El economista Jeffrey Sachs condena el acuerdo presupuestario entre Obama y el Partido Republicano
Autoras/es: Amy Goodman El presidente Barack Obama y los líderes del Congreso llegaron a un acuerdo sobre el presupuesto el viernes a último momento, evitando por estrecho margen la paralización del gobierno. El acuerdo recortaría aproximadamente 38.000 millones de dólares de un presupuesto federal que se espera supere los 3,7 billones de dólares este año. Hablamos con Jeffrey Sachs, director del Earth Institute en la Universidad de Columbia. "Muchos de los que apoyábamos al presidente Obama creemos que acaba de abandonar el barco", explica Sachs. "Se lo dejó a la derecha que solo quiere recortes fiscales para los ricos, mientras que los ciudadanos estadounidenses dicen muy claramente en todos los sondeos de opinión que si quieren acabar con el déficit, deben aumentar los impuestos a los ricos, recortar el gasto militar, eliminar el exceso de beneficios de la industria aseguradora y de salud y hacer cosas que realmente produzcan un cambio, no que castiguen a los pobres".
AMY GOODMAN: El presidente Barack Obama y los líderes del Congreso llegaron a un acuerdo sobre el presupuesto el viernes a último momento, evitando por estrecho margen la paralización del gobierno. El acuerdo reduciría en aproximadamente 38 mil millones de dólares el presupuesto federal que se espera supere los 3,7 billones de dólares este año. Hay muchos detalles que todavía falta resolver.
Gran parte del acuerdo no se ha dado a conocer todavía. Entre los recortes presupuestarios que se conocen están los $13 mil millones de dólares de los departamentos de Trabajo, Educación y Salud y Bienestar Social. El Partido Republicano ganó un voto independiente por impedir que los programas de planificación familiar accedan a fondos federales. El voto para desfinanciar la radio y televisión pública no prosperó, y tampoco la prohibición del uso de fondos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos para regular las emisiones de gases de efecto invernadero. El Presidente Obama definió algunos de los recortes como "dolorosos".
También se espera que Obama proponga recortes de los programas de ayuda social, entre ellos Medicare y Medicaid, y cambios en Seguridad Social, discusión que en gran medida ha dejado en manos de los demócratas y republicanos en el Congreso.
Para analizar el acuerdo presupuestario, nos acompaña ahora Jeffrey Sachs, destacado economista y director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y también presidente y co-fundador de la Alianza para Alcanzar las Promesas del Milenio, una organización sin fines de lucro destinada a acabar con la pobreza extrema a nivel mundial. Es autor de numerosos libros y artículos sobre desarrollo y política económica.
Bienvenido a Democracy Now! ¿Qué opina de este acuerdo?
JEFFREY SACHS: Este es un paso lamentable en la dirección equivocada. Comenzó en diciembre del año pasado, cuando Obama y los republicanos acordaron reducir los impuestos en un billón de dólares mediante la extensión de los recortes fiscales de Bush. Y ahora, aunque los detalles aún no están resueltos, aparentemente, están recortando los programas de ayuda a los pobres. Así que todo esto está marchando en la dirección equivocada, y muchos de los que apoyábamos al Presidente Obama creemos que acaba de abandonar el barco. Se lo dejó a la derecha que solo quiere recortes fiscales para los ricos, mientras que en todos los sondeos de opinión los ciudadanos estadounidenses dicen muy claramente que si quieren acabar con el déficit, deben aumentar los impuestos a los ricos, recortar el gasto militar, eliminar el exceso de ganancias en la industria aseguradora y de salud y hacer cosas que realmente produzcan un cambio, y no castigar a los pobres. Y, sin embargo, es eso lo que Obama está cediendo ahora. Es absurdo. Y cuando Plouffe, dice: "Es inaceptable que los impuestos a los ricos se reduzcan", el presidente no solo acordó con eso en diciembre del año pasado, sino que además, cuando anunciaron el compromiso este fin de semana, se refirió a ese acuerdo histórico en diciembre del año pasado. Entonces, todo es una enorme confusión, y me parece absurdo.
AMY GOODMAN: ¿Podría hablar de las cuatro propuestas?
JEFFREY SACHS: Para mí hay cuatro propuestas en este momento. Una es el plan de Ryan, que es la extrema derecha y propone hacer lo que sea, recortar todo y arremeter contra los pobres, con tal de obtener tasas de impuestos bajas para los ricos. Es un fraude, pero tienen fuerza porque Obama no ofrece resistencia.
