Autoras/es: Andrea D’Atri (ed.), Bárbara Funes, Ana López, Jimena Mendoza, Celeste Murillo, Virginia Andrea Peña, Adela Reck , Malena Vidal, Gabriela Vino, Verónica Zaldívar
(Fecha original: Abril 2006)
V: Rojas: Pen Pi Lan
“El movimiento de liberación femenino chino
surgió como una lucha de emancipación de las tradiciones feudales
y como parte de la revolución nacional.
Muchas mujeres se hicieron revolucionarias y se convirtieron en líderes
como resultado de sus experiencias en la lucha.” 1
Pen Pi Lan
Hace cientos de años existía un enorme y bello país gobernado por un príncipe llamado Li Yu2. Como todos los aristócratas, él tenía una esposa y numerosas concubinas. Pero su preferida era Yaoning, una joven a quien obligaba a danzar imitando la imagen de la flor de loto. Para poder complacer a su señor y reproducir la gracia de esa flor, la esposa y las concubinas tomaron los frescos pies de Yaoning y doblaron sus dedos hasta que tocaron las plantas. La joven lloraba de dolor, pero nada podía hacer: los deseos de Li Yu eran órdenes y no cumplirlos era penado con la muerte. Las mujeres vendaron sus pies día tras día, año tras año, para que no crecieran y Yaoning pudiera danzar como la flor de loto mecida en el viento.
Esta tortura se aplicó desde entonces en China a las mujeres de todas las clases sociales. Las madres doblaban los pies de sus hijas, provocando su atrofia, y el proceso de vendaje duraba hasta quince años. Esta operación volvía a las jóvenes un fetiche y un objeto de amor. Después del matrimonio, los pies tullidos constituían una prueba clara de la capacidad de sufrimiento y obediencia de las mujeres.
El poder político en China, desde la sociedad esclavista en adelante, estaba estrechamente ligado al control de las mujeres, las que no podían ejercer derecho de propiedad alguno, ni tenían poder de decisión independiente en ninguna cuestión que afectara a la familia o al clan. Una mujer estaba sometida de por vida: a sus padres, a los padres de su esposo, a su esposo y a su hijo. Los matrimonios eran arreglados por los jefes de las familias sin intervención ni del hombre ni de la mujer en la decisión. Luego del arreglo, la familia del novio pagaba una dote a la familia de la novia por el costo de haberla mantenido hasta el momento de la boda.
Estos elementos muestran a las claras que la opresión de las mujeres en la sociedad china era uno de los problemas estructurales del país. Poner en cuestión las condiciones de vida de las mujeres implicaba un enfrentamiento radical con las clases dominantes. Por eso, desde temprano el movimiento de mujeres en China estuvo estrechamente ligado con el movimiento revolucionario.
La lucha contra la opresión gana las calles de las ciudades chinas
Hubo batallones especiales de mujeres en el ejército de Taiping durante la rebelión que éste encabezó entre 1851 y 18643 y también entre los Boxers durante la rebelión de 19004. Las mujeres también fueron parte del Movimiento Reformista de 18985, exigiendo, entre otras cosas, el derecho a educación y a dejar de vendarse los pies. Las reformas propuestas por Sun Yat-sen6, líder de la naciente burguesía atrajeron numerosas mujeres. Entre ellas se destacó como pionera Chiu Jaen.
Chiu provenía de una familia de funcionarios y su esposo, elegido para ella por su padre cuando sólo tenía dieciocho años, era un mandarín.7 Luego de aprender de su esposo acerca de los ideales democráticos, Chiu se divorció y viajó a Japón a estudiar. En 1905 regresó a China, se unió al partido de Sun Yat-sen y participó en la primera revolución contra la dinastía Manchú. Durante ese período, Chiu publicó una revista de mujeres donde abogaba por la igualdad de derechos, la liberación de los pies de las jóvenes, la libertad de las mujeres para elegir esposo y la abolición de la “castidad unilateral.”8 Chiu Jaen fue la fundadora del movimiento de mujeres en China y fue una gran revolucionaria. Organizó el “Ejército de Restauración” en Chekiang, intentando asesinar al gobernador. Fue arrestada y decapitada en 1907 por la dinastía Manchú, cuando tenía treinta y tres años.
La primera Revolución China: de las sufragistas a las comunistas
La historia moderna de China comienza con una revolución burguesa fallida. Cae el último emperador de la dinastía Manchú, pero la oligarquía financiera y la burguesía nacional demuestran una vez más que prefieren ser pequeños parásitos de los capitales extranjeros antes que ser desbordados y eventualmente dominados por las masas populares. La unidad territorial de China es fragmentada entre los señores de la guerra9 con poder territorial y la instauración de un gobierno nacionalista en las zonas costeras del sur. Las potencias imperialistas estaban detrás de esta fragmentación. Japón, Inglaterra, Francia y en menor medida EE.UU., se disputaban el dominio del país durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial. China había delegado en las empresas extranjeras numerosos derechos sobre su soberanía. Las tropas imperialistas tenían libertad de movimiento y permanencia para resguardar sus propiedades. Esto implicaba la renuncia a la soberanía sobre los puertos y medios de transporte por parte de China. La dependencia que ataba a la nación con los capitales extranjeros llevaron al dirigente nacionalista Sun Yat-sen a afirmar que China era lacaya de todas las naciones. La independencia nacional y la revolución agraria, una necesidad vital para los millones de campesinos pobres, quedaron irresueltas. La unidad nacional era un trofeo a conquistar.
Batallones de mujeres fueron organizados durante la revolución de 1911, cuyas demandas eran el derecho a la educación para las mujeres, derecho a “tener amigos” para elegir libremente con quien casarse y participar en el gobierno. Después del establecimiento de la República en 1912, surgió un nuevo movimiento: el feminismo militante. Las mujeres no solamente participaban de los alzamientos populares sino que decidieron darse una organización propia para luchar por sus demandas. Fueron influenciadas por las sufragistas occidentales.10 Este movimiento se dio centralmente en las ciudades. Su militancia alcanzó cierto desarrollo cuando algunas feministas y sus seguidoras irrumpieron en el parlamento de la república en 1913, destrozando ventanas e insultando a varios guardias, recreando las acciones realizadas antes por las sufragistas inglesas. El movimiento de liberación femenino chino comenzó a ser verdaderamente tal alrededor de 1916. Fue influenciado por una revista llamada “Nueva Juventud”, publicada por Chen Tu-hsiu11, quien luego sería uno de los fundadores del Partido Comunista Chino (PCCh). Esta revista proponía ideales democrático-radicales contra las tradiciones del feudalismo. Destacó mucho la cuestión de la emancipación de las mujeres.
Con el alzamiento de las masas conocido como “Movimiento 4 de Mayo” en 1919 una oleada de democracia recorrió el país. Todos los problemas de la emancipación de las mujeres fueron entusiastamente discutidos en muchas de las nuevas revistas. Se formó una coordinadora entre los grupos feministas para planear el curso de acción en el movimiento. Participaban el Shangai Social Club por el sufragio femenino, la Sociedad de Mujeres, la Alianza Femenina, la Organización de Mujeres por la Paz y la Sociedad de Ciudadanas; elaboraron listas de objetivos que serían adoptados durante la manifestación del 4 de mayo de 1919. La emancipación de las mujeres fue apoyada por toda la juventud de este movimiento. Bajo la influencia de la Revolución Rusa, la mayoría de los líderes del Movimiento 4 de Mayo pronto se hicieron socialistas y el movimiento por la emancipación de las mujeres comenzó a combinarse con el movimiento socialista.
