Autoras/es: Stella Maris Torre
En la página 5 del diario La Nación correspondiente al 28-08-08, hay dos notas relacionadas (1 y 2), por lo cual sería apropiado analizarlas en conjunto. Sin embargo, en la nota principal (1) pueden identificarse 3 temáticas que, si bien están vinculadas, considero pertinentes separarlas, al menos en una primera instancia, ya que provienen de investigaciones diferentes. Asimismo, la nota (2) refiere a uno de los temas presentados en la (1), por lo cual la englobaré con aquél a los efectos del análisis. De tal forma identifico los siguientes temas:
• Tema (A). Tendencias demográficas en Europa 2008-2060: “El desafío del envejecimiento de la población. Europa tendrá en 2015 más muertes que nacimientos” y “Una señal de alerta para el sistema de pensiones. Hay varios países en situación de riesgo” (investigación de Eurostat, Ginebra)
• Tema (B) Zonas rurales vacías (investigación del Instituto de Población y Desarrollo de Berlín, Alemania)
• Tema (C) Tendencias demográficas en Estados Unidos 2008-2060 (investigación del Centro de Estudios de Inmigración)
Antes de proceder al análisis de los citados artículos, me parece pertinente realizar algunas consideraciones previas:
• Este artículo pareciera enmarcarse en un movimiento que trasciende las fronteras europeas, particularmente en lo referido al sistema de pensiones. El fenómeno de disminución de población activa en relación a la pasiva estaría afectando también a la Argentina y en esta circunstancia se estarían amparando los discursos oficiales en un intento de fundamentar un cambio en el sistema jubilatorio de los empleados públicos de la provincia de Buenos Aires, en particular, el personal del IPS y del Banco Provincia.
• Considero que el proceso de construcción de la noticia pasa por sucesivas intermediaciones que dificultan en cierto grado el intento de análisis teórico: desde el informe de investigación a su interpretación oficial, de ésta a la interpretación periodística, y de ésta, a la interpretación del lector. En este sentido, son pertinentes las afirmaciones de Farr (1986) en el sentido de que cada vez es más determinante el papel de los medios de comunicación de masas en la creación y la difusión de informaciones, opiniones e ideas. De tal forma, según el autor, es precisamente la comunicación de masas la que, al reflejar, crear y transformar las representaciones sociales, ordena la forma y el contenido de las conversaciones. Y muchas conversaciones sin duda, habrá generado la difusión de estos informes poblacionales, principalmente entre los europeos…
• Por otra parte, resulta obligado establecer algunas precisiones conceptuales referidas tanto al concepto de sistema económico como a los indicadores sociodemográficos referidos en los artículos (ver palabras subrayadas en el artículo), por lo cuál éstas se incluyen en las notas [i] [ii].
• Dedicaré más tiempo al análisis del Tema (A) dado que es el que presenta mayor cantidad de datos. Asimismo, las conclusiones para el mismo podrían llegar a ser aplicables a los otros temas.
Pasaré a continuación a analizar los artículos
(Fecha original del artículo: Septiembre 2008)
Tema (A)
Luego de leer y releer varias veces el artículo, y de contrastarlo con otras notas periodísticas, el informe mismo de Eurostat, y las declaraciones de prensa de los funcionarios de la Unión Europea[iii], considero que su objeto principal es señalar el paulatino envejecimiento de la población (a), en función de lo cual los ministros de economía de los países miembros (f) están estudiando distintas alternativas de recorte en el gasto social, particularmente en salud (b) y de aumento en la edad jubilatoria (c) como único medio de sostener a los futuros ancianos “en el largo plazo”, además de considerar la posibilidad de que el fomento a la inmigración podría paliar la situación en el corto plazo (d, esto último no está tan claro en el artículo de la Nación, pero sí en otras notas). Esta situación afectaría principalmente a los países “del Este” (e)
Teniendo en cuenta las afirmaciones de Castel (1997), en el sentido de que “para gravitar en la marcha de las cosas” son determinantes tanto el esfuerzo intelectual aplicado al análisis de la situación en su complejidad y la voluntad política de dominarla, imponiendo la cláusula de salvaguarda de la sociedad., considero que mi análisis debería intentar responder las siguientes preguntas:
• ¿Se ha hecho un esfuerzo intelectual aplicado al análisis de la situación en su complejidad?
