Autoras/es: Esteban Valenti (*)
El Frente Amplio tiene por
ahora dos precandidatos para participar en la disputa electoral
interna del 1 de junio del 2014 - y transformarse en candidato a
presidente para las elecciones del 26 de octubre del año próximo.
Al diferencia de los concilios cardenalicios,
nosotros los izquierdistas uruguayos admitimos varios candidatos y en
definitiva el que elige es el pueblo frenteamplista en elecciones con
voto secreto.
Utilizo la expresión papal no por razones religiosas ni futbolísticas, sino porque se puso de moda, a muchos les surgió un sarpullido religioso. Ahora tenemos dos precandidatos. Todos sin excepción, se expresaron a favor de abrir como siempre la posibilidad de varias precandidaturas. Nada nuevo, ya sucedió varias veces desde la reforma constitucional que lo habilitó. No hay ninguna épica. Pero en este caso es diferente a los anteriores.
Ni hay épica en cuanto al aparato, porque Vázquez ya dijo que como lo hizo en anterior oportunidad no utilizará el aparato del FA para hacer campaña.
La presentación de dos o más candidaturas (recordar el 2009...) debería teóricamente favorecer la participación de los frenteamplistas en las elecciones internas y permitir el debate de ideas y de posiciones. Bienvenida.
Por ahora tenemos como precandidatos al doctor Tabaré Vázquez y a la senadora Constanza Moreira. Ni siquiera voy a hacer el recuento de los apoyos que recoge cada uno entre los partidos políticos y los diversos grupos. En el FA hay espacio para todos y hemos tratado siempre de no discriminar. La lista es larga en ese sentido.
Apoyar claramente yo lo hice desde el primer momento la presentación de los precandidatos que quieran y sean apoyados por algún grupo del FA no nos impide dar opiniones sobre el fondo del tema. No sea cosa que en el entrevero, todo sea igual o parecido y se confunda la unidad con el silencio.
Desde el grupo que lo apoya, que ni siquiera me interesa mucho cual es su peso político y electoral, pues eso se definirá el 1 de junio, y la propia senadora Moreira fundamentan su presentación en la necesidad de la renovación generacional, en el aporte de una visión diferente y de una experiencia diversa en la incorporación a la militancia. Se podría decir que la senadora Moreira, tiene una aproximación directamente a la presidencia, primero del FA y ahora de la República. Nada que objetar, se lo habrá conquistado con sus méritos.
También se propone incorporar otras sensibilidades que no están de acuerdo con la candidatura de Vázquez. En realidad este es el argumento y la razón principal casi única. Aunque ahora todo es dulzura.
Yo voy a declarar explícitamente cuales son mis prioridades en estas dos instancias electorales, las de junio y octubre del 2014. Primero quiero que siga gobernando, mejor, con cambios más profundos, más eficiencia y capacidad política y de gestión un nuevo gobierno de izquierda, del Frente Amplio. Será básico, pero es lo que quiero. Junto con esto no quiero que vuelva la derecha, o el centro derecha con una influencia determinante de la derecha de ambos partidos tradicionales. Y no quiero que los dos partidos coaligados ganen Montevideo.
No quiero que el partido blanqui-colorado gane Montevideo porque sería un retroceso político y cultural histórico y un golpe muy grave para las fuerzas progresistas a nivel nacional. Una derrota a nivel nacional sería un golpe también para las elecciones municipales.
La segunda prioridad que tengo es la de asegurarme, como la inmensa mayoría de los uruguayos un buen gobierno, serio, con rumbo, con resultados y obviamente en mi caso y en el de la mitad del país, un gobierno progresista, de izquierda, del Frente Amplio. Reitero, quiero un buen gobierno, en todos los aspectos, que afronte la nueva etapa que se debe y se puede construir a partir de los cambios que ya hemos alcanzado y que resuelva, y mejore substancialmente, el Uruguay productivo, el Uruguay social, el Uruguay seguro, el Uruguay educado, el Uruguay saludable, el Uruguay cultural, el Uruguay integrado en definitiva el Uruguay cada día más justo y democrático.
La primera y la segunda prioridades son indivisibles.
Hagamos un poco de delirio político. En junio gana las elecciones internas la senadora Constanza Moreira. ¿Es difícil? ¿Es imposible? Como de aquí en adelante se iniciará un proceso típico del FA donde todo parecerá igual, todos pondremos cara de ángeles, y nadie opinará un tubo sobre nada menos que esa posibilidad, yo no acepto esas laxitudes. En política son muy caras y son caras para la gente, la gran mayoría de la gente.