En 1920, fue fundado el PCCh y muchas de las jóvenes radicalizadas se unieron a él y se convirtieron en dirigentes del movimiento de mujeres. La relación entre el joven partido y los distintos grupos feministas fue muy contradictoria. Aún cuando los dirigentes consideraban justas sus demandas de igualdad, criticaban a los grupos feministas integrados por mujeres de la ciudad bien educadas por considerarlas pro-occidentales, burguesas elitistas que no sabían buscar un camino hacia las mujeres trabajadoras y campesinas e ignoraban la necesidad de la revolución. Según el PCCh, estas feministas se concentraban demasiado en las políticas sexuales, identificando a los hombres como a los opresores más que atacar a las clases dominantes y al sistema capitalista como la causa central de la opresión de las mujeres.
La primera acción oficial del PCCh en este campo, en respuesta a la creciente solidaridad de las mujeres, fue crear una secretaría de la mujer en el segundo congreso del partido que tuvo lugar en 1922, con el objetivo de organizar y dirigir a las mujeres en la política revolucionaria. Este departamento estaba directamente dirigido por Hsing Ching-yu, una de las estudiantes reclutadas por Mao Tsé Tung12 en Hunan y la única mujer en el Comité Central del PCCh. Esta organización incluía entre sus objetivos el derecho al voto para todos los trabajadores y campesinos, sin distinción de sexo, protección de las mujeres y los niños trabajadores, y la abolición de todas las restricciones para las mujeres. También levantaban el derecho a la autodeterminación en el matrimonio, igualdad entre esposa y esposo, iguales derechos para votar, tener un oficio y educación. Hsing contribuyó a unir las fuerzas de varias fracciones de mujeres provenientes de esos grupos al PCCh, canalizando un sector del movimiento en la senda revolucionaria. Ella fue ejecutada por el Kuomitang13 en 1928 y fue recordada como la “Abuela de la Revolución”.
En esos tempranos días, la secretaría de la mujer concentró sus esfuerzos en organizar trabajadoras. La primera huelga de trabajadoras ocurrió en Shangai en veinticuatro fábricas de seda en 1922 cuando veinte mil mujeres detuvieron la producción exigiendo diez horas de trabajo diarias y el aumento de sueldo en cinco centavos por día. La primera manifestación de mujeres bajo la dirección del partido, tuvo lugar el 8 de marzo de 1924, en Cantón, donde un grupo de jóvenes estudiantes y trabajadoras levantaron las consignas: “Abajo el imperialismo”, “Abajo los señores de la guerra”, “A igual trabajo, igual salario”, “Protección para los niños trabajadores y las mujeres embarazadas”, “Igualdad en la educación”, “Abolición de las novias-niñas y de la poligamia”, “Prohibición de la venta de jóvenes esclavas y tomar concubinas”, “Por una ley de protección para la infancia”. Muchas fueron, entonces, las jóvenes que tomaron la senda de la revolución ingresando al PCCh. Entre ellas estaba Pen Pi Lan y ésta es su historia.
Florece una rosa en Oriente
Pen Pi Lan nació en 1902, en la provincia de Hupei. Su abuelo era un terrateniente. Su abuela, siguiendo las costumbres de la sociedad feudal, había matado a varias hijas recién nacidas porque las mujeres eran consideradas un problema y una fuente de gastos. Su padre fue un profesor que adhirió a las ideas liberales occidentales mientras estudiaba en Japón.
En 1921, cuando tenía diecinueve años estudiaba en un internado en Wuhan. Lee Han-chien, uno de los fundadores del PCCh, dio una conferencia en la que describió las diferentes posiciones de las mujeres en distintas sociedades, desde el comunismo primitivo, pasando por la sociedad feudal, el capitalismo y llegando a la futura sociedad socialista. Una de sus conclusiones fue que si las mujeres deseaban la igualdad con los hombres, debían tener independencia económica. Pero la lección más importante fue que para conquistar la emancipación de las mujeres es un prerrequisito indispensable un cambio profundo en el sistema capitalista. Solamente después de que la clase obrera se hubiera emancipado, las mujeres tendrían las condiciones materiales necesarias para liberarse de toda opresión.
La conferencia de Han-chien conmovió profundamente a Pen Pi Lan y a otras jóvenes estudiantes que decidieron luchar activamente por la emancipación de las mujeres. Organizaron una asociación de estudiantes y un club de discusión con el objetivo de dirigir los debates en el colegio, sobre la libertad de amar, la libertad de elegir con quien casarse y la educación mixta. Más tarde organizaron un grupo fuera de la escuela llamado “Sociedad de Mujeres Lectoras”, que atrajo muchas simpatizantes. También encabezaron una lucha contra el director del colegio, porque era muy conservador y defendía el espíritu de las tradiciones feudales, censurando sus correspondencias a familiares y amigos y prohibiéndoles cortarse el cabello. Esta lucha duró cerca de un año y acabó con la victoria de las jóvenes estudiantes.
A lo largo de ese mismo año, Pen Pi Lan y muchas de sus compañeras participaron en actividades de apoyo a las huelgas obreras en Hankow, dando discursos a los huelguistas para llevarles su solidaridad. Las estudiantes jugaron un rol decisivo en organizar la manifestación del 1º de mayo de 1922. Fue la manifestación más grande del día internacional de los trabajadores hasta ese momento en China. Por el papel que tuvieron en su organización, Pen Pi Lan y sus amigas fueron reclutadas por la Juventud Socialista, la rama juvenil del PCCh. Un año después, Pen Pi Lan ingresó al partido. A causa de la victoria sobre el director de su escuela y por el apoyo activo a las huelgas obreras, tuvieron mucha influencia sobre otros colegios, que más tarde les permitió sumar nuevas fuerzas al PCCh provenientes del movimiento estudiantil.
En 1924, Pen Pi Lan fue enviada por el PCCh a la Universidad Comunista de los Trabajadores del Oriente en Moscú, una escuela para formar cuadros revolucionarios de la Internacional Comunista14. Pero en 1925, el Comité Central del PCCh envió un telegrama a la universidad diciendo que la revolución se estaba iniciando y que algunos de los estudiantes más capaces deberían ser reenviados a China inmediatamente. Así Pen Pi Lan retornó a Shangai con siete de sus camaradas, a construir la historia de una de las gestas más heroicas y trágicas de la clase obrera internacional.
La Segunda Revolución China
En 1924, el Vº Congreso de la Internacional Comunista, liderada por Stalin15 y Bujarin16, llegó a la conclusión de que el enorme atraso de China17 implicaba que las tareas democráticas fundamentales, la unificación y la liberación nacional de las cadenas del imperialismo, debían ser dirigidas por la burguesía nacional. Primero debía realizarse una “revolución democrática” que permitiera el desarrollo del capitalismo fronteras adentro hasta que se convirtiera en un país capitalista pleno para que luego, en algún momento de la historia, la clase obrera pudiera plantearse dirigir el destino de ese país. Para esta ‘revolución nacional’ afirmaban que era necesaria una alianza estratégica del proletariado con la que consideraban el ala ‘revolucionaria’ de la burguesía agrupada en el Kuomitang, que en esos momentos se había distanciado respecto del imperialismo y estaba enfrentado con los dictatoriales regímenes de los señores de la guerra en la zona norte del país. De acuerdo a su punto de vista, la clase obrera debía compartir el poder con la burguesía china en un gobierno revolucionario “común”. Así entendían la consigna de Lenin de “dictadura democrática de obreros y campesinos”, que éste había desarrollado en sentido contrario: la alianza del proletariado y el campesinado contra la burguesía liberal. Stalin y Bujarin, en cambio, la utilizaban para encubrir su política de conciliación de clases. En consonancia con esa concepción teórica-política, ordenaron la incorporación del PCCh al Kuomintang.