• ¿Existe una voluntad política de dominar la situación salvaguardando a la sociedad?
En cuanto a lo primero, luego de haber revisado las distintas formas de investigar la situación poblaciones, diría que la exploración es insuficiente y arriesgada: se ha tomado un muy largo plazo y se supuso que las políticas públicas permanecerían sin cambios (g). Asimismo, se trata de un estudio exclusivamente cuantitativo y que tiene en cuenta una sola variable, dejando de lado las diferencias de clase social, situación laboral, contexto familiar, educación, cobertura médica, género, sexo, región, etc. Por otro lado, no se ha tenido en cuenta la calidad de vida de la población actual y futura.
Por otro lado, pareciera que esta es una de las tantas investigaciones que justifican políticas. Los autores del estudio de Eurostat prepararon este trabajo para la Unión Europea misma, que lo presentó al público con su propia interpretación y líneas de acción a seguir. En este sentido, me permito parrafrasear a Weiler (1996) cuando, en relación a la evaluación estatal, dice que “se convierte en un instrumento evidente y básico de control e intervención, en el sentido de que trasciende el mero acopio de información […] y actúa no sólo publicando dicha información, sino también interpretándola autoritariamente de acuerdo con ciertas normas”.
Pasando al segundo punto, para poder responderlo considero necesario caracterizar las políticas sociales y de salud, principalmente en el contexto europeo, desde el punto teórico e histórico.
Desde el punto de vista de las políticas sociales en general, Repetto (2001) señala que éstas constituyen un subconjunto de las políticas públicas, entendidas éstas como la decisión y acción de una instancia estatal ante un tema que forma parte de la agenda gubernamental. Si bien el concepto de “política social” no tiene un límite preciso, se utiliza para hacer referencia a aquellas actuaciones con impacto directo en el bienestar de los ciudadanos, por lo tanto, la parte más importante está formada por la seguridad social, la asistencia pública, los servicios sanitarios y de bienestar, la poética de vivienda. El autor identifica tres áreas de política social cuya dinámica impacta en forma directa sobre los problemas y necesidades de determinados sectores de la sociedad
• Políticas sociales de cobertura universal, que se expresan paradigmáticamente en los sectores de educación (sobre todo en los niveles básicos) y salud (en especial, de atención primaria). El antecedente está vinculado a la influencia ejercida por William Beveridge en Inglaterra.
• Políticas de la seguridad social: limitan por lo general su cobertura a individuos y su grupo familiar que integran la fuerza laboral formalmente organizada, a la par que se financian en forma tripartita entre asegurados, empleadores y el estado. El antecedente histórico de este campo de la política social remite a las acciones del canciller alemán Otto Von Bismarck. En la segunda mitad del siglo XX se avanzó en temas como asignaciones familiares, seguros de desempleo y ciertos seguros de salud.
• Políticas frente a la pobreza: tienen como fin atender a ciertas necesidades básicas de los sectores marginados y más vulnerables (enfermos, inválidos, ancianos, y población carente que está fuera del sistema de seguridad social), entre las cuales se destaca la alimentación. Aún cuando su génesis se remonta a los orígenes mismos del Estado capitalista, en gran parte de los países con mayores niveles de industrialización fue desapareciendo más allá de acciones aisladas (con excepción de Estados Unidos), en América Latina tuco una doble manifestación histórica: la beneficencia y la asistencia pública.
Según el autor, las políticas públicas no son una respuesta “aleatoria” a los problemas que emergen, sino que se dirigen hacia determinados fines vinculados a la naturaleza misma de la autoridad pública: asegurar el orden y la armonía social; crear condiciones para el proceso de acumulación; y obtener apoyo político.