Luego estuvo la confusión de Obama, porque el mes pasado presentó un plan presupuestario no solo para el año fiscal 2012, sino una estructura para toda una década. Estuvo de acuerdo con mantener los impuestos a los ricos tan bajos que sus propuestas —si nos fijamos en la letra chica— reducirían el llamado presupuesto civil discrecional, donde la educación, la infraestructura, la energía y el cambio climático quedarían reducidos a un nivel pequeño imposible de manejar.
Después está la nueva propuesta que el Bloque Progresista del Congreso presentó la semana pasada. Se llama Presupuesto del Pueblo. En realidad responde a lo que la gente quiere, es decir, subir los impuestos a los ricos y a las corporaciones —que están aprovechando vacíos legales absolutamente increíbles y abusivos—, reducir el gasto militar, mantener el gasto de ayuda para los pobres, para la educación, la inversión, etcétera.
Luego hay una cuarta postura que es la ciudadanía estadounidense. Se nota que ni el presidente ni el Congreso les consultan nada a los ciudadanos estadounidenses en estos días, a pesar de que los mismos dicen muy claramente en todos los sondeos de opinión que los ricos han tenido un viaje gratis, que las corporaciones han estado conduciendo nuestro país, que el gasto militar es completamente injustificado y que queremos una opción pública de salud. En todas ellas, la gran mayoría, pero nada de eso ocurre. ¿Por qué? Porque los grupos de presión controlan tanto la Casa Blanca como el Congreso.
AMY GOODMAN: Usted no sólo se refiere al control de la Casa Blanca y el Congreso, además ¿qué sucede con la prensa? Estos sondeos de opinión de los que habla muestran a un EE.UU. muy progresista, pero eso no se refleja en los medios cuando uno mira televisión.
JEFFREY SACHS: En primer lugar, sabemos bien que Fox News es pura propaganda incesante y la gente responde a la misma. En mi opinión, el Tea Party no es más que una creación propagandística del canal Fox News, fruto del trabajo de Roger Ailes. Entonces esa es solo una parte del tema que tiene mucha prensa.
Lo mismo con la página editorial del Wall Street Journal. Esa es nuestra prensa de negocios líder, pero es tan implacablemente falsa y tan de derecha en su página editorial, que seguro nunca se escucha nada de lo que hay en el medio. Solo habla de la reducción de impuestos. Es siempre la misma cantinela sobre la reducción de impuestos, la reducción de impuestos y la reducción de impuestos.
Los medios dominantes, básicamente el New York Times, en lo que a mí respecta, solo trata de proteger su línea interna con la Casa Blanca. Por lo tanto, lo que diga la Casa Blanca es lo que se informa. Pero no se informa sobre el hecho de que hay una opinión pública y que la misma necesita cobertura de prensa. Y eso me parece muy triste.
AMY GOODMAN: Pero incluso fuera de Fox, estos debates, por ejemplo, sobre las fuerzas armadas que la gente ve como una enorme sangría en el presupuesto, no se hacen; rara vez se debate sobre ese tema.
JEFFREY SACHS: Es verdad. Cuando me invitan a programas de debate y la gente habla sobre qué hacer, todos nerviosos dicen: “Tenemos que recortar los programas de ayuda social, tenemos que recortar los programa de ayuda social”. Pero la ciudadanía está diciendo: “¿Podemos salir de Afganistán?” Qué política increíblemente desatinada, gastar más de $100 mil millones de dólares al año, para no lograr nada. Pero usted tiene razón, eso no se llega a debatir.
AMY GOODMAN: ¿Qué hay del sistema de salud?, ¿qué ocurre con estos costos? y ¿qué se puede hacer al respecto?
JEFFREY SACHS: Básicamente, EE.UU. tiene el sistema de salud más caro —en relación a los servicios que ofrece— de todos los países con ingresos altos. ¿Por qué? Porque tenemos un enorme sector privado de la industria de seguros de salud, con un gran exceso de personal y salarios altísimos. Gastan mucho dinero en publicidad, algo que no ocurre en otros sistemas de salud. A nuestros especialistas se les paga mucho más que en otros países. Y esto se debe a que tenemos un sistema que permite estos elevados gastos, donde el gobierno simplemente paga una especie de precio fijado según costo más margen, mientras que un sistema de salud público controlaría estos costos. Hay un sistema conocido como capitación, que es mucho más eficiente y es una forma más económica de hacer las cosas. Con la capitación, básicamente las empresas aseguradoras o los prestadores de servicios de salud y el sector público son responsables de la persona y su familia como un todo, y no de una operación o procedimiento por el cual reciben un reembolso tras otro.