En China convivían, al igual que en Rusia, las explotaciones extensivas del campo y relaciones feudales con ciudades donde florecían las grandes industrias concentrando a miles de obreras y obreros, como Shangai. Estas condiciones objetivas junto con la existencia de un joven proletariado concentrado en las ciudades, hacían que en China las posibilidades reales de resolver las tareas nacionales, que eran unificación y liberación nacional, la reforma agraria y los derechos democráticos en general, estuvieran en manos de la clase obrera, al igual que en Rusia en 1917. Esta era la opinión de Pen Pi Lan y la de otros jóvenes del PCCh como Peng Shu Tsé18, un miembro del Comité Central a quien conoció ya de regreso en Shangai y que fue su compañero de por vida.
El joven PCCh fue muy condicionado por la Internacional Comunista. Al aceptar la orden de subordinarse al Kuomitang, sellaron un destino trágico para la clase obrera china y la revolución mundial. Pen Pi Lan nos cuenta en “Mis años con Peng Shu Tsé” que al haber aceptado esta orden los dirigentes del partido cambiaron de posición y se orientaron hacia la derecha. Mao Tsé Tung, por ejemplo, en un artículo titulado “El golpe de estado de Pekín y los mercados” empujaba a los mercados, es decir, a la burguesía a “sublevarse y colaborar con ellos en Shangai para hacer avanzar a la revolución. Cuanto más grande fuera la unidad de los mercados, más fuerte será su capacidad para dirigir a las masas en todo el país, y más corto será el tiempo necesario para el éxito de la revolución.” 19 Así revelaban el curso que tomarían en los años por venir.
En 1925, Pen Pi Lan y Peng Shu Tsé decidieron irse a vivir juntos y compartir sus vidas dedicadas a la revolución. Ella fue miembro del Comité Regional de Shangai del PCCh y estuvo a cargo de la secretaría de la mujer desde 1925 a 1927. Junto a otras camaradas organizaron la Federación de Mujeres de Shangai, en la que participaban estudiantes, docentes, trabajadoras y profesionales. Publicaron una revista mensual llamada Mujeres Chinas, de la cual fue la editora. En esa publicación explicaban cómo la lucha por la emancipación de las mujeres estaba estrechamente relacionada con la liberación nacional contra el imperialismo y los señores de la guerra y cómo las reivindicaciones no podrían conquistarse sin el triunfo de la revolución socialista. Pen Pi Lan escribió un artículo llamado “La Revolución de Octubre en Rusia y las mujeres chinas” publicado en la misma revista, donde explicaba que la revolución china tendría que seguir el camino tomado por la Revolución Rusa y solamente por esa vía socialista podrían las mujeres conquistar las condiciones materiales para su verdadera emancipación de la vieja sociedad.
En ese momento el trabajo más importante que estaban encarando era la organización y educación de obreras en Shangai. Había miles de trabajadoras en las fábricas textiles y en las de cigarrillos. Pen Pi Lan y sus camaradas crearon escuelas nocturnas para las trabajadoras. Tenían reuniones para discutir problemas específicos de las obreras, como por ejemplo, el hecho de que tenían licencia por maternidad una sola semana sin goce de sueldo y a veces, eran tan brutalmente explotadas que daban a luz en las mismas fábricas. También discutían cuestiones concernientes al conjunto de la clase obrera y la revolución socialista, así como la necesidad de organizar sindicatos y participar en actividades revolucionarias. Ayudaban a las trabajadoras a organizar los sindicatos de las industrias del algodón, la seda y los cigarrillos. En ocasiones, hicieron manifestaciones de miles de obreras bajo la bandera de la Federación de Mujeres de Shangai, en las que hubo escaramuzas entre las manifestantes y la policía y el ejército. Cuando comenzaba una lucha, las integrantes de la federación se ponían al frente, desafiando al enemigo con las banderas rojas flameando en el viento, demostrando mayor bravura que los varones. A través de una entrevista publicada en International Socialist Review, nos llega la voz de Pen Pi Lan: “Una vez parecía que los policías y los soldados iban a iniciar la represión armada en una manifestación y algunas de las intelectuales les dieron discursos, tratando de convencerlos de que no reprimieran. Otras veces hacíamos retroceder a los soldados y entonces las trabajadoras nos seguían para atacarlos. Durante la insurrección armada en Shangai las obreras fueron responsables del transporte de armas, rifles y mensajes secretos. En estas tareas muchas trabajadoras demostraron su valentía y su abnegación” 20
Del boicot comercial contra las empresas inglesas a la insurrección obrera de Shangai
Transcurría junio de 1925 cuando el gobierno de Cantón lanzó una campaña por el boicot comercial a las compañías de origen inglés. Lo que surgió inicialmente con un simbólico “no compre inglés” es reinterpretado por la clase obrera de Shangai que declaró la huelga general contra las compañías inglesas. Jugándose la vida, ya que los ferrocarriles y la marina mercante eran propiedad inglesa, los trabajadores de los ferrocarriles y los marinos mantienen su lucha. El movimiento huelguístico se extiende a otras ciudades importantes como Hong Kong. Fueron fuente de inspiración de toda la clase obrera china, incitándola a la huelga y el combate revolucionario. Incluso organizaron los primeros sindicatos campesinos, con miras a sumar fuerzas.
El fuego se extiende a las compañías e industrias “nacionales” y los campesinos se agitan contra los terratenientes. Estos hechos dan por tierra con toda ilusión de conciliación de clases pacífica y cortan bruscamente el período de alianza entre el PCCh y la burguesía nacionalista. Aterrorizados por la fuerza de la clase obrera, los líderes del Kuomitang conspiran para aplastar la tendencia de las masas a intentar resolver sus propios problemas mediante la acción directa y a la independencia de sus demandas. Para eso definen subordinar aun más al PCCh a su propio interés e intentar la derrota de la clase obrera en las calles.
Por su parte el PCCh, subordinado a la dirección del Kuomitang, estaba impedido de realizar una agitación independiente por la consigna de la reforma agraria, la única mediante la cual la clase obrera podía establecer una alianza revolucionaria con el campesinado sobre la base de sus intereses materiales concretos.
