Autoras/es: Agustín Adúriz Bravo, María Laura Eder*
(Fecha original del artículo: s/d)
LA DIDÁCTICA COMO DISCIPLINA
Al decir de Díaz Barriga (1997), la didáctica como disciplina ha estado tradicionalmente vinculada a visiones de tipo instrumentalista (tecnologizantes), fundadas epistemológicamente en el positivismo y en el funcionalismo. Hoy la didáctica puede ser considerada una disciplina teórica, histórica y política: Es teórica en cuanto responde a concepciones amplias de la educación (y esto la engarzaría a una teoría de la educación), de la sociedad, del sujeto, etc. Es histórica en cuanto sus propuestas son resultados de momentos históricos específicos. (...) Es política porque su propuesta se engarza en un proyecto social. (Díaz Barriga, 1997: 23) Ahora bien, ¿por qué hablamos de disciplina y no dé ciencia? En los planteos que, desde lugares diferentes, realizan Rafael Porlán (didácta de las ciencias español) y Ángel Díaz Barriga (pedagogo mexicano), nos encontramos con el mismo término de disciplina.
Es conveniente, entonces, tratar de comprender no sólo qué designa, sino también por qué se lo utiliza. Creemos que ello marca una determinada postura epistemológica.Podríamos pensar la disciplina como un dominio más o menos sistemático del conocimiento, referido a ciertos objetos de estudio, que implica métodos de indagación y validación del conocimiento particulares, ciertas actitudes y valores, y una comunidad científica que la lleva adelante. En este sentido, las disciplinas estarían relacionadas con las especialidades científicas, tecnológicas, artísticas y humanísticas (Adúriz-Bravo, 1999).
Algunos autores (Apostel et al., 1977) plantean sin embargo que uno de los usos más habituales del término disciplina es el de sustituir la palabra ciencia, aunque el término disciplina conlleva la noción adicional de enseñar una ciencia (Eder, 1998). Este matiz tiene importancia para nuestra discusión. Vemos entonces que muchas veces se utilizan de modo casi intercambiable ambos conceptos.
La pedagoga argentina Mariana Maggio analiza así la noción de disciplina: Precisamente, la noción “disciplina” empieza a destacarse en el movimiento denominado conceptual empirista, donde pueden identificarse, entre otros, los aportes de Schwab, Phenix y Bruner. Para Phenix (...) las disciplinas son aquellos campos de conocimiento con una estructura peculiar que se pone de manifiesto a través de sus realizaciones (es decir, de los resultados de la investigación) y que agrupa en torno suyo a una comunidad especializada. Las disciplinas abarcan todas las formas de conocimiento posible y además proporcionan los modelos de “desarrollo cognoscitivo potencial”. Aparecen como base objetiva para la selección del currículum por poseer “estructuras de crecimiento naturales que le son inherentes’, esto es, no sujetas a decisiones subjetivas o históricamente condicionadas. (Maggio, 1998:27 y 28) Nuevamente observamos aquí la vinculación estrecha entre disciplina y enseñanza, que también se evidencia en la etimología de la palabra (relacionada con discipulus, alumno: ver Eder, 1998). Cabría plantearse si, en el discurso pedagógico actual, se reconoce esta importante característica en el término disciplina, o simplemente su utilización soslaya la dificultad de incluir la didáctica dentro de alguna ciencia, por lo cual se la describe mejor como una disciplina a la que sólo algunos autores califican de “científica”.
Ciertamente, para muchos, disciplina asume el significado muy general que le otorgan Gardner y Boix-Mansilla (1994), lo que permite eludir la discusión acerca de la cientificidad de este campo de conocimiento que es la didáctica: Las disciplinas constituyen los modos más sofisticados desarrollados hasta ahora para pensar e investigar temas, que durante mucho tiempo han fascinado y asombrado a los individuos reflexivos (...), representan los modos principales para que los individuos trasciendan la ignorancia (...), se convierten —cuando se usan en forma relevante— en nuestra lente más aguda para mirar el mundo.
Las disciplinas tienden en si mismas a diferentes tipos de roles y performances (...).
Distintas disciplinas requieren de diferentes estilos analíticos, diferentes aproximaciones a la resolución de problemas y descubrimientos, distintas disposiciones e inteligencias. (pp. 3 y 4)
* Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires, aula 14, pabellón 2, Ciudad Universitaria. (1428) Buenos Aires, Argentina, e-mail (primer autor): mleder @filo.uba.ar
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