Todo esto es para decir que el año pasado se retiró la opción de un sistema público de la mesa de negociaciones, a pesar de que tenía un fuerte apoyo de la ciudadanía ¿Y por qué la retiró Obama? Porque los grupos de presión se lo pidieron. Una vez retirada, perdimos la oportunidad de controlar los costos del sistema de salud. Este es el problema. Son los grupos de presión que trabajan de la mañana a la noche. Ya sea grupos de presión del sector de la salud, financiero, de la industria militar o de la reducción de impuestos, son los que mandan en Washington, tanto en la Casa Blanca como en el Congreso. Y no se presta atención a lo que en realidad quiere la gran mayoría de la ciudadanía.
AMY GOODMAN: ¿Puede decirnos algo más del Presupuesto del Pueblo?
JEFFREY SACHS: El Presupuesto del Pueblo es una propuesta que surge del liderazgo de 80 miembros del Congreso, conocidos como Bloque Progresista del Congreso.
AMY GOODMAN: Es el bloque más grande del Congreso.
JEFFREY SACHS: Me alegré mucho al verlo por primera vez cuando se dio a conocer la semana pasada. Me dije: "Gracias a Dios, algo sensato de Washington", porque a ellos también los han dejado a un lado. La Casa Blanca, básicamente, ha hecho su jugada. Si la derecha extrema controla la agenda política, la Casa Blanca dice: "Daremos un paso hacia el centro de la extrema derecha", aunque eso signifique hacer una concesión tras otra. Lo que Obama está intentando hacer es mostrarse un poco más razonable que la extrema derecha. Pero con ello está comprometiendo principios básicos.
Finalmente aparece el Bloque Progresista del Congreso y dice: "Basta. Hagamos lo que el pueblo realmente quiere". Esto es lo maravilloso de Estados Unidos, que a veces te sientes frustrado y uno se pregunta: "¿qué ocurre con este país?", como si todo el mundo fuera del Tea Party. Pero no es verdad. La inmensa mayoría de la ciudadanía tiene opiniones mucho más razonables, corrientes y compasivas, y dice: "No hagan recortes que perjudiquen a los pobres. Que sean los ricos los que empiecen a pagar su parte". Eso es lo que dice la gran mayoría de la ciudadanía. ¿Quién les presta atención? ¿Quién los escucha? En general, los medios los ignoran. Y la Casa Blanca y el Congreso están dominados por grupos de presión y preocupados por recaudar fondos para la campaña. Después de todo, el Presidente Obama está intentando recaudar mil millones de dólares para las elecciones de 2012. ¿Dónde va a conseguir ese dinero? En Wall Street. ¿Acaso le están diciendo "suban los impuestos"? Desgraciadamente no.
AMY GOODMAN: ¿Y Boehner, el Presidente de la Cámara de Representantes? ¿Qué papel tiene en esto?
JEFFREY SACHS: Al partido republicano lo domina completamente una sola idea: hacer recortes drásticos de cualquier parte, de donde sea, con tal que se reduzcan los impuestos a sus ricos patrocinadores. Ese es el papel que está desempeñando.
AMY GOODMAN: Usted mencionó varias propuestas, por ejemplo que los impuestos sean un porcentaje del PIB.
JEFFREY SACHS: Sí.
AMY GOODMAN: ¿Podría explicar eso?
JEFFREY SACHS: Básicamente, este año solo estamos recaudando un 15 ó 16 por ciento de nuestro ingreso nacional bruto o producto interno bruto, en concepto de impuestos. Esto ni siquiera alcanza para cubrir los servicios más básicos del gobierno, como la Seguridad Social, Medicare o Medicaid, los gastos militares o los intereses de la deuda. Además, está el resto de servicios que requieren la intervención del gobierno, como la educación de nuestros hijos, mantener la seguridad de nuestros hijos y la infraestructura necesaria para una economía productiva y tratar el problema del cambio climático, entre otros. Ahora mismo no hay dinero para esto.