En 1926 el Kuomitang, dirigido por Chiang Kai Chek preparó una expedición militar sobre la zona del norte de China con el fin de unificar la nación. Cada triunfo militar de la “Expedición del Norte” hizo evidente los antagonismos entre la burguesía y las masas de los obreros y campesinos. Estos últimos, que espontáneamente se alzaban asesinando a los señores de la tierra y a los administradores, suprimiendo las rentas, etc. fueron fusilados por revoltosos. Y ese mismo año Stalin nombra “presidente honorario” de la Internacional Comunista a Chiang Kai Shenk. El Comité de huelga de Shangai llamó a un paro general el 19 de febrero de 1927: millares de trabajadoras y trabajadores, artesanos y comerciantes fueron a la huelga y piquetes de obreros armados se batieron en las calles de Shangai, llegando a dominar la ciudad. Pero el PCCh, por orden de Moscú, los obligó a entregar las armas. Las tropas nacionalistas llegan a Shangai y el 12 de abril de 1927 Chiang ordena la represión. Cinco mil personas, entre comunistas, obreros, obreras y feministas, fueron fusilados a sangre fría esa madrugada y los cuerpos de los muertos y los heridos fueron arrojados a las calderas de las locomotoras. Así ardió la energía revolucionaria de la vanguardia obrera y popular de Shangai. El jefe del Comité de huelga de Shangai fue torturado y asesinado. Ya en 1927 la Internacional Comunista se manchó las manos de sangre obrera.
El Kuomitang prohibió las huelgas y los sindicatos. El terror se extendió como una sombra por China. Chiang Kai Shenk ya había negociado la unificación con los señores de la guerra. La “revolución nacional” se transformaba en contrarrevolución burguesa. La Internacional Comunista bajo el mando de Stalin ordena, sin embargo, al PCCh continuar en el seno del Kuomitang. La directiva es integrarse al nuevo gobierno junto al ala “izquierda” del Kuomitang, enfrentada con Chang Kai Chek, en el cual dirigentes del PCCh ocupan las carteras de Agricultura y Trabajo, inaugurando la táctica del frente popular21. De nuevo la burguesía ‘de izquierda’ reprimió duramente al movimiento revolucionario. Entonces, un viraje radical es iniciado por Stalin y la Internacional Comunista. Esta decreta que el período de la dictadura democrática de obreros y campesinos ha pasado y que estaba planteada inmediatamente la toma del poder, en momentos en que ya se avizoraba el retroceso del proletariado de las ciudades.
La clase obrera y los comunistas de Cantón, sin embargo, se alzan el 11 de diciembre contra el Kuomitang y toman el control de la ciudad. Finalmente el alzamiento es derrotado producto del aislamiento a que la misma política previa de la Internacional Comunista había conducido a los obreros.
El surgimiento de la Oposición de Izquierda
Ya en 1926 duras crisis golpeaban en sectores del joven PCCh. El 20 de marzo de ese año Chiang Kai Shek da un golpe de estado en Cantón. La regional del PCCh establecida en Shangai debatió profundamente las consecuencias de la política del Kuomitang y propusieron rediscutir la colaboración con dicho partido. Los hechos recientes demostraban claramente el carácter reaccionario de la burguesía y su hostilidad manifiesta hacia el proletariado.
Peng Shu Tse, el compañero de Pen Pi Lan, a través de un minucioso estudio de las características de China desde la óptica del marxismo revolucionario escribió un artículo titulado “¿Se aplica el leninismo a las especificidades nacionales de China?” donde reconocía que “ la revolución china es actualmente una revolución nacional democrática, pero que esta revolución no se limita para nada a los ideales nacionales y democráticos: se transforma gradualmente en una revolución socialista.” 22
Para el Vº Congreso de la Internacional Comunista, Trotsky propuso que el PCCh se separara del Kuomitang para que la clase obrera tuviera un programa independiente. Pero fue su última intervención pública. Stalin y sus secuaces bloquearon sus propuestas, escondiéndolas inclusive ante los militantes del PCCh.
Sin tener acceso a los escritos de Trotsky y mucho menos a las propuestas que éste había formulado con respecto a China, Peng Shu Tsé, Chen Tu Hsiu y Pen Pi Lan, luego de la masacre de Cantón, propusieron la ruptura con el Kuomitang. La respuesta fue la expulsión de Peng Shu Tse del Comité Central. El “ala izquierda del Kuomitang” golpeó con su “gran purga anticomunista” el 14 de julio de 1927. Chen Tu Hsiu renunció a su cargo de secretario general del PCCh.
A nivel de la organización, la línea de la Internacional Comunista no solamente desarmaba políticamente a los militantes, sino que incluso los exponía a riesgo de muerte. Bajo el terror del Kuomitang, los revolucionarios que dedicaban su vida al partido, si disentían de la línea oficial, se veían privados de recursos. En muchos casos habían cortado relaciones con sus familias y amigos, con lo cual no podían esperar ayuda de nadie. Y los que eran conocidos públicamente como comunistas no tenían chances de encontrar un trabajo. Esta situación fue vilmente explotada por la Comitern para mantener el control sobre el PCCh.
Pen Pi Lan, su compañero Peng Shu Tsé y su hija de seis meses vivieron momentos muy duros por defender sus convicciones. La revolución por la que lucharon desde su temprana juventud cada día moría un poco con la masacre de los heroicos obreros y campesinos, con el asesinato de sus camaradas ante su mirada impotente. Casi no tenían recursos para mantenerse. Y la dirección del PCCh los mantenía en el aislamiento político.
En 1929 un grupo de estudiantes llegó de Moscú y tuvieron una larga entrevista con Peng Shu Tsé. Así se enteraron de la lucha de la Oposición de Izquierda en la Unión Soviética y del análisis y las propuestas de Trotsky sobre la segunda Revolución China. Fue así que bajo la dirección de Peng y Chen y con la colaboración de Pen Pi Lan se reagruparon los militantes que disentían con la política aventurera que había adoptado el partido. Exigieron al Comité Central la apertura de una discusión para hacer un balance de la derrota de la revolución y las tareas que tenían planteadas, así como la publicación de los textos de Trotsky sobre la Revolución China.
En dos meses Peng Shu Tsé, Chen Tu Hsiu y Pen Pi Lan reunieron a cincuenta revolucionarios abnegados que estaban dispuestos a defender y difundir la postura de la Oposición de Izquierda. Publicaron una revista llamada El proletariado y un libro que incluía los principales textos elaborados hasta ese momento por Trotsky. Al poco tiempo, uno a uno fueron expulsados del partido por orden de la Internacional Comunista. Otros valiosos dirigentes, sobrevivientes de la derrota de la revolución y de la debacle de la política del Tercer Período23 se unieron a la Oposición de Izquierda.
En mayo de 1931, varios de los dirigentes fueron detenidos por las autoridades militares de Shangai. Algún traidor los había entregado. Pen Pi Lan, Peng Shu Tsé y su pequeña hija escaparon por pocas horas, teniendo que abandonar su hogar y todas sus pertenencias para salvar la vida.
Los derechos de las mujeres bajo la dictadura del Kuomitang
Apenas despuntó la segunda Revolución China, en el campo el movimiento por la emancipación de las mujeres fue una chispa que encendió una llama muy poderosa. Cuando el PCCh estableció las asociaciones de campesinos, la cuestión de la mujer surgió a flor de piel. Algunas mujeres fueron a las asociaciones campesinas y acusaron a sus esposos de oprimirlas. Otras hicieron las mismas acusaciones a sus suegras. En algunas aldeas las asociaciones de mujeres fueron organizadas para ayudar a reajustar las relaciones familiares. En los primeros tiempos numerosos divorcios surgieron en el campo, iniciados por las mujeres.
En 1927 el PCCh contaba con sesenta mil miembros aproximadamente. Comparado con la población total de China era muy pequeño, pero sus militantes eran respetados líderes de todas las organizaciones de masas, los sindicatos, las organizaciones estudiantiles, las asociaciones campesinas y las organizaciones de mujeres. Ante la segunda Revolución China tenían la posibilidad de jugar un rol dirigente y la responsabilidad de brindar a la clase obrera un programa que resolviera los grandes problemas nacionales y le permitiera acaudillar a los sectores oprimidos de la sociedad. El PCCh se convirtió en la dirección del movimiento de mujeres al igual que del resto de los movimientos que luchaban contra el imperialismo y las tradiciones feudales.
