Autoras/es: Jordi Jubany*
(Fecha original del artículo: Enero 2012)
¿Cuántas horas has dedicado a aprender a lo largo de tu vida? Vamos a hacer una estimación. Calcula el número de cursos que has estudiado en la educación obligatoria y multiplícalo por las horas lectivas realizadas. Ahora súmale el número de horas invertidas en la educación postobligatoria. Probablemente no te acuerdas de la mayoría de las clases que has vivido, pero seguro que hay algunas que no olvidarás jamás, que te han impactado o gustado mucho. Y también te acordarás de docentes que te han marcado porque te ayudaron, te acompañaron o confiaron en ti, que te permitieron ampliar horizontes emocionales y cognitivos.
Pero no sólo has aprendido de estas horas lectivas. También el tiempo de comedor, de extraescolares (como música, fútbol o inglés) o de ocio te ha servido para realizar aprendizajes de utilidad. Pensándolo bien, no todas las cosas importantes de la vida las has aprendido en un centro educativo o en una institución formativa. La familia es una gran fuente de enseñanzas, la pareja, las amistades… En definitiva, todas las redes sociales en las que convives te aportan personalmente y socialmente.
Y seguro que también has aprendido de los libros. Y de la radio y de la televisión, aunque a veces fueran cosas que no hacían falta, como determinados valores consumistas y sexistas. Pero los has aprendido. Y de Internet, porque algo habrás aprendido en la Red, ¿no? Internet ya se ha convertido en un sistema “siempre abierto”. Desde cualquier sitio a cualquier hora podemos encontrar información que necesitamos y las personas que nos ayudan a interpretarla o a construir conocimiento de forma conjunta.
De cara al futuro, el acceso a Internet y su uso de forma competente aumentará nuestra potencialidad de actualización y ampliación de conocimientos, de forma personalizada y social. Muchas herramientas digitales nos permiten desarrollar estas características.Cada persona es distinta, no aprendemos lo mismo, de la misma forma, al mismo tiempo. Y que el aprendizaje sea personal no significa que éste sea individual. Podemos aprender mucho de, y sobre todo, con los otros. Internet nos posibilita que sea de forma sincrónica y asincrónica, multiplicando nuestras posibilidades de acceso a él cuando queramos o lo necesitamos, para desarrollar nuestras competencias personales y sociales.
En el libro Aprendizaje social y personalizado: conectarse para aprender se exponen los marcos de referencia que sirven para desarrollar actividades interesantes e innovadoras con la ayuda de las TIC e Internet. Se facilitan recursos, experiencias y propuestas para aprovechar todo este potencial al ritmo de cada uno. Para tomar conciencia del empoderamiento para construir nuestro PLE (Personal Learning Environment). Se dirige a los docentes y a toda persona interesada en el aprendizaje, el conocimiento, la identidad, la colaboración y las nuevas tecnologías.
* maestro y antropólogo.
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