La única manera seria de que el gobierno haga lo que tiene que hacer para el pueblo estadounidense es incrementar los ingresos. En una recuperación económica normal, nuestro sistema impositivo actual volvería al 17 ó 18 por ciento. La propuesta de Ryan y la de Obama es detenerse en el 19 ó 20 por ciento. Pero si uno mira qué se necesita realmente para tener un país normal, deberíamos recaudar entre el 23 ó 24 por ciento del PIB —se trata de aritmética básica— para cubrir los costos básicos y hacer frente a las necesidades de los estadounidenses en educación, carreteras que no colapsen, el clima —para que no acabe destruido—, un sistema energético moderno, ciencia y tecnología y competitividad. Todo esto significa que los impuestos a los ricos y a las compañías deben aumentar si queremos tener un país normal. Pero los republicanos están totalmente en contra. Y hasta ahora, Obama lo único que ha hecho es comprometerse, comprometerse, comprometerse.
AMY GOODMAN: Sé que tiene que ir a dar clase. ¿En qué cree que Obama le falló al pueblo estadounidense?
JEFFREY SACHS: No ha sido un líder. Su trabajo en nuestro sistema constitucional es mostrarnos un camino y explicar por qué tenemos que ir por ese camino, en lugar de permanecer en la retaguardia y después presentar como un acuerdo histórico el recorte de impuestos a los ricos o el recorte drástico de 38 mil millones y medio a los programas sociales para los pobres. Ese no es su trabajo. Su trabajo es liderar. Por eso, los que lo apoyamos —yo fui uno de ellos— esperábamos algo muy, pero que muy diferente. Hoy miércoles, quizás lo intente de nuevo. Según Plouffe, esta vez es de verdad. Pero si sale de nuevo y continua haciendo lo que ha estado haciendo hasta ahora, pienso que perdió el corazón del movimiento político que lo apoyó para que llegara a ser presidente.
AMY GOODMAN: Jeffrey Sachs, le agradezco mucho que haya estado con nosotros.
Jeffrey Sachs es un destacado economista, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y presidente y co fundador de la Alianza para Alcanzar las Promesas del Milenio.
Traducido por Alejandra Burgos
Gran parte del acuerdo no se ha dado a conocer todavía. Entre los recortes presupuestarios que se conocen están los $13 mil millones de dólares de los departamentos de Trabajo, Educación y Salud y Bienestar Social. El Partido Republicano ganó un voto independiente por impedir que los programas de planificación familiar accedan a fondos federales. El voto para desfinanciar la radio y televisión pública no prosperó, y tampoco la prohibición del uso de fondos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos para regular las emisiones de gases de efecto invernadero. El Presidente Obama definió algunos de los recortes como "dolorosos".
PRESIDENTE BARACK OBAMA: Este es un acuerdo entre demócratas y republicanos, en nombre de todos los estadounidenses, para un presupuesto que invierte en nuestro futuro y al mismo tiempo hace la mayor reducción del gasto anual de nuestra historia. Como todo compromiso que vale la pena, ambas partes tuvieron que tomar decisiones difíciles y ceder en cuestiones que eran importantes para cada una de ellas. Y, por cierto, yo lo hice. Algunos de los recortes que acordamos hacer serán dolorosos.AMY GOODMAN: El asesor principal de la Casa Blanca, David Plouffe, anunció ayer que el Presidente Obama tiene previsto para el día miércoles, lanzar un plan a largo plazo para reducir el déficit nacional. En el programa Meet the Press, Plouffe dijo que el Presidente Obama insistirá en que la nación no puede seguir recortando impuestos a los estadounidenses más ricos.
DAVID PLOUFFE: Ahora, según el plan republicano del Congreso, la gente que gana más de $250,000 dólares recibe más de un billón de dólares en reducción de impuestos. Esto es lo importante: se está tomando una decisión. Se les está pidiendo a las personas de la tercera edad y a las personas de clase media que paguen más, cosa que no ocurriría si no fuera por la enorme reducción de impuestos que se le hace al sector más rico de los muy ricos del país.AMY GOODMAN: Plouffe dejó en claro que la alternativa de los republicanos de la Cámara de Representantes, elaborada por el presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara Paul Ryan, republicano de Wisconsin, era inaceptable y dijo: “Puede que el plan de Ryan sea aprobado por la Cámara de Representantes, pero no va a convertirse en ley.”