La política oportunista impuesta por Stalin tuvo durísimas consecuencias para la segunda Revolución China y en tanto parte de ese ascenso revolucionario el movimiento de mujeres fue aplastado. No obstante, las mujeres conquistaron algunos de los derechos por los que tanto habían luchado. El gobierno de Chiang Kai Shenk fue forzado a otorgar a las mujeres el derecho a la propiedad, a votar y la libertad para casarse y divorciarse. ¿Esto convertía en progresiva a la burguesía china y a su partido? No. Ayer habían asesinado a sangre fría a miles de hombres y mujeres que luchaban por la revolución. No se trataba más que de cerrar un frente de batalla. Por supuesto que esta igualdad legal estuvo lejos de ser aplicada. Se trataba de concesiones jurídicas meramente formales. Millones de campesinas vivían aún oprimidas por las tradiciones. La sección “Ley de Familia” en el Código civil del Kuomitang sostenía el principio de la igualdad de los sexos y su conclusión era que el matrimonio y el divorcio debían ser por mutuo consentimiento; sin embargo, esta ley existía solamente en los papeles, porque un cambio de estas características no podía hacerse efectivo a menos que estuviera acompañado por una lucha genuina contra las tradiciones feudales, cuestión que el Kuomitang era incapaz de hacer ya que tenía como aliados a algunos señores de la guerra.
El PCCh, al apostar todas las fichas por una clase heterogénea como el campesinado y sin hacer ningún balance serio del costo político de su subordinación al Kuomitang, adelantó la disolución de una estrategia obrera revolucionaria. El campesinado tenía planteada la lucha por el poder político, que en ese momento pertenecía a una alianza de clases reaccionaria entre los señores de la guerra y el Kuomitang.
Las mujeres entre la guerra civil y la guerra nacional
Una importante parte del PCCh comenzó a poner en cuestión la utilidad de su estrategia de la insurrección urbana basada en el modelo de los soviets y centró su atención en el campesinado y en las mujeres campesinas. La derrota de la lucha de los trabajadores de Shangai, las masacres perpetradas por el Kuomitang en Nanking, Cantón y en otros lugares, la derrota de los levantamientos en Nanchang, el levantamiento de la cosecha de otoño, etc. –todos tuvieron lugar en 1927– llevaron a Mao Tse Tung, Chu Teh y otros a reunirse en las Montañas Chingkang para establecer áreas de base cubriendo las provincias de Hunan, Kiangsi y Fukien en el sudeste central de China.
La principal tarea del partido y del Ejército Rojo en las “bases rojas” fue combatir la dirección del Kuomitang de las campañas de “rodeo y supresión”, y durante todo el período del soviet de Kiangsi (1929-34), las mujeres en las bases rojas estuvieron en la retaguardia apoyando la guerra. Aunque en general no hubo participación directa de ellas en el combate, existieron algunas excepciones. Kang Ke-ching se unió al Ejército Rojo en el oeste de Kiangsi en 1928 y más tarde se casó con Chu The. Hubo alrededor de cien mujeres jóvenes que fueron a Kiangsi con el Ejército Rojo. Una unidad de combate regular de mujeres estuvo también activa en Szechuan, y más tarde se unió al ejército de Chang Kuo-Tao en la “Larga Marcha”.
La secretaría de la mujer del PCCh, que había abogado por los derechos de las mujeres en el plano teórico por un largo tiempo, estaba ahora en condiciones de implementar una política concreta después de que el partido y el Ejército Rojo ganaran las áreas de base en las montañas Chingkang. Sin embargo, por regla general, negaron a las mujeres los puestos de vanguardia en los combates contra el Kuomitang y los señores de la guerra, restringiéndolas a cuidar a los niños, a atender a los heridos, a cocinar y a fregar.
En 1931 Japón invadió Manchuria, donde desmanteló prácticamente toda la industria, y al año siguiente Shangai. Se desarrolló un nuevo movimiento antiimperialista como respuesta a la opresión imperial japonesa, que cuestionó duramente al Kuomitang por su política de no resistencia. Chiang Kai Shenk inmortalizó su política con estas palabras: “Los japoneses son una enfermedad de la piel, los comunistas del corazón”. Entre 1930 y 1933 Chiang Kai Shenk organizó cuatro expediciones contra las bases rojas, que fueron resistidas por los comunistas amparados por los campesinos y las montañas. Para 1934, el Kuomitang reunió quinientos mil hombres apoyados por quinientos aviones para destruir al PCCh, mientras no hacía absolutamente nada para combatir la invasión japonesa.
En este período la Liga Comunista China, de la cual Pen Pi Lan fue una de sus fundadoras, por primera vez publicó un semanario denominado La marea creciente, donde llamaban al armamento de las masas contra el imperialismo. Lograron conquistar una gran influencia entre los estudiantes y la clase obrera.
Un movimiento antiimperialista contra el ocupante japonés se desarrollaba en las ciudades y abría la posibilidad de que el Ejército Rojo pudiera huir del cerco nacionalista. El gobierno del Kuomitang estaba muy desprestigiado por su política pasiva y dócil ante la ocupación japonesa. A pesar de estas circunstancias, el PCCh dará un nuevo giro: levantó la unidad política con la burguesía nacionalista proponiéndole la conformación de un Frente Unico Antijaponés, abandonando la lucha por la reforma agraria ya que ésta atacaba los intereses directos de los generales del Kuomitang entre los que se encontraban grandes terratenientes.
El PCCh organizó la retirada a otra base de operaciones: es lo que se conoce como la Larga Marcha, que llevó al Ejército Rojo de Kiangsi, integrado por más de cien mil almas, al Noroeste luego de recorrer diez mil kilómetros a pie. Sólo llegaron nueve mil personas al cabo de un año. En enero de 1935 el PCCh eligió como secretario general a Mao Tse Tung. Para éste, la “contradicción principal” era el imperialismo japonés, mientras que la “contradicción” con la burguesía nacional e incluso con las antiguas clases feudales, eran secundarias.24
Mientras tanto el PCCh expulsó también a muchos militantes que querían la unificación de todos los comunistas en dicha organización. Una vez, alrededor de veinte militantes, privados de recursos financieros del PCCh, se reunieron en un hotel muy humilde y fueron todos arrestados y fusilados. Hechos como estos ocurrían a diario. El PCCh atravesaba una crisis muy profunda y muchos militantes renunciaron, y se abrieron a escuchar las ideas del trotskismo. Cientos de militantes obreros, carteros, trabajadores de la central eléctrica y trabajadoras y trabajadores textiles se unieron a la Liga Comunista China de Pen Pi Lan.
Fue así que esta joven organización conquistó una importante influencia entre la clase obrera de Shangai, así como en Pekín, Wuhan, Nankin, Kwantung y Hong Kong. Bajo terribles condiciones, en la ilegalidad, Pen Pi Lan y sus compañeros editaron una revista llamada La fuerza motriz y tradujeron numerosas obras de Marx y Lenin y algunos escritos de Trotsky al chino. La experiencia les había enseñado a estos jóvenes revolucionarios que para luchar por el fin de la explotación del hombre por el hombre era imprescindible tener una profunda formación marxista revolucionaria. Para los revolucionarios de todo el mundo y en particular para los chinos, la tarea del momento era reagrupar fuerzas y analizar las lecciones de la derrota, para que esa experiencia sirviera a las nuevas generaciones en la lucha por el socialismo.