Para Lovuolo y otros (2002), las instituciones del Estado de Bienestar (EB) tienen la tarea básica es conciliar la desigual distribución de riqueza, definida principalmente en el subsistema económico, con la más igualitaria distribución de derechos civiles, políticos y sociales. Dichas instituciones pretenden distribuir poder de demanda por mecanismos diferentes al intercambio de mercado, que constituye el principio de organización social dominante. Así, a través de ellas se crea una “moneda social” expresada en los llamados derechos sociales, específicamente en las áreas de educación, salud, previsión social y protección frente a los problemas de empleo. Desde esa óptica los autores entienden que gran parte de la crisis del EB que ha dado pie a las reformas de los últimos años, debe buscarse en la “devaluación” de esa moneda social, es decir, en la incapacidad de sus instituciones para sostener el poder (económico y político) de sus normas legales.
En referencia a tal “crisis”, señala Riquelme (s/d), que el discurso neoliberal (exaltación del mercado y el individuo) en el contexto mundial tenía como abanderados a los detractores del estado de bienestar que quebraron al órgano de distribución de las políticas públicas. Asimismo, incluyen en general ciertas formas de neoconservadurismo. De tal forma, comenzando por von Hayek, estas críticas han sido retomadas desde los ’70 por economistas y politólogos, en particular en Estados Unidos Gran Bretaña y Francia. Tales “teorías” se plasman en los ’80, cuando se consagra en el “primer mundo” la política neoliberal y neoconservadora, traducida en normativas por parte de los organismos y la banca internacionales.
De tal forma, y tal como señala Draibe (1994), en el universo de “reglas prácticas” en que se mueve el neoliberalismo, el argumento del Estado mínimo es defendido por lo máximo: principalmente en cuanto a su responsabilidad social, se afirma sólo la frontera del máximo hasta donde debería y podría ir el Estado.
A nivel mundial, la reestructuración económica tuvo efectos sobre el ingreso y el gasto debido a que los gobiernos restringieron o redujeron el gasto público y trasladaron el financiamiento de algunos servicios sociales del sector público al privado, lo cual aumentó los efectos sociales de las políticas de ajuste y, en particular, su impacto sobre los pobres: todas estas políticas de ajuste han aumentado la pobreza y llevaron a la declinación de los estándares de nutrición, salud y educación (Woodhall en Riquelme)
Según Castel (1997), la situación de los ‘90 se enmarca por una conmoción que afectó a la condición salarial: el desempleo masivo y la precarización de las situaciones de trabajo, la inadecuación de los sistemas clásicos de protección para cubrir estos estados, la multiplicación de los individuos que ocupan en la sociedad una posición de supernumerarios, “inempleables”, desempleados o empleados de manera precaria, intermitente, amenazado por la precariedad, vulnerabilidad, exclusión, segregación, relegamiento, desafiliación
El largo recorrido realizado por Castel en su libro le permite identificar conexiones fuertes entre la situación económica, el nivel de protección de las poblaciones y los modos de acción del Estado social. El “estado de situación” europea en aquel entonces es caracterizado por Castel como de: protecciones todavía fuertes, una situación económica medianamente aceptables, “recursos humanos” de calidad, pero al mismo tiempo un tejido social que se desgarraba, una fuerza de trabajo disponible condenada a la inutilidad, y el desasosiego creciente de “todos los náufragos” de la sociedad salarial.