También se espera que Obama proponga recortes de los programas de ayuda social, entre ellos Medicare y Medicaid, y cambios en Seguridad Social, discusión que en gran medida ha dejado en manos de los demócratas y republicanos en el Congreso.
Para analizar el acuerdo presupuestario, nos acompaña ahora Jeffrey Sachs, destacado economista y director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y también presidente y co-fundador de la Alianza para Alcanzar las Promesas del Milenio, una organización sin fines de lucro destinada a acabar con la pobreza extrema a nivel mundial. Es autor de numerosos libros y artículos sobre desarrollo y política económica.
Bienvenido a Democracy Now! ¿Qué opina de este acuerdo?
JEFFREY SACHS: Este es un paso lamentable en la dirección equivocada. Comenzó en diciembre del año pasado, cuando Obama y los republicanos acordaron reducir los impuestos en un billón de dólares mediante la extensión de los recortes fiscales de Bush. Y ahora, aunque los detalles aún no están resueltos, aparentemente, están recortando los programas de ayuda a los pobres. Así que todo esto está marchando en la dirección equivocada, y muchos de los que apoyábamos al Presidente Obama creemos que acaba de abandonar el barco. Se lo dejó a la derecha que solo quiere recortes fiscales para los ricos, mientras que en todos los sondeos de opinión los ciudadanos estadounidenses dicen muy claramente que si quieren acabar con el déficit, deben aumentar los impuestos a los ricos, recortar el gasto militar, eliminar el exceso de ganancias en la industria aseguradora y de salud y hacer cosas que realmente produzcan un cambio, y no castigar a los pobres. Y, sin embargo, es eso lo que Obama está cediendo ahora. Es absurdo. Y cuando Plouffe, dice: "Es inaceptable que los impuestos a los ricos se reduzcan", el presidente no solo acordó con eso en diciembre del año pasado, sino que además, cuando anunciaron el compromiso este fin de semana, se refirió a ese acuerdo histórico en diciembre del año pasado. Entonces, todo es una enorme confusión, y me parece absurdo.
AMY GOODMAN: ¿Podría hablar de las cuatro propuestas?
JEFFREY SACHS: Para mí hay cuatro propuestas en este momento. Una es el plan de Ryan, que es la extrema derecha y propone hacer lo que sea, recortar todo y arremeter contra los pobres, con tal de obtener tasas de impuestos bajas para los ricos. Es un fraude, pero tienen fuerza porque Obama no ofrece resistencia.
Luego estuvo la confusión de Obama, porque el mes pasado presentó un plan presupuestario no solo para el año fiscal 2012, sino una estructura para toda una década. Estuvo de acuerdo con mantener los impuestos a los ricos tan bajos que sus propuestas —si nos fijamos en la letra chica— reducirían el llamado presupuesto civil discrecional, donde la educación, la infraestructura, la energía y el cambio climático quedarían reducidos a un nivel pequeño imposible de manejar.
Después está la nueva propuesta que el Bloque Progresista del Congreso presentó la semana pasada. Se llama Presupuesto del Pueblo. En realidad responde a lo que la gente quiere, es decir, subir los impuestos a los ricos y a las corporaciones —que están aprovechando vacíos legales absolutamente increíbles y abusivos—, reducir el gasto militar, mantener el gasto de ayuda para los pobres, para la educación, la inversión, etcétera.
Luego hay una cuarta postura que es la ciudadanía estadounidense. Se nota que ni el presidente ni el Congreso les consultan nada a los ciudadanos estadounidenses en estos días, a pesar de que los mismos dicen muy claramente en todos los sondeos de opinión que los ricos han tenido un viaje gratis, que las corporaciones han estado conduciendo nuestro país, que el gasto militar es completamente injustificado y que queremos una opción pública de salud. En todas ellas, la gran mayoría, pero nada de eso ocurre. ¿Por qué? Porque los grupos de presión controlan tanto la Casa Blanca como el Congreso.
AMY GOODMAN: Usted no sólo se refiere al control de la Casa Blanca y el Congreso, además ¿qué sucede con la prensa? Estos sondeos de opinión de los que habla muestran a un EE.UU. muy progresista, pero eso no se refleja en los medios cuando uno mira televisión.
JEFFREY SACHS: En primer lugar, sabemos bien que Fox News es pura propaganda incesante y la gente responde a la misma. En mi opinión, el Tea Party no es más que una creación propagandística del canal Fox News, fruto del trabajo de Roger Ailes. Entonces esa es solo una parte del tema que tiene mucha prensa.
