la tarea que por estatuto desarrollan los cuerpos de conducción
elegidos por concurso, y con autonomía de los gobiernos de turno. Algunos
pueden decir que una encuesta es inofensiva, incluso tener la expectativa de
que mediante ésta serán escuchadas nuestras preocupaciones. Sin embargo, esta
encuesta no puede dejar de ser considerada el paso inicial de un proceso
gradual que, al menos en forma pública, el Ministerio no ha descartado: la
evaluación de desempeño docente para definir la carrera, el salario y la
estabilidad laboral, premiando las respuestas esperadas con ascensos y
mejoras salariales y poniendo en peligro la estabilidad laboral de los demás.
* Es
parte de las políticas educativas neoliberales implementadas en otros países
Esta concepción de Evaluación no es exclusiva de la Ciudad. A principio
de año la presidenta señaló la necesidad de que la evaluación centralizada y
externa que se viene realizando a los alumnos, se extienda a los docentes.
Tampoco es propia de nuestro país, sino que se viene implementando en diversos
países de América Latina y el mundo. Un ejemplo de esto es que en julio
de este año, el Gobierno de Ciudad convocó a un seminario internacional
titulado "La Reforma educativa y la evaluación de los docentes.
Experiencias en contexto internacional" con presencia de expositores de
México, Chile y Estados Unidos. Estos países son exponentes de un modelo
Educativo altamente privatizado producto de las políticas neoliberales en
educación (ver recuadro sobre Chile y Perú)
* Considera a los docentes simples ejecutores
Este tipo de evaluaciones no da lugar a que los maestros podamos
plantear cuáles son los verdaderos problemas de las escuelas y del sistema
educativo ya que reduce la participación a responder sobre temas prefijados
desde el Ministerio que, a fin de cuentas, terminan descargando la
responsabilidad de la crisis educativa sobre los docentes.
Asimismo esta primera etapa refuerza la lógica individual y jerárquica
del sistema educativo. Esto se debe a que nos desconoce como colectivo que
viene dando debates y elaborando propuestas para mejorar la educación pública.
Nuestra intervención no debe limitarse a una consulta formal y mucho
menos a una encuesta. Por el contrario, sostenemos que los docentes debemos
tener una activa participación en el diagnóstico, elaboración y decisión de las
políticas educativas.
Desde Ademys proponemos no responder la encuesta del Gobierno y usar la
jornada con suspensión de clases del 25 de octubre para discutir en cada
escuela propuestas que realmente puedan mejorar el sistema educativo (ver
material 2----).
ver más información en archivos adjuntos y http://www.ademys.org.ar/:
política educativa. Debates.
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