Yo no estuve de acuerdo con todas las posiciones de Vázquez, ni como presidente ni como dirigente político, ni con las de Seregni, y menos con la de Mujica. La época en que tenía un referente político, con el que estaba total y absolutamente de acuerdo político, ideológico y humanamente se me terminó hace más de 20 años. Y precisamente porque asumí esa plena condición de laicidad política, apoyo con entusiasmo la pre candidatura de Vázquez, por exclusivas razones políticas. Y voy a trabajar con todo lo que tengo para que sea el presidente de la República. Por razones políticas, porque creo que es lo mejor para la sociedad uruguaya y para la izquierda uruguaya.
¿Acaso todas las fuerzas políticas que apoyan a Vázquez, son iguales, piensan lo mismo sobre todos los temas, no han tenido y tendrán diferencias con Vázquez y entre ellas y tiene que venir alguien a expresar esas diferencias? Al menos no hagan caricaturas. Y sigo sin considerar siquiera el peso político electoral, hablo de contenidos. El Frente Liber Seregni, el MPP, el Partido Socialista, el Frente Unido y otros grupos ¿A caso pensamos lo mismo? Y esperemos a ver que decide y a quien apoya ale PCU...
Mi apoyo a la candidatura de Vázquez la voy a hacer en forma afirmativa, positiva, pero no voy a mentir ni ser un hipócrita. Si me preguntan ¿Por qué no apoyo a otra candidata? Voy a responder claro y fuerte: no me gusta juguetear con las cosas fundamentales de la política, las que tienen que ver con toda mi vida y la vida futura de los uruguayos.
Quiero tener un candidato que haya demostrado con su trayectoria y su capacidad, su condición de dirigente y de presidente y lo apoyo en su complejidad, en su densidad y en la mayoría abrumadora de los acuerdos que tengo con él y también considerando los desacuerdos. Devoción no tengo por nadie.
No voy a apoyar a otra opción porque no he comprobado en trayectorias políticas o parlamentarias, capacidades de dirección, experiencia mínima de encabezar y liderar algo tan importante como el Frente Amplio y menos al país. Y tampoco juego con esas cosas.
Si Tabaré Vázquez no hubiera aceptado ser candidato, que por otro lado parece ser el único o principal argumento para presentar otra precandidatura, porque no escuché ninguna otra razón en serio, yo tendría muchos, pero muchos otros compañeros y compañeras antes de que me pasara por el jopo la posibilidad de que Constanza Moreira fuera a representarnos a todos y fuera candidata a la presidencia y presidenta de la República.
Lo he dicho y lo reitero, es una excelente politóloga, la escuchaba con mucha atención cuando desde la academia opinaba sobre esos temas, con una mirada de un cientista social y comparaba con otras experiencias políticas nacionales. Tuve el honor de participar en varios debates televisivos y siempre aprendí de su enfoque. Ahora como dirigente o como senadora no tengo el mismo registro de sus capacidades, fuera de sus declaraciones. Y su mayor destaque es haber declarado contra las posiciones de Vázquez. Y poco más.
Es posible que el actual nivel de la política sea tal que alguien piense que debemos recurrir a los politólogos para ocupar cargos políticos. Es una visión, yo no la comparto. Tengo excelentes y muy capaces compañeros y amigos politólogos y no por ello los propongo para presidentes del Uruguay.
Me parece muy peligroso que la novedad no surja de nuevas ideas, que no las conozco, a menos que los comentarios contra las posiciones de Vázquez, sean ahora la renovación de la izquierda, y que ofrezcamos una alternativa nada menos que para ocupar el cargo de presidente de la República, cuando la abrumadora mayoría de los frenteamplistas sabemos que no es una opción seria ni sólida.
¿Es lo mismo que anteriores oportunidades, que otras elecciones internas? No.
No hablé en ningún momento en este artículo de cantidades, de votos, hablo de enfoques, de temas políticos. En todos los otros casos, las anteriores elecciones internas, la disputa fue entre dirigentes políticos, con visiones diferentes y con trayectorias que avalaban su condición de dirigentes.
Aquí estamos hablando de otra cosa y de hacernos los distraídos si por una de esas casualidades de la historia esa fuera nuestra candidata a la presidencia. ¿Alguien lo cree realmente? Y entonces ¿Por qué se lo queremos hacer creer a la gente, a los ciudadanos?
Por eso es algo de fondo que el resultado de las internas no tienen nada, absolutamente nada que ver con elegir la fórmula y en mi opinión no refuerzan de esta manera la imagen de seriedad, de alta responsabilidad que siempre ofreció la izquierda con sus candidatos y su precandidatos. No porque Moreira no sea seria, sino porque los que la promueven no tienen la menor intención de que sea la presidenta de la República.