Desde el punto de vista de las políticas en salud, según señalan Bianco y Grigaitis (2005) a fines de la década de los ’70, en un contexto político internacional signado por la Guerra Fría y la profundización del conflicto Este-Oeste, se reunieron casi todos los países del mundo en Alma-Ata a instancias de la OMS y UNICEF y en torno a una preocupación común, la salud a nivel mundial. Si consideramos algunos conceptos y principios establecidos por la Declaración de Alma-Ata (1978), además de definir la salud como “estado de completo bienestar físico, mental y social” (la cual, aún estática, fue un gran paso hacia la complejidad), la consagra como “derecho humano fundamental”. A la vez, esta declaración establece una relación dialéctica entre el desarrollo económico social y la promoción y protección de la salud: uno y otro interactúan, a la vez que ésta última contribuye a mejorar la calidad de la vida. Asimismo, los gobiernos tienen la obligación de cuidar la salud de sus pueblos adoptando las medidas sanitarias y sociales adecuadas. Así, la misma establece como uno de los principales objetivos sociales de los gobiernos alcanzar en el año 2000 un nivel de salud que les permita llevar una vida social y económicamente productiva. Al referirse a la atención primaria de salud, reflejo y consecuencia de las condiciones económicas y de las características socioculturales y políticas del país y sus comunidades, como parte del sistema nacional de salud en coordinación con otros sectores. No puedo enumerar aquí todas el complejo de sectores y actividades que quedaron comprendidas, sólo mencionaré que entre ellas estaban la planificación familiar y la relación con otros sectores. Si bien no está explicitado, podemos inferior que las políticas sobre jubiliaciones y pensiones forma(ba)n parte importante de los sectores comprometidos con la salud de la población. Finalmente, si bien la declaración limita la acción en atención primaria “a un coste que la comunidad y el país puedan soportar” también puntualiza que es posible alcanzar el objetivo señalado mediante una utilización mejor y más completa de los recursos mundiales, de los cuales una parte considerable se utiliza para gastos militares.
Mario Testa (1993), en su propuesta acerca de la contextualidad de la APS, caracterizaba a la APS en los países de la órbita socialista (con un sistema único de salud a cargo del Estado) y algunos capitalistas avanzados del régimen socialdemócrata (con una multiplicidad organizativa limitada a una doble institucionalidad, y un elevado grado de eficacia, eficiencia, y disciplina) como una puerta de entrada al sistema de salud, un eslabón inicial de la cadena de atención, con: un sistema de referencia, un ordenamiento territorial regionalizado, un comportamiento social más o menos disciplinado a las normas de ingreso y circulación, y la calidad necesaria en la atención para poder realizar tal distribución. Por otra parte, en cuanto a los países liberales avanzados (con un alto grado de “respeto” a las “leyes de la oferta y de demanda”) decía el autor que el concepto de puerta de entrada no tiene sentido, “ya que se entra al sistema por cualquier parte, dependiendo de cuál sea la oferta que los médicos consideren más adecuada para su cliente o para sí mismos”, y congruentemente con esta circunstancia, las normas de circulación no existen.
Asimismo, en cuanto al aspecto tecnológico en general (no sólo referido al campo de la salud), advertía ya Testa que a pesar de ser la tecnología sinónimo de proceso de trabajo, se habla de ella en los países avanzados para destacar el enorme desarrollo que ha tenido la sofisticación de las máquinas, lo cual viene a sustituir lo que era el énfasis en los recursos humanos, con sus repercusiones sobre la reorganización del proceso de trabajo, y la disminución del empleo —para un mismo nivel de producción—
También señala el autor que el mecanismo de financiamiento ordena subsectorialmente al sector, concretándose en los porcentajes de financiamiento originados en un subsector que van a cubrir necesidades de servicios en c/u de ellos. Asimismo, para Testa, el esclarecimiento de las relaciones entre la legalidad formal del sistema de salud y sus formas de financiamiento (en sus instancias formales e informales) es la pieza central de la significación que puede adquirir la APS en relación a la seguridad social.
Pero es muy necesario contextualizar la misma producción del autor ya que su artículo, si bien está publicado como capítulo de un libro de los ’90, corresponde a una investigación realizada a comienzos de la década del ’80[iv]. El socialismo real identificado por Testa ya no existe, excepto por la experiencia “marginal” de Cuba, y los países tradicionalmente “socialdemócratas” han virado paulatinamente hacia concepciones y políticas liberales avanzadas.