Lo mismo con la página editorial del Wall Street Journal. Esa es nuestra prensa de negocios líder, pero es tan implacablemente falsa y tan de derecha en su página editorial, que seguro nunca se escucha nada de lo que hay en el medio. Solo habla de la reducción de impuestos. Es siempre la misma cantinela sobre la reducción de impuestos, la reducción de impuestos y la reducción de impuestos.
Los medios dominantes, básicamente el New York Times, en lo que a mí respecta, solo trata de proteger su línea interna con la Casa Blanca. Por lo tanto, lo que diga la Casa Blanca es lo que se informa. Pero no se informa sobre el hecho de que hay una opinión pública y que la misma necesita cobertura de prensa. Y eso me parece muy triste.
AMY GOODMAN: Pero incluso fuera de Fox, estos debates, por ejemplo, sobre las fuerzas armadas que la gente ve como una enorme sangría en el presupuesto, no se hacen; rara vez se debate sobre ese tema.
JEFFREY SACHS: Es verdad. Cuando me invitan a programas de debate y la gente habla sobre qué hacer, todos nerviosos dicen: “Tenemos que recortar los programas de ayuda social, tenemos que recortar los programa de ayuda social”. Pero la ciudadanía está diciendo: “¿Podemos salir de Afganistán?” Qué política increíblemente desatinada, gastar más de $100 mil millones de dólares al año, para no lograr nada. Pero usted tiene razón, eso no se llega a debatir.
AMY GOODMAN: ¿Qué hay del sistema de salud?, ¿qué ocurre con estos costos? y ¿qué se puede hacer al respecto?
JEFFREY SACHS: Básicamente, EE.UU. tiene el sistema de salud más caro —en relación a los servicios que ofrece— de todos los países con ingresos altos. ¿Por qué? Porque tenemos un enorme sector privado de la industria de seguros de salud, con un gran exceso de personal y salarios altísimos. Gastan mucho dinero en publicidad, algo que no ocurre en otros sistemas de salud. A nuestros especialistas se les paga mucho más que en otros países. Y esto se debe a que tenemos un sistema que permite estos elevados gastos, donde el gobierno simplemente paga una especie de precio fijado según costo más margen, mientras que un sistema de salud público controlaría estos costos. Hay un sistema conocido como capitación, que es mucho más eficiente y es una forma más económica de hacer las cosas. Con la capitación, básicamente las empresas aseguradoras o los prestadores de servicios de salud y el sector público son responsables de la persona y su familia como un todo, y no de una operación o procedimiento por el cual reciben un reembolso tras otro.
Todo esto es para decir que el año pasado se retiró la opción de un sistema público de la mesa de negociaciones, a pesar de que tenía un fuerte apoyo de la ciudadanía ¿Y por qué la retiró Obama? Porque los grupos de presión se lo pidieron. Una vez retirada, perdimos la oportunidad de controlar los costos del sistema de salud. Este es el problema. Son los grupos de presión que trabajan de la mañana a la noche. Ya sea grupos de presión del sector de la salud, financiero, de la industria militar o de la reducción de impuestos, son los que mandan en Washington, tanto en la Casa Blanca como en el Congreso. Y no se presta atención a lo que en realidad quiere la gran mayoría de la ciudadanía.
AMY GOODMAN: ¿Puede decirnos algo más del Presupuesto del Pueblo?
JEFFREY SACHS: El Presupuesto del Pueblo es una propuesta que surge del liderazgo de 80 miembros del Congreso, conocidos como Bloque Progresista del Congreso.
AMY GOODMAN: Es el bloque más grande del Congreso.
JEFFREY SACHS: Me alegré mucho al verlo por primera vez cuando se dio a conocer la semana pasada. Me dije: "Gracias a Dios, algo sensato de Washington", porque a ellos también los han dejado a un lado. La Casa Blanca, básicamente, ha hecho su jugada. Si la derecha extrema controla la agenda política, la Casa Blanca dice: "Daremos un paso hacia el centro de la extrema derecha", aunque eso signifique hacer una concesión tras otra. Lo que Obama está intentando hacer es mostrarse un poco más razonable que la extrema derecha. Pero con ello está comprometiendo principios básicos.