Eso si, es una operación de algunos grupos políticos que a falta de otro mecanismo para aparecer, se encontraron en el entrevero con una coartada. Sigo estando de acuerdo en que se presenten varios candidatos y con la misma fuerza que se discuta en serio.
(*) Periodista, escritor, director de Uypress y de Bitácora. Uruguay.
Utilizo la expresión papal no por razones religiosas ni futbolísticas, sino porque se puso de moda, a muchos les surgió un sarpullido religioso. Ahora tenemos dos precandidatos. Todos sin excepción, se expresaron a favor de abrir como siempre la posibilidad de varias precandidaturas. Nada nuevo, ya sucedió varias veces desde la reforma constitucional que lo habilitó. No hay ninguna épica. Pero en este caso es diferente a los anteriores.
Ni hay épica en cuanto al aparato, porque Vázquez ya dijo que como lo hizo en anterior oportunidad no utilizará el aparato del FA para hacer campaña.
La presentación de dos o más candidaturas (recordar el 2009...) debería teóricamente favorecer la participación de los frenteamplistas en las elecciones internas y permitir el debate de ideas y de posiciones. Bienvenida.
Por ahora tenemos como precandidatos al doctor Tabaré Vázquez y a la senadora Constanza Moreira. Ni siquiera voy a hacer el recuento de los apoyos que recoge cada uno entre los partidos políticos y los diversos grupos. En el FA hay espacio para todos y hemos tratado siempre de no discriminar. La lista es larga en ese sentido.
Apoyar claramente yo lo hice desde el primer momento la presentación de los precandidatos que quieran y sean apoyados por algún grupo del FA no nos impide dar opiniones sobre el fondo del tema. No sea cosa que en el entrevero, todo sea igual o parecido y se confunda la unidad con el silencio.
Desde el grupo que lo apoya, que ni siquiera me interesa mucho cual es su peso político y electoral, pues eso se definirá el 1 de junio, y la propia senadora Moreira fundamentan su presentación en la necesidad de la renovación generacional, en el aporte de una visión diferente y de una experiencia diversa en la incorporación a la militancia. Se podría decir que la senadora Moreira, tiene una aproximación directamente a la presidencia, primero del FA y ahora de la República. Nada que objetar, se lo habrá conquistado con sus méritos.
También se propone incorporar otras sensibilidades que no están de acuerdo con la candidatura de Vázquez. En realidad este es el argumento y la razón principal casi única. Aunque ahora todo es dulzura.
Yo voy a declarar explícitamente cuales son mis prioridades en estas dos instancias electorales, las de junio y octubre del 2014. Primero quiero que siga gobernando, mejor, con cambios más profundos, más eficiencia y capacidad política y de gestión un nuevo gobierno de izquierda, del Frente Amplio. Será básico, pero es lo que quiero. Junto con esto no quiero que vuelva la derecha, o el centro derecha con una influencia determinante de la derecha de ambos partidos tradicionales. Y no quiero que los dos partidos coaligados ganen Montevideo.
No quiero que el partido blanqui-colorado gane Montevideo porque sería un retroceso político y cultural histórico y un golpe muy grave para las fuerzas progresistas a nivel nacional. Una derrota a nivel nacional sería un golpe también para las elecciones municipales.
La segunda prioridad que tengo es la de asegurarme, como la inmensa mayoría de los uruguayos un buen gobierno, serio, con rumbo, con resultados y obviamente en mi caso y en el de la mitad del país, un gobierno progresista, de izquierda, del Frente Amplio. Reitero, quiero un buen gobierno, en todos los aspectos, que afronte la nueva etapa que se debe y se puede construir a partir de los cambios que ya hemos alcanzado y que resuelva, y mejore substancialmente, el Uruguay productivo, el Uruguay social, el Uruguay seguro, el Uruguay educado, el Uruguay saludable, el Uruguay cultural, el Uruguay integrado en definitiva el Uruguay cada día más justo y democrático.
La primera y la segunda prioridades son indivisibles.
Hagamos un poco de delirio político. En junio gana las elecciones internas la senadora Constanza Moreira. ¿Es difícil? ¿Es imposible? Como de aquí en adelante se iniciará un proceso típico del FA donde todo parecerá igual, todos pondremos cara de ángeles, y nadie opinará un tubo sobre nada menos que esa posibilidad, yo no acepto esas laxitudes. En política son muy caras y son caras para la gente, la gran mayoría de la gente.
Yo no estuve de acuerdo con todas las posiciones de Vázquez, ni como presidente ni como dirigente político, ni con las de Seregni, y menos con la de Mujica. La época en que tenía un referente político, con el que estaba total y absolutamente de acuerdo político, ideológico y humanamente se me terminó hace más de 20 años. Y precisamente porque asumí esa plena condición de laicidad política, apoyo con entusiasmo la pre candidatura de Vázquez, por exclusivas razones políticas. Y voy a trabajar con todo lo que tengo para que sea el presidente de la República. Por razones políticas, porque creo que es lo mejor para la sociedad uruguaya y para la izquierda uruguaya.