¿Qué ha sucedido en el Mundo desde Alma-Ata y la investigación de Testa? Según señalan Bianco y Grigaitis (2005), la emergencia del “Nuevo Orden Internacional” signado por el neoconservadurismo, implicó que para fines de los ’80 la meta sanitarista de Alma-Ata de Salud para Todos en el año 2000 pasara a ser un objetivo sin plazo. En los ’90 la lógica dominante en salud es la de mercado, principio articulador del conjunto de la sociedad, con una estratificación y dolarización creciente. Una lógica, señalan los autores, subsidiada por un Estado cuyo criterio central pasó a ser la eficiencia en términos de costo-beneficio; su medio, el achicamiento de las estructuras y el recorte del presupuesto medido como “gasto”, y su política, la focalización en saluda para cada vez menos población.
Y ahora, un intento de respuesta:
La Unión Europea se basa en un estudio basado sólo en la tasa de crecimiento poblacional, que no tiene en cuenta otras dimensiones que podrían estar operando en el cambio de relación entre activos y pasivos (en que la masa trabajadora disminuya en relación a los ya retirados), como pueden ser el desempleo, el empleo precario sin aportes al sistema de seguridad social, la disminución de la población joven por los cambios culturales en las mujeres trabajadoras que hace que tengan menos hijos, etc. Estas cuestiones son importantes porque podrían sugerir políticas diferentes a las que se piensa implementar.
Cuando se hace referencia al aumento del empleo, no se específica si se aumentarán las fuentes de trabajo, o será simplemente que cada trabajador tendrá que trabajar durante más años de su vida (lo cual por otra parte, se dice explícitamente)
Es ambigua la referencia a los inmigrantes, si se fomentara la inmigración ¿se les otorgarían los mismos derechos sociales que a los nativos?
Es sugerente la referencia a los países del Este. Si bien es cierto que estos países se despoblaron en parte luego de la caída del muro, también es probable que conserven algunos “restos” del socialismo, por ejemplo aquellos mencionados por Testa. ¿Querrán eliminarse los mismos?
Aún siendo insuficiente la información para tomar decisiones políticas, la solución planteada como única posible responde a una lógica de mercado. El objetivo es, como dice la vocera de la UE “asegurarse que las finanzas públicas sean sólidas” (f), y no salvaguardar a la sociedad, en el sentido dado por Castel. Y las decisiones las toman los ministros de economía, no el gabinete de ministros.
Esta política también apunta por un lado, a preservar el patrimonio y ganancias de las empresas, ya que, por ejemplo, los estados de la UE no se plantean participar de las mismas mediante aplicación de nuevos impuestos (como podría ser un tributo a las transacciones financieras), y por otro lado, deja entre paréntesis la posibilidad de disminuir los gastos militares tal como se viene planteando desde Alma-Ata.
De tal modo, los planteos presentados en el artículo parecen ser continuidad y profundización de las políticas propagandizadas por la Nueva Derecha desde hace más de treinta años. Su objetivo último no es el ser humano ni la sociedad, sino el dinero.
Tema (B)
Se trata de un informe descriptivo que no ahonda en los porqués del vaciamiento del campo. No se señalan investigaciones sobre los motivos probables (que bien podrían ser la falta de empleo en un campo mecanizado, las diferencias regionales en cuanto a distribución de recursos, etc.), ni tampoco se informa sobre políticas públicas al respecto. Parece no preocupar a los gobiernos que se vacíe el campo, fuente de la alimentación humana
• Tema (C)
El informe pronostica un gran aumento poblacional. Haciendo un cálculo “grosso modo”, vemos que el 63% del aumento poblacional en el período 2060 con respecto a 2008 serán “nuevos inmigrantes”. ¿Cambiarán entonces las políticas migratorias de los EE.UU.? ¿O se seguirá manteniendo la política de conservarlos en la ilegalidad –siendo la construcción del muro una mera fachada- , para así ejercer control sobre los inmigrantes y mayor extracción de plusvalía y desprotección social y en particular de salud? No hay referencias a políticas concretas que me permitan profundizar el análisis.