En 1932, la Liga Comunista China sufrió un nuevo embate de la contrarrevolución: diez dirigentes fueron arrestados, entre ellos Peng y Chen. A los pocos días, los principales militantes que habían roto recientemente con el PCCh fueron arrestados, y como consecuencia de eso la mayoría de los grupos obreros destruidos. Algunos de los intelectuales que escaparon al arresto se desmoralizaron y abandonaron la lucha revolucionaria.
Bajo el terror blanco, las mujeres revolucionarias, especialmente las que eran reconocidas públicamente como comunistas, no podían actuar legalmente. Ya antes del arresto de Peng, Pen Pi Lan, su compañero y sus dos hijos pasaban grandes penurias económicas: apenas tenían para comer y casi nunca tenían dinero para pagar el tranvía y entonces hacían todos los viajes a pie. Luego del arresto de Peng, que habría de durar cinco largos años, la situación empeoró. Pen Pi Lan debió enfrentar el aislamiento político. Al mismo tiempo, no quería dejar morir de hambre a sus hijos, ni renunciar a la militancia revolucionaria, por lo que debía ser sumamente cuidadosa al aceptar la ayuda que le ofrecían. Los stalinistas para ganar su apoyo hasta le consiguieron trabajo. Pero tan pronto como Pen Pi Lan les explicó que ella no iba a renunciar a sus convicciones, la dejaron de lado.
Bajo esas condiciones, Pen Pi Lan se abocó a un estudio serio y sistemático de la cuestión de la mujer. Entre 1933 y 1937 escribió una serie de artículos sobre el tema, como “Una investigación histórica sobre el status de la mujer en la sociedad”, “El sistema familiar y la liberación de la mujer” y “Una crítica del sistema familiar” bajo el seudónimo Chen Pi-ung. Estos artículos fueron publicados en La Revista de Oriente.
El 13 de agosto de 1937, Peng y Chen fueron liberados. Peng regresó a Shangai donde organizaron inmediatamente una conferencia de todos los militantes que quedaban, incluyendo a los que recién habían salido de la cárcel. Resolvieron apoyar la lucha armada llevada adelante por el Kuomitang contra el imperialismo japonés y realizar críticas públicas a las orientaciones reaccionarias del gobierno. Comenzaron a publicar el periódico clandestino La lucha. La Liga se extendió rápidamente a distintas ciudades.
El PCCh hizo circular el rumor de que Chen y Peng habían aceptado fondos del imperialismo japonés para realizar una campaña de desprestigio contra el gobierno del Kuomitang que les resultaba favorable. Las prácticas inauguradas por Stalin para destruir a sus opositores comenzaban a ser imitadas por los burócratas. Estos querían montar una provocación para que un agente del Kuomitang asesinara a Peng o suministrar una cobertura que les permitiera hacerlo a ellos mismos.
Lentamente, los trotskistas volvieron a tener influencia. Publicaron una revista denominada Hacia delante, que criticaba la pasividad del Kuomitang y la firma de Stalin del pacto germano-soviético25. Con la ayuda financiera de varios simpatizantes lograron publicar algunos libros de Trotsky: La historia de la revolución rusa, La revolución traicionada y Los procesos de Moscú y tres folletos de Peng La guerra contra el imperialismo japonés, Las lecciones de la derrota de la revolución española y La derrota de la revolución austríaca.
En 1941, luego del ataque a Pearl Harbour, en EE.UU., las tropas japonesas ocuparon Shangai. Las comunicaciones entre la dirección central de la Liga Comunista China y las regionales se cortaron, y numerosos militantes fueron encarcelados. La mayoría se vieron obligados a dejar la ciudad por la represión impuesta por la ocupación japonesa. En este período Peng Shu Tsé consiguió un puesto de docente universitario utilizando un seudónimo. Así él y Pen Pi Lan invitaban a su casa a varios estudiantes de izquierda, incluso algunos influenciados por el stalinismo, quienes con el tiempo formaron el núcleo de militantes trotskistas que actuaría durante la posguerra.
Japón se rindió ante los países aliados. Mao Tse Tung dominaba grandes zonas del norte de China que agrupaban alrededor de cien millones de personas.
El gobierno de Chiang Kai Shenk enfrentó la presión de las masas populares y tuvo que dar algunas concesiones democráticas. Fue así que los trotskistas pudieron volver a publicar un periódico sin censura. Para 1946 editaron dos revistas mensuales. Una revista de teoría política dirigida por Peng, En la búsqueda de la verdad, y otra destinada a las mujeres y a la juventud dirigida por Pen Pi Lan, Juventud y mujeres, que al tiempo se convirtió en el órgano oficial del movimiento trotskista. Ambas publicaciones tuvieron difusión nacional. Avanzaron en la organización de trabajadoras, trabajadores y estudiantes en Shangai, Cantón, Hong Kong. En 1948 se realizó el IIIº Congreso Nacional de la Liga Comunista China y cambiaron su nombre a Partido Comunista Revolucionario Chino.
El Kuomitang, confiado porque Mao no planteaba la reforma agraria en las zonas dominadas por el ejército de Chiang y, más aún, reconocía al gobierno de Chiang como legítimo gobierno de China bajo los auspicios del general norteamericano Marshall, dispuso un ataque al PCCh en su propio territorio. Esto obligó a Mao a promover la reforma agraria en todo el territorio chino, desatando un torrente de energía revolucionaria de decenas de millones de campesinos que, aún antes que llegaran los ejércitos de Mao a cada zona, repartían la tierra y quemaban en las aldeas los libros de contabilidad de los usureros. Desde el verano de 1946 al 1º de octubre del 1949, cuando el Ejército Rojo entra a Pekín, la guerra civil se transformó en un “paseo” donde el campesinado pobre y sin tierra se insurreccionaba no sólo contra los terratenientes y usureros sino incluso contra los campesinos ricos, y tornaba inevitable el avance hacia las ciudades del ejército de Mao.
La tercera Revolución China
En 1949 se extiende una revuelta generalizada de campesinos pobres o directamente sin tierra, bajo la dirección del PCCh organizado como ejército guerrillero. Su principal dirigente fue Mao Tse Tung quien postulaba que “Nosotros entendemos que la meta de esta revolución no es acabar con la burguesía en general, sino acabar con la opresión nacional y feudal; que las medidas tomadas en esta revolución no vienen a abolir, sino a proteger la propiedad privada, y que como resultado de esta revolución, la clase trabajadora podrá constituir la fuerza que conducirá a China al socialismo, mientras que el capitalismo pasa ahora a crecer durante un tiempo bastante largo. ‘Tierra para los pequeños propietarios’ significa la transferencia de la tierra de las explotaciones feudales a los campesinos, transformando la propiedad privada de los señores feudales en propiedad privada de los campesinos, emancipados de las relaciones feudales agrarias, permitiendo así la transformación de un país agrícola en uno industrial”.26
El nuevo gobierno de la República Popular China legaliza la reforma agraria que habían realizado los campesinos pobres. No obstante, por varios años se niega a terminar de expropiar a la burguesía nacional. Fue la nueva guerra de Corea lanzada por Estados Unidos (1950-1953) en la cual China interviene con un millón de combatientes para asegurar su autodefensa, la que empujó a la dirección maoísta a expropiar finalmente lo que quedaba de la burguesía nacional, que se había pasado abiertamente al campo del imperialismo.