Finalmente aparece el Bloque Progresista del Congreso y dice: "Basta. Hagamos lo que el pueblo realmente quiere". Esto es lo maravilloso de Estados Unidos, que a veces te sientes frustrado y uno se pregunta: "¿qué ocurre con este país?", como si todo el mundo fuera del Tea Party. Pero no es verdad. La inmensa mayoría de la ciudadanía tiene opiniones mucho más razonables, corrientes y compasivas, y dice: "No hagan recortes que perjudiquen a los pobres. Que sean los ricos los que empiecen a pagar su parte". Eso es lo que dice la gran mayoría de la ciudadanía. ¿Quién les presta atención? ¿Quién los escucha? En general, los medios los ignoran. Y la Casa Blanca y el Congreso están dominados por grupos de presión y preocupados por recaudar fondos para la campaña. Después de todo, el Presidente Obama está intentando recaudar mil millones de dólares para las elecciones de 2012. ¿Dónde va a conseguir ese dinero? En Wall Street. ¿Acaso le están diciendo "suban los impuestos"? Desgraciadamente no.
AMY GOODMAN: ¿Y Boehner, el Presidente de la Cámara de Representantes? ¿Qué papel tiene en esto?
JEFFREY SACHS: Al partido republicano lo domina completamente una sola idea: hacer recortes drásticos de cualquier parte, de donde sea, con tal que se reduzcan los impuestos a sus ricos patrocinadores. Ese es el papel que está desempeñando.
AMY GOODMAN: Usted mencionó varias propuestas, por ejemplo que los impuestos sean un porcentaje del PIB.
JEFFREY SACHS: Sí.
AMY GOODMAN: ¿Podría explicar eso?
JEFFREY SACHS: Básicamente, este año solo estamos recaudando un 15 ó 16 por ciento de nuestro ingreso nacional bruto o producto interno bruto, en concepto de impuestos. Esto ni siquiera alcanza para cubrir los servicios más básicos del gobierno, como la Seguridad Social, Medicare o Medicaid, los gastos militares o los intereses de la deuda. Además, está el resto de servicios que requieren la intervención del gobierno, como la educación de nuestros hijos, mantener la seguridad de nuestros hijos y la infraestructura necesaria para una economía productiva y tratar el problema del cambio climático, entre otros. Ahora mismo no hay dinero para esto.
La única manera seria de que el gobierno haga lo que tiene que hacer para el pueblo estadounidense es incrementar los ingresos. En una recuperación económica normal, nuestro sistema impositivo actual volvería al 17 ó 18 por ciento. La propuesta de Ryan y la de Obama es detenerse en el 19 ó 20 por ciento. Pero si uno mira qué se necesita realmente para tener un país normal, deberíamos recaudar entre el 23 ó 24 por ciento del PIB —se trata de aritmética básica— para cubrir los costos básicos y hacer frente a las necesidades de los estadounidenses en educación, carreteras que no colapsen, el clima —para que no acabe destruido—, un sistema energético moderno, ciencia y tecnología y competitividad. Todo esto significa que los impuestos a los ricos y a las compañías deben aumentar si queremos tener un país normal. Pero los republicanos están totalmente en contra. Y hasta ahora, Obama lo único que ha hecho es comprometerse, comprometerse, comprometerse.
AMY GOODMAN: Sé que tiene que ir a dar clase. ¿En qué cree que Obama le falló al pueblo estadounidense?
JEFFREY SACHS: No ha sido un líder. Su trabajo en nuestro sistema constitucional es mostrarnos un camino y explicar por qué tenemos que ir por ese camino, en lugar de permanecer en la retaguardia y después presentar como un acuerdo histórico el recorte de impuestos a los ricos o el recorte drástico de 38 mil millones y medio a los programas sociales para los pobres. Ese no es su trabajo. Su trabajo es liderar. Por eso, los que lo apoyamos —yo fui uno de ellos— esperábamos algo muy, pero que muy diferente. Hoy miércoles, quizás lo intente de nuevo. Según Plouffe, esta vez es de verdad. Pero si sale de nuevo y continua haciendo lo que ha estado haciendo hasta ahora, pienso que perdió el corazón del movimiento político que lo apoyó para que llegara a ser presidente.
AMY GOODMAN: Jeffrey Sachs, le agradezco mucho que haya estado con nosotros.
Jeffrey Sachs es un destacado economista, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y presidente y co fundador de la Alianza para Alcanzar las Promesas del Milenio.
Traducido por Alejandra Burgos
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