La realidad aumentada tiene aplicaciones
en juegos y publicidad, pero también puede ser usada para propiciar
tareas colaborativas, en donde el espacio es utilizado para compartir claves comunicativas como el lenguaje no verbal,
al mismo tiempo que se interactúa con los objetos sobre los que se
discuten, lo que convierte a esta interfaz un mecanismo intuitivo y
propicio para la colaboración dado que permite el uso de los protocolos
sociales.
El diseño de entornos de aprendizaje que permita a los estudiantes manipular el tiempo, la posición, ángulos, rotación y que promueva la reflexión sobre las implicaciones de sus acciones, es la clave para generar cambios en la comprensión de un tema. Esto ha sido propuesto por diversos autores (Shelton and Hedley 2002; Shelton and Hedley 2003; Barab et al. 2000). Además, varios teóricos de la educación desde Vygotsky (1925) hasta Leave y Wenger (1991) han remarcado la importancia de la interacción social para aprender.
Es necesario experimentar para tratar de entender cómo la cognición y la acción están interrelacionadas para determinar cómo la realidad aumentada puede mejorar el aprendizaje.
*Lizeth Castillo es editora de la revista Interactive. Estudió la licenciatura de Periodismo y Medios de Información en el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México.
*Lizeth Castillo es editora de la revista Interactive. Estudió la licenciatura de Periodismo y Medios de Información en el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México.
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