Bibliografía
Textos:
Textos:
- Castel, R. Las metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado. Buenos Aires. Pailón, 1997
- Castro, A.; y Lessa, C. Introducción a la Economía. Un enfoque estructuralista. Buenos Aires. Editorial Siglo XXI. 1973.
- Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud, Alma-Ata, URSS, 6-12 septiembre, 1978. OMS- NICEF.
- Draibe, S. “Neoliberlismo y políticas sociales: reflexiones a partir de las experiencias latinoamericanas”. En Desarrollo Económico, Vol 34, N°134, julio-septiembre 1994
- INDEC. Situación y evolución social. Rediseño del sistema de indicadores sociodemográficos. Buenos Aires. INDEC. 1997.
- INDEC. “Definiciones y conceptos. Dinámica y estructura de la población”. Disponible en http://www.indec.mecon.ar/nuevaweb/cuadros/7/definiciones_sesd_din%C3%A1mica%20poblaci%C3%B3n.pdf
- Lo Vuolo, R., Barbeito, A. y Rodriguez Enríquez, C. La inseguridad socio-económica como política pública: transformación del sistema de protección social y financiamiento social en Argentina. Documento de trabajo Nº 33. Buenos Aires. CIEPP. 2002.
- Monza, A.: Principios de Teoría Económica. Notas de clase. Buenos Aires. 1993. Mimeo.
- Repetto; F. Gestión pública y desarrollo social en los noventa. Las trayectorias de Argentina y Chile. Buenos Aires. Universidad de San Andrés. Prometeo Libros. 2001
- Riquelme, Graciela C. “El ideario económico dominante en educación, economía y trabajo” En: El gasto público en educación después de la reforma educativa: hacia la construcción de indicadores de efectos distributivos y de políticas alternativas. Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación (IICE). Programa Educación, Economía y Trabajo. Buenos Aires (en elaboración)
- Torrado, S. “Las estadísticas de la fuerza de trabajo en el estudio de las clases sociales”. Familia y Diferenciación Social. Cuestiones de Método. Buenos Aires, Eudeba, 1998.
- Weiler, Hans “Enfoques comparados en descentralización educativa”, En: Pereyra M. et al. (comp.), Globalización y descentralización de los sistemas educativos. Fundamentos para un nuevo programa de educación comparada. Barcelona: Pomares-Corredor. 1996
- Diario La Nación, edición del 28-08-2008, página 5
- Otros documentos relacionados, disponibles en Internet:
Notas
[i] Sistema económico puede definirse como el conjunto de actividades económicas de toda una sociedad. Castro y Lessa (1973) Las sociedades descansan sobre una base económica que, accionada por el trabajo humano, engendra una serie de bienes cuyo destino último es el consumo por sus miembros. Sistema económico es la suma de los variados elementos que participan en la vida económica de una nación, así como sus conexiones y dependencias. Entre sus elementos fundamentales, los autores señalan los factores de producción, el primero de los cuales es el trabajo humano. el promotor de todas estas actividades es el hombre, movilizado por necesidades. Presentes en el sistema a través de su capacidad de trabajo, los hombres son los organizadores y ejecutores de la producción.
