Autoras/es: Stella Maris Torre
La nueva ley de salud mental modifica los requisitos para la internación psiquiátrica, y justamente el tema del encierro lo ha trabajado Foucault desde el inicio de sus investigaciones.
(Fecha original del artículo: Noviwembrwe 2011
Por un lado, la ley establece una serie de garantías para las personas que padecen ese tipo enfermedades y tiene como principio rector la necesidad de evitar la internación de los pacientes en institutos neuropsiquiátricos.
La clave es que considera como elemento básico que el proceso de curación de un enfermo mental debe realizarse, preferentemente, fuera del ámbito de internación hospitalaria, reforzando la restitución o promoción de sus lazos sociales
En ese sentido, se considera la internación un recurso de carácter restrictivo, que sólo puede llevarse a cabo cuando aporte mayores beneficios terapéuticos que el resto de las intervenciones. En caso de llegarse a una internación, ésta deberá estar justificada en un estudio multidisciplinario, en la búsqueda de datos acerca de los lazos familiares y el entorno social del paciente, y contar con un consentimiento informado de la persona o de su representante.
En concordancia con lo anterior establece: "Queda prohibida por la presente ley la creación de nuevos manicomios, neuropsiquiátricos o instituciones de internación monovalentes, públicos o privados. En el caso de los ya existentes, se deben adaptar a los objetivos y principios expuestos, hasta sus sustitución definitiva por los dispositivos alternativos".
Por otro lado, los trabajos de Foucault –psicólogo y filósofo- sobre la problemática son innumerables: ya en 1954 había publicado su primer libro: Enfermedad mental y personalidad y en 1961 obtuvo su doctorado mediante dos tesis, siendo una de ellas Historia de la locura en la época clásica.
Esta obra fue determinante en su trayectoria, por la elección de su objeto (la sinrazón), por el lenguaje empleado, por las referencias literarias (, por su engranaje con el giro cartesiano, por tratar el problema de la normalización desde el siglo XVII y XVIII, que es el prólogo a lo que sucederá en la época contemporánea .
En los siglos XVII y XVIII los trastornos mentales o emocionales son considerados como un alejamiento voluntario de la razón que debía ser corregido mediante el internamiento y severas medidas disciplinarias. Durante ambos siglos los enfermos mentales son encerrados y apartados de la vida comunitaria. La finalidad de su aislamiento no era su tratamiento sino proteger a la sociedad de aquellos que infringían las normas sociales (Foucault, 1998); una situación que en algunos casos persistirá hasta bien avanzado el siglo XX.
La crítica del eje salud-enfermedad mental comienza a tomar fuerza en el siglo XX, dando un giro importante en la posmodernidad, tanto con el surgimiento de la antipsiquiatría, como con pensadores franceses Michel Foucault o Deleuze y Guattari.
Sin embargo, la crítica más profunda y minuciosa ha sido la de Foucault, quien retomando los planteos nietzscheanos de una genealogía de los valores, establece su propio método arqueológico de investigación histórica de aquellas “verdades” que se elaboran a través de discursos, y que responden a formas históricas de dispositivos sociales. Se trata de estudiar las relaciones del saber-poder, siendo el saber una forma más de apropiación y de legitimación social. Bajo esta perspectiva no se trataría entonces de buscar la verdad de la enfermedad mental, sino de genealogizar su condición de posibilidad histórica; investigar donde y cuando emerge dicha noción, en relación a qué dispositivos y prácticas sociales. Foucault localiza su origen en la modernidad, y en el pasaje de una sociedad del suplicio y el ritual (monarquía, edad media) a una sociedad del disciplinamiento y el encauzamiento (capitalismo, modernidad). A medida que la sociedad se transforma en una organización del tipo mercantil, el peso comienza a recaer en todo un sistema de normalización de las desviaciones, en una lógica del beneficio y la utilidad. “A estos métodos que permiten el control minucioso del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad, es a lo que se puede llamar las ‘disciplinas’” (Foucault, 2001:141). Y es allí que comienzan a aparecer un conjunto de saberes técnicos como el derecho, la psiquiatría y el psicoanálisis, asistiendo en el diagnóstico y el tratamiento de aquellas desviaciones, diseñando aparatos conceptuales que permitan disciplinar y encauzar los cuerpos descarriados
Foucault lee a la psicología y principalmente al psicoanálisis bajo sus aspectos estatales y militares, concibiéndolo como un avatar más del disciplinamiento (continuidad entre las disciplinas mecánicas y las autorreflexivas)
Podemos decir entonces que Michel Foucault es una importante fuente nutritiva tanto de las concepciones interdisciplinarias de salud mental como de los movimientos de desmanicomialización.
Las concepciones de salud mental desde una perspectiva interdisciplinaria afirman que los conceptos de salud y de enfermedad mental son tanto la expresión de problemas de tipo emocional, cognitivo y comportamental como realidades simbólicas, construidas cultural e históricamente en la propia interacción social. Las concepciones de la salud y de la enfermedad varían según los enfoques teóricos y criterios de diagnóstico utilizados, las concepciones filosóficas, morales y psicológicas vigentes y los modelos médicos predominantes. Además, ambos conceptos tienen una carga valorativa que explica por qué las definiciones de lo que es normal y lo que es patológico varían de una sociedad a otra y de un grupo social a otro.
Atada entrañablemente a estas concepciones, comienzan a surgir en prácticamente todo el mundo los movimientos de desmanicomialización cuyos preceptos de alguna manera son recogidos por esta nueva ley de salud mental.
Bibliografía sugerida:
Foucault, M. (1998) Historia de la locura en la época clásica. FCE, Mexico. Disponible en http://patriciolepe.files.wordpress.com/2007/06/foucault-michel-historia-de-la-locura.pdf
(2001) Vigilar y castigar. Siglo XXI, Mexico. Disponible en http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/592.pdf
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