El exilio a Europa
El Partido Comunista Revolucionario Chino, recién nacido, tuvo que realizar un congreso de emergencia para resolver cómo defenderse de los eventuales ataques del stalinismo en el poder, ya que tenían muy presentes el tratamiento dado por Stalin a los trotskistas en la Unión Soviética. Resolvieron transferir el secretariado político a Hong Kong e instalar un comité provisorio en Shangai. Por otro lado, decidieron que todos los militantes del partido y de la juventud tenían que intentar integrarse al PCCh, la Liga de las juventudes Comunistas y las distintas organizaciones obreras y campesinas de masas para poder apoyar y desarrollar las medidas progresivas que adoptara el PCCh. Al poco tiempo, ya algunos dirigentes fueron encarcelados por el régimen maoísta. Pen Pi Lan y Peng Shu Tsé, como parte del Secretariado nacional, y su familia ya estaban rumbo a Hong Kong.
Apenas llegaron a esa ciudad retomaron la edición del periódico nacional y publicaron el libro La tragedia de la revolución china de Harold Isaacs. Pen Pi Lan colaboró también con la formación de los militantes de Hong Kong. Pero ya estaban bajo una insistente vigilancia de las autoridades británicas. Numerosos militantes habían sido deportados y detenidos. Los trotskistas eran muy conocidos por haber dirigido varias huelgas importantes. La policía descubrió la imprenta clandestina y al poco tiempo lograron arrestar a varios militantes. Llegaron a requisar el domicilio de Pen Pi Lan y Peng Shu Tsé, pero ellos lograron escapar. Por el incremento de las persecuciones, resolvieron trasladar el Secretariado político a Vietnam. A los pocos meses, luego de la desaparición de varios dirigentes trotskistas vietnamitas, Pen Pi Lan, Peng Shu Tsé y sus hijos debieron elegir entre una muerte segura y el exilio. Se decidieron por el exilio y con la ayuda de los camaradas de Hong Kong y de otros lugares llegaron a Francia.
Ya instalados allí, ambos dedicaron toda su energía al desarrollo de la Cuarta Internacional, siendo los principales dirigentes en el exilio de la sección china. Su aporte al movimiento trotskista ha significado una continuidad visible de quienes vivieron para sacar conclusiones de los procesos revolucionarios que moldearon al marxismo. En 1975 se trasladaron a Estados Unidos, donde pasaron sus últimos años, entre apasionantes discusiones y elaboraciones políticas y teóricas sobre la situación mundial, China y sus propias experiencias. En 1987, luego de una vida tan sacrificada como plena, con toda su energía dedicada a la revolución socialista, Pen Pi Lan murió sin haber visto el triunfo de las ideas por las que luchó.
¿Murieron los ideales del marxismo revolucionario en China luego de su partida? La respuesta es no. Pierre Broué, en su libro La historia del partido bolchevique nos cuenta que “el movimiento estudiantil se manifiesta en China con una serie de tumultuosas asambleas y una gran proliferación de periódicos convertidos en verdaderas tribunas de discusión; su portavoz típico puede muy bien ser una joven de veintiún años, Lin Hsi-ling, combatiente desde los dieciséis del ejército popular y estudiante de la Universidad del Pueblo, cantera de los cuadros comunistas chinos. El 23 de mayo de 1957, esta muchacha declara en un mitin de estudiantes en Pekín: ‘El verdadero socialismo es muy democrático. Sin embargo, el socialismo que tenemos aquí no es democrático. En mi opinión se trata de un socialismo construido sobre las bases del feudalismo.’ ‘Ni la Unión Soviética ni la China son países verdaderamente socialistas.’ El partido sólo comprende a una ‘minoría de verdaderos bolcheviques’. Los rasgos burocráticos que aparecen en la sociedad china son la expresión de un sistema que genera los tres ‘males’ denunciados por el partido: ‘El burocratismo, el subjetivismo y el sectarismo’. La base del sistema se encuentra en el retraso económico de Rusia y China y en la teoría cuya validez refuta basándose en una cita de Engels del ‘socialismo en un solo país’. Como Lasota y Pro Prostu, Lin Hsi-ling también rechaza en su intervención la ‘burocracia liberal’: ‘Debemos considerar insuficiente tanto el movimiento de rectificación del partido como las medidas reformistas y las pocas concesiones hechas al pueblo (...) Debemos intentar construir el verdadero socialismo. Yo propongo que se tomen medidas radicales para transformar de forma revolucionaria el sistema social existente en la actualidad. Yo no apruebo el reformismo. Lo que necesitamos ahora es un cambio radical una transformación total.’ Para ello, para ‘resolver los problemas y vencer las dificultades de forma efectiva’, ‘sólo hay un medio: movilizar y levantar a las masas’“. A pesar de la represión del régimen de Mao, de la censura de toda voz disidente, de la prohibición de literatura del trotskismo, la voz del marxismo revolucionario como guía para la acción transformadora de la sociedad tomaba cuerpo en la voz de esa joven china.
La pregunta que surge al recorrer los senderos sinuosos de la vida de Pen Pi Lan es ¿qué la mantuvo tan firme en sus convicciones si vio solamente derrotas? Una comprensión profunda de la potencialidad revolucionaria de la clase obrera para terminar con el sanguinario sistema capitalista. Y al mismo tiempo, un programa para la emancipación de la clase obrera: la síntesis de un siglo de lucha de clases y la necesidad de forjar una partido revolucionario internacional que encarne ese programa en hombres y mujeres dispuestos a todo para hacerlo realidad. Fueron esas ideas revolucionarias las que llevaron a Pen Pi Lan a romper con todos los mandatos tradicionales de la oscurantista sociedad china y adoptar el camino de la revolución.
Al igual que a inicios del siglo XX, hoy China está siendo disputada por los grandes capitales internacionales, a través de inversiones extranjeras directas. Con la restauración de las relaciones capitalistas, iniciada por la burocracia en el poder, este país se está convirtiendo en una gran maquila femenina a escala mundial. Millares de jóvenes campesinas, llegadas a las ciudades, trabajan en las gigantescas líneas de producción en las plantas de la empresa Pou Chen. Producen en serie cien millones de pares de calzado por año para Nike, Adidas, Caterpillar, Timberland, Hush Puppies, Reebok, Puma y otras grandes marcas. Su pago apenas alcanza los cien dólares mensuales, trabajando casi setenta horas semanales. Estas jóvenes duermen en las mismas empresas, debiendo obedecer los toques de queda que impone la patronal.27 De vez en cuando estallan los conflictos laborales. El incremento de la explotación de la clase obrera china y la degradación de su nivel de vida no son gratuitos: la resistencia toma forma de huelgas y enfrentamientos con la policía. Tal vez, en ese lejano país, hoy se estén forjando las futuras obreras revolucionarias que seguirán las huellas de Pen Pi Lan, escribiendo nuevas páginas en el libro de la historia de la clase obrera de Oriente.
1 “Women in the Chinese Revolution”, entrevista realizada por Caroline Lund a Pen Pi Lan.