¿Acaso todas las fuerzas políticas que apoyan a Vázquez, son iguales, piensan lo mismo sobre todos los temas, no han tenido y tendrán diferencias con Vázquez y entre ellas y tiene que venir alguien a expresar esas diferencias? Al menos no hagan caricaturas. Y sigo sin considerar siquiera el peso político electoral, hablo de contenidos. El Frente Liber Seregni, el MPP, el Partido Socialista, el Frente Unido y otros grupos ¿A caso pensamos lo mismo? Y esperemos a ver que decide y a quien apoya ale PCU...
Mi apoyo a la candidatura de Vázquez la voy a hacer en forma afirmativa, positiva, pero no voy a mentir ni ser un hipócrita. Si me preguntan ¿Por qué no apoyo a otra candidata? Voy a responder claro y fuerte: no me gusta juguetear con las cosas fundamentales de la política, las que tienen que ver con toda mi vida y la vida futura de los uruguayos.
Quiero tener un candidato que haya demostrado con su trayectoria y su capacidad, su condición de dirigente y de presidente y lo apoyo en su complejidad, en su densidad y en la mayoría abrumadora de los acuerdos que tengo con él y también considerando los desacuerdos. Devoción no tengo por nadie.
No voy a apoyar a otra opción porque no he comprobado en trayectorias políticas o parlamentarias, capacidades de dirección, experiencia mínima de encabezar y liderar algo tan importante como el Frente Amplio y menos al país. Y tampoco juego con esas cosas.
Si Tabaré Vázquez no hubiera aceptado ser candidato, que por otro lado parece ser el único o principal argumento para presentar otra precandidatura, porque no escuché ninguna otra razón en serio, yo tendría muchos, pero muchos otros compañeros y compañeras antes de que me pasara por el jopo la posibilidad de que Constanza Moreira fuera a representarnos a todos y fuera candidata a la presidencia y presidenta de la República.
Lo he dicho y lo reitero, es una excelente politóloga, la escuchaba con mucha atención cuando desde la academia opinaba sobre esos temas, con una mirada de un cientista social y comparaba con otras experiencias políticas nacionales. Tuve el honor de participar en varios debates televisivos y siempre aprendí de su enfoque. Ahora como dirigente o como senadora no tengo el mismo registro de sus capacidades, fuera de sus declaraciones. Y su mayor destaque es haber declarado contra las posiciones de Vázquez. Y poco más.
Es posible que el actual nivel de la política sea tal que alguien piense que debemos recurrir a los politólogos para ocupar cargos políticos. Es una visión, yo no la comparto. Tengo excelentes y muy capaces compañeros y amigos politólogos y no por ello los propongo para presidentes del Uruguay.
Me parece muy peligroso que la novedad no surja de nuevas ideas, que no las conozco, a menos que los comentarios contra las posiciones de Vázquez, sean ahora la renovación de la izquierda, y que ofrezcamos una alternativa nada menos que para ocupar el cargo de presidente de la República, cuando la abrumadora mayoría de los frenteamplistas sabemos que no es una opción seria ni sólida.
¿Es lo mismo que anteriores oportunidades, que otras elecciones internas? No.
No hablé en ningún momento en este artículo de cantidades, de votos, hablo de enfoques, de temas políticos. En todos los otros casos, las anteriores elecciones internas, la disputa fue entre dirigentes políticos, con visiones diferentes y con trayectorias que avalaban su condición de dirigentes.
Aquí estamos hablando de otra cosa y de hacernos los distraídos si por una de esas casualidades de la historia esa fuera nuestra candidata a la presidencia. ¿Alguien lo cree realmente? Y entonces ¿Por qué se lo queremos hacer creer a la gente, a los ciudadanos?
Por eso es algo de fondo que el resultado de las internas no tienen nada, absolutamente nada que ver con elegir la fórmula y en mi opinión no refuerzan de esta manera la imagen de seriedad, de alta responsabilidad que siempre ofreció la izquierda con sus candidatos y su precandidatos. No porque Moreira no sea seria, sino porque los que la promueven no tienen la menor intención de que sea la presidenta de la República.
Eso si, es una operación de algunos grupos políticos que a falta de otro mecanismo para aparecer, se encontraron en el entrevero con una coartada. Sigo estando de acuerdo en que se presenten varios candidatos y con la misma fuerza que se discuta en serio.
(*) Periodista, escritor, director de Uypress y de Bitácora. Uruguay.
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