Pero este trabajo humano no incluye en principio a toda la población. Así, siguiendo a los autores mencionados y a Torrado (1996), la población se caracteriza, desde el punto de vista de la economía y la estadística, como:
ECONOMÍA | ESTADÍSTICA | |||
Productiva (no dependiente) : en edad de trabajar, potencial de MO del sistema | Potencialmente activa | Económicamente activa (se encuentra dentro del mercado de trabajo, disponible) | Ocupadas (contingente efectivamente absorbido por el sistema.) | Condición de Actividad |
Desocupadas (no tienen trabajo pero buscan activamente en alguna actividad económica) | ||||
No económicamente activa (actividades domésticas, estudiantes, etc.) | ||||
Dependiente: fracción de la población que todavía no participa o ya se retiró de las funciones productivas | Inactiva (por edad: niños, ancianos. No intervienen en la actividad económica pero ésta los afecto por la inserción de otros miembros de la flia. en el sistema económico) |
[ii] La idea de desarrollar sistemas de indicadores sociodemográficos tiene ya una larga trayectoria internacional, particularmente desde la preocupación de las Naciones Unidas en los años ’50 por medir el desarrollo, los niveles de vida y las condiciones sociales relacionadas con ellas. En la década del ’70 comienzan a producirse varios documentos orientados a la consolidación de un sistema integrado que pudiera aplicarse en los países con criterios homogéneos para garantizar la comparabilidad internacional. En los países latinoamericanos también surgieron inquietudes semejantes, derivadas de este movimiento internacional. En la Argentina, la tarea de implementarlas le correspondió al Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
¿Qué es un sistema de indicadores sociodemográficos según las Naciones Unidas?
• Lo sociodemográfico refiere al contenido poblacional
• el concepto de sistema remite al ensamble de objetos unidos por alguna forma metódica de interacción o interdependencia. Un sistema es necesariamente complejo y es conveniente dividirlo para su estudio, por razones prácticas, en partes. Requiere:
o Reconocer distintas dimensiones de la realidad o áreas temáticas: estructura y dinámica de la población, educación, salud, trabajo, entre otras
o Completitud
o Distintos niveles de análisis: individuos, familias, hogares y otros grupos poblacionales
o Definiciones y clasificaciones comunes
• los indicadores son construcciones, basadas en observaciones, normalmente cuantitativas, que dicen algo de un aspecto de la vida social en que estamos interesados, o acerca de los cambios que están ocurriendo dentro de él. La necesidad de identificar y caracterizar la situación social, como así también la de evaluar los efectos de políticas y gastos encarados para el mejoramiento de la misma, requiere contar con un conjunto de indicadores pertinentes y relevantes que contribuyan a describir y explicar las distintas dimensiones de la realidad social. Es decir que en la inclusión de un indicador en el sistema, debe considerarse también que aquél sirva o esté orientado hacia un fin determinado. La utilidad principal de los indicadores, entonces, reside en que permiten reconocer y analizar la situación social y las tendencias del conjunto de la población y de grupos sociales específicos, en un ámbito territorial determinado, a fin de planificar e implementar acciones destinadas a mejorar sus condiciones de vida
Según las conceptualizaciones del INDEC (1997) el alcance temático de las tres áreas del sistema de indicadores sociodemográficos aplicables al artículo bajo análisis, es el siguiente:
Dinámica y estructura de la población: el volumen, ritmo de crecimiento y la composición de la población constituyen factores estrechamente interrelacionados entre sí pero que también van a condicionar a todos los demás hechos sociales. Así, por ejemplo, la magnitud de la población demandante de distintos programas de salud, de los distintos niveles de educación, de seguridad social, de vivienda y el volumen de oferta de fuerza de trabajo para la que se requiere empleo van a depender de la dinámica demográfica. Por ello, esta área atraviesa y se constituye en pivote del sistema. Los principales aspectos considerados aluden a:
a) La dinámica del crecimiento pasado y futuro de la población y sus componentes: la natalidad –condicionada por los niveles de fecundidad-, la mortalidad y las migraciones
b) La composición por sexo y edad y particularmente el problema del envejecimiento poblacional
c) La distribución espacial de la población y el proceso de urbanización.
