Autoras/es: Juan del Sur
(Fecha original del artículo: Octubre 2011)
El insólito título, a pocos minutos del cierre de los comicios. |
Como sabemos, la expresión fue incorporada a la "cultura popular" por el arrastrado que todos conocemos, en ocasión de la clasificación del seleccionado de la AFA para el mundial de Sudáfrica. Tiene, por lo tanto, el sello de su autor: primitivismo, intolerancia, agresividad, necedad y barbarie.
Obviamente, los atributos ideales para que los de su mismo palo político la porten con jactancia. Pero, ¿qué están diciendo los que la usan? ¿Cuál es el sustrato ideológico que la ampara?
Veamos: "tenerla adentro" (siempre en el marco de referencia sexual, que es donde opera) no es nada malo, ¡todo lo contrario!, si uno o una es gustoso o gustosa. Y si no es del gusto de uno, entonces se trata de una violación.
Por ende, los que la usan como sinónimo de derrota y sinsabor del rival —por ejemplo, el arrastrado y los triunfantes ayer— se visualizan a sí mismos como violadores.
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