2 Li Yu (937-980), segundo rey de la dinastía Tang, que gobernó gran parte del territorio que hoy conforma China.
3 La rebelión de Taiping (1850-1864) fue un movimiento campesino, dirigido por Hung Xiu-chuan (un chino convertido al cristianismo), que se alzó contra el poder central del imperio. Llegó a controlar una gran porción del territorio chino por diez años. Reivindicaba la propiedad colectiva de la tierra. Los ejércitos participaban en la producción. Hung Xiu-chuan intentó proclamarse emperador hereditario. El movimiento fue engañado por jefes militares al servicio de la dinastía Manchú.
4 La rebelión de los Boxers (1896-1900) surgió ante la degradación política y económica del país, junto a una situación de sequía y la transferencia de la “concesión” alemana en Shantung. Los Boxers, una sociedad secreta que practicaba el box sagrado, iniciaron una insurrección que recibirá apoyo semi-oficial y llegará en 1900 a Tientsin y Pekín. Atacaron las misiones religiosas extranjeras, a los chinos conversos y cercaron las delegaciones extranjeras. La respuesta de los imperialismos occidentales fue la intervención militar directa. El emperador les negó armas a los Boxers y así fueron masacrados por las potencias europeas. En palabras de Peng Shu Tsé, el movimiento boxer “fue un movimiento antiimperialista de liberación nacional lanzado por las masas campesinas por la presión extrema de los distintos imperialismos”.
5 El Movimiento 4 de Mayo surgió el 4 de mayo de 1919 a partir de importantes manifestaciones estudiantiles. Los trabajadores decidieron un boicot a los productos japoneses, originando un gran movimiento contestario cultural que cuestionaba las jerarquías, la sumisión de las mujeres, el sistema educacional, la escritura, etc. Las manifestaciones fueron controladas a partir de agosto, pero el movimiento siguió desarrollándose.
6 Sun Yat-sen (1868-1925): Fundador del movimiento nacionalista chino. En 1894 creó la Asociación para la Resurrección de China, que se convierte en la “Liga de la Unión” y posteriormente en el Kuomitang (1912). Presidente de la República China después de la Primera Revolución, hasta que el futuro dictador Yuan Shi Kai lo obliga a retirarse y marchar al destierro. En 1921 ocupó la presidencia del gobierno de Cantón.
7 Mandarín: funcionario civil o militar de la China imperial.
8 Cuando una mujer enviudaba no podía volver a casarse, en cambio si un hombre enviudaba sí podía hacerlo. Otra práctica funesta para las mujeres era que los hombres si no estaban conformes con la esposa que su familia había comprado, podía tomar otras esposas o concubinas, mientras si las mujeres no estaban conformes con sus esposos, debían resignarse ya que no podían hacer nada al respecto sin enfrentarse con la sociedad.
9 Tras los fracasados intentos por restaurar el imperio, China entró en una fase de fragmentación, en la que el gobierno nominal de la República en Pekín, apenas controlaba una pequeña zona. Los “señores de la guerra” eran jefes militares que ejercían el poder en distintas partes de China, tenían el poder efectivo y controlaban la administración y la recaudación de impuestos en las zonas bajo su control.
10 Las sufragistas basaban su reivindicación del derecho al voto para las mujeres en el concepto de igualdad inspiradas en los ideales revolucionarios de la clase burguesa. Este movimiento se desarrolló en Europa y Estados Unidos centralmente entre la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX.
11 Chen Tu-hsiu (1879-1942): Fue un gran maestro e inspirador del movimiento 4 de mayo de 1919 y fue uno de los fundadores de la Oposición de Izquierda China Unida.
12 Mao Tsé Tung (1893-1966): su inicio en la vida política fue a través de su participación en el Kuomitang. Posteriormente ingresa en el Partido Comunista Chino y fue uno de sus principales dirigentes. Fue el creador de la teoría del “bloque de las cuatro clases”: la unión de la clase obrera, el campesinado, la burguesía y la pequeñoburguesía urbana para llevar a China a un régimen democrático burgués.
13 Kuomitang: partido burgués chino fundado por Sun Yat-sen en 1912.
14 Tercera Internacional.
15 Joseph Stalin (1879-1953): miembro del Partido Bolchevique desde 1903 y miembro de su Comité Central desde 1912. Fue nombrado Secretario General del Comité Central del Partido Comunista ruso en 1922. Artífice de la degeneración burocrática del PC ruso y de la Comitern. Fue el creador de la teoría antileninista del “socialismo en un solo país”. Organizó los juicios de Moscú en la década de 1930, liquidando a la mayoría de los líderes bolcheviques. Disolvió la Comitern como gesto político hacia los aliados imperialistas en 1943.
16 Nikolai Bujarin (1888-1938): antiguo dirigente y economista bolchevique. Miembro del Comité Central desde 1917. Después de 1923 se convirtió en portavoz de la teoría del desarrollo gradual de la Nueva Política Económica hacia el socialismo, transformándose en el defensor de los kulaks (campesinos ricos). En 1928 se convirtió en el dirigente del ala derecha. En 1929 fue excluido del Buró Político del Comité Central y en 1937 expulsado del partido. En 1938 fue condenado en el Segundo Juicio de Moscú y fusilado.
17 Este atraso se expresaba en rasgos fuertemente feudales en el campo en particular y en las relaciones sociales en general, junto con un desarrollo industrial restringido a unas pocas ciudades, la fragmentación del territorio dominado por los señores de la guerra y la extrema dependencia económica de las potencias imperialistas
18 Peng Shu Tsé (1895-1983): dirigente del Partido Comunista Chino, uno de los fundadores de la Oposición de Izquierda en China y luego dirigente de la Cuarta Internacional.
19 Este artículo de Mao Tse Tung fue publicado en el periódico El guía el 11 de julio de 1923.
20 “Women in the Chinese Revolution”, entrevista realizada por Caroline Lund a Pen Pi Lan.
21 Ver Mika Etchebéhère, en este mismo capítulo.
22 Mis años transcurridos con Peng Shu Tse, de Pen Pi Lan.
23 La política del Tercer Período de la Comitern consistió en proclamar y preparar la toma inmediata del poder en momentos en que los trabajadores seguían sufriendo las consecuencias de la derrota de la segunda Revolución China.
24 El maoísmo propone una teoría etapista en la cual la tarea correcta de enfrentar al imperialismo extranjero va de la mano de una política conciliadora de no luchar por la reforma agraria u otras tareas que cuestionen a los “aliados” de la burguesía nacional.
25 El Pacto germano-soviético fue pacto de no agresión acordado entre Alemania y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que contenía además un protocolo secreto adicional, firmado en Moscú por el ministro de Asuntos Exteriores del III Reich, Joachim von Ribbentrop, y el comisario soviético de Asuntos Exteriores, Viacheslav Molótov, en la madrugada del 23 de agosto de 1939. Además de establecer una mutua garantía de no agresión, las dos naciones se comprometían a consultarse sobre asuntos de interés común y a abstenerse de unirse a cualquier alianza entre potencias que fuera hostil a alguna de ellas. El protocolo secreto dividía la Europa del este y central en esferas de influencia alemana y rusa, establecía una cuarta partición de Polonia y permitía a Stalin mantener una política de ‘manos libres’ en Finlandia, los Países Bálticos y Besarabia. No obstante, en 1941, Hitler invadió la Unión Soviética.
26 Obras escogidas, de Mao Tsé Tung.
27 Ver “China. Mitos y realidad de la China actual”, de Juan Chingo.
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