Fuente: El Globo Rojo
En la cultura Inca los sapos eran animales dotados de poderes mágicos.
Las leyendas cuentan que en el lago sagrado de los Incas, el Titicaca, se desarrollaba un místico juego, donde El Sapu (sapo) era el personaje central.
Las leyendas cuentan que en el lago sagrado de los Incas, el Titicaca, se desarrollaba un místico juego, donde El Sapu (sapo) era el personaje central.
(Fecha original del artículo: Noviembre 2010)
La familia real tiraba pieza de oro al lago, con la esperanza de llamar la atención de algún sapu. El animal considerado mágico salía a la superficie y agarraba en su boca una pieza de oro. Al instante, al afortunado jugador se le concedía un deseo y el sapu se convertía en oro.
Al homenaje a tantos deseos que se han convertido en realidad, el dios Sol (Rey Inca) mandó construir un gran sapu de oro, con el cual se divertía toda la realeza. Era un juego de suspenso y destreza, acompañado por la Danza, y la alegría: PUKLLAY SAPU (Jugar Sapu).
Con el tiempo la leyenda se materializó en la forma popular, convirtiéndose en uno de los juegos latinoamericanos más populares: el sapo o la rana.
En Colombia el juego del sapo tuvo su auge en los años 60, cuando se difundió en las ciudades y en los campo. Era muy común encontrar en las casas, en especial en las galerías o patios los pequeños muebles elaborados de distintos materiales, de acuerdo al poder adquisitivo o al fanatismo del dueño.
El juego es muy simple y entretenido.
Consiste en tirar de una distancia de entre cinco (mujeres) y siete (hombres) pasos un determinado número de argollas (6), elaboradas del bronce a una mesa con diferentes orificios de distintos valores.
La parte más estratégica y difícil son dos sapos metálicos, uno más grande y otro pequeño, con bocas abiertas en las que cabe la argolla. El ganador es él que obtiene el mayor puntaje.
Para jugar al sapo se necesita el sapo propiamente dicho, es decir un mueble elaborado en madera y metal que consta de: una vieja (cara situada en la pared posterior del juego), un sapo (ubicado en el centro del campo) y la rana (la más grande).
Es un juego de puntería que goza de una gran popularidad, porque sobrevive en él el mismo espíritu festivo de aquella leyenda inca perteneciente a la idiosincrasia lúdica latinoamericana.
Reglamentación para jugar al sapo:
http://www.eljuegodelsapo.com.ar/reglamento.htm
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