Autoras/es: Ana María Salazar
(Fecha original del artículo: Septiembre 2013)
Si partimos preguntándonos ¿Cuándo el aprender es un problema?, podríamos comenzar pensando que el “problema de aprendizaje”, aparece como un lente de aumento,
que dimensiona y nos muestra para entender, tanto los aprendizajes
alcanzados por ese sujeto, como también, el desarrollo de su
inteligencia y devenires históricos vividos.
Cuando se constituye un problema de aprendizaje, la modalidad de aprendizaje es lo que se vé alterada. Será entonces como en la tarea pedagógica los síntomas nos "dirán" qué sentido reciben a partir de la red de relaciones simbólicas e históricas que lo han tramado.
Veamos esta situación:
Llama por teléfono la madre de Lucas (12 años, ingresante en el 1º años de CBU –secundario) para concertar una primera entrevista psicopedagógica.
Mamá: nos preocupa Lucas, hace días que está mal, ausente, no duerme. Una profesora le preguntó que le estaba pasando y él le respondió:” Es como si no fuera de acá, es como si estuviera en otro lugar”.Tal vez le está llevando mas tiempo adaptarse al secundario...es algo nuevo para él. Ya consultamos al Neurólogo, y oculista por si había algún problema, pero nada .Nos queda hablar con usted.
Psp.:le propongo que concertemos un encuentro y combinar también un horario para Lucas.
....(SILENCIO)....
Psp.: En qué se ha quedado pensando?
Mamá: Yo?! (molesta) en nada!... (titubea).En realidad Él es adoptado...y nunca se lo dijimos...en eso me había quedado pensando...Ud. lo descubrió!! Es una historia muy larga, no sé porque nunca se lo dijimos”
Si sostenemos que la capacidad de pensar y aprender son condiciones innatas del ser humano, lo que nos desafía entonces frente a “los problemas” que allí surgen, es dirigir la intervención psicopedagógica hacia la posibilidad de abrir espacios y posibilitar la circulación de las capacidades y deseos de aprender en este niño o joven con el que interactuamos. En la situación de Lucas, el ausentismo y desinterés puesto en lo escolar, está hablando sin palabras, pero sintomáticamente expresado en ese sentimiento de “desconcentración” al sentirse “ajeno” en esta historia que vive hoy .Una interpelación sin respuestas, sin palabras que circulen con la verdad, su verdadero origen. El inicio de una nueva etapa en su escolaridad (en nivel medio), remite a un origen, que abre puertas a conocer y saber sobre nuevas cosas (contenidos, pautas de convivencias escolar, profesores, compañeros).” Le está llevando tiempo adaptarse” (dice la mamá).Pero ¿cómo hacerlo sin conocer de qué se trata (sus orígenes), cómo resignificar esta nueva etapa, sin encontrar aún el sentido que lo instaura como sujeto cognoscente de “su” propia historia?
A partir de lo antes dicho, podemos analizar cómo en el problema de aprendizaje remite a una dificultad en la articulación inteligencia-deseo, y lo que se vé perturbado en este "sujeto que no aprende" es su capacidad de comunicar los afectos e ideas, donde los recursos comunicacionales están disfrazados.Es desde esta postura, que podemos pensar al "problema en el aprender" como un enigma a descifrar, que no debe ser callado sino escuchado en todas sus manifestaciones.La postura clínica,en psicopedagogía, representa entonces, trabajar con un Sujeto único, singular, en trama-do y no con el sujeto epistémico o el sujeto deseante tomados aisladamente o en intentos de integración.
Cuando se constituye un problema de aprendizaje, la modalidad de aprendizaje es lo que se vé alterada. Será entonces como en la tarea pedagógica los síntomas nos "dirán" qué sentido reciben a partir de la red de relaciones simbólicas e históricas que lo han tramado.
Veamos esta situación:
Llama por teléfono la madre de Lucas (12 años, ingresante en el 1º años de CBU –secundario) para concertar una primera entrevista psicopedagógica.
Mamá: nos preocupa Lucas, hace días que está mal, ausente, no duerme. Una profesora le preguntó que le estaba pasando y él le respondió:” Es como si no fuera de acá, es como si estuviera en otro lugar”.Tal vez le está llevando mas tiempo adaptarse al secundario...es algo nuevo para él. Ya consultamos al Neurólogo, y oculista por si había algún problema, pero nada .Nos queda hablar con usted.
Psp.:le propongo que concertemos un encuentro y combinar también un horario para Lucas.
....(SILENCIO)....
Psp.: En qué se ha quedado pensando?
Mamá: Yo?! (molesta) en nada!... (titubea).En realidad Él es adoptado...y nunca se lo dijimos...en eso me había quedado pensando...Ud. lo descubrió!! Es una historia muy larga, no sé porque nunca se lo dijimos”
Si sostenemos que la capacidad de pensar y aprender son condiciones innatas del ser humano, lo que nos desafía entonces frente a “los problemas” que allí surgen, es dirigir la intervención psicopedagógica hacia la posibilidad de abrir espacios y posibilitar la circulación de las capacidades y deseos de aprender en este niño o joven con el que interactuamos. En la situación de Lucas, el ausentismo y desinterés puesto en lo escolar, está hablando sin palabras, pero sintomáticamente expresado en ese sentimiento de “desconcentración” al sentirse “ajeno” en esta historia que vive hoy .Una interpelación sin respuestas, sin palabras que circulen con la verdad, su verdadero origen. El inicio de una nueva etapa en su escolaridad (en nivel medio), remite a un origen, que abre puertas a conocer y saber sobre nuevas cosas (contenidos, pautas de convivencias escolar, profesores, compañeros).” Le está llevando tiempo adaptarse” (dice la mamá).Pero ¿cómo hacerlo sin conocer de qué se trata (sus orígenes), cómo resignificar esta nueva etapa, sin encontrar aún el sentido que lo instaura como sujeto cognoscente de “su” propia historia?
A partir de lo antes dicho, podemos analizar cómo en el problema de aprendizaje remite a una dificultad en la articulación inteligencia-deseo, y lo que se vé perturbado en este "sujeto que no aprende" es su capacidad de comunicar los afectos e ideas, donde los recursos comunicacionales están disfrazados.Es desde esta postura, que podemos pensar al "problema en el aprender" como un enigma a descifrar, que no debe ser callado sino escuchado en todas sus manifestaciones.La postura clínica,en psicopedagogía, representa entonces, trabajar con un Sujeto único, singular, en trama-do y no con el sujeto epistémico o el sujeto deseante tomados aisladamente o en intentos de integración.
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