Salud: para identificar grupos poblacionales y áreas que requieren especial atención del Estado, los problemas de la salud y del acceso a la atención médica de la población tratan de reflejarse a través de un conjunto de indicadores relativos a:
a) Niveles de mortalidad –niveles y causas de muerte por sexo y edades, con especial atención en la mortalidad infantil-
b) Presencia de nacimientos con bajo peso o de madres en situaciones de riesgo
c) Características de la morbilidad
d) Disponibilidad de recursos hospitalarios
e) Cobertura de programas de vacunación
f) Cobertura de salud –mediante obras sociales, mutuales o sistemas pre-pagos
Seguridad y Asistencia Social: se intenta reflejar las acciones de los programas sociales dl Estado y la población beneficiaria de los mismos:
a) Población cubierta por los programas del sistema de seguridad social
b) Alcance y cobertura poblacional de otros programas específicos dirigidos a niños y ancianos en circunstancias difíciles.
De toda la complejidad del sistema de indicadores socio-demográficos, los únicos utilizados en las investigaciones citadas en el artículo periodístico son:
Tasa de crecimiento total: es la suma algebraica de la tasa de crecimiento natural y la tasa de crecimiento migratorio correspondientes a un determinado período.
Tasa de crecimiento natural: es el ritmo al que la población aumenta (o disminuye) durante un período dado, debido al balance entre nacimientos y defunciones. Esta tasa no incluye los efectos de la inmigración o la emigración.
Tasa de crecimiento migratorio: es el cociente entre el saldo neto migratorio anual (inmigrantes - emigrantes) ocurrido durante un período determinado, generalmente un año calendario, y la población media del mismo período. Refleja la incidencia del saldo migratorio en la población media de dicho período.
Tasa bruta de natalidad: indica la frecuencia con que ocurren los nacimientos en una población dada. Da cuenta del crecimiento poblacional debido al aporte de los nacimientos.
Tasa global de fecundidad: es el número de hijos que en promedio tendría una mujer de una cohorte hipotética de mujeres que durante su vida fértil tuvieran sus hijos de acuerdo a las tasas de fecundidad por edad de la población en estudio y no estuvieran expuestas al riesgo de mortalidad desde el nacimiento hasta el término de su período fértil. Es decir, expresa la cantidad de hijos, en promedio, que tendrá una mujer a lo largo de su período fértil (desde los 15 a los 49 años) si viviera todos esos años. Es uno de los indicadores de la tasa de fertilidad ( término que se usa en demografía para designar el número proporcional de nacimientos con vida, referidos a una población de mujeres y un tiempo determinados) Otro indicador utilizado es la tasa de fecundidad (número de nacimientos con vida por cada 1.000 mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 45 años, en un año dado).
Tasa bruta de mortalidad: indica la frecuencia con que ocurren las defunciones en una población dada. Da cuenta de la disminución poblacional en función de las muertes acaecidas.
Esperanza de vida: es el número de años que, en promedio, le restan por vivir a las personas de una edad determinada de no variar la tendencia observada en la mortalidad.
Composición por grupos de edad y sexo: es la distribución relativa de la población según grupos de edad y sexo.
Índice de dependencia potencial total: expresa el número de inactivos que potencialmente deben sostener económicamente los individuos en edad activa.
Índice de dependencia potencial de ancianos: expresa el número de ancianos que potencialmente deben sostener económicamente los individuos en edad activa.
Porcentaje de población urbana: expresa la importancia relativa de la población que reside en áreas de 2.000 y más habitantes.
Porcentaje de población rural: expresa la importancia relativa de la población que reside en áreas de menos de 2.000 habitantes.
[iii] Ver documentos citados en la bibliografía
[iv] Ver, por ejemplo, el Mimeo-Caracas-Río de Janeiro-Buenos Aires 1983-1986 transcripto en http://www.grupo-aps.com.ar/textos/atencion-primaria-primitiva.htm, que fue transcripto sin modificación alguna para publicar el libro de 1993. Asimismo, se puede consultar la publicación de Testa, M.; J. Díaz Polanco; S. Vera y R. Goldfeld (1983). Estructura de poder en el sector salud. Caracas, Cendes, citada en los informes publicados en http://www.clad.org.ve/fulltext/0050315.pdf y http://www.diariosalud.